viernes, 9 de octubre de 2015

LÉOPOLD SÉDAR SENGHOR
ASESINATOS

Se les puede ver sobre las rutas de cautivos, las largas rutas del desastre
Esbeltos álamos, estatuas de los dioses más sombríos ceñidos con sus mantos de oro
Los prisioneros senegaleses alejados tenebrosamente en territorios de Francia.

En vano te cortaron la risa, en vano la flor más negra de tu carne.
Eres la flor de belleza primera entre la ausencia desnuda de las flores
Flor negra de sonrisa grave, diamante de un tiempo inmemorial.
Eres arcilla y savia de la verde primavera en este mundo
De la pareja primitiva eres la carne, el vientre fecundo, la simiente
Eres sagrado pulular de los jardines paradisíacos y claros
En esta selva irreductible, triunfante del fuego y la centella.

El canto vasto de tu sangre vence maquinarias y cañones
Y tu palabra palpitante las mentiras y sofismas
Ningún odio en tu alma sin odio, ninguna coartada para tu alma sin coartada
Oh mártires negros raza inmortal, permítanme decir esas palabras que perdonan.

Front Stalag 230.


Assassinats

Ils sont là étendus par les routes captives, le log des routes du désastre
Les sveltes peupliers, les statues des dieux sombres drapés dans leurs longs manteaux
[d’or
Les prisonniers sénégalais ténébreusement allongés sur la terre de France.

En vain ont-ils coupé ton rire, en vain la fleur plus noire de ta chair.
Tu est la fleur de la beauté première parmi l’absence nue des fleurs
Fleur noire est son sourire grave, diamant d’un temps immémorial.
Vous êtes le limon et le plasma du printemps viride du monde
Du couple primitif vous êtes la charnure, le ventre fécond, la laitance
Vous êtes la pullulance sacrée des clairs jardins paradisiaques
En la forêt incoercible, victorieuse du feu et de la foudre.

Le chant vaste de votre sang vaincra machines et canons
Votre parole palpitante les sophismes et mensonges
Aucune haine votre âme sans haine, aucune ruse votre âme sans ruse
Ô Martyrs noirs race immortelle, laissez-moi dire les paroles qui pardonnent.

Front Stalag 230.
9 DE OCTUBRE NACE:
LÉOPOLD SÉDAR SENGHOR

Primer presidente de Senegal (Joal, Dakar, 1906 - Verson, Francia, 2001). Procedente de una familia de comerciantes acomodados, realizó estudios universitarios en París, en donde se integró en los medios intelectuales. Se vinculó al partido socialista francés (SFIO) y en 1937 lanzó la idea de la negritud, como expresión de los valores culturales e históricos del mundo negro (tanto en África como en América). A este concepto dedicó gran parte de su brillante obra como poeta (escrita en francés): Cantos de sombra (1945), Hostias negras (1948), Etiópicas (1956), Nocturnos (1961).


Desde 1945 representó a la colonia de Senegal como diputado en la Asamblea francesa, defendiendo la idea de formar una federación del África occidental. En los años cincuenta se distanció de sus antiguos aliados, formando un partido propio de ideas socialistas más radicales: la Unión Progresista Senegalesa (con Mamadou Dia).
La victoria en las primeras elecciones legislativas celebradas en Senegal (1957) le permitió acceder al gobierno cuando Francia concedió un régimen de autonomía (1958); y se convirtió en presidente de la República cuando Senegal accedió a la completa independencia (1960).
Gobernó el país durante veinte años, gracias a sucesivas reelecciones y al empleo de la fuerza contra la oposición (reprimió movimientos de protesta obreros y estudiantiles y un intento de golpe de Estado de su primer ministro, Dia, en 1962).
Sus ideales iniciales de unidad panafricana se vieron frustrados por los particularismos locales y por los intereses de las antiguas metrópolis, que preferían «balcanizar» el continente: el intento de crear una Federación de Mali uniendo Senegal, el Sudán francés, el Alto Volta y Dahomey (1959) quedó frustrado en pocos meses.
Senghor siguió una política de buenas relaciones con Francia, lo cual le valió acusaciones de connivencia con el imperialismo en los medios radicales de África. Durante los primeros años de su mandato pareció encaminarse hacia una concentración personal del poder, monopolizando su partido la vida política y llegando a encarcelar a Dia; pero luego volvió a liberalizar el régimen abriéndolo al pluralismo (Constitución de 1976). Se retiró voluntariamente en 1980, dejando el poder su primer ministro Abdou Diouf.

lunes, 5 de octubre de 2015


FRANCISCO LUIS BERNÁRDEZ

ESTAR ENAMORADO

Estar enamorado, amigos, es encontrar
el nombre justo a la vida.
Es dar al fin con las palabras que para hacer
frente a la muerte se precisa.
Es recobrar la llave oculta que abre la cárcel
en que el alma está cautiva.
Es levantarse de la tierra con una fuerza que
reclama desde arriba.
Es respirar el ancho viento que por encima de
la carne respira.
Es contemplar, desde la cumbre de la persona,
la razón de las heridas.
Es advertir en unos ojos una mirada verdadera
que nos mira.
Es escuchar en una boca la propia voz
profundamente repetida.
Es sorprender en unas manos ese calor de la
perfecta compañía.
Es sospechar que, para siempre, la soledad
de nuestra sombra está vencida.

Estar enamorado amigos, es descubrir dónde
se juntan cuerpo y alma.
Es percibir en el desierto la cristalina voz de
un río que nos llama.
Es ver el mar desde la torre donde ha quedado
prisionera nuestra infancia.
Es apoyar los ojos tristes en un paisaje de
cigüeñas y campanas.
Es ocupar un territorio donde conviven los
perfumes y las armas.
Es dar la ley a cada rosa y al mismo tiempo
recibirla de su espada.
Es confundir el sentimiento con una hoguera
que del pecho se levanta.
Es gobernar la luz del fuego y al mismo tiempo
ser esclavo de la llama.
Es entender la pensativa conversación del
corazón y la distancia.
Es encontrar el derrotero que lleva al reino de
la música sin tasa.

Estar enamorado, amigos, es adueñarse de
las noches y los días.
Es olvidar entre los dedos emocionados la
cabeza distraída.
Es recordar a Garcilazo cuando se siente la
canción de una herrería.
Es ir leyendo lo que escriben en el espacio las
primeras golondrinas.
Es ver la estrella de la tarde por la ventana de
una casa campesina.
Es contemplar un tren que pasa por la montaña
con las luces encendidas.
Es comprender perfectamente que no hay
fronteras entre el sueño y la vigilia.
Es ignorar en qué consiste la diferencia entre
la pena y la alegría.
Es escuchar a medianoche la vagabunda
confesión de la llovizna.
Es divisar en las tinieblas del corazón una
pequeña lucecita.

Estar enamorado, amigos, es padecer espacio
y tiempo con dulzura.
Es despertarse una mañana con el secreto de
las flores y las frutas.
Es libertarse de sí mismo y estar unido con
las otras criaturas.
Es no saber si son ajenas o son propias las
lejanas amarguras.
Es remontar hasta la fuente las aguas turbias
del torrente de la angustia.
Es compartir la luz del mundo y al mismo
tiempo compartir su noche obscura.
Es asombrarse y alegrarse de que la luna
todavía sea luna.
Es comprobar en cuerpo y alma que la tarea
de ser hombre es menos dura.
Es empezar a decir siempre, y en adelante no
volver a decir nunca.
Y es, además, amigos míos, estar seguro de
tener las manos puras.

5 DE OCTUBRE DE 1900 NACE:


FRANCISCO LUIS BERNÁRDEZ


Poeta argentino, nació en Buenos Aires en 1900 y murió en 1978. Su nombre completo era Francisco Luis Bernárdez Martínez. Desde 1920 hasta 1924 vivió en España, donde leyó a los poetas modernistas que le influyeron en sus primeros libros y además ejerció el periodismo en Vigo. A su regreso de España se incorporó al grupo de la revista Martín Fierro, publicación que ejerció un papel importante en la renovación literaria y estética de la literatura argentina. Más tarde fue redactor del diario La Nación, y en 1928 se incorporó a la revista Criterio. A partir de 1932 residió casi continuamente en Córdoba (Argentina), por razones de salud. En 1937 marchó a Buenos Aires, donde fue nombrado Secretario de las Bibliotecas Públicas, y en 1944, director general de Cultura Intelectual del Ministerio de Justicia e Instrucción Pública. Cuatro años más tarde, ingresó en la Academia Argentina de Letras como miembro de número. Finalmente se incorporó al servicio exterior de la Argentina, y fue consejero de la embajada de su país en Madrid hasta 1960.
Sus primeras obras, Orto, 1922 y Bazar, 1922, escritas siguiendo los principios del ultraísmo, junto con Alcándara, 1925, lo vincularon a la etapa posmodernista, pero a partir de la publicación de El buque, 1935, trató temas religiosos al estilo clásico formal de Claudel y Péguy. Dentro de esta nueva etapa figuran obras como: Cielo de tierra, 1937; La ciudad sin Laura, 1938; Poemas elementales, 1942; Poemas de carne y hueso, 1943, premio nacional de poesía; El ruiseñor, 1945; Las estrellas, 1947; El ángel de la guarda, 1949; Poemas nacionales, 1950; La flor, 1951; Tres poemas católicos, 1959; Poemas de cada día, 1963, y, en prosa, La copa de agua, 1963.
5 DE OCTUBRE NACE:

JUAN JACOBO BAJARLÍA

Poeta, narrador, ensayista, dramaturgo y periodista argentino, nacido en Buenos Aires el 5 de octubre de 1914 y fallecido en Buenos Aires, Argentina el 22 de julio del 2005. Autor de una extensa, brillante y variada producción literaria que progresa con asombrosa fluidez por los cauces genéricos más diversos, está considerado como uno de los más significativos introductores de la estética vanguardista en las Letras argentinas contemporáneas.

Inclinado desde su temprana juventud hacia el cultivo de la escritura, adquirió un notable prestigio intelectual por sus frecuentes colaboraciones publicadas en el rotativo Clarín, de donde pasó a difundir sus textos periodísticos por los principales diarios y revistas de su país natal, como La Nación, La Gaceta de Tucumán y La Prensa. También fue director durante ocho años (1948-1956) de la revista Contemporánea, y, ya convertido en una de las figuras más sobresalientes del panorama intelectual y artístico de la Argentina de mediados del siglo XX, se integró en el Movimiento de Arte Concreto-Invención.

Pero fue sobre todo leído y celebrado por sus obras de ficción, que le han granjeado algunos de los honores y galardones más prestigiosos de su dilatada trayectoria humanística. Entre los numerosos premios que ha merecido tanto en su faceta de escritor como en reconocimiento de su incesante labor de animador cultural, cabe citar la Faja de Honor de la Sociedad Argentina de Escritores (1962), el Premio Municipal de Teatro (1962), el Premio del Fondo Nacional de las Artes (1962), el Mystery Magazine Ellery Queen's (1964), el Konex de Platino (1984) y el Premio Boris Vian (1996). Su constante presencia en el ámbito de las Letras australes le llevó también a ocupar, ya en su vejez, la vicepresidencia de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE).

Sus primeros éxitos literarios le llegaron de la mano de la poesía, género en el que cosechó un éxito incuestionable a comienzos de la década de los años cincuenta, cuando la aparición de su segunda colección de versos, titulada La Gorgona (1953), mereció los elogios unánimes de los lectores y la crítica especializada, y contribuyó a que su naciente fama literaria traspasara las fronteras argentinas para extenderse a otros países de Hispanoamérica e, incluso, del continente europeo. Se editó, en efecto, una temprana traducción al alemán de este poemario de Juan Jacobo Bajarlía, y a partir de esta versión germánica el músico Esteban Eitler compuso su obra Música Dodecafónica (1954), presentada por vez primera en Bruselas. Tres años antes de haber dado a la imprenta los versos de La Gorgona, el escritor bonaerense había hecho público su talento poético merced a la publicación de Estereopoemas (1950), una espléndida opera prima a la que, después del citado poemario que tanto éxito tuvo en Alemania, siguieron otras colecciones de versos tan notables como las tituladas Canto a la destrucción (1968), Nuevos límites del infierno (1972), El poeta y el exilio (1990) y Poema de la creación (1996).

Al tiempo que desplegaba esta intensa labor poética, Juan Jacobo Bajarlía dejaba bien patente en numerosos ensayos y textos dramáticos su condición de humanista polifacético, capaz de desenvolverse con idéntica soltura en los géneros más variados. Así, el mismo año en que se dio a conocer como poeta publicó también su espléndido ensayo titulado Notas sobre el barroco (1950), obra en la que vino a demostrar un magnífico conocimiento de la literatura española, hispanoamericana y europea, luego ampliado hasta el asombro en otros libros de tan penetrante lucidez crítica como Literatura de vanguardia (1956) y El vanguardismo poético en América y España (1957). Otros ensayos y estudios críticos del fecundo autor bonaerense -que alcanzó cotas de inusitada maestría dentro del género biográfico- son los titulados Sadismo y masoquismo en la conducta criminal (1959); Lovecraft, el horror sobrenatural (1959); La polémica Reverdy-Huidobro. El origen del ultraísmo (1964); Drácula, el vampirismo y Bram Stoker (1992); Fijman, poeta entre dos vidas (1992); y Alejandra Pizarnik. Anatomía de un recuerdo (1998). También publicó algunas selecciones antológicas que de nuevo vinieron a probar sus vastos conocimientos sobre todas las modalidades genéricas de la literatura universal, como Cuentos de crimen y misterio (1964) y Crónicas con espías (1966). Y, dentro de esta feraz versatilidad, dejó también impresas otras obras en prosa de muy diversa naturaleza, entre las que conviene recordar aquí las tituladas Historias de monstruos (1969); Fórmula al antimundo (1970); Más que la luz de las estrellas (1971); El día cero (1972); Los números de la muerte (1972); El endemoniado Sr. Rosetti (1977); Sables, historias y crímenes (1983); Historias secretas de putas, musas y otras damas (1996); y Breve diccionario del erotismo y cancionero satírico (1997).

Si admiraba a críticos y lectores la variedad de temas, géneros y registros estilísticos acuñados por Juan Jacobo Bajarlía en la abundante producción miscelánea mencionada en parágrafos anteriores, no menos asombro causó su acierto dentro de la complejidad específica del género teatral, al que aportó algunas de las mejores piezas dramáticas estrenadas en Argentina a mediados del siglo XX. Fue muy aplaudido el estreno de su primera obra, titulada La Esfinge (1955), a la que pronto siguieron -en dura pero fructífera competencia con los poemarios y los ensayos que simultáneamente estaba escribiendo y publicando- otros estrenos tan celebrados como Pierrot (1956), Las troyanas (1956) y La billetera del diablo (1969). Otras piezas teatrales nacidas de la pluma de Bajarlía son Los robots (1955), Telesfora (1962), La confesión de Finnegan (1962) y Monteagudo (1962), drama -este último- que mereció varios premios y menciones honoríficas.

No se agotaba tampoco en la escritura dramática la capacidad creativa de Juan Jacobo Bajarlía, quien además de poemas, ensayos, biografías, piezas teatrales y artículos periodísticos escribió numerosas narraciones breves y algunas novelas dignas de consideración. Sus relatos, compuestos por una amena combinación de elementos fantásticos que, procedentes del universo temático de la ciencia-ficción, dejan paso a las profundas inquietudes metafísicas del autor bonaerense, vieron la luz entre las páginas de diferentes obras colectivas presentadas como muestras antológicas de la mejor narrativa breve hispanoamericana de la segunda mitad del siglo XX. Por otra parte, fue autor de algunas novelas extensas entre las que sobresalen las pertenecientes al subgénero policíaco, publicadas bajo pseudónimo y consideradas como piezas maestras por el eminente crítico y escritor Leopoldo Marechal, quien elogió la prosa de Bajarlía y le tildó de "zoólogo de la monstruosidad". Otros estudiosos del género señalaron su acierto en la mezcla de ingredientes propios de la ciencia ficción con otras preocupaciones procedentes de la mejor tradición filosófica occidental, con especial entusiasmo por sus "máquinas del tiempo", que en sus obras "dejan de ser instrumentos mecánicos para convertirse en dimensiones metafísicas".

viernes, 2 de octubre de 2015

2 DE OCTUBRE NACE:

WALLACE STEVENS

Poeta norteamericano nacido en Reading, Pennsylvania, en 1879.
Hijo de un prestigioso abogado, tuvo acceso a una esmerada educación en Reading Boys' High School, en Harvard College, y
posteriormente en New York Law School, donde se graduó como abogado en 1903.
Aunque algunos de sus mejores poemas están contenidos en "Harmonium" 1923, "Ideas de orden" 1935, "El hombre con la guitarra azul" 1937, y "Las auroras de otoño" 1950, sólo fue reconocido internacionalmente cuando publicó los "Poemas completos" en 1954.
En 1946 fue aclamado por el Instituto Nacional de Artes y Letras. Entre los galardones obtenidos merecen destacarse el Premio Bollingen 1950, y los premios Pulitzer y National Book Award en 1955.
Falleció, víctima de un cáncer en agosto de 1955



WALLACE STEVENS

El comienzo

Así llega al fin el verano hasta estas pocas manchas
Y al óxido y la podredumbre de la puerta por donde ella se fue.

La casa está vacía. Pero es aquí donde ella se sentaba
Para peinar su cabello húmedo de rocío, una luz intangible,

Perpleja por sus más oscuras iridiscencias.
Éste era el espejo donde solía mirar

Al ser momentáneo, sin historia,
La identidad del verano perfectamente percibido,

Y sentir su alegría campestre y sonreír
Yser sorprendida y temblar, mano y labio.

Ésta es la silla de la que recogía
Su vestido, el más esmerado y favorecedor de los tejidos

Al que un tejedor cosió doce campanas ...
El vestido yace, abandonado, sobre el suelo.

Ahora, los primeros tuteadores de tragedia,
Para empezar, hablan con suavidad en los aleros.

jueves, 1 de octubre de 2015


1 DE OCTUBRE NACE:

EMILIO PETTORUTI


Emilio Pettoruti
(La Plata, 1894 - París, 1971) Pintor argentino. Durante sus años de estancia en Europa (1913-1924), se puso en contacto con las principales escuelas vanguardistas de los países que visitaba; a través del cubismo y del futurismo se acercó al arte abstracto, manteniendo un equilibrio inestable entre abstracción y representación. Es difícil, sin embargo, clasificar su obra, cuyas características más destacadas son, junto a la presencia constante del cubismo, la humanización de los objetos y de los astros (el sol) y el fondo de equilibrio clásico de su pintura.

El hombre de la flor amarilla (1932), de Emilio Pettoruti

Tras estudiar bellas artes en su ciudad natal, Emilio Pettoruti inició su actividad como caricaturista. Becado por el gobierno de la provincia de Buenos Aires, se trasladó a Italia en 1913 y allí estudió pintura e historia del arte en Florencia; en Italia conoció y recibió el influyo de los futuristas, con los que organizó algunas exposiciones, pero también recorrió los museos del país, estudiando a los maestros renacentistas. Con posterioridad trabó contacto con las más importantes tendencias vanguardistas de la época en Francia (especialmente el cubismo de Juan Gris), Austria y Alemania, países en los que realizó nuevas exposiciones.

De regreso a la Argentina, introdujo en los círculos pictóricos las premisas estéticas del futurismo y las del cubismo, no sin causar revuelo entre los críticos y artistas conservadores. Sería esta última corriente la que prevalecería en su creación en obras como Pájaro de luz, donde se aprecia una pulcra interpretación del cubismo con tendencia a la nunca alcanzada abstracción. Aunque tardíamente, Pettoruti ofreció una singular interpretación del arte cubista y se convirtió en uno de los más notables representantes de esta tendencia en el ámbito hispanoamericano.
En Argentina fundó y dirigió la revista Crónica de Arte y fue por dos veces director del Museo de Bellas Artes de La Plata. En 1941 visitó los Estados Unidos, donde dio a conocer su creación en diversas exposiciones organizadas por el Museo de Arte de San Francisco. En 1953 se estableció definitivamente en París.

lunes, 28 de septiembre de 2015

28 DE SEPTIEMBRE DE 1979 MUERE: JORGE W. ÁVALOS

28 DE SEPTIEMBRE DE 1979 MUERE:

JORGE W. ÁVALOS

Jorge Washington Ábalos, de familia bandeña, nació circunstancialmente en la ciudad de La Plata el 20 de Septiembre de 1915. En 1933 se graduó de maestro normal en Santiago del Estero y al año siguiente fue designado para desempeñarse en escuelas rurales del interior cercanas al Río Salado, región quichuista santiagueña. Entre ellas la de Puente Negro que, según Mariano Medina, “marcó su vida para siempre, y fue ambiente de sus más importantes relatos”.
Vieja escuela Nª 502 de Puente Negro, departamento Avellaneda, Shunko, destruída por la acción implacable del tiempo. 1981
A raíz de que el joven maestro sufrió la picadura de un escorpión y también por otras inquietudes comenzó a colaborar con el destacado médico sanitarista Dr. Salvador Mazza. Poco tiempo después lo hace también con Bernardo Houssay, enviándole gran cantidad de Latrodectus vivas, para la elaboración de suero antilatrodectus.
Esta tarea tuvo repercusiones en la prensa, por lo que el gobierno de la provincia de Santiago del Estero le ofreció una beca para desarrollar estudios sobre Triatominae en el Instituto Oswaldo Cruz de Río de Janeiro, cumplido lo cual se dedicó a la investigación y a la docencia universitaria en la Universidad de Tucumán.
En esa ciudad se casó con Leoni Albaca, con quién tuvo tres hijos: Jorge, Iván y Gabriel.
De regreso a Santiago fundó el Instituto de Animales Venenosos que hoy lleva su nombre; y finalmente se radicó en la ciudad de Córdoba, donde se desempeñó como docente de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales y fundó el Serpentario de Córdoba.
En el laboratorio. Hacia 1964.
Realizó numerosos cursos de capacitación en distintas parte del mundo y en el año 1968 ganó la beca Guggenheim para permanecer un año en la Universidad de Harvard.
Su obra literaria más conocida, ”Shunko” (1949), fue traducida a varios idiomas, llevada al cine por Lautaro Murúa (1959) y premiada por la UNESCO, como patrimonio de la cultura universal.
Escribió también “Cuentos con o sin víboras”(1942), “Animales, leyendas y coplas” (1953); “Lapachos” (1958); “Norte pencoso” (1964); “Terciopelo, la cazadora negra” (1971); “Coplero Popular” (1973), “Shalakos” (1975); “Don Agamenón y Don Velmiro, diálogos zoo- folklóricos” (1973) y además muchísimos trabajos científicos y de divulgación.
Al fallecer en 1979, en la ciudad de Córdoba, dejó inconcluso el libro “Coshmi” que junto a “Shunko” y “Shalacos” conforman una trilogía que comparte la cosmovisión de los santiagueños quichua hablantes y su entorno.

Vieja escuela Nª 502 de Puente Negro, departamento Avellaneda, la escuela de Shunko, destruída por la acción implacable del tiempo. 1981

sábado, 26 de septiembre de 2015


JORGE LUIS BORGES

Poema Conjetural

El doctor Francisco Laprida, asesinado el
día 22 de setiembre de 1829, por los montoneros de Aldao, piensa antes de morir:
Zumban las balas en la tarde última.
Hay viento y hay cenizas en el viento,
se dispersan el día y la batalla
deforme, y la victoria es de los otros.
Vencen los bárbaros los gauchos vencen.
Yo, que estudié las leyes y los cánones,
yo, Francisco Narciso de Laprida,
cuya voz declaró la independencia
de estas crueles provincias, derrotado
de sangre y de sudor manchado el rostro,
sin esperanza ni temor, perdido,
huyo hacia el Sur por arrabales últimos.
Como aquel capitán del Purgatorio
que, huyendo a pie y ensangrentando el llano,
fue cegado y tumbado por la muerte
donde un oscuro río pierde el nombre,
así habré de caer. Hoy es el término.
La noche lateral de los pantanos
me acecha y me demora. Oigo los cascos
de mi caliente muerte que me busca
con jinetes, con belfos y con lanzas.
Yo que anhelé ser otro, ser un hombre de
sentencias, de libros, de dictámenes,
a cielo abierto yaceré entre ciénagas;
pero me endiosa el pecho inexplicable
un júbilo secreto. Al fin me encuentro
con mi destino sudamericano.
A esta ruinosa tarde me llevaba
el laberinto múltiple de pasos
que mis días tejieron desde un día
de la niñez. Al fin he descubierto
la recóndita clave de mis años,
la suerte de Francisco de Laprida,
la letra que faltaba, la perfecta
forma que supo Dios desde el principio.
En el espejo de esta noche alcanzo
mí insospechado rostro eterno. El círculo
se va a cerrar. Yo aguardo que así sea.
Pisan mis pies la sombra de las lanzas
que me buscan. Las befas de mi muerte,
los jinetes, las crines, los caballos,
se ciernen sobre mí... Ya el primer golpe,
ya el duro hierro que me raja el pecho,
el íntimo cuchillo en la garganta.
T.S.ELIOT

Marina

Qué mares qué playas qué rocas grises y qué islas
Qué agua lamiendo la proa
Y aroma de pino y el tordo cantando a través de la bruma
Qué imágenes regresan
Oh hija mía.

Quienes afilan los dientes del perro, queriendo
Muerte
Quienes resplandecen con la gloria del colibrí, queriendo
Muerte
Quienes se sientan en la pocilga de la satisfacción, queriendo
Muerte
Quienes sufren el éxtasis de los animales, queriendo
Muerte

Se han vuelto insustanciales, reducidos por un viento,
Un soplo de pino, y la bruma que canta espontánea
Por esta gracia disuelta en su lugar
¿Qué es este rostro, menos claro y más claro,
El pulso en el brazo, menos fuerte y más fuerte
Dado o prestado? mas distante que estrellas y más cerca que el ojo

Susurros y sonrisitas entre hojas y pies apresurándose
Bajo el sueño, donde se juntan todas las aguas.
Bauprés rajado por hielo y pintura rajada por el calor.
Yo hice esto, lo he olvidado
Y recuerdo.
El aparejo débil y el velamen podrido
Entre un junio y otro septiembre.
Hice esto desconociendo, semiconsciente, desconocido, lo mío.
La hilada de aparadura hace agua, las costuras necesitan calafateo.
Esta forma. este rostro, esta vida, a mi palabra por la que no está dicha,
Por quien despierta, los labios separados, la esperanza, los barcos nuevos.
¿Qué islas qué playas qué islas graníticas hacia mis cuadernas
Y tordo que llama a través de la bruma
Hija mía.

ROBERTO ARLT AGUAFUERTES PORTEÑAS YO NO TENGO LA CULPA

     ROBERTO ARLT        AGUAFUERTES PORTEÑAS     YO NO TENGO LA CULPA   Yo siempre que me ocupo de cartas de lectores, suelo admitir que se...