sábado, 23 de julio de 2016

FRANCISCO URONDO
ALGO
                                                           A:RUBÉN RODRÍGUEZ ARAGÓN

con tu muerte
algo vendrá 
algo que jamás sacudió
tu conciencia
no importará
la tierra que te rodea
el árbol que te soporta
el agua que admitió tu pereza
no será algo
que ahora retumba en tu memoria
ni las resonancias que prefirió olvidar
vendrá algo sin vínculos
una lluvia sin pasado
sin gestos censurables
o bondadosos
no estará en juego
tu salvación
tampoco el olvido
ni el arrepentimiento
el "ángel tuerto"
no vendrá a consolarte
no será necesario
y olvidarás también el consuelo

viernes, 15 de julio de 2016


15 DE JULIO DE 1919 NACE:
IRIS MURDOCH
(Jean O. Bayley, Dublín, 1919 - Oxford, 1999) Narradora y ensayista inglesa. Su infancia transcurrió en Londres. De 1938 a 1942 estudió filosofía y literatura en el Somerville College de Oxford donde aprendió latín y griego y lenguas modernas. De 1948 a 1963 dio clases de filosofía en Oxford y entre 1942 y 1944 trabajó en el Tesoro Británico y luego en Bruselas, en las Naciones Unidas.
Durante la última parte de su vida padeció el mal de Alzheimer. Escribió más de treinta novelas, obras de teatro y volúmenes de poesía. Su primer libro publicado fue Sartre, el racionalista romántico (1953), un estudio sobre el filósofo francés y su sistema de ideas. Bajo la red (1954) fue su primera novela.
Algunas novelas de su primer período, como La campana (The Bell, 1958) o The Red and the Green (1965), que se desarrolla en el marco de la insurrección de 1916 en Dublín, siguen la tradición histórica y psicológica de la novela del siglo XIX. Otras obras, en cambio, muestran una tendencia a la narración alegórica y mítica, y representan la condición humana a través de personajes creados artificialmente, como en A Severed Head (1961); La muchacha italiana (An Italian Girl, 1964), testigo externo de tormentosos acontecimientos en un ambiente de clase media-alta dominado por los instintos; The Time of Angels (1966), donde los personajes ilustran el pensamiento filosófico en un mundo secularizado, o en la más madura El sueño de Bruno (Bruno's Dream, 1969), que trata el tema del aprendizaje de la muerte.
Después de 1968 planteó el tema del inconsciente, y su estilo se volvió más minucioso e introspectivo, las tramas se hicieron más intrincadas y llenas de violencia, a causa de las combinaciones de todo tipo de amores, y por medio de misteriosos y sorprendentes efectismos. Además, el lenguaje utilizado en las novelas se refinó cada vez más, con fragmentos de gran virtuosismo, empleando progresivamente paralelismos culturales con la mitología clásica y oriental, adquiriendo un valor literario y artístico metanarrativo. Entre sus obras técnicamente más ambiciosas se encuentran El Príncipe Negro (The Black Prince, 1973), escrito en forma de diario de un escritor, publicado póstumamente por un amigo editor, que añadió al mismo algunos comentarios que revelan diversas versiones de los hechos, y El mar, el mar (The Sea, the Sea, 1978), que desvela lentamente su paralelismo con la shakespeariana La tempestad, a medio camino entre el diario y la autobiografía imaginaria de un director.
El estilo de Murdoch es una compleja combinación de intelectualismo y temas sórdidos, de cotidianidad y metafísica. Los personajes de sus obras no dejan de confrontar sus ideas y existencia con las grandes obras de la cultura, y padecen una angustia tanto emocional como intelectual, porque se les escapa el sentido de sus vidas ante las preguntas capitales que se hacen.
Son protagonistas controvertidos, inmersos en su conciencia; una parte de ellos puede ser diabólica y la otra no cesa de preguntarse por la razón edificante y positiva de la vida y la moral: los héroes de sus novelas suelen ser por ello intelectuales, escritores, pintores, científicos o filósofos. También analizó la homosexualidad, el incesto y la impotencia, sobre todo en sus personajes masculinos.
Algunos críticos la han comparado con su predecesora del siglo XIX, G. Eliot (seudónimo de Mary Ann Evans Cross), aunque otros opinan que su estilo e ideas enérgicas tienen más que ver con la fuerza de W. Shakespeare y F. Dostoievski por el equilibrio entre lo sobrenatural y la realidad, además de otras influencias como las de pensadores en la línea de Ludwig Wittgenstein y S. Weil.
Sus novelas también se pueden leer como escenarios donde el pensamiento occidental se debate en un campo de batalla: obras de ideas o de argumentos filosóficos, aunque rodeadas de una aureola de misterio. Cierto sadismo perverso de sus tramas colinda con una "filosofía del bien". Según sus propias palabras, "es indudable que somos criaturas espirituales, sometidas a la atracción de la perfección y hechas para el Bien".
Escribió también una serie de trabajos críticos radicales acerca de corrientes filosóficas modernas como el kantismo, el existencialismo y el utilitarismo, donde argumentó la incapacidad de tales sistemas para responder a los problemas del hombre contemporáneo. A medio camino entre el género filosófico y de ficción, escribió un diálogo, Acastos, que aunque tiene lugar en la Atenas del siglo V a.C., examina el mundo contemporáneo. Su último trabajo, Existentialists and Mystics, se publicó en 1997.
15 DE JULIO DE 2003 MUERE:

ROBERTO BOLAÑO
(Santiago, 1953 - Barcelona, 2003) Escritor chileno afincado en España desde finales de la década de 1970. Autor de extraordinario talento, forzó los límites de la literatura en una serie de novelas con las que se consagró como una de las voces más importantes y personales de la narrativa latinoamericana. En sólo una década, en una suerte de carrera contra la adversidad, Bolaño dejó atrás la marginalidad y “se convirtió en un cuentista y novelista central, quizás el más destacado de su generación, sin duda el más original y el más infrecuente”, en palabras del también escritor chileno Jorge Edwards.
Roberto Bolaño Ávalos nació en Santiago el 28 de abril de 1953, hijo de León Bolaño, transportista, y de Victoria Ávalos, profesora. Pasó su infancia en Viña del Mar, donde cursó sus primeros estudios, en Quilpué y en Cauquenes. En Quilpué realizó a los diez años su primer trabajo como boletero en una línea de autobuses que cubría el trayecto Quilpué-Valparaíso.

Roberto Bolaño
En 1968 la familia se trasladó a Ciudad de México, donde Roberto pasó su adolescencia concentrado en la lectura, encerrado durante horas en la biblioteca pública. Pronto decidió que quería ser escritor y empezó a trabajar como articulista en diferentes medios. Al cumplir los veinte años quiso regresar a Chile. Corrían los días previos al golpe de estado y Bolaño se incorporó a la resistencia, pero fue arrestado. Tras ocho días en la cárcel (fue liberado gracias a la intercesión de dos detectives que resultaron ser ex compañeros de colegio), decidió volver a México y dedicarse de lleno a la literatura.
En México fundó, junto con un grupo de poetas mexicanos, un movimiento de vanguardia denominado infrarrealismo, y en 1975 vio finalmente publicados sus primeros trabajos, reunidos en la antología poética Poetas infrarrealistas mexicanos. Sin embargo, “hastiado de lo literario”, abandonó México y partió primero para El Salvador, donde conoció al poeta Roque Dalton, y posteriormente a Europa. Tras viajar por varios países europeos y por el continente africano, finalmente decidió establecerse en España.
No fue una época fácil; estaba solo, sin papeles, tenía dificultades económicas… Trabajó en múltiples oficios (fue lavaplatos, camarero, vigilante nocturno, basurero, descargador de barcos, vendimiador...) hasta que pudo mantenerse mediante su participación en certámenes literarios. Todas estas experiencias las convertiría, más adelante, en materia de su ficción.
En 1984 publicó, en colaboración con Antoni García Porta, su primera novela,Consejos de un discípulo de Morrison a un fanático de Joyce, con la que obtuvo el premio Ámbito Literario. Ese mismo año lanzó La senda de los elefantes, que fue galardonada con el premio Félix Urabayen.
Dos años después fijó su residencia en la población costera de Blanes (Girona), donde, sin abandonar su interés por la poesía, se centró cada vez más en la narrativa. Trabajaba en un pequeño estudio apenas a cincuenta metros de su casa, siguiendo algunos rituales imprescindibles: música de rock de la década de 1970, una infusión de manzanilla con miel y tabaco, muchísimos cigarrillos. Escribía tres folios al día; si las cosas iban bien, hasta diez. Cuidaba mucho de la estructura de sus libros y reescribía mucho.
En 1993 los médicos le diagnosticaron una grave enfermedad hepática. A partir de entonces Bolaño se obsesionó con dejar un legado literario de importancia y se dedicó aún con mayor ahínco a la escritura y multiplicó sus publicaciones. Ese mismo año vieron la luz Los perros románticos, un recopilatorio de la obra poética creada entre 1977 y 1990, y la novela La pista de hielo. En 1996 presentó La literatura nazi en América y Estrella distante, y en 1997 la compilación de cuentosLlamadas telefónicas, que le valió el premio Municipal de Santiago de Chile, el más importante en su país.
Producción desenfrenada
El año 1998 fue sin duda un año clave en la vida de Roberto Bolaño, que poco antes había empezado a publicar en Anagrama. Aquel año su novela Los detectives salvajes recibió dos importantes distinciones: el premio Herralde de novela y el premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos “por la calidad de la obra y su novedosa apuesta narrativa”. La novela, en la que destaca “el humor derrochado, poco frecuente en la literatura escrita en español”, narra las aventuras de dos hombres embarcados en la búsqueda de una escritora mexicana desaparecida durante la revolución. Los esfuerzos por encontrarla se prolongarán desde 1976 hasta 1996.
Poco después de este reconocimiento público, y tras veinticinco años de ausencia, Bolaño visitó Chile. A raíz de esta visita surgió una nueva novela, un cuadro alegórico del Chile pinochetista, cargado de fantasmas, torturadores y toques de queda, titulada Nocturno de Chile (2000) y calificada por el editor Jorge Herralde de “pequeña obra de arte escalofriante”.
El mismo año de la aparición de Nocturno de Chile, Bolaño entró en lista de espera para un trasplante de hígado. Su estado de salud empeoraba, y decidió consagrar “lo que me quede de vida” a la que debía ser su obra cumbre, 2666. “Consciente de la sombra que la muerte había proyectado sobre él” (Enrique Vila-Matas), siguió escribiendo hasta su fallecimiento, el 14 de julio de 2003, víctima de una insuficiencia hepática. Pocos días antes había asistido en Sevilla al I Encuentro de Autores Latinoamericanos, su última aparición pública, y había entregado a su editor el manuscrito del libro de cuentos El gaucho insufrible.
En 2004 Anagrama publicó 2666, la novela póstuma de Bolaño, una pentalogía de más de mil páginas, centrada en la figura de un enigmático escritor alemán llamado Von Archimboldi, en la que el autor muestra su gran variedad de registros literarios. Según el crítico Ignacio Echevarría, se trata de la “obra maestra” del autor, una “novela total, sin ningún matiz intimidante o plúmbeo, que toca los grandes temas, como la muerte, el mal o la trascendencia […] una obra polifónica, donde los registros cambian mucho, desde lo policiaco hasta lo épico”.
2666 mereció el premio Salambó, que otorgan los propios escritores a la mejor novela escrita en castellano, “por abrumadora mayoría” (Rosa Montero, miembro del jurado). El jurado la definió como “el resumen de una obra de mucho peso, donde se decanta lo mejor de la narrativa de Roberto Bolaño”, una novela que “contiene mucha literatura, que supone un gran riesgo y lleva al extremo el lenguaje literario de su autor”. 2666 fue galardonada además con el premio a la novela “con mejor acogida entre la prensa especializada” concedido por la Fundación José Manuel Lara Hernández.
También en 2004 se publicó Entre paréntesis, un recopilatorio de artículos, conferencias y otros textos publicados en varios medios de comunicación y producto de la actividad periodística y pública de Bolaño entre 1998 y 2003. Otras obras del autor son Amuleto (1999), Monsieur Pain (1999), Putas asesinas (2001), un libro de relatos protagonizados por personajes extremos, Una novelita lumpen (2002) yAmberes, publicada en 2002 pero escrita veintidós años antes, cuando Bolaño, recién llegado a Barcelona, trabajaba por las noches en un camping de Castelldefels.

jueves, 14 de julio de 2016

14 DE JULIO DE 1904 NACE:

ISAAC BASHEVIS SINGER

(Radzymin, 1904 - Miami, 1991) Escritor polaco en lengua yiddish. Era el tercer hijo de una familia en la que por ambas ramas abundaban los rabinos, aunque su padre estaba vinculado a la tendencia jasídica y la familia de su madre pertenecía a la corriente racionalista de los mitnagdim, opuesta al jasidismo. Vivió desde muy pequeño en un barrio humilde de Varsovia, por entonces importante centro de cultura y espiritualidad judía. De sus vivencias en la casa familiar, en la que funcionaba el tribunal rabínico donde la comunidad hebrea resolvía sus litigios, dejó testimonio en la colección de relatos Krochmalna, 10.
Durante la Primera Guerra Mundial, su familia comenzó a pasar graves privaciones, y junto a su madre y un hermano se trasladó a Bilgoray, en la frontera austríaca, de donde su madre era oriunda. Allí comenzó a estudiar el Talmud aunque más tarde, junto a otros jóvenes cuyas inquietudes se dividían entre el sionismo y el bolchevismo, comenzó a interesarse por lecturas alejadas de la ortodoxia judía (Platón, Aristóteles, Schopenhauer y Kant, entre otros filósofos y autores como Turguenev, Maupassant y Chéjov). Pero el pensador que más influyó en su concepción del mundo y en su literatura fue Baruch Spinoza.
Su hermano mayor, que permaneció en Varsovia, se había convertido en periodista y escritor, y le ofreció trabajar como corrector de pruebas en una revista literaria en yiddish en la que él mismo escribía, la Literarische Bletter. Isaac aceptó y se trasladó a Varsovia, donde comenzó su carrera literaria: ante la disyuntiva de escribir en hebreo o en yiddish optó por éste último, porque "es la lengua que tiene más palabras para definir a un pobre".
Tradujo al yiddish una obra tan importante como La montaña mágica y a autores como S. Zweig o E. M. Remarque, entre otros. En esos años, el joven Isaac alternó una intensa actividad literaria y cultural con apasionadas aventuras amorosas, de una de las cuales nació su único hijo. Su compañera Runya, de ideología comunista, fue arrestada y se trasladó luego con el niño a la Unión Soviética: expulsada más tarde de allí por sus actividades sionistas, madre e hijo se radicarán en Israel.
La primera novela de Singer, Satán en Goray, se publicó en 1935 y ese mismo año, ante la creciente amenaza de invasión alemana a Polonia, emigró a los Estados Unidos donde se reunió con su hermano, que llevaba ya dos años en Nueva York. En camino hacia América visitó París, que le pareció "una ciudad tan alegre como el carnaval de Purim" (festival judío en el que se conmemora la leyenda de Esther).
Sus primeros trabajos en América fueron para el Jewish Daily Forward, periódico en el que publicó notas y relatos firmados con el seudónimo Warshovsky; para el mismo medio trabajó también como crítico teatral y, en general, los primeros años en los Estados Unidos le parecieron desalentadores. Algunas de sus experiencias de emigrante reciente en aquel país quedaron reflejadas en el libro de relatos Una boda en Brownsville (1964).
En 1940 se casó con Alma Wasserman y retomó con fuerza la narrativa aunque nunca la había abandonado del todo, ya que en el Forward había ido apareciendo por capítulos su primera novela La familia Moskat, publicada en 1950 y por la que recibió el premio Louis Lamed. En 1969 publicó La Mansión, que fue nominada para el National Book Award, y en 1978 recibió el premio Nobel de Literatura, única vez que se otorgó a un escritor en lengua yiddish. Ha sido traducido prácticamente en todo el mundo y es el escritor de su idioma más conocido por el gran público.
Aunque indudablemente la obra de Singer es tributaria de los autores de su cultura que lo precedieron, su estilo se distingue por ser más audaz y sus tramas bastante más complejas. Si bien sus relatos, poblados por brujas, milagros y misterios, están impregnados de la legendaria literatura de las fuentes tradicionales judías, el autor ha tratado estos temas con una profunda ironía y el enfoque moderno y peculiar que lo caracteriza.
En la mayoría de sus obras la temática es el ambiente y la vida de los judíos de Polonia que el autor describe y juzga alternando la ternura y la crítica, a veces mordaz. Su prosa es muy elaborada, a menudo incluye detalles extraños o cómicos y se aprecia en ella una constante de sentimentalismo y sorprendente sensualidad.
Además de los títulos ya citados, destacan de su producción El mago de Lublín(1960); El Spinoza de la calle Market (1961); Cuando Schlemiel fue a Varsovia y otros cuentos (1968); Cuentos judíos de la aldea de Chelm y Un amigo de Kafka(ambos de 1973); Shosha (1978); Golem, el coloso de barro (1982) y los relatos para niños Cuentos judíos (1989).

miércoles, 13 de julio de 2016

13 DE JULIO DE 1954 MUERE:

FRIDA KAHLO

(Magdalena Carmen Frida Kahlo; Coyoacán, México, 1907 - id., 1954) Pintora mexicana. Aunque se movió en el ambiente de los grandes muralistas mexicanos de su tiempo y compartió sus ideales, Frida Kahlo creó una pintura absolutamente personal, ingenua y profundamente metafórica al mismo tiempo, derivada de su exaltada sensibilidad y de varios acontecimientos que marcaron su vida.


Frida Kahlo
A los dieciocho años Frida Kahlo sufrió un gravísimo accidente que la obligó a una larga convalecencia, durante la cual aprendió a pintar, y que influyó con toda probabilidad en la formación del complejo mundo psicológico que se refleja en sus obras. En 1929 contrajo matrimonio con el muralista Diego Rivera; tres años después sufrió un aborto que afectó en lo más hondo su delicada sensibilidad y le inspiró dos de sus obras más valoradas: Henry Ford Hospital y Frida y el aborto, cuya compleja simbología se conoce por las explicaciones de la propia pintora. También son muy apreciados sus autorretratos, asimismo de compleja interpretación: Autorretrato con monos o Las dos Fridas.
Cuando André Breton conoció la obra de Frida Kahlo, afirmó que la mexicana era una surrealista espontánea y la invitó a exponer en Nueva York y París, ciudad esta última en la que no tuvo una gran acogida. Frida nunca se sintió cerca del surrealismo, y al final de sus días rechazó abiertamente que su creación artística fuera encuadrada en esa tendencia.

Junto a su cuadro Las dos Fridas
En su búsqueda de las raíces estéticas de México, Frida Kahlo realizó espléndidos retratos de niños y obras inspiradas en la iconografía mexicana anterior a la conquista, pero son las telas que se centran en ella misma y en su azarosa vida las que la han convertido en una figura destacada de la pintura mexicana del siglo XX.
La obra de Frida Kahlo
La producción de la artista mexicana es un ejemplo de ese tipo de arte que sirve como poderoso instrumento con el que exorcizar la angustia de una realidad hostil. El signo trágico de su existencia, marcada por la lucha contra la enfermedad, había comenzado cuando a los seis años contrajo una poliomielitis que le dejó importantes secuelas. En 1925 sufrió un grave accidente de tráfico que le fracturó la columna vertebral y la pelvis. Además de imposibilitarle tener hijos, el accidente fue la causa de numerosas operaciones futuras y de una salud siempre precaria.
A través de la pintura, que empezó a practicar en los largos meses de inmovilidad tras el accidente, Frida Kahlo reflejaría de forma soberbia la colisión entre su ansia de felicidad y la insistente amenaza de su destrucción, a la vez que conjuraba la dualidad irreductible entre los sueños (de amor, de hijos) y la realidad (dolor e impotencia).
Durante la convalecencia del accidente, sin poder ni siquiera incorporarse, comenzó a pintar tomándose ella misma como modelo principal. Le colocaron un espejo bajo el baldaquino de su cama y un carpintero le fabricó una especie de caballete que le permitía pintar estando acostada. Éste fue el inicio de una larga serie de autorretratos, tema que ocupa el grueso de su producción, de carácter fundamentalmente autobiográfico. En una ocasión afirmó: "Me retrato a mí misma porque paso mucho tiempo sola y porque soy el motivo que mejor conozco." En poco tiempo Frida desarrolló un vocabulario simbólico propio; con él acompañaba sus retratos para representar metafóricamente sus experiencias y sus pensamientos.

Autorretrato con monos (1943)
Influida por las ideas de vindicación de identidad que propagaba el nacionalismo revolucionario, Frida vestía con largas faldas mexicanas, moños trenzados con cintas de colores y collares y pendientes precolombinos. Así la encontramos enAutorretrato como Tehuana (1943, Colección Natasha Gelman, Ciudad de México), representada como mexicana "auténtica" y acentuando sus rasgos mestizos (tenía sangre española, india y alemana). Producto de esa misma ideología nacionalista son los fondos de algunas de sus obras como el Autorretrato con monos (1943, Colección Natasha Gelman, Ciudad de México), en el que su figura aparece recortada sobre plantas selváticas y rodeada de animales, o aquellos en los que retoma imágenes de la cultura precolombina, como Mi nana y yo (1937, Colección Dolores Olmedo, Ciudad de México).
Otras veces, como en Autorretrato - El Marco (1938, Museo Nacional de Arte Moderno, Centro Georges Pompidou, París), se inspira en la imaginería popular y muy específicamente en los retablos cargados de ese barroquismo ingenuo y colorista tan específicamente mexicano que conjuga vívidamente lo espectacular con lo escatológico.
Una de las formas más comunes del arte popular mexicano son los exvotos. Frida vincula a esta tradición sus cuadros de desarrollo narrativo representando de forma sintética los elementos más significativos y de mayor carga expresiva. El tamaño pequeño de los cuadros y la técnica (óleo sobre plancha metálica) proviene también de ellos.

Henry Ford Hospital (1932)
Esta fusión entre la temática personal y las formas de la imaginería popular se encuentra expresada de forma emblemática en la obra Henry Ford Hospital (1932, Colección Dolores Olmedo, Ciudad de México). A pesar del accidente, Frida esperaba que su segundo embarazo llegara a buen término, pero su pelvis fracturada no podía acoger el desarrollo de un niño. La traumática experiencia de un nuevo aborto fue el origen del cuadro.
La adopción de las formas narrativas de los exvotos tiene su mejor ejemplo en una pieza singular titulada Retablo (1943, colección privada). Frida había encontrado un exvoto que representaba el choque entre un tren y un autobús; una muchacha herida yacía sobre las vías y la imagen de la Virgen de los Dolores flotaba sobre la escena. Añadiendo a la chica sus propias cejas y unos rótulos al tren y al autobús, lo convirtió en la representación de su propio accidente. En la parte inferior escribió: "Los esposos Guillermo Kahlo y Matilde C. de Kahlo dan gracias a la Virgen de los Dolores por haber salvado a su niña Frida del accidente acaecido en 1925 en la esquina de Cuahutemozin y de Calzada de Tlalpan."

Retablo (1943)
Tras superar algunas graves crisis de salud, y de forma idéntica a como lo hacen los creyentes con los santos de su devoción, Frida mostró su agradecimiento a los médicos mediante pinturas que siguen rigurosamente las convenciones del exvoto. Muestras de ello son las obras dedicadas al doctor Eloesser y al doctor Farill.
Pero no sólo la enfermedad fue causa de sus trastornos y metáfora de sus pinturas; los reveses de su vida afectiva también fueron tematizados en cuadros que constituyen depuradas síntesis simbólicas. En El corazón (1937, Colección Michel Petitjean, París), la ausencia de manos expresa su impotencia y desesperación ante el enredo amoroso entre Diego Rivera y su hermana Cristina. Su corazón, literalmente arrancado, yace a sus pies y posee un tamaño desmesurado que refleja la intensidad de su dolor. Junto a ella, un vestido femenino, que alude a su hermana, pende de un hilo, a la vez que de sus mangas sale un único brazo que enlaza y un palo atraviesa el hueco que ha dejado su propio corazón.

El corazón (1937)
Frida y el surrealismo
La apariencia onírica de sus imágenes propiciaba la relación de su simbología con el surrealismo, algo que Frida Kahlo negaría rotundamente: "Se me tomaba por una surrealista. Ello no es correcto, yo nunca he pintado sueños, lo que yo he representado era mi realidad."

Frida Kahlo y Diego Rivera
Pero Frida no sólo rechazó el carácter surrealista de su pintura, sino que profesó una profunda aversión hacia los representantes del movimiento. Había conocido a Breton en México en 1938 y al año siguiente pasó varios meses en París, donde tuvo ocasión de entrar en contacto con los otros surrealistas. La opinión que le merecían la expresó sin cortapisas en una carta que escribió desde allí a Nicolas Muray: "No puedes imaginarte lo joputas que son esta gente; me hacen vomitar. Son tan condenadamente intelectuales y degenerados, que ya no los aguanto más."
Frente a las representaciones oníricas o al automatismo psíquico de los surrealistas, los numerosos símbolos que Frida Kahlo introduce en sus cuadros poseen significaciones precisas y son producto de la actividad consciente. Su obra se origina y procede de una continua indagación sobre sí misma, y manifiesta los estados de ánimo de forma precisa y deliberada, materializando las oscilaciones entre el sufrimiento y la esperanza. El carácter simbólico de su pintura da cauce a la expresión vehemente de una personalidad apasionada para la que el arte es desafío y combate, lucha violenta contra la enfermedad, pero también repliegue ensimismado hacia su yo interior y huella del reconocimiento doloroso de su identidad maltrecha.

13 E JULIO DE 1894 NACE:

ISAAK EMMAUILOVICH BABEL

Escritor soviético, de origen judío, nacido en Odessa en 1894. Fue el primer escritor de talento que surgió de la Revolución rusa. Se unió a la Revolución y en 1920 ingresó en la caballería del ejército soviético. Durante muchos años fue amigo de Gorki, que le animó para que escribiera. En 1923 participó en la campaña polaca en la caballería de Boudionny, experiencia que recoge en el libro de relatos La caballería roja, breves historias de la vida militar en la cómica jerga de los cosacos de Boudionny. Escribió además libros narrativos donde reflejó el ambiente de la época:Cuentos de Odessa (1921), Primer amor (1925), Historias de mi palomar (1925) yOcaso (1928). 

En sus obras utiliza siempre el discurso directo en primera persona, muestra una amarga ironía, un erotismo desenfadado y evoca el lento aniquilamiento de la pequeña burguesía hebrea, inspirando en todo momento el deseo de descubrir y revalorar el elemento humano en el complejo engranaje de la historia.

En 1937 fue arrestado bajo acusación de trotskismo y fue fusilado en un campo de concentración dos años más tarde. Fue rehabilitado a la muerte de Stalin.
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13 DE JULIO DE 1934 NACE:

WOLE SOYINKA

(Nombre literario de Akinwande Oluwole Soyinka; Abeokuta, 1934) Dramaturgo, poeta, novelista y crítico nigeriano en lengua inglesa; fue el primer escritor africano negro que recibió el premio Nobel de Literatura (1986).

Descendiente de la etnia Yoruba, de rica y poderosa tradición cultural, estudió en la universidades de Ibadan, Nigeria, y Leeds, Inglaterra. Allí fue influido por el estudioso shakespeareano Wilson Knight y por el ambiente de experimentación de la década de 1950. En ese período escribió dos comedias que fueron representadas en Londres: The Swamp Dwellers y la célebre The Lion and the Jewel.

Wole Soyinka
En 1963, con motivo de la celebración de la independencia de Nigeria, escribió su primera obra de consideración: La danza de los bosques, una sátira acerca de los problemas de una nación joven a la vez que una crítica de la edulcoración del pasado, en un estilo que mezclaba las técnicas de vanguardia con el folclore africano. En 1965, publicó la novela Los intérpretes, que ha sido comparada, por la complejidad de su técnica y por su calidad artística, con las tentativas literarias de J. Joyce y W. Faulkner.
Durante la guerra civil en Nigeria, Soyinka fue encarcelado durante 22 meses, experiencia que describió en un conmovedor libro: El hombre ha muerto (1972), y en la novela La estación del caos (1973). En 1972 se exilió voluntariamente, inaugurando una intensa etapa en la que escribió cuatro notables piezas de teatro:Las metamorfosis del hermano JeroThe Bacchae of EuripidesMadmen and Specialists y La muerte y los caballeros del rey. En 1976 publicó el que se considera su más importante libro de ensayos: Myth, Literature and the African World.
La combinación armoniosa de una experimentación audaz y el amor por las raíces yorubas ha sido siempre una característica de su literatura. Esto lo llevó a polemizar con los representantes de la negritud, de quienes dijo: "El tigre no necesita hacer alarde de su tigritud". En 1994 se vio forzado al exilio, del que no pudo regresar hasta 1998.
Cabe destacar también su autobiografía Aké, los años de la niñez (1981), cuyo título proviene del nombre de la aldea en que creció y en la que describe, de un modo vívido e imaginativo, su infancia y educación bajo las tradiciones yorubas. Obras posteriores son Beautification of Area Boy (1995) y The gay's never die (2000). Publicó también el libro Clima de miedo (2007), que recoge cinco textos escritos en 2004 para el ciclo de conferencias Reith de la cadena británica BBC.

ROBERTO ARLT AGUAFUERTES PORTEÑAS YO NO TENGO LA CULPA

     ROBERTO ARLT        AGUAFUERTES PORTEÑAS     YO NO TENGO LA CULPA   Yo siempre que me ocupo de cartas de lectores, suelo admitir que se...