viernes, 23 de septiembre de 2016

23 DE SEPTIEMBRE DE 480 a.c. NACE:
EURÍPIDES
(Salamina, actual Grecia, 480 a.C.-Pella, hoy desaparecida, actual Grecia, 406 a.C.) Poeta trágico griego. De familia humilde, Eurípides tuvo como maestros a Anaxágoras, a los sofistas Protágoras y Pródicos y a Sócrates, cuyas enseñanzas se reflejan en su obra.
En el 455 a.C. Eurípides presentó a concurso su primera tragedia, Los Pelíadas, con la que obtuvo el tercer puesto. Seguirían 92 obras más, de las cuales se han conservado diecisiete tragedias, que, sin embargo, poca fama y reconocimiento le aportaron en vida: sólo obtuvo cuatro victorias en los festivales anuales que se celebraban en Atenas, por lo que hacia el final de su vida decidió trasladarse a Macedonia para incorporarse a la corte del rey Arquelao (408 a.C.), donde según la leyenda fue devorado por unos perros.

Eurípides
Las obras de Eurípides representan un cambio de concepción del género trágico, de acuerdo con las nuevas ideas que había aprendido de los sofistas; así, su escepticismo frente a las creencias míticas y religiosas es manifiesto en sus obras, que rebajan el tono heroico y espiritual que habían cultivado Esquilo y Sófocles a un tratamiento más cercano al hombre y la realidad corrientes.
El héroe aparece retratado con sus flaquezas y debilidades, dominado por oscuros y secretos sentimientos que le impiden enfrentarse a su destino, del que finalmente es liberado por la intervención de los dioses al término de la obra (recurso llamadodeus ex machina, por los artilugios escénicos que usaba para introducir al dios); otras innovaciones suyas son la introducción de un prólogo y la asignación de un papel más reducido al coro. En sus tragedias pasa a primer término el tratamiento psicológico de los personajes, de gran profundidad.
Incomprendido en su época, Eurípides se convirtió en modelo a imitar ya por los trágicos latinos, y luego su influencia prosiguió durante el neoclasicismo y el Romanticismo alemán (Lessing, Schiller, Goethe).

lunes, 19 de septiembre de 2016

19 DE SEPTIEMBRE DE 1921 NACE: PAULO FREIRE

19 DE SEPTIEMBRE DE 1921 NACE:
PAULO FREIRE

(Recife, Brasil, 1921 - São Paulo, 1997) Pedagogo brasileño. Estudió filosofía en la Universidad de Pernambuco e inició su labor como profesor en la Universidad de Recife, como profesor de historia y filosofía de la educación.

En 1947 inició sus esfuerzos para la alfabetización de adultos, que durante los años sesenta trataría de llevar a la práctica en el nordeste de Brasil, donde existía un elevado índice de analfabetismo. Con la ayuda del obispo Helder Cámara, promovió en 1961 el denominado «movimiento de educación de base», a la vez que desarrollaba su metodología educativa. Con la llegada al poder en 1964 del general Humberto Castelo Branco, fue detenido y hubo de abandonar el país. En el exilio ejerció como asesor educativo de diversas instituciones, entre ellas la UNESCO. Regresó a Brasil en 1980. 

Desde unas creencias profundamente cristianas, Paulo Freire concibió su pensamiento pedagógico, que es a la vez un pensamiento político. Promovió una educación humanista, que buscase la integración del individuo en su realidad nacional. Fue la suya una pedagogía del oprimido, ligada a postulados de ruptura y de transformación total de la sociedad, que encontró la oposición de ciertos sectores sociales. Definió la educación como un proceso destinado no a la domesticación sino a la liberación del individuo, a través del desarrollo de su conciencia crítica. 

Las ideas educativas de Paulo Freire quedaron recogidas en los diversos ensayos que publicó. Entre otros títulos, destacan La educación como práctica de la libertad(1967), Pedagogía del oprimido (1969) y Educación y cambio (1976).

19 DE SEPTIEMBRE DE 1908 NACE:

MIKA TOIMI WALTARI

Poeta, narrador y dramaturgo finlandés, nacido en Helsinki en 1908 y fallecido en su ciudad natal en 1979. Autor de una fecunda y brillante producción literaria que abarca casi todos los géneros que estuvieron en boga en su tiempo, merced a su famosa narración titulada Sinuhé el egipcio (1945) se convirtió en uno de los escritores fineses de mayor proyección universal.

Volcado desde muy temprana edad hacia los estudios humanísticos y el ejercicio de la creación literaria, el joven Mika Waltari se graduó en la universidad de la capital finlandesa, donde, con tan sólo veinte años de edad, ya se había dado a conocer como poeta, a raíz de la publicación de un volumen de versos titulado La calle mayor (1928). En efecto, fue uno de los principales animadores del panorama literario de Helsinki, en el que participó activamente dentro del célebre grupo literario de los Tulenkantajat ("Portadores de fuego"), formado por jóvenes creadores que consiguieron introducir el espíritu y la estética modernista en las siempre lejana Letras finlandesas. En su poemario citado hay, empero, algunos rasgos que delatan sus contactos con los movimientos vanguardistas que, en las diferentes literaturas europeas y americanas, sucedieron a la corriente modernista; entre estos rasgos, sobresale la preocupación del poeta por los aspectos mecánicos de la moderna civilización y por la importancia que ha adquirido la vida urbana.

Plenamente integrado, pues, en todos los focos que contribuían al mantenimiento de la vida cultural en la Finlandia de la primera mitad del siglo XX, Mika Waltari se convirtió durante la década de los años treinta en una de las figuras centrales de la intelectualidad de su país, donde ejerció su influencia como editor adjunto, crítico literario y, finalmente, director del prestigioso seminario cultural Soumen Kuvalehti(1936-38). Esta preeminencia en el epicentro intelectual y artístico de su pueblo le condujo también a desempeñar importantes cargos públicos al servicio de sus conciudadanos, sobre todo durante la Guerra Ruso-Finesa y la II Guerra Mundial, en las que desarrolló una importante labor logística como miembro de la oficina de información del estado.

Ya por aquel entonces Mika Toimi Waltari se había consagrado como novelista, faceta en la que debutó también precozmente con la publicación de Suuri illusioni(1928), una opera prima escrita en París durante sus años juveniles. Cada vez más alejado de las rigurosas exigencias estéticas e intelectuales que se había impuesto en su condición de poeta, el escritor de Helsinki fue evolucionando hacia el cultivo de una literatura de consumo que, si bien le reportó una amplia legión de seguidores entre los lectores de su ámbito geo-cultural (e, incluso, de buena parte del mundo), lo cierto es que también le relegó a la esfera comercial y publicitaria de los expertos fabricantes de best-sellers. Desde luego, a este status llegó con la publicación, recién acabada la II Guerra Mundial, de su famosa novela Sinuhe, egytilainen(Sinuhé el egipcio, 1945), que inmediatamente se convirtió en un éxito de ventas en todo el mundo, acrecentado por la popularidad que le granjeó la versión cinematográfica rodada en 1954 por el director de origen húngaro Michael Curtiz.
Previamente, Mika Waltari ya gozaba de un cierto reconocimiento como prosista en su Finlandia natal, donde a su mencionada opera prima había añadido otras narraciones extensas como Vieras mies tuli taloon (Un forastero llegó a la granja, 1937) y Akhnaton (1937). Pero, tras Sinuhé el egipcio, advirtió que sus grandes éxitos de ventas habrían de estar siempre ligados al subgénero de la novela histórica, en el que realizó otras muchas incursiones que confirmaron su habilidad para reconstruir los remotos períodos de la Antigüedad. Entre estas narraciones de corte histórico (que, con mayor propiedad, habría que denominar "novelas pseudohistóricas"), cabe recordar las tituladas Mikael Karvajalka (1948), El ángel negro (1951), Turms el etrusco (1955), Marco el romano (1961) y Lauso el cristiano(1967). Además, el escritor de Helsinki publicó otras novelas como Valtakunnan salaisuus (El secreto del reino, 1959), así como numerosos relatos breves de género policíaco y de aventuras. Finalmente, cabe recordar que Mika Toimi Waltari realizó también algunas incursiones dentro del género dramático, en el que, con menos fortuna que en su faceta de novelista, estrenó varias comedias y algunos dramas.
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19 DE SEPTIEMBRE DE 1911 NACE:

WILLIAM GOLDING
(William Gerald Golding; Saint Columb Minor, 1911 - Perranarworthal, 1993) Narrador y ensayista británico, premio Nobel de Literatura en 1983. Golding es el novelista alegórico por excelencia que intenta mostrar las dificultades (a veces la imposibilidad) que encuentra el hombre moderno para cumplir las normas elementales de la ley natural.

William Golding
Recibió durante su infancia y juventud una sólida formación humanista y literaria que lo influyó para los temas posteriores de sus novelas. En 1935, cuando ya era profesor de la Bishop Wandsworths School, en Salisbury, publicó un correcto volumen de poemas. Estudió en la Universidad de Oxford, se alistó en la Marina durante la Segunda Guerra Mundial, participó en el desembarco de Normandía y terminada la contienda se dedicó más seriamente a la literatura.
Su primera novela, El señor de las moscas, es una de las obras más populares de la literatura inglesa contemporánea; publicada en 1954, tuvo un gran éxito y fue considerada inmediatamente como una de las alegorías más extraordinarias de la narrativa contemporánea. En ella se cuenta la historia de un grupo de niños que, a raíz de un accidente de aviación donde murieron todos los adultos, desembarcan en una isla desierta. La novela va describiendo la gradual transformación de los escolares desde un estado casi adánico de primitiva inocencia hasta la instrumentación más refinada del Mal. Los niños van creando una sociedad a su propio estilo y terminan en una organización tiránica y perversa regida por los más fuertes. La alegoría dibuja pacientemente dicha conversión, que ocurre desde los valores civilizados occidentales hasta la degradación tribal más abyecta.
Por lo general, el estilo o poética del autor se sustentó en la revelación de la parte más oscura del ser humano y en el análisis de la civilización occidental, descubriendo el manto de hipocresía o, peor aún, la inevitable naturaleza del Mal. Su fama se duplicó con las versiones cinematográficas, entre ellas la de Peter Brook en 1963. La alegoría narrativa de Golding se amplificó hasta la historia: puede ser leída como una reflexión metafísica del ser humano o como una evaluación del fascismo contemporáneo.
A esta gran novela le siguieron otras con temas parecidos, siempre presididas por un análisis de la condición tenebrosa del ser humano. Los herederos (1955) narra el exterminio del hombre de Neandertal por el homo sapiens. La catedral (1964) es un relato acerca de la construcción de la aguja de una catedral, labor humanista que lleva sin embargo a la traición y el asesinato.
Más adelante publicó su trilogía Ritos de paso (1980), ganadora del Booker Price,Barrios cerrados (1987) y Fuego en las entrañas (1989), donde cuenta historias relacionadas con el mar. Escribió dos volúmenes de ensayos: Puertas ardientes(1965) y Un blanco móvil (1982). Su última novela, La lengua secreta, fue publicada en 1995, y en ella, tomando la Grecia antigua como contexto, describió la ascensión del poder romano y el declive de la cultura helénica. La prosa de Golding es irónica, clásica y refinada, y sustenta en el desarrollo gradual de los argumentos su magia narrativa. La transparencia alegórica de su obra atrae tanto a jóvenes como a adultos, lo que lo convierte en un clásico.

sábado, 17 de septiembre de 2016

ORTEGA Y GASSET 

LA REBELIÓN DE LAS MASAS 

(FRAGMENTO)




EL CARDO LEYENDA ARAUCANA

El sol caía a plomo sobre la pampa, calcinando la tierra. Los pastos habían desaparecido y los árboles resecos mostraban sus ramas desnudas y pardas cubiertas con el polvo gris que se levantaba del suelo.
Los pocos animales que quedaban, escuálidos y desganados, hundían sus hocicos donde creían encontrar el suelo húmedo o se echaban sin exhalar un quejido, pues ya no les quedaban fuerzas ni para eso.
Se hicieron muchas rogativas, pero el huenu se negaba a enviar el agua bienhechora.
En la tribu del gulmén Huiltrú reinaba la desesperación y la muerte. Los nativos no recordaban haber pasado jamás una sequía semejante.
Varios pobladores de la aldea habían tratado de alejarse en busca de algún lugar donde no faltara el agua, pero fue en vano. Debieron volver porque en mucha distancia a la redonda el panorama era aún más desolador.
Gulmén Huiltrú decidió realizar esa mañana el hillatrún, la fiesta que se celebraba cada dos años para rogar por el bienestar del pueblo, y que aunque no correspondía, dado el tiempo transcurrido desde que se realizara la última, era necesario efectuar a fin de que los ruegos fueran escuchados por los espíritus bienhechores.
Toda la tribu acogió la idea con vivas muestras de satisfacción, y de inmediato comenzaron los preparativos.
Se improvisó la capilla en medio del campo. Allí se depositaron las más variadas imágenes a quienes se dedicaba el huillatrún.
Buscaron luego un indiecito y una indiecita de ocho años más o menos, a los que pintaron los rostros con celeste y blanco, dándoles un aspecto original y llamativo. Así debía ser, pues estaban destinados a ser los ídolos de la fiesta.
Ellos, con su inocencia, eran los encargados de interceder entre los indígenas y los espíritus a quienes iban dirigidos los ruegos.
Se oyó a lo lejos el redoble de un cultrún. Un grupo de gente se acercaba encabezado por el machi más anciano de la tribu, que era quien ejecutaba el redoble monótono e interminable.
Llegó el grupo a la capilla improvisada. y allí, de pie, rogaron todos por el perdón de las malas acciones cometidas y pidieron con toda unción el agua bienhechora que los salvara de la muerte.
Después de pasado un tiempo bastante largo se hizo una pausa para dar oportunidad de descansar a los que realizaban las rogativas, pausa que aprovecharon no sólo para reposar sino para beber pulcu de. manzana y para comer carne de guanaco.
Varios descansos como este realizaron durante la mañana y todos con la misma finalidad.
A mediodía se dio por terminada la ceremonia.
Esa noche, mientras una suave brisa refrescaba el ambiente caldeado e insoportable, volvió el machi a invocar a los dioses haciendo conjuros para expulsar a Huecuvú, que era, sin duda, el culpable de los sinsabores y las desgracias que los habían alcanzado.
Los animales, extenuados, que se tiraban en el campo reseco y endurecido, no se volvían a levantar. Víctimas de una completa inanición, se dejaban morir...
Los hombres, vencidos por el calor y la fatiga, se echaban sobre la tierra desnuda, de la que se desprendía un calor de infierno.
El hechicero no dejaba de invocar a los dioses tutelares, previendo, con toda razón, que si una lluvia abundante no caía sobre la región; el fin de todos estaría muy próximo.
Después de medianoche, cuando el lucero del alba se hizo visible a sus ojos cansados, lanzó un grito de júbilo. El Espíritu del Agua, sensible a sus ruegos, se hizo presente y prometió. acceder a las súplicas de la tribu. Enviaría la tan esperada lluvia... Pero a cambio de un sacrificio que exigía.
No había sacrificio que los indígenas no estuvieran dispuestos a realizar a cambio del agua, que era para ellos esperanza de vida.
Sin embargo, no creyeron que las exigencias del Espíritu del Agua fueran tan terribles.
El hechicero, consciente de la magnitud de la demanda, repitió apesadumbrado las duras palabras del Genio de las Aguas:
-La más hermosa de las doncellas deberá acompañarme a las regiones ignotas del más allá, donde sólo tienen cabida las almas de los mortales. Para que su transformación
sea posible, toma este líquido. El será el encargado de quitarle la vida permitiendo al alma desprenderse de él y volar al Alhué Mapú.
Consternados escucharon los indígenas y un murmullo de asombro acompañó las últimas palabras del machi. No cabía la menor duda: la doncella más hermosa era Rayen, la hija preferida del cacique.
Temerosos pronunciaron su nombre:
-Rayen. .. Rayen...
El cacique nada dijo. Oyó imperturbable la sentencia. Su hermosa hija, presente en ese momento, se adelantó y acercándose al hechicero, le pidió:
-Dame, Curá... El veneno ha sido destinado para mí y yo me siento orgullosa de sacrificar mi vida por salvar la de mi padre y la de mi pueblo.
El cacique, desesperado al tener que perder a su hija predilecta, a cambio de la salvación de la tribu, con gesto rebelde y palabra amarga, mirando a los astros, se quejó:
-¿Por qué para conseguir la vida de unos, es necesario el sacrificio de la vida de otros?
Para conformarlo, el hechicero le respondió:
-Mi señor, los mandatos del Genio del Agua deben ser cumplidos sin protestas si no queremos que su venganza recaiga sobre todos. Pensad en vuestro pueblo, señor...
-En él pienso... Pero también pienso que para que mi pueblo se salve, debo sacrificar a mi hija, a quien no hay otra doncella que iguale en belleza ni la aventaje en bondad. ¡Yo no puedo sacrificar a mi hija!
Rayen, que sin que su padre lo notara había oído sus desconsoladas palabras, se acercó a él y acariciando su cabeza vencida por el dolor lo conformó:
-No te doblegue la pena, padre mío. Bello destino es el de mi vida si con ella logro salvar a mis hermanos. A ellos la ofrezco. A ellos y a ti, para quien deseo una existencia muy larga dedicada al bien y a la felicidad de tu pueblo al que gobiernas con tanta bondad y justicia.
Y sin que su padre pudiera evitarlo acercó a sus labios el recipiente que le entregara el machi, y de un sorbo, apuró el contenido.
-¿Has visto padre? Fue fácil y ya está. Que mi sacrificio sea la felicidad de los míos...
- Dio unos pasos por el campo seco y a poco cayó sin vida.
El cacique dio un grito y los que lo rodeaban bajaron la cabeza impresionados por tanto dolor.
La aurora, que había comenzado a teñir el cielo por oriente de rosado y añil, se vio interrumpida en su tarea de distribuir luz y colores por negros nubarrones que cubrieron el firmamento.
Un trueno resonó a lo lejos, acompañado de agudas lenguas de fuego que parecían hendir las nubes.
Desde ese momento no cesaron los truenos ensordecedores y los relámpagos impresionantes. Cayeron grandes gotas que desaparecían al instante absorbidas con ansias por la tierra reseca.
Resonó un trueno más fuerte que los otros y una cortina de agua unió, al instante, el cielo con la tierra. Una lluvia copiosa y refrescante no cesó de caer. Ávidos bebían los indígenas, y en un arranque de exaltación y de locura corrían bajo el agua hasta empaparse, mientras destemplados gritos de júbilo saludaban la llegada del agua salvadora.
Cuando la tormenta amainó, la tierra mojada prometía vida y bienestar.
El cacique, entonces, queriendo dar un último abrazo al cuerpo exánime de su hija, corrió al lugar donde cayera... pero no la halló.
Rayen había desaparecido.
En el lugar donde la bella y valiente hija del cacique, había exhalado su último suspiro, una planta nueva, espinosa, elevaba sus hojas verdegrisáceas sobre la superficie.
Entre ellas surgían unas hermosas flores azules que guardaban en su tallo el agua que tanto había costado conseguir.
Así nació el cardo.
Esta planta previsora guarda en su seno el agua vivificante que la ayuda a sobrevivir y que se ofrece al ganado cuando la sequía devasta los campos, la hierba desaparece y las llanuras desoladas son un páramo donde la vida se extingue.
Y vuelve así a repetirse el sorprendente milagro por el que inmoló su vida la hermosa y
abnegada hija del cacique Huiltrú.

VOCABULARIO
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HUENU: Cielo
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GULMÉN: Cacique
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HUILTRÚ: Caldén
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HUECUVÚ: Demonio
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ALHUÉ MAPÚ: País de los muertos
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CULTRÚN: Tambor
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RAYEN: Flor
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PULCU: Chicha. Bebida fermentada
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CURÁ: Piedra
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MACHI: Hechicero, curandero

MILAN KUNDERA 

LA INSOPORTABLE LEVEDAD DEL SER

(FRAGMENTO)
1
La idea del eterno retorno es misteriosa y con ella Nietzsche dejó perplejos a los demás
filósofos: ¡pensar que alguna vez haya de repetirse todo tal como lo hemos vivido ya, y que incluso esa
repetición haya de repetirse hasta el infinito! ¿Qué quiere decir ese mito demencial?
El mito del eterno retorno viene a decir, per negatio-nem, que una vida que desaparece de una
vez para siempre, que no retorna, es como una sombra, carece de peso, está muerta de antemano y, si ha
sido horrorosa, bella, elevada, ese horror, esa elevación o esa belleza nada significan. No es necesario
que los tengamos en cuenta, igual que una guerra entre dos Estados africanos en el siglo catorce que no
cambió en nada la faz de la tierra, aunque en ella murieran, en medio de indecibles padecimientos,
trescientos mil negros.
¿Cambia en algo la guerra entre dos Estados africanos si se repite incontables veces en un
eterno retorno?
Cambia: se convierte en un bloque que sobresale y perdura, y su estupidez será irreparable.
Si la Revolución francesa tuviera que repetirse eternamente, la historiografía francesa estaría
menos orgullosa de Robespierre. Pero dado que habla de algo que ya no volverá a ocurrir, los años
sangrientos se convierten en meras palabras, en teorías, en discusiones, se vuelven más ligeros que una
pluma, no dan miedo. Hay una diferencia infinita entre el Robespierre que apareció sólo una vez en la
historia y un Robespierre que volviera eternamente a cortarle la cabeza a los franceses.
Digamos, por tanto, que la idea del eterno retorno significa cierta perspectiva desde la cual las
cosas aparecen de un modo distinto ha como las conocemos: aparecen sin la circunstancia atenuante de
su fugacidad. Esta circunstancia atenuante es la que nos impide pronunciar condena alguna. ¿Cómo es
posible condenar algo fugaz? El crepúsculo de la desaparición lo baña todo con la magia de la
nostalgia; todo, incluida la guillotina.
No hace mucho me sorprendí a mí mismo con una sensación increíble: estaba hojeando un
libro sobre Hitler y al ver algunas de las fotografías me emocioné: me habían recordado el tiempo de mi
infancia; la viví durante la guerra; algunos de mis parientes murieron en los campos de concentración
de Hitler; ¿pero qué era su muerte en comparación con el hecho de que las fotografías de Hitler me
habían recordado un tiempo pasado de mi vida, un tiempo que no volverá?
Esta reconciliación con Hitler demuestra la profunda perversión moral que va unida a un
mundo basado esencialmente en la inexistencia del retorno, porque en ese mundo todo está perdonado
de antemano y, por tanto, todo cínicamente permitido.

viernes, 16 de septiembre de 2016

16 de septiembre de 1.955:
Se instala en la Argentina la Revolución Fusiladora


El 16 de Septiembre de 1955, las Fuerzas Armadas Argentinas se olvidaron que las armas se las da el pueblo para defenderlo, y no para alzarse contra él. Los fusiladores tomaban el poder. Ya habían demostrado su furia asesina en el bombardeo cobarde y asesino a civiles inocentes en Plaza de Mayo, en el cañoneo sobre Mar del Plata, en las bombas colocadas por los comandos civiles, para matar obreros en las puertas de los subtes. Quince mil compañeros presos, un millón de desocupados y un sin número de muertos, que tiñeron con su sangre de peronista este suelo.
El desprecio por la vida, y la crueldad de los golpistas no tuvo límites. Fusilaron a la Patria vilmente, en la figura de Valle, cobardemente, por la espalda, en León Suárez. Anónimamente, en las esquinas, en las fábricas y las casas obreras.
“En cada cementerio hay una tumba abierta por sus manos” escribía Susana Valle al dictador Aramburu en Junio del 63, año en que el General golpista presentaba su candidatura a Presidente. “…. El suyo es un camino tenebroso de sangre, de humillación y de dolor…”, continúa “…solo la antipatria y el odio podrán poner en las urnas su boleta. El pueblo no lo hará y UD. NO VOLVERÁ JAMÁS A ENSANGRENTAR ESTA TIERRA”

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16 SEPTIEMBRE (1973)
ASESINAN A VÍCTOR JARA 

Es asesinado en el Estadio Nacional de Santiago de Chile el músico, cantor, compositor y director teatral Víctor Jara. Había sido secuestrado el 11 de septiembre, día del golpe de estado que derrocó al presidente Salvador Allende y remitido al estadio Chile, donde fue sometido a bárbaras torturas.

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16 SEPTIEMBRE (1976)
NOCHE DE LOS LÁPICES
En la llamada "Noche de los Lápices", por orden del general Ramón Camps, las fuerzas de seguridad secuestran a diez estudiantes secundarios, en su mayoría militantes de la Unión de Estudiantes Secundarios. Trasladados por diversos centros de detención y salvajemente torturados, cuatro podrán salir con vida, quedando a disposición del Poder Ejecutivo. Los jóvenes asesinados y desaparecidos fueron Claudio de Acha, de 16 años; Daniel Alberto Racedo, de 18, Horacio Angel Ungaro, de 17, María Clara Ciocchini, de 18 años, María Claudia Falcone y Francisco López Muntaner, ambos de 16 años. Años después, este hecho será conocido por la opinión pública gracias a las denuncias de los sobrevivientes Pablo Díaz, Emilce Moler y Gustavo Calotti. El 14 de mayo de 1998 la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires sanciona
con fuerza de Ley que se establece la fecha del 16 de Setiembre, en conmemoración a "La Noche de los Lápices¨, como Día de los Derechos del Estudiante Secundario, el cual quedará incorporado al calendario escolar de cada ciclo lectivo.

ROBERTO ARLT AGUAFUERTES PORTEÑAS YO NO TENGO LA CULPA

     ROBERTO ARLT        AGUAFUERTES PORTEÑAS     YO NO TENGO LA CULPA   Yo siempre que me ocupo de cartas de lectores, suelo admitir que se...