lunes, 17 de octubre de 2016



PAUL VERLAINE
Tú crees en el ron del café, en los presagios
Tú crees en el ron del café, en los presagios,
y crees en el juego;
yo no creo más que en tus ojos azulados.
Tú crees en los cuentos de hadas, en los días
nefastos y en los sueños;
yo creo solamente en tus bellas mentiras.
Tú crees en un vago y quimérico Dios,
o en un santo especial,
y, para curar males, en alguna oración.
Mas yo creo en las horas azules y rosadas
que tú a mí me procuras
y en voluptuosidades de hermosas noches blancas.
Y tan profunda es mi fe
y tanto eres para mí,
que en todo lo que yo creo
sólo vivo para ti.

17 DE OCTUBRE DE 1915 NACE ARTHUR MILLER

17 DE OCTUBRE DE 1915 NACE
ARTHUR MILLER
(Nueva York, 1915 - Roxbury, Connecticut, 2005) Dramaturgo estadounidense. Autor de obras emblemáticas como La muerte de un viajante y Las brujas de Salem, y ganador en dos ocasiones del premio Pulitzer, Arthur Miller está considerado como uno de los mejores dramaturgos del siglo XX. Escritor comprometido, Miller supo trasladar a los escenarios el conflicto del ser humano y el espíritu crítico, arremetió contra el masificador antihumanismo estadounidense, se acercó al marxismo, para después criticarlo, se opuso activamente a la “caza de brujas” del senador McCarthy y denunció la intervención estadounidense en Corea y Vietnam. Su nombre fue sinónimo de audacia y de ruptura, tanto temática como estructural.
Arthur Asher Miller nació en Nueva York el 17 de octubre de 1915, tercer hijo de un matrimonio de emigrantes austríacos formado por Isidore Miller (un fabricante de abrigos judío que se arruinó durante la Gran Depresión) y Augusta Bernett. Se graduó en la Abraham Lincoln High School y para pagarse los estudios de periodismo, que cursó en la Universidad de Michigan, trabajó en una radio local, en un almacén y como editor de noche en el Michigan Daily.
Poco antes de obtener la licenciatura, escribió Todavía crece la hierba (1938), una comedia que le valdría los primeros reconocimientos. Tras finalizar sus estudios, regresó a Nueva York y se inició en la escritura de seriales radiofónicos.
La década de 1940 supuso un período de cambios para Miller. Por un lado, en 1940 contrajo matrimonio con su novia de la universidad, Mary Grace Slattery, con la que tuvo un hijo, Robert, y una hija, Jane, y por otro se consolidó como escritor. Después de debutar en Broadway con El hombre que tuvo toda la suerte del mundo, una comedia de escaso éxito comercial, pero que le proporcionó el Theatre Guild Award en 1944, curiosamente fue una novela, Focus (1945), un alegato contra el antisemitismo, la que le reportó su primer éxito.
Influido por Ibsen, Miller mostró su preocupación por la sociedad que le rodeaba y su problemática en Todos eran mis hijos (1947), donde abordó la actividad de los que se aprovechan de la guerra. La obra obtuvo el premio de la Crítica de Nueva York en 1948, inscribió al autor dentro del realismo norteamericano de su tiempo y supuso su espaldarazo definitivo.
En estos sus primeros títulos se entrevé ya lo que sería el elemento fundamental de toda su obra: la crítica acerba a todos aquellos valores de carácter conservador que comenzaban a asentarse en la sociedad de Estados Unidos. Dos años después llegaría su mayor triunfo con una denuncia del carácter ilusorio del sueño americano: La muerte de un viajante (1949), obra por la que obtuvo el Pulitzer de Teatro y, de nuevo, el premio de la Crítica de Nueva York, y que a menudo se cita entre las mejores del teatro contemporáneo. Ese mismo año, el montaje teatral, dirigido por Elia Kazan, obtuvo seis premios Tony. La obra se representó ininterrumpidamente desde el 10 de febrero de 1949 hasta el 18 de noviembre de 1950, y posteriormente se estrenó en salas de todo el mundo. En 1985 fue llevada al cine por Volker Schlöndorff, con un memorable Dustin Hoffman en el papel protagonista.
Arthur Miller sufrió en sus propias carnes la “caza de brujas” del senador McCarthy. Su obra Las brujas de Salem (1953), un alegato contra la intolerancia y el puritanismo ambientado en 1692, era en realidad una denuncia contra las investigaciones que desde 1946 llevaba a cabo el denominado Comité de Actividades Antiamericanas. El comité, dirigido por Joseph McCarthy, había sido investido con la facultad de averiguar la filiación política de los ciudadanos, al objeto de depurar el país de “antiamericanos” y comunistas. Actores, directores, guionistas y escritores fueron multados o enviados a prisión. En 1956 Miller compareció ante el comité, que lo condenó por desacato al no querer delatar a los miembros de un círculo literario sospechosos de actividades procomunistas. Miller apeló la sentencia y finalmente fue absuelto.
Las brujas de Salem se representó por vez primera en Broadway en 1953 y obtuvo un gran éxito. En esta ocasión el encargado del montaje no fue Elia Kazan, quien en un episodio oscuro de su vida había delatado a varios camaradas ante el comité (Miller no le habló durante años), sino el legendario Jed Harris. La obra fue llevada al cine en 1996. Protagonizada por Daniel Day-Lewis (esposo de Rebecca Miller) y con guión adaptado por el propio Miller; en español se hizo una versión de la obra que se tituló El crisol.
La vida de Arthur Miller cambió radicalmente cuando, tras divorciarse de Mary, el 29 de junio de 1956 contrajo matrimonio con la mítica actriz Marilyn Monroe. La boda coincidió con el estreno de Panorama desde el puente (1955), pieza en la que el autor reproducía el tema de la llegada de inmigrantes a Estados Unidos, y por la que obtendría el segundo Pulitzer.
La popularidad del intelectual que había sabido ganarse el corazón de la mujer más adorada del siglo XX creció entonces vertiginosamente. El matrimonio hizo correr ríos de tinta durante los casi cinco años que duró. Habitual del papel couché y del glamour de Hollywood, la pareja no fue feliz y finalmente las infidelidades de la actriz (que tuvo un romance con Yves Montand), sus problemas con el alcohol y las tensiones durante el rodaje de Vidas rebeldes (1961), película de John Huston con guión del dramaturgo y protagonizada por Marilyn, acabaron con el matrimonio, que finalmente se divorció en enero de 1961. En esos años Miller se mantuvo alejado de los escenarios y no volvió a estrenar hasta 1964.
La estabilidad sentimental le llegó con la prestigiosa fotógrafa austríaca Inge Morath, pionera del fotoperiodismo. Se habían conocido durante el rodaje de Vidas rebeldes, donde ella ejercía de fotógrafa oficial del rodaje. Se casaron en 1962 y ya no se separarían hasta el fallecimiento de Inge, cuarenta años después (2002). Morath le dio una hija, Rebecca, y, según el biógrafo del dramaturgo, un hijo, Daniel, nacido con síndrome de Down y del que Miller nunca habló.
Arthur Miller volvió a los escenarios en 1964 con Después de la caída, un texto autobiográfico durísimo en el que narraba su relación con Marilyn. Otras obras destacadas posteriores, que sin embargo ya no le reportaron tanta popularidad, fueron Incidente en Vichy (1964), El precio (1968), quizá su último éxito popular, En Rusia (1969), La creación del mundo (1972), En el paraíso (1974), La colcha de Marta (1977), El arzobispo (1977), El viajante en Beijing (1984), El descenso del monte Morgan (1991) y Cristales rotos (1994).
En 1997, tras un largo silencio, escribió Una mujer normal, novela corta en la línea psicologista de sus últimas obras, que mereció excelentes críticas. Entre sus aportaciones a otros géneros sobresalen la colección de relatos Ya no te necesito (1967), el guión de la película El reloj americano (1980), las recopilaciones de ensayos tituladas Ensayos teatrales de Arthur Miller (1978) y Al correr de los años. Ensayos reunidos (1944-2001) y la novela autobiográfica Timebends: A Life (1987), que se publicaría en España un año después con el título de Vueltas al tiempo. Además de dramaturgo y escritor, intervino en diversas películas y documentales, como El edén (2001). Entre 1965 y 1969 fue presidente del PEN Club, el colectivo de escritores que vela por la libertad de expresión.
Elegido el mejor dramaturgo del siglo XX, según una encuesta convocada por el Royal National Theatre, en la que participaron ochocientas personas directamente relacionadas con el teatro, estaba en posesión de la Medalla de Oro de las Artes y las Letras (1959), del premio Angloamericano de teatro (1966) y del Lawrence Olivier Theatre Award (1995). En 2002 estuvo en España para recibir, de manos del príncipe Felipe, en una emotiva ceremonia en el teatro Campoamor de Oviedo, el premio Príncipe de Asturias de las letras en reconocimiento a su capital contribución a la “renovación de la permanente lección humanística del mejor teatro”. Contestatario hasta el final, un año antes había publicado La política y el arte de actuar, un alegato contra el establishment político estadounidense, George W. Bush incluido.
En los últimos años, Miller vivía a caballo entre Nueva York, donde sus obras se seguían representando con éxito, y su residencia de Connecticut. Desde 2002 vivía con Agnes Barley, una joven artista, con la que anunció públicamente que tenía intención de casarse. Enfermo de cáncer, neumonía y con problemas cardíacos, en 2004 estrenó su última obra, Finishing the Picture. Falleció en su rancho de Roxbury el 10 de febrero de 2005, acompañado de los suyos.
Imagen relacionada

sábado, 15 de octubre de 2016

15 DE OCTUBRE DE 1923 NACE:

ITALO CALVINO
(Santiago de las Vegas, Cuba, 1923-Siena, Italia, 1985) Escritor italiano. Hijo de un ingeniero agrónomo, se trasladó de San Remo, donde transcurrió la mayor parte de su infancia, a Turín, para seguir los mismos estudios que su padre, pero enseguida los abandonó a causa de la guerra, durante la cual luchó como partisano contra el fascismo. En 1944 se afilió al Partido Comunista Italiano.
Tres años más tarde publicaba, gracias a la ayuda de Cesare Pavese, su primera novela, Los senderos de los nidos de araña, en la que relataba su experiencia en la resistencia. A la conclusión de la guerra, siguió estudios literarios en la Universidad de Turín, en la que se licenció con una tesis sobre Joseph Conrad, y empezó a trabajar para la editorial Einaudi, con la que colaboraría toda su vida.

Italo Calvino
Tras publicar algunas antologías de relatos, de tipo fabulístico, con las cuales se alejaba de la escritura realista de sus inicios, escribió la trilogía Nuestros antepasados, integrada por El vizconde demediadoEl barón rampante y El caballero inexistente, narración fantástica y poética, plagada de elementos maravillosos, en la que planteaba el papel del escritor comprometido políticamente. Por esa época, su relación con el PCI estaba ya muy degradada, hasta que, en 1957, acabó por desvincularse de él por completo.
Esta trilogía marcó un importante giro en su evolución literaria, ya que, dejando a un lado sus iniciales inclinaciones neorrealistas, consiguió reinventar magistralmente elconte philosophique del siglo XVII. Con un refinado juego de acontecimientos emblemáticos, que acercan el estilo del libro a la fábula, en El vizconde demediado(1952) se propuso analizar y denunciar la realidad contemporánea, así como la soledad y el miedo implícitos en la condición humana. Esta misma problemática continúa en El barón rampante (1957) y El caballero inexistente (1959), obras en las que puso de manifiesto su conciencia de vivir en un mundo en el que se niega la más sencilla individualidad de las personas, reducidas a una serie de comportamientos preestablecidos.
Notable fue también su interés por los problemas de la sociedad industrial contemporánea y la alienación urbana, que quedó plasmado en otra especie de trilogía compuesta por La especulación inmobiliaria (1957), La nube de smog(1958) y La jornada de un interventor electoral (1963). Gracias a su labor de crítico literario en la revista Il Menabo, que codirigía junto a Elio Vittorini, entró en contacto con la obra de Raymond Queneau y del grupo experimental francés Oulipo, a cuyos planteamientos literarios, basados en el juego formal y la combinatoria de formas y estructuras posibles, se acercó de modo progresivo.
Tras publicar Marcovaldo (1963), libro en el que convergen las dos vertientes de su narrativa, la realista y la fantástica, su poética se abrió a un nuevo clima cultural, moral y estilístico, determinado por el interés hacia argumentos científicos o matemáticos y hacia la experimentación literaria, pero en el que pervive claramente su característica actitud irónica y deformadora con respecto a la realidad. EnCosmicómicas (1965) y Ti con zero (1967) el dato científico, los modelos inventivos paradójicos, la elaboración de increíbles teoremas o la construcción de situaciones irreales tienen como objetivo verificar un pensamiento científico, pero también huir de las costumbres de la imaginación para poder comunicar la verdad de una manera muy personal y con gran virtuosismo estilístico.
Retomó, al menos estructuralmente, su gusto por la fabulación fantástica en El castillo de los destinos cruzados (1969), una meditación mágica sobre el destino del hombre, y en Las ciudades invisibles (1972), descripción de una serie de ciudades imaginarias puesta en boca de Marco Polo. Se advierte en estas obras un deseo de indagar en los mecanismos de la escritura, en sus impedimentos y en los significados que se esconden detrás de las palabras y de las cosas.
Estas reflexiones se concretaron en sus últimos libros, Si una noche de invierno un viajero (1979), novela escrita en gran parte en segunda persona cuyos protagonistas son el Lector y la Lectora, y Palomar (1983), obra en buena parte autobiográfica, pero también tienen un papel importante en Punto y aparte (1980) yColección de arena (1984), conjunto de ensayos y meditaciones sobre literatura y sociedad publicados en distintos periódicos y revistas.
15 DE OCTUBRE DE 1920 NACE:
MARIO PUZO
Narrador estadounidense, nacido en Nueva York en 1920 y fallecido en Long Island (Nueva York) el 2 de julio de 1999. Creador de algunas de las historias más célebres de la literatura de consumo de la segunda mitad del siglo XX, alcanzó renombre universal merced a la adaptación cinematográfica de su novela El padrino (1969), ambientada en el turbulento mundo de la mafia norteamericana.

Nacido en el seno de una familia de emigrantes napolitanos de muy escasos recursos económicos, se topó desde su temprana infancia con grandes dificultades que amenazaban con impedir el desarrollo de sus brillantes dotes intelectuales: sus padres eran analfabetos, la pobreza le impidió adquirir una formación escolar adecuada, y las condiciones en que se desarrollaba su vida familiar -dominada, además, por la severidad de una madre posesiva y enérgica- le empujaron a la calle en medio de la denominada "Cocina del Diablo", una de las barriadas más peligrosas de Manhattan.

Así las cosas, el joven Mario pronto se vio obligado a desempeñar las ocupaciones más insospechadas, que iban desde actividades marginales situadas al mismo borde de la legalidad, hasta trabajos de oficinista y contable. Sin embargo, a la hora de decantarse por estas tareas tan eventuales como imprescindibles para su subsistencia, su innata vocación literaria le impulsó a ir seleccionando trabajos en los que podía ir adquiriendo y perfeccionando el oficio de escritor. Así, fue redactor de publicaciones eróticas destinadas al público masculino y, posteriormente, de colecciones de literatura de consumo centradas en la recreación épica de hazañas bélicas.

Decidido, finalmente, a dar el gran salto como escritor original y autónomo, a mediados de los años cincuenta irrumpió en el panorama literario estadounidense con The dark arena (La arena sucia, 1955), obra que pasó inadvertida para críticos y lectores. Una suerte pareja corrió su siguiente entrega narrativa, titulada The Fortunate Pilgrim (El peregrino afortunado, 1965), en la que, pese a todo, halló el filón temático que habría de granjearle un reconocimiento internacional: la vida de los emigrantes italianos en la gran urbe de Nueva York.

Para sobrellevar la discreta acogida de sus dos novelas primerizas, Mario Puzo trabajó como oficinista en una editorial, donde trabó contacto con un directivo que vislumbró las posibilidades de éxito que aguardaban a una novela capaz de reflejar con crudeza y realismo las turbulentas relaciones entre los miembros de la mafia italo-americana; una novela en la que la violencia y la venganza derivadas de los negocios legales e ilegales de los personajes principales no restara protagonismo a las relaciones amorosas, sociales y familiares establecidas entre todos ellos. Dada su condición de descendiente de emigrantes napolitanos afincados en Nueva York, Mario Puzo recibió en encargo de escribir esta obra; de ahí salió The godfather (El padrino, 1969), una novela que inmediatamente hizo olvidar al autor sus dos fracasos literarios anteriores, ya que alcanzó un éxito de ventas sin precedentes hasta ese momento, con veintiún millones de ejemplares vendidos en el todo el mundo, traducciones a más de veinte idiomas diferentes, y tres versiones cinematográficas (correspondientes a cada una de las tres partes en que está dividida la novela) que, realizadas en 1972, 1974 y 1990 por el cineasta norteamericano Francis Ford Coppola, fueron galardonadas con numerosos Oscarsde Hollywood y lograron grandes éxitos de taquilla en las salas cinematográficas de todo el mundo.

El padrino narra la historia de los Corleone, miembros de una familia de emigrantes italianos que, tan pronto como arriba a Nueva York, se ve inmersa en la compleja trama de la mafia italo-americana. El ascenso vertiginoso de esta familia a través de los cauces violentos del crimen organizado, narrado por parte de Mario Puzo con una eficaz tosquedad que sitúa la novela, en ocasiones, al mismo límite del género documental, reflejó de forma tan asombrosa los mecanismos que regulan el funcionamiento de ciertas sociedades mafiosas (principalmente, la "Cosa Nostra"), que el escritor neoyorquino se vio precisado a manifestar públicamente en reiteradas ocasiones que jamás había pertenecido al crimen organizado, ni mantenido contacto alguno con personas relacionadas con él. A pesar de ello, el retrato fue tan fidedigno que provocó una airada protesta de la Liga en Favor de los Derechos Civiles de los Italo-Americanos, que consiguió la eliminación del original de toda mención explícita a la mafia, a la "Cosa Nostra" o a cualquier otra organización susceptible de ser identificada con la emigración italiana.

Por lo demás, el triunfo arrollador de las versiones cinematográficas de Coppola -de cuyos guiones se responsabilizó el propio Mario Puzo- orientó definitivamente al escritor neoyorquino hacia el mundo de la gran pantalla, en el que había demostrado su valía no sólo como redactor de guiones, sino también a la hora de seleccionar a los actores que mejor podrían encarnar los personajes salidos de su pluma. Así, fue el propio Mario Puzo quien decidió el protagonismo estelar de Marlon Brando en el papel de Don Corleone, pero también la participación de otros intérpretes cuyo trabajo engrandeció la realización de Francis F. Coppola, como Al Pacino, James Caan, Robert Duvall, Andy García o Diane Keaton. Entre las numerosas estatuillas de Hollywood que recayeron sobre las tres versiones cinematográficas de la novela de Puzo, el propio autor recibió dos Oscars que venían a galardonar sus labores como guionista en El Padrino y El Padrino II.

Posteriormente, una versión de la novela The Fortunate Pilgrim sirvió de base para el guión de la serie televisiva Mamá Lucía, protagonizada por la actriz italiana Sophia Loren en 1988. Cuatro años antes, Mario Puzo había vuelto a ocuparse del género narrativo para publicar la novela The sicilian (El siciliano, 1984), ambientada en la Sicilia pobre y hambrienta de después de la II Guerra Mundial.

A comienzos de la década de los años noventa quiso volver al cine como guionista de la película titulada Cristóbal colón: El Descubrimiento, subvencionada por la Sociedad Estatal V Centenario, producida por Alexander Salkind, dirigida por George P. Cosmatos y protagonizada por Timothy Dalton; sin embargo, el guión de Mario Puzo fue rechazado por los productores, quienes, después de habérselo ofrecido también a John Briley, se lo encargaron finalmente a Cary Bates. A pesar de ello, Mario Puzo ha pasado por derecho propio la historia de la industria cinematográfica de Hollywood, y no sólo por las adaptaciones al cine de sus propias novelas, ya que firmó los guiones de otras cintas tan taquilleras como Superman (1978), Superman II (1980) y The Cotton Club (1984).

En 1991 apareció en lengua española una nueva novela del escritor neoyorquino,The fourth K (La cuarta K), centrada en un supuesto atentado contra el papa Juan Pablo II. Cinco años después vio la luz en Estados Unidos y en Italia The Last Don(El último Don, 1996), una nueva entrega novelesca de Mario Puzo centrada en el mundo de la mafia, y aderezada con encendidas pasiones que dan pie a odios, traiciones, corrupciones, aventuras amorosas y terribles venganzas, en medio de espectaculares negocios ilegales sostenidos por el complejo entramado mafioso. Tan esperado era el retorno de Mario Puzo al mundo novelesco del crimen organizado, que la editorial que había adquirido los derechos de The Last Don lanzó una tirada inicial de trescientos cincuenta mil ejemplares.

El resto de la producción narrativa de Mario Puzo está formado por diferentes obras menores, entre las que cabe citar las novelas John Merly, Fools Die (traducida al castellano bajo el título de Los tontos mueren) y Las extrañas vacaciones de David Shaw. En activo hasta los últimos días de su vida, en 1999 puso fin al manuscrito de su última novela, titulada Omertá, en la que regresaba a su querido mundo del crimen organizado, ahora analizado desde el estudio del hermético código de silencio que regula las relaciones entre los miembros de la mafia. Pero el autor neoyorquino no logró ver impresa la primera edición de este trabajo postrero, ya que un infarto de miocardio acabó de manera fulminante con su vida el día 2 de julio de 1999, mientras reposaba en su mansión de Long Island (Nueva York). Pocos días antes, Mario Puzo había colaborado con su amigo Francis F. Coppola en la preparación de la cuarta parte de El Padrino, para cuya realización ambos habían entrado ya en conversaciones con los actores Andy García y Leonardo DiCaprio.
Resultado de imagen para MARIO PUZO

 15 DE OCTUBRE DE 1844 NACE:

FRIEDRICH NIETZSCHE

(Röcken, actual Alemania, 1844-Weimar, id., 1900) Filósofo alemán, nacionalizado suizo. Su abuelo y su padre fueron pastores protestantes, por lo que se educó en un ambiente religioso. Tras estudiar filología clásica en las universidades de Bonn y Leipzig, a los veinticuatro años obtuvo la cátedra extraordinaria de la Universidad de Basilea; pocos años después, sin embargo, abandonó la docencia, decepcionado por el academicismo universitario. En su juventud fue amigo de Richard Wagner, por quien sentía una profunda admiración, aunque más tarde rompería su relación con él.

Friedrich Nietzsche

La vida del filósofo fue volviéndose cada vez más retirada y amarga a medida que avanzaba en edad y se intensificaban los síntomas de su enfermedad, la sífilis. En 1882 pretendió en matrimonio a la poetisa Lou Andreas Salomé, por quien fue rechazado, tras lo cual se recluyó definitivamente en su trabajo. Si bien en la actualidad se reconoce el valor de sus textos con independencia de su atormentada biografía, durante algún tiempo la crítica atribuyó el tono corrosivo de sus escritos a la enfermedad que padecía desde joven y que terminó por ocasionarle la locura.

Los últimos once años de su vida los pasó recluido, primero en un centro de Basilea y más tarde en otro de Naumburg, aunque hoy es evidente que su encierro fue provocado por el desconocimiento de la verdadera naturaleza de su dolencia. Tras su fallecimiento, su hermana manipuló sus escritos, aproximándolos al ideario del movimiento nazi, que no dudó en invocarlos como aval de su ideología; del conjunto de su obra se desprende, sin embargo, la distancia que lo separa de ellos.

Entre las divisiones que se han propuesto para las obras de Nietzsche, quizá la más sincrética sea la que distingue entre un primer período de crítica de la cultura y un segundo período de madurez en que sus obras adquieren un tono más metafísico, al tiempo que se vuelven más aforísticas y herméticas. Si el primer aspecto fue el que más impacto causó en su época, la interpretación posterior, a partir de Heidegger, se ha fijado, sobre todo, en sus últimas obras.

Como crítico de la cultura occidental, Nietzsche considera que su sentido ha sido siempre reprimir la vida (lo dionisíaco) en nombre del racionalismo y de la moral (lo apolíneo); la filosofía, que desde Platón ha transmitido la imagen de un mundo inalterable de esencias, y el cristianismo, que propugna idéntico esencialismo moral, terminan por instaurar una sociedad del resentimiento, en la que el momento presente y la infinita variedad de la vida son anulados en nombre de una vida y un orden ultraterrenos, en los que el hombre alivia su angustia.

Su labor hermenéutica se orienta en este período a mostrar cómo detrás de la racionalidad y la moral occidentales se hallan siempre el prejuicio, el error o la mera sublimación de los impulsos vitales. La «muerte de Dios» que anuncia el filósofo deja al hombre sin la mezquina seguridad de un orden trascendente, y por tanto enfrentado a la lucha de distintas voluntades de poder como único motor y sentido de la existencia. El concepto de voluntad de poder, perteneciente ya a sus obras de madurez, debe interpretarse no tanto en un sentido biológico como hermenéutico: son las distintas versiones del mundo, o formas de vivirlo, las que se enfrentan, y si Nietzsche ataca la sociedad decadente de su tiempo y anuncia la llegada de un superhombre, no se trata de que éste posea en mayor grado la verdad sobre el mundo, sino que su forma de vivirlo contiene mayor valor y capacidad de riesgo.

Otra doctrina que ha dado lugar a numerosas interpretaciones es la del eterno retorno, según la cual la estructura del tiempo sería circular, de modo que cada momento debería repetirse eternamente. Aunque a menudo Nietzsche parece afirmar esta tesis en un sentido literal, ello sería contradictorio con el perspectivismo que domina su pensamiento, y resulta en cualquier caso más sugestivo interpretarlo como la idea regulativa en que debe basarse el superhombre para vivir su existencia de forma plena, sin subterfugios, e instalarse en el momento presente, puesto que si cada momento debe repetirse eternamente, su fin se encuentra tan sólo en sí mismo, y no en el futuro.

jueves, 13 de octubre de 2016

13 DE OCTUBRE DE 2016 MUERE:

DARIO FO
(San Giano, 1926) Dramaturgo y actor italiano, Premio Nobel de Literatura en 1997. Ignorado por las historias de la literatura o mencionado lateralmente, las obras de este autor aparecen disimuladas por su actividad como uno de los más completos hombres de teatro de su país. De hecho, para muchos críticos, Fo es esencialmente un comediante. Sin embargo, este excelente intérprete y director escénico supo fundir con enorme habilidad diversas tradiciones textuales: el humor de las vanguardias, la comicidad de la commedia dell´arte y la sátira política. Una de sus obras maestras, Misterio bufo (1969), un conjunto de monólogos contra la sociedad y la Iglesia, contiene las claves de su magisterio teatral en toda Europa. Cada secuencia está tramada con un ritmo y una tensión dramática y cómica preestablecidas, a las que la improvisación se debe ajustar.

Dario Fo
Debutó con variedades satíricas de gran impacto moral, de las que era coautor junto con Franco Parenti -Il dito nell'occhio (1953) y Sani da legare (1954)-. Entre 1959 y 1967 hizo representar las Farse, dirigidas a un público burgués, en salas tradicionales, que de todos modos reflejaban, por medio de la estructura extravagante de la historia, de su ritmo agitado, de la inesperada explosión de efectos escénicos, una realidad cultural, costumbrista o, en ocasiones, política distorsionada o anormal -Isabella, tre caravelle e un cacciaballe (1963) o La signora è da buttare (1967)-.
Tras adherirse a las inquietudes juveniles de finales de los años sesenta, Fo optó por circuitos teatrales alternativos, y sus Commedie, de las que ha escrito ya varios volúmenes, significan una agresión cada vez mayor a la realidad del país, favoreciendo antes, durante y después de su puesta en escena, una discusión abierta con el público acerca de los temas no resueltos de la gestión política de la democracia.
Otra de sus obras más representadas, Muerte accidental de un anarquista (1971), estrenada en Milán por el colectivo La Comune, corroboró la percepción que Fo tiene de sí mismo: un juglar decididamente subversivo. Las consecuencias de sus posiciones políticas no fueron agradables: su mujer, Franca Rame, fue secuestrada por grupos fascistas y el Vaticano lo calificó de bufón, opinión que mantuvo incluso después del galardón sueco.
Distanciado del Partido Comunista a partir de los años 1980, estrenó Trompetas y frambuesas y Escarnio del miedo en 1981, inspirada en el secuestro de Aldo Moro. Entre sus obras más conocidas también figuran El dedo en el ojo (1953), Séptimo, roba un poco menos (1964), Razono y canto (1972), No se paga, no se paga(1974).

miércoles, 12 de octubre de 2016


12 DE OCTUBRE DE 1916 MUERE EL PAYADOR
GABINO EZEIZA 


Deja de existir en Buenos Aires el payador Gabino Ezeiza, "El Invencible"
Poeta y payador, revolucionario del 90 y seguidor de Yrigoyen, adquirió celebridad como improvisador y autor de más de quinientas composiciones. Discípulo del moreno Pancho Luna, un pulpero del barrio del Mondongo de quien se decía que había payado -y perdido- contra Santos Vega, Gabino Ezeiza ya incursionaba en ese arte en el año 1872, siendo considerado el más notable payador del Río de la Plata. Había nacido en el barrio porteño de San Telmo el 3 de febrero de 1858.
FRANCIS LEDWIDGE 

A un muerto.
Un mirlo cantando,
Sobre un campo de musgo tapizado,
Capullos que ensombrecen,
Penumbras que salvajes florecen,
Una canción en el bosque,
Un barco en el mar,
La canción era tuya,
El barco sólo mío.
Un mirlo cantando,
Lo oigo en mi atribulada mente,
Capullos en el viento,
Los veo en un distante aliento,
Pero el dolor y el silencio
Son del bosque su lamento,
El silencio es tuyo,
El dolor sólo mío.

Resultado de imagen para FRANCIS LEDWIDGE   A un muerto.

JACQUES PRÉVERT
Desayuno


Echó café
en la taza.
Echó leche
en la taza de café.
Echó azúcar
en el café con leche.
Con la cucharilla
lo revolvió.
Bebió el café con leche.
Dejó la taza
sin hablarme.
Encendió un cigarrillo.
Hizo anillos
de humo.
Volcó la ceniza
en el cenicero
sin hablarme.
Sin mirarme
se puso de pie.
Se puso
el sombrero.
Se puso
el impermeable
porque llovía.
se marchó
bajo la lluvia.
Sin decir palabra.
Sin mirarme.
Y me cubrí
la cara con las manos.
Y lloré.
Resultado de imagen para cafe

BOB DYLAN
Tren viajero
Hay un tren de hierro, que ha estado rodando a lo largo de los años
Con una caja de combustible llena de odio y un horno lleno de temores 
Si alguna vez le habéis oído, o habéis visto su carcasa rota de color de sangre.
Entonces habéis oído mi voz cantando y sabéis cómo me llamo.

¿Os habéis parado alguna vez a pensar en todo el odio que lleva?
¿Habéis visto alguna vez a sus pasajeros, a sus pobres almas confusas y enloquecidas?
¿Habéis empezado a pensar que tenéis que detener ese tren?
Entonces habéis oído mi voz cantando y sabéis cómo me llamo.
¿Os cansáis alguna vez de los sonidos sermoneantes del miedo
Cuando han golpeado vuestra cabeza y martilleado en vuestros oídos?
¿Habéis preguntado sobre ello y no os han contestado?
Entonces habéis oído mi voz cantando y sabéis cómo me llamo.
Me pregunto si los líderes de las naciones son conscientes
De este mundo asesino que me dejan en las manos
¿Os habéis quedado despiertos alguna noche preguntándonos?
Entonces habéis oído mi voz cantando y sabéis cómo me llamo.
¿No habéis estado nunca a punto de decir, o habéis dicho para vosotros mismos
Que la persona que está a vuestro lado puede estar equivocada?
¿Acaso el delirio de los locos hace enloquecer vuestras tripas?
Entonces habéis oído mi voz cantando y sabéis cómo me llamo.
¿Os deprimen acaso los maniáticos asesinos y los que odian?
¿Os marean la política y los sermones?
¿Os duele el corazón con los incendios de autobuses?
Entonces habéis oído mi voz cantando y sabéis cómo me llamo.

ROBERTO ARLT AGUAFUERTES PORTEÑAS YO NO TENGO LA CULPA

     ROBERTO ARLT        AGUAFUERTES PORTEÑAS     YO NO TENGO LA CULPA   Yo siempre que me ocupo de cartas de lectores, suelo admitir que se...