viernes, 1 de julio de 2016



JUAN CARLOS ONETTI
BALADA DEL AUSENTE
Entonces no me des un motivo por favor
No le des conciencia a la nostalgia,
La desesperación y el juego.
Pensarte y no verte
Sufrir en ti y no alzar mi grito
Rumiar a solas, gracias a ti, por mi culpa,
En lo único que puede ser
Enteramente pensado
Llamar sin voz porque Dios dispuso
Que si Él tiene compromisos
Si Dios mismo le impide contestar
Con dos dedos el saludo
Cotidiano, nocturno, inevitable
Es necesario aceptar la soledad,
Confortarse hermanado
Con el olor a perro, en esos días húmedos del sur,
En cualquier regreso
En cualquier hora cambiable del crepúsculo
Tu silencio
Y el paso indiferente de Dios que no ve ni saluda
Que no responde al sombrero enlutado
Golpeando las rodillas
Que teme a Dios y se preocupa
Por lo que opine, condene, rezongue, imponga.
No me des conciencia, grito, necesidad ni orden.
Estoy desnudo y lejos, lo que me dejaron
Giro hacia el mundo y su secreto de musgo,
Hacia la claridad dolorosa del mundo,
Desnudo, sólo, desarmado
bamboleo mi cuerpo enmagrecido
Tropiezo y avanzo
Me acerco tal vez a una frontera
A un odio inútil, a su creciente miseria
Y tampoco es consuelo
Esa dulce ilusión de paz y de combate
Porque la lejanía
No es ya, se disuelve en la espera
Graciosa, incomprensible, de ayudarme
A vivir y esperar.
Ningún otro país y para siempre.
Mi pie izquierdo en la barra de bronce
Fundido con ella.
El mozo que comprende, ayuda a esperar, cree lo que ignora.
Se aceptan todas las apuestas:
Eternidad, infierno, aventura, estupidez
Pero soy mayor
Ya ni siquiera creo,
En romper espejos
En la noche
Y lamerme la sangre de los dedos
Como si la hubiera traído desde allí
Como si la salobre mentira se espesara
Como si la sangre, pequeño dolor filoso,
Me aproximara a lo que resta vivo, blando y ágil.
Muerto por la distancia y el tiempo
Y yo la, lo pierdo, doy mi vida,
A cambio de vejeces y ambiciones ajenas
Cada día más antiguas, suciamente deseosas y extrañas.
Volver y no lo haré, dejar y no puedo.
Apoyar el zapato en el barrote de bronce
Y esperar sin prisa su vejez, su ajenidad, su diminuto no ser.
La paz y después, dichosamente, en seguida, nada.
Ahí estaré. El tiempo no tocará mi pelo, no inventará arrugas, no me inflará las mejillas
Ahí estaré esperando una cita imposible, un encuentro que no se cumplirá.
1 JULIO DE 1908 NACE:
JUAN CARLOS ONETTI
(Montevideo, 1908 - Madrid, 1994) Novelista uruguayo, considerado no sólo el escritor más importante que ha dado la literatura de su país, sino uno de los máximos creadores de la narrativa en lengua 
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castellana del siglo XX.
Hijo segundo de un funcionario de aduanas descendiente de emigrados irlandeses (ONetty, parece haber sido el apellido original) y de una brasileña que pertenecía a una familia de hacendados gaúchos, desertó de los estudios de derecho a mitad de la carrera, y desde la temprana adolescencia frecuentó las redacciones de periódicos y revistas de ambas márgenes del Río de la Plata, viviendo alternativamente en Montevideo y Buenos Aires, ciudad esta última en la que se instaló por primera vez, y ya independiente de los suyos, cuando sólo contaba veinte años.
Secretario de redacción del mítico semanario Marcha, donde firmaba sus críticas y colaboraciones con el popular seudónimo de Periquito el Aguador, asiduo del diario La Prensa y de la revista Vea y Lea, y encargado posteriormente de la sucursal rioplatense de la agencia Reuter, vivió un cuarto de siglo entre ambas capitales, de cuya síntesis surgiría la fantasmal Santa María donde transcurren sus principales ficciones (y algo más tarde Lavanda, resumen o boceto de la Banda Oriental).
Afincado en Montevideo, entre 1955 y 1975 fue director de bibliotecas municipales del distrito montevideano y luego integrante de la junta directiva de la Comedia Nacional, hasta que en el último de los citados años fue acusado de actividades subversivas por la dictadura que gobernaba su país, y eligió el exilio madrileño que ya no abandonaría hasta su muerte. En Uruguay había obtenido el Premio Nacional de Literatura, en 1962, y en España se le concedió el Cervantes, en 1980, y un año antes el de la Crítica por Dejemos hablar al viento, votado por los especialistas en forma unánime como el mejor libro de habla española publicado durante 1979.
Después de sus primeros relatos (ganó un concurso del género, convocado por el diario La Prensa, de Buenos Aires, en 1934) se inició en la novela con El pozo (1939), que los críticos han considerado el más claro antecedente hispánico de la llamada literatura existencialista, difundida por Sartre y Camus, que dominaría como tendencia, durante el decenio siguiente, la narrativa occidental. Tras ella escribió Tiempo de abrazar (1940), Tierra de nadie (1941), Para esta noche (1943), Los adioses (1954) y Para una tumba sin nombre (1959), además de las sucesivas colecciones de cuentos Un sueño realizado (1951), La cara de la desgracia (1960), El infierno tan temido (1962) y Tan triste como ella (1963).
Pero el pasaje a la madurez y la absoluta autonomía de una obra que aportaba no sólo un lenguaje inédito en la narrativa hispánica, sino un universo conjetural por el que los personajes y las secuencias transitaban de un libro a otro, enriqueciendo en forma creciente el conjunto, se produjo con la escritura de La vida breve (1950), su primera obra maestra, que tendría posterior continuidad en otros dos títulos igualmente magistrales: El astillero (1961) y Juntacadáveres (1967), que constituyen la llamada "trilogía de Santa María", por transcurrir las tres novelas en la misma ciudad imaginaria, y ser habitadas por los mismos personajes que se van cediendo el protagonismo de las páginas de una a las de las otras, sin dejar por ello de ser cada una de ellas obras cerradas y autosuficientes en sí mismas.
Los temas y la atmósfera que van configurando la producción de Onetti son comunes y sórdidos: la soledad, la prostitución, la rutina, el dinero. La vida breve (entre las mencionadas) es por su exasperado realismo una auténtica obra maestra: relata el desdoblamiento de un ser tímido y sin aliento, José María Braussen, que se inventa otro yo, José María Arce, personaje violento que planea un crimen. En ella se da la fundación de Santa María, una ciudad mítica y ficticia (como Macondo de García Márquez y Comala de Rulfo), de indeterminado emplazamiento rioplatense, escenario de todo el ciclo narrativo.
El astillero y Juntacadáveres se centran en la historia del personaje Junta Larsen. La última, aunque escrita posteriormente, se refiere a hechos anteriores de Larsen, cuando éste proyecta organizar científicamente un burdel en la hipócrita sociedad de Santa María. En El astillero (su título más celebrado) relata el delirio y la derrota del personaje, enredado en la reorganización del astillero de un tal Petrus y en la seducción de la hija de éste.
Ya en el exilio español, Onetti agregó todavía un estremecedor epílogo a la serie con las densas páginas de Dejemos hablar al viento (1979), una suerte de Apocalipsis de la ciudad imaginada y de sus reiterados habitantes; trata también sobre un personaje de imprecisa identidad, Medina, que ejercita sucesivamente la medicina y la pintura (bajo la protección de una prostituta) y, de regreso a Santa María, actúa como comisario, sumido en una total degradación física y moral.
El ciclo se completó con dos títulos que recuperan historias ocurridas en la vecina Lavanda o en el deteriorado y postrero refugio de Monte (los dos igualmente imaginarios), y cierran con espléndida contundencia la propuesta narrativa del autor uruguayo: Cuando entonces (1987) y ese testamento de la ficción onettiana que publicó un año antes de morir y tituló Cuando ya no importe (1993).
Convencido desde sus inicios del radical epigonismo de la literatura hispanoamericana, y contrario a la tendencia grandilocuente y retórica en los autores del continente desde los años de las guerras independentistas, que se había visto favorecida por las sucesivas influencias de románticos y modernistas, Onetti se planteó para sí mismo una escritura lacónica, que unida a su temperamento escéptico y desencantado produjo un estilo que no tiene antecedentes y que abrió una vía tan fructífera como inédita antes de él en la narrativa en lengua española.
1 DE JULIO DE 1804 NACE
GEORGE SAND
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(Aurore Dupin, baronesa Dudevant; París, 1804-Nohant, 1876) Escritora francesa. Se educó con su abuela paterna en la propiedad de Nohant. Contrajo matrimonio con el barón Casimir Dudevant (1822), de quien tuvo dos hijos y de quien se separó en 1830. En 1831 se instaló en París. Fue amante del novelista J. Sandeau, con quien escribió, bajo el seudónimo común de Jules Sand, la novela Rose y Blanche (1831).

En 1832, ya con el seudónimo de George Sand, publicó Indiana y Valentine y al año siguiente obtuvo un gran éxito con la novela Lélia. Tras la ruptura con Sandeau, inició sus relaciones con Alfred de Musset (1833-1834). A este período corresponden sus novelas Jacques (1834), André (1835) y Mauprat (1837). De regreso a Nohant, Michel de Bourges le hizo interesarse por la política; trató a Liszt y a Lamennais y se hizo discípula entusiasta del socialista P. Leroux.

En 1838 inició su larga relación con Chopin, uno de cuyos episodios es la estancia en la cartuja de Valldemosa (1838-1839), que la escritora evoca en Un invierno en Mallorca (1842). A esta época, marcada por sus ideales sociales y humanitarios, pertenecen sus novelas Spiridion (1839), El «compagnon» de la vuelta a Francia (1841) -la primera novela francesa que tiene por protagonista a un obrero-, Horace (1842), Consuelo (1843), La condesa de Rudolstadt (1844), El molinero de Angibault (1845) y El pecado de Monsieur Antoine (1846).
Al producirse la revolución de 1848, acudió a París y participó de forma activa en los acontecimientos; sin embargo, tras imponerse la reacción del mes de junio, regresó a Nohant, donde residió casi de forma permanente hasta su muerte y desde donde protegió a escritores jóvenes, como G. Flaubert. Completó una serie de novelas sobre la vida campesina, que había iniciado con El pantano del diablo (1846): François le Champi (1848), La pequeña Fadette (1849) y Los maestros campaneros (1853).
Ya en el umbral de su vejez publicó una serie de relatos idílicos: Los apuestos caballeros de Bois-Doré (1857), El marqués de Villemer (1861), Mademoiselle La Quintinie (1863) y Laura (1864). Es autora también de libros de memorias (Historia de mi vida, 1855; Ensueños y recuerdos, 1871-1872; Impresiones y recuerdos, 1873-1876), y tras su muerte se publicaron su copiosa correspondencia y su Diario íntimo (1926).
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jueves, 30 de junio de 2016

30 DE JUNIO DE 1682 NACE:
JOHN GAY
Dramaturgo y poeta inglés, nacido en Barnstaple, Devonshire, en 1685 y muerto en Londres en 1732.Huérfano a la edad de diecisiete años, entró como aprendiz en la casa de un fabricante de tejidos de seda, oficio que abandonó en 1706 para dedicarse al mundo de las letras. En 1713 trabajó como secretario de la viuda del duque de Monmouth.
 
En 1913 escribió, en un tono eminentemente satírico y en colaboración con Pope y Arbuthnot, Tres horas después de la boda.
Ese tono satírico y burlesco domina en casi toda su obra. Escribió la comedia musical The beggar´s opera (La ópera del mendigo, 1728), una de las obras más logradas del teatro inglés del primer tercio del siglo XVIII que sirvió de fuente de inspiración para Die Dreigroschenoper (La ópera de cuatro cuartos o de tres peniques), de Bertolt Brecht y Kurt Weill. Ambientada en la antigua cárcel de Londres, el tema es la pasión que despierta el donjuanesco bandolero Macheath en Polly y Lucy, hijas, respectivamente, de un usurero y del carcelero de Newgate. La pieza es una crítica desenfadada a los estamentos e instituciones sociales y sus representantes, particularmente a Walpole y su gobierno. Su continuación Polly (1730) no pudo representarse hasta 1777.
Entre sus volúmenes de poesía, cabe mencionar The Fan (1714); Rural Sports (1713); The shepherd´s week (La semana del pastor, 1714); Trivia, or the art of walking the streets of London (Trivia, o el arte de pasear por las calles de Londres, 1716), donde hace una divertida descripción de ciertos aspectos de la vida londinense.
Además, escribió epístolas, églogas, dos volúmenes de fábulas (1727-1738) al estilo de Esopo y La Fontaine, baladas y el libreto de la ópera Acis and Galatea, una parodia de un mito de las Metamorfosis de Ovidio.

CZESLAW  MILOSZ
HONESTA DESCRIPCIÓN DE MI MISMO
Tomándome un whisky en un aeropuerto,
digamos que en Mineápolis
Mis oídos captan cada vez menos las conversaciones,
mis ojos se debilitan, pero siguen siendo insaciables.
Veo sus piernas en minifalda, en pantalones o envueltas
en telas ligeras.
A cada una la observo por separado, sus traseros y
sus muslos, pensativo, arrullado por sueños porno.
Viejo verde, ya sería tiempo de que te fueras a la tumba
en lugar de entretenerte con juegos y diversiones de jóvenes.
No es verdad, hago solamente lo que siempre he hecho,
ordenando las escenas de esta tierra bajo el dictado
de la imaginación erótica.
No deseo a esas criaturas en particular, lo deseo todo,
y ellas son como el signo de una relación extática.
No es mi culpa que así estemos constituidos: la mitad
de contemplación desinteresada y la mitad de apetito.
Si después de morir me voy al cielo, tendrá que ser
como aquí, sólo que liberado de estos torpes sentidos,
de estos pesados huesos.
Transformado en mirar puro, seguiré devorando las
proporciones del cuerpo humano, el color de los lirios,
esa calle parisina en un amanecer de junio, y toda la
extraordinaria, inconcebible multiplicidad de las cosas visibles.

30 DE JUNIO de 1911 NACE :
CZESLAW MILOSZ

(Szetejnic, 1911 - Cracovia, 2004) Escritor polaco, uno de los mayores del siglo XX, de gran influjo en su país y fuera de él, que obtuvo el premio Nobel en 1980. Estudió derecho en la Universidad de Vilna, y a los veinte años participó en la creación del grupo Vanguardia de Vilna, de marcado carácter catastrofista y partidario de la estética del absurdo, al tiempo que trabajaba como redactor literario en la radio. A ese período pertenecen Poema del tiempo congelado (1933) y Tres inviernos (1936).
Pasó la guerra entre Vilna y Varsovia, trabajando en bibliotecas y sin tomar parte en las actividades bélicas, aunque sí escribió poesía de tono patriótico que publicó con seudónimo. Finalizada la contienda, aceptó el puesto de agregado cultural en la embajada de Washington (1945) y más tarde en la de París (1951), ciudad en la que se exilió ese mismo año; allí apareció El pensamiento cautivo (1953), libro que pretende explicar al mundo las condiciones en las que se desarrolló la creación en la Polonia comunista y que tuvo gran repercusión internacional.
En 1960 se trasladó a Berkeley, donde fijó definitivamente su residencia e impartió clases de literatura polaca en la Universidad de California. La concesión del Nobel representó el reconocimiento internacional de su obra, pero también de la muy abundante literatura polaca del exilio.
La obra literaria de Czeslaw Milosz se extiende al ámbito del ensayo y la novela, pero es sobre todo la poesía el género en el que destaca su genio y con el que ejerce una influencia mayor en la literatura polaca, al tiempo que expresa para el mundo su vivencia del duro y contradictorio período que le ha tocado vivir. Durante el período de residencia en París escribió y publicó dos entregas poéticas, Luz del día (1953) y El rey Popiel y otros poemas (1962), que tendrían continuación en su período norteamericano con Pepito encantado (1964), Ciudad sin nombre (1969), Donde el sol sale y se oculta (1974), Himno sobre la perla (1983), Crónicas (1987), Poemas (1987) y Regiones lejanas (1991).
Su poesía, como toda su obra literaria, es la de un escritor que es testigo de su tiempo, y esto le convierte en un paradigma de una época, de alguien situado al margen de conmociones y aventuras, que no tiene, por tanto, avatar ninguno que contar acerca de su propia vida, sino que expresa precisamente, sin aspavientos, la existencia del hombre característico del siglo XX, el ser anónimo de las grandes ciudades, carente de heroicidad, que sobrevive, produce, se reproduce y en todo ello encuentra suficiente razón para la existencia, integrando religión y ser social, patriotismo y esperanzada confianza en el ser humano.
Esta actitud será ásperamente criticada por algunos de sus compatriotas, sobre todo por Z. Herbert, quien lo acusa de carecer de norte y de convicciones. Entre sus obras narrativas se cuentan El poder cambia de manos (1953), de corte político, y El valle de Issa (1955), libro de recuerdos de su infancia y adolescencia sobre el fondo de una Lituania fantástica. De su amplia producción ensayística merece un particular relieve El pensamiento cautivo (1953), obra que trata sobre la mentalidad del intelectual bajo el estalinismo, y Otra Europa (1959), especie de guía en el filo de la biografía de la realidad histórico-cultural polaca y de la Europa centro-oriental.

miércoles, 29 de junio de 2016

29 DE JUNIO DE 1900 NACE:

ANTOINE DE SAINT-EXUPÉRY

(Lyon, 1900 - en el mar Tirreno, 1944) Novelista y aviador francés; sus experiencias como piloto fueron a menudo su fuente de inspiración. Tercero de los cinco hijos de una familia de la aristocracia su padre tenía el título de vizconde, vivió una infancia feliz en las propiedades familiares, aunque perdió a su progenitor a la edad de cuatro años. Estuvo muy ligado a su madre, cuya sensibilidad y cultura lo marcaron profundamente, y con la que mantuvo una voluminosa correspondencia durante toda su vida.

Antoine de Saint-Exupéry
Su interés por la mecánica y la aviación se remonta a la infancia: recibió el bautismo del aire en 1912 y esta pasión no lo abandonó nunca. Después de seguir estudios clásicos en establecimientos católicos, preparó en París el concurso de entrada en la Escuela naval, pero no logró su objetivo y se inscribió en Bellas Artes. Pudo aprender el oficio de piloto durante su servicio militar en la aviación, pero la familia de su novia se opuso a que se incorporara al ejército del aire, por lo que se resignó a ejercer diversos oficios, al tiempo que frecuentaba los medios literarios.
El año 1926 marcó un giro decisivo en su vida, con la publicación de la novela breveEl aviador, en Le Navire dargent de J. Prévost, y con un contrato como piloto de línea para una sociedad de aviación. A partir de entonces, a cada escala del piloto correspondió una etapa de su producción literaria, alimentada con la experiencia. Mientras se desempeñaba como jefe de estación aérea en el Sahara español, escribió su primera novela, Correo del Sur (1928).
La escala siguiente fue Buenos Aires, al ser nombrado director de la Aeroposta Argentina, filial de la Aéropostale, donde tuvo la misión de organizar la red de América Latina. Tal es el marco de su segunda novela, Vuelo nocturno. En 1931, la bancarrota de la Aéropostale puso término a la era de los pioneros, pero Saint-Exupéry no dejó de volar como piloto de prueba y efectuó varios intentos de récords, muchos de los cuales se saldaron con graves accidentes: en el desierto egipcio en 1935, y en Guatemala en 1938.
En los años treinta multiplicó sus actividades: cuadernos de invención, adaptaciones cinematográficas de Correo del Sur en 1937 y de Vuelo nocturno en 1939, numerosos viajes (a Moscú, a la España en guerra), reportajes y artículos para diversas revistas. Durante su convalescencia en Nueva York, después del accidente de Guatemala, reunió por consejo de A. Gide los textos en su mayor parte artículos ya publicados que se convirtieron en Tierra de hombres (1939).
Durante la Segunda Guerra Mundial luchó con la aviación francesa en misiones peligrosas, en especial sobre Arras, en mayo de 1940. Con la caída de Francia marchó a Nueva York, donde contó esta experiencia en Piloto de guerra (1942). En Estados Unidos se mantuvo al margen de los compromisos partidistas, lo que le atrajo la hostilidad de los gaullistas. Su meditación se elevaba por encima de la historia inmediata: sin desconocer las amenazas que la época hacía pesar sobre el "respeto del hombre", como lo relata en Carta a un rehén (1943), optó por la parábola con El principito (1943), una fábula infantil de contenido lirismo e ilustrada por él mismo, que le dio fama mundial.
A partir de 1943, pidió incorporarse a las fuerzas francesas en África del Norte y retomó las misiones desde Cerdeña y Córcega. En el transcurso de una de ellas, el 31 de julio de 1944, su avión desapareció en el Mediterráneo. Los cientos de páginas de La ciudadela, suma alegórica que permaneció inacabada, fueron publicadas póstumamente en 1948. La prosa de Saint-Éxupery impresiona por un rigor en el que la desnudez retórica asegura la eficacia del relato de acción. Cercano a A. Malraux por su conciencia de la aventura humana, a J. Giono por su lirismo cósmico, a G. Bernanos por su búsqueda del absoluto, Saint-Exupéry mostró siempre que el hombre no es más que lo que hace.

lunes, 27 de junio de 2016

27 DE JUNIO DE 1872 NACE : PAUL LAWRENCE DUMBAR

27 DE JUNIO DE 1872 NACE :
PAUL LAWRENCE DUMBAR
Poeta estadounidense, nacido en Dayton (Ohio) en 1872 y fallecido en su ciudad natal en 1916. De formación autodidacta, dejó un bellísimo legado poético que, traspasado en todo momento por el humor, la ternura y la melancolía, introdujo por vez primera en la lírica norteamericana los usos dialectales y el ritmo expresivo propios del habla de la comunidad afroamericana. Este intuitivo acierto poético influyó poderosamente en las respectivas obras líricas de algunos poetas norteamericanos del siglo XX, como la escritora de Kansas Gwendolyn Elizabeth Brooks.
Nacido en el seno de una familia humilde -su padre era un antiguo esclavo negro que, a pesar de sus limitaciones, se esforzó por procurar para sus hijos la mejor educación que podía ofrecerles-, dio muestras desde su temprana niñez de poseer una viva inteligencia natural y una acusada inclinación hacia el estudio de las disciplinas humanísticas. En su juventud, ya poderosamente atraído por la creación poética, leyó con admiración y provecho la obra del gran poeta inglés Robert Burns(1759-1796), de quien siempre se confesó deudor, y, una vez graduado en la escuela secundaria de su ciudad natal, decidió emprender por su cuenta su propia trayectoria lírica, muy influida también en estos primeros compases por la lectura de los grandes narradores regionalistas que, junto a Burns, constituyeron la base de la formación literaria del joven poeta de Ohio.
Todavía muy influido por el citado Burns (al que emuló sin complejos en muchas de sus composiciones), se dio a conocer como poeta a comienzos de la última década del siglo XIX, por medio de la publicación de Oak and Ily (1891), obra que no pasó inadvertida para la crítica especializada, aunque no llamó la atención de un gran número de lectores. Pero al cabo de un lustro cosechó un éxito notable con la publicación de sus Lyrics of Lowly Life (Poesías de la vida humilde, 1896), donde dejó bien patente ese esfuerzo por incorporar a la poesía culta norteamericana los rasgos más coloridos del habla de los negros. Aunando el aprendizaje obtenido de la lectura de sus admirados maestros con estos usos y ritmos dialectales de la población afroamericana, Paul Lawrence Dunbar se forjó un peculiar y armonioso lenguaje poético que, sin temor a la mezcla indiscriminada del léxico de los negros y el inglés convencional, expresaba con gran riqueza de matices los sentimientos más puros del poeta y, en buena medida, de sus hermanos de raza.
En esta misma línea de trabajo siguieron otras entregas poéticas de Paul Lawrence Dunbar, entre las que cabe recordar las tituladas Majors and Minors (1896), Poems of Cabin and Field (1899), Sport of the Gods (1902) y Howdy, Honey, Howdy (1905). Consagrado, ya desde la publicación de sus magistrales Lyrics of Lowly Life, como una de las voces poéticas más representativas de su ámbito regional, fue honrado con un elevado cargo en la Biblioteca del Congreso, donde permaneció hasta que el agravamiento crítico de la anemia que padecía le obligó a regresar a su localidad natal de Dayton, en la que murió rodeado de la admiración de sus convecinos.

27 DE JUNIO DE 1889 NACE:

JULIO TORRI
(Saltillo, 1889 - México, 1970) Ensayista y prosista mexicano de aguda inteligencia y perfección verbal, uno de los escritores nacionales que con mayor fortuna cultivó la literatura reflexiva. Su obra, que se caracteriza por el cuidado estilo y el lirismo, incluye ensayos como Sentencias y lugares comunes (1945) y La literatura española (1952) y recopilaciones de cuentos (De fusilamientos, 1940).
Julio Torri llegó a la capital a los 19 años para cursar estudios en la Escuela Nacional de Jurisprudencia. Allí frecuentó a Alfonso Reyes y a otros escritores que, junto con él, serían conocidos más tarde como "la generación del Ateneo". Torri fue un notable traductor y profesor de literatura, a lo cual sumó un ejercicio no menos notable de antólogo, historiador y divulgador de las letras mexicanas y españolas, en manuales de gran pulcritud y corrección que aún hoy se consultan.
La obra de Julio Torri, parca y perfeccionista, de un elegante y fino sentido del humor, se considera ejemplar en las letras mexicanas modernas, e incluye Ensayos y poemas (1917), De fusilamientos (1940) y Prosas dispersas (1964), títulos que aparecieron reunidos en el volumen Tres libros. El vanguardismo anticipado de su prosa ha sido comparado al de otros precursores latinoamericanos, como el venezolano J. Garmendia, sobre todo por la creación de microcuentos ambiguos, de talante casi fantástico y de atmósfera mágica o mitológica.

27 DE JUNIO DE 1880 NACE:

HELEN ADAMS KELLER
(Tuscumbia, 1880 - Easton, 1968) Escritora norteamericana. Invidente y sordomuda, se especializó en educación especial para discapacitados. A causa de una grave enfermedad que le acometió a los diecinueve meses de edad, Keller perdió la vista y el oído, lo que le impidió desarrollar el habla durante sus primeros años de vida. Cuando cumplió los seis años, sus padres contrataron a una institutriz irlandesa, Ann Sullivan, quien le enseñó el lenguaje de los sordomudos y que marcaría un giro radical en su vida.

Helen Keller
Posteriormente, y junto con su institutriz, prosiguió sus estudios especiales en la institución Horace Man School para sordos, de Boston, y en la Wright-Humason Oral School, en Nueva York. Allí no sólo aprendió a hablar, leer y escribir, sino que se capacitó para cursar estudios superiores. Siempre acompañada por A. Sullivan, desde 1900 hasta 1904, completó su formación en el Radcliffe College, donde se graduó con la mención "cum laude". Tras su graduación, Keller realizó diversos viajes a Europa y África.
Su obra publicada es, básicamente, autobiográfica, ya que Keller encontró en la escritura el modo de objetivar y hacer comunicable su difícil experiencia. Sus libros pronto se convirtieron en un ejemplo de tenacidad y resistencia frente a las dolencias eventuales de la vida, especialmente las físicas. Entre sus publicaciones destacan La historia de mi vida (1902); Optimismo, de 1903; El mundo en el que vivo (1908) -libro que le valió su fama internacional y en el que narra el contraste entre la riqueza de la vida íntima que su alma albergaba y la menguada vida sensorial de la que Keller fue víctima-; Canción del muro de piedra, de 1910; Fuera de la oscuridad, de 1913; Mi religión, de 1927; El medio de una corriente, de 1929;Paz en el atardecer, de 1932; El diario de Hellen Keller, de 1938, y Déjanos tener fe, de 1940.
En 1934 Keller tuvo ocasión de devolver los favores prestados y la persistente dedicación a su institutriz A. Sullivan cuando ésta perdió la vista imprevisiblemente. Keller publicó también algunos artículos en la prensa y en revistas especializadas.

ROBERTO ARLT AGUAFUERTES PORTEÑAS YO NO TENGO LA CULPA

     ROBERTO ARLT        AGUAFUERTES PORTEÑAS     YO NO TENGO LA CULPA   Yo siempre que me ocupo de cartas de lectores, suelo admitir que se...