jueves, 20 de octubre de 2016

ARTHUR RIMBAUD
Sol y carne
¡Si volviera el tiempo, el tiempo que fue!
Porque el hombre ha terminado, el hombre
representó ya todos sus papeles.
En el gran día, fatigado de romper los ídolos,
resucitará, libre de todos sus dioses,
y, como es del cielo, escrutará los cielos.
El ideal, el pensamiento invencible, eterno,
todo el dios que vive bajo su arcilla carnal
se alzará, se alzará, arderá bajo su frente.
Y cuando le veas sondear el inmenso horizonte,
vencedor de los viejos yugos, libre de todo miedo,
te acercarás a darle la santa redención.
Espléndida, radiante, del seno de los mares,
tú surgirás, derramando sobre el Universo
con sonrisa infinita el amor infinito,
el mundo vibrará como una inmensa lira
bajo el estremecimiento de un beso inmenso...
El mundo tiene sed de amor: tú la apaciguarás,
¡oh esplendor de la carne! , ¡oh esplendor ideal
¡Oh renuevo de amor, triunfal aurora
en la que doblegando a sus pies los dioses y los héroes,
la blanca Calipigia y el pequeño Eros cubiertos con
nieve de las rosas
las mujeres y las flores su bellos pies cerrados!

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20 DE OCTUBRE DE 1854 NACE: ARTHUR RIMBAUD

20 DE OCTUBRE DE 1854 NACE:
ARTHUR RIMBAUD
(Charleville, Francia, 1854-Marsella, id., 1891) Poeta francés. Sus padres se separaron en 1860, y fue educado por su madre, una mujer autoritaria. Destacó pronto en el colegio de Charleville por su precocidad. En septiembre de 1870 se fugó de casa por vez primera y fue detenido por los soldados prusianos en una estación de París.
Su profesor, Georges Izambard, lo salvó de la cárcel, pero al mes siguiente intentó de nuevo la fuga, esta vez dirigiéndose hacia la región del Norte. Después de trasladarse a Bélgica, quiso emprender carrera como periodista en la ciudad de Charleroi. Entre las dos fugas, había empezado a escribir un libro destinado a Paul Demeny, pariente de su profesor y poeta reconocido en París.
Cuando regresó a Charleville, en el invierno de 1870-1871, su colegio había sido convertido en hospital militar. Huyó a París en febrero y fue testigo de los disturbios provocados por la amnistía decretada por el gobierno de Versalles. Volvió con su familia en marzo, en plena Comuna, y publicó la famosa Carta del vidente. Auténtico credo estético, la Carta definía al poeta del futuro como un «ladrón de fuego» que busca la alquimia verbal y lo desconocido a través de un «largo, inmenso y razonado desarreglo de todos los sentidos».
Verlaine, a quien había enviado algunos poemas, le invitó a París. Rimbaud llegó con un poema, El barco ebrio, quizás la mayor expresión de su genio visionario, que impresionó profundamente a su anfitrión. En París, se integró enseguida en el círculo literario del club zutista y escribió el Album zutique.
Tras una breve estancia en Charleville, donde compuso algunos poemas sencillos, más o menos místicos, nació una tormentosa relación amorosa con Verlaine, que empezó en el Barrio Latino de París, en mayo de 1872. Tras abandonar a su esposa, Mathilde, Verlaine se instaló con él en Bruselas y más tarde en Londres, para experimentar lo que, según Rimbaud, debía ser la aventura de la poesía.
En contacto con los partidarios exiliados de la Comuna, sus vidas se volvieron cada vez más caóticas, a medida que uno y otro cultivaban las excentricidades de todo tipo. En julio de 1873, Verlaine, el «desgraciado hermano» de Rimbaud, huyó a Bruselas; pretendía enrolarse con los carlistas, o suicidarse. Llamó a Rimbaud, éste acudió a su lado y volvieron las disputas. Verlaine, un carácter depresivo, sospechando que iba a ser abandonado pronto, disparó a Rimbaud y lo hirió, por lo que fue arrestado y encarcelado.
Mientras se recuperaba en sus Ardenas natales, Rimbaud terminó el libro autobiográfico Una estancia en el infierno, donde relataba su historia y daba cuenta de su rebeldía adolescente. Luego, gracias a su madre, publicó Alquimia del verbo, pero la obra no fue distribuida (Rimbaud dejó una copia en la prisión, para Verlaine, y repartió otros pocos ejemplares entre sus amigos). Regresó a Londres, acompañado por Germain Nouveau, en 1874, y escribió su última obra, Las iluminaciones, cerca de cincuenta poemas en prosa que proyectan sucesivos universos y proponen una nueva definición del hombre y del amor. A los veinte años, abandonó la literatura.
La segunda parte de su vida fue una especie de caos aventurero. Empezó como preceptor en Stuttgart, se alistó (y desertó luego) en el ejército colonial holandés y viajó en dos ocasiones a Chipre (1879 y 1880). Después de distintas escalas en el Mar Rojo, se instaló en Adén y más tarde en Harar (Etiopía). Se dedicó al comercio de marfil, café, oro o cualquier producto que consiguiera por el trueque de alguna mercancía europea; también envió informes a la Sociedad Francesa de Geografía. En 1885 volvió a Adén y vendió armas. Atravesó el desierto de Danakil y se tomó un tiempo de descanso en Egipto. Por último regresó a Harar, donde prosperaban sus negocios. En 1891, aquejado de fuertes dolores en la pierna derecha, volvió a Francia, donde le fue amputada y murió poco después en un hospital de Marsella.

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2O DE OCTUBRE DE 1946 NACE
ELFRIEDE JELINEK
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Dramaturga y novelista austríaca, nacida en Mürzzuschlag (Estiria) en 1946
. Su obra, transgresora y radical, se caracteriza por tratar con dureza temas como la violencia de género, las relaciones familiares opresivas o el pasado político de su país. Su propósito es luchar contra cualquier clase de autoridad y denunciar los abusos de poder en nuestra sociedad, sin renunciar por ello a un estilo preciso y lleno de contrastes.
En 2004 la Academia sueca le concedió el Premio Nobel de Literatura. Los académicos suecos destacaron "el flujo musical de voces y contravoces en sus novelas y obras de teatro, que con extraordinario talento lingüístico revelan lo absurdo de los clichés de la sociedad y su poder subyugante".
Vida y obra
Su familia pertenecía a la alta burguesía austriaca. Su padre, judío de origen checo, era químico y su madre, católica practicante, jefe de personal de una gran empresa. Ingresó en un un estricto colegio religioso de Viena; este hecho, unido a la relación opresiva que siempre mantuvo con su madre, debió de ejercer una enorme influencia en la futura escritora. En la capital austriaca estudió Historia del Arte y Teatro, y se graduó en el Conservatorio como organista.
En 1967 interrumpió sus estudios y comenzó a publicar narrativa, obras de teatro y Hörspiel (obras para ser escuchadas por radio), junto a poemas y guiones para televisión y cine. Sus primeros trabajos literarios, entre los que destaca Lisas schatten (La sombra de Lisa, 1967), presentan una clara influencia del Grupo de Viena, en especial en la complicación sintáctica, cuyo objetivo es dificultar la lectura y obligar al lector a leer con la máxima atención.
Debido a la temática de algunas de sus obras, Jelinek ha sido calificada en numerosas ocasiones como escritora feminista. Sin embargo, ella misma considera esta calificación como inadecuada, pues en su opinión la preocupación fundamental de toda su obra no es otra que el análisis de los efectos del capitalismo en la conciencia, el lenguaje y las actitudes humanas. En Wir sind lockvögel baby! (¡Somos aves de cebo, baby!, 1970) trató el tema de los mecanismos de manipulación a los que está sometida la literatura de masas. Die Liebhaberinnen (Las amantes, 1975) y Clara S. (1983) describen la opresión de la mujer sometida a las normas de una sociedad patriarcal; en Las amantes, cuya acción transcurre en un ámbito rural donde parece no haber salida, Jelinek denuncia los efectos del capitalismo sobre los más débiles: las mujeres. En 1980 publicó Die ausgesperrten (Los excluidos).
Otro de los grandes temas de su producción literaria es la política de su país (Burgtheater, 1986), así como la tendencia a una ideología regional del presente (Oh Wildnis, oh Schutz vor ihr; ¡Oh, naturaleza salvaje, oh, protección ante ella!, 1986). La Nobel austriaca, que desde 1974 hasta 1991 estuvo afiliada al Partido Comunista Austriaco (KPÖ), ha mantenido siempre una postura frontal contra las políticas conservadoras. Cuando en 2000 el partido de ultraderecha liderado por Jörg Haider logró alcanzar puestos de Gobierno, por medio de una alianza con el Partido Popular, Jelinek expresó su intención de abandonar Austria y prohibió la representación de sus obras en los teatros austriacos. En la revista internacional Autodafé publicó entonces un durísimo ataque contra Haider titulado "En avant pour l´image, la jolie innocente image".
En Die Klavierspielerin (1983), publicada en España con el título La pianista en 1993, la relación opresiva entre una madre y su hija permite a la autora desarrollar un feroz estudio sobre los mecanismos de represión sexual. La novela fue llevada con éxito al cine por el director Michael Haneke en 2001. Aun más polémica resultó su siguiente novela, Lust (El ansia, 1989), traducida en español como "El Deseo", que fue tachada de pornografía. La novela narra la historia de una mujer, sometida por su marido a innumerables humillaciones, que se enamora de un hombre más joven, quien pronto se convertirá en su nuevo maltratador.
Seis años después publicó Die kinder der toten (Los hijos de los muertos, 1995), mezcla de novela y ensayo sobre las víctimas del fascismo, donde llegó a calificar su país de "tierra de muerte". En 2000 volvió a denunciar los abusos de poder del hombre contra la mujer en Ein Unterhaltungsroman (Una novela de entretenimiento).
Su carácter iconoclasta también está presente en su producción teatral, iniciada en 1979 con Was geschah, nachdem Nora ihren Mann verlassen hatte oder Stützen der Gesellschaften (Lo que ocurrió después de que Nora abandonara a su marido o los pilares de las sociedades). Más interesada en el mensaje político de sus obras -en Bambiland (2003) criticó la invasión de Irak llevada a cabo por Estados Unidos-, ella misma aseguró no saber nada de teatro y no comprender por qué es tan elogiada como dramaturga: "Escribo contra el teatro. No me imagino nada más absurdo que personas vivas en un escenario".
La obra dramática de Jelinek goza de una extraordinaria acogida en Alemania. Trabajó con los directores más prestigiosos de este país, como George Tabori o Christoph Marthaler, y en 1991 el Festival de Salzburgo le dedicó gran parte de su programa. Una de sus obras teatrales de mayor éxito es Sportstück (Una pieza de deporte). El texto de Bambiland fue publicado en 2004, acompañado de fotografías del montaje dirigido por el dramaturgo alemán Christoph Schlingesief.
En cuanto a su estilo literario, Jelinek aseguró en una entrevista dejarse llevar por el lenguaje en un proceso casi subconsciente: "el lenguaje me arrastra, el texto se escribe a sí mismo, por así decirlo". Su objetivo es de nuevo romper con las convenciones, en este caso las lingüísticas, a través de continuos contrastes. La ironía, el uso de frases hechas con un sentido opuesto al habitual, los juegos de palabras y la descripción directa, extremadamente fría, de los personajes son las principales características del estilo preciso de Jelinek.
La concesión del Premio Nobel en 2004 suscitó una gran turbación entre los sectores más conservadores de la sociedad austriaca. El periódico de mayor difusión en Austria, el Kronenzeitung, apenas dedicó espacio a la noticia y los políticos de la ultraderecha aprovecharon la oportunidad para volver a insultar a la ganadora del primer Nobel para el país. Sin embargo, otro diario austriaco, el Der Standard, no dudó en considerar el premio como "un reconocimiento a la literatura austriaca de resistencia de los últimos cincuenta años".
Además del Premio Nobel, la obra de Jelinek ha obtenido el Premio Heinrich Böll (1986) y el Premio Georg Büchner (1998), la más alta distinción de la lengua alemana.
En 2006 presentó Bambilandia, Babel, un libro en el que despliega su análisis, con inteligente humor y feroz sarcasmo, sobre la actuación de Estados Unidos en la Guerra de Irak y el papel de los medios de comunicación en el conflicto.

miércoles, 19 de octubre de 2016

ÁLVARO YUNQUE
LA OBRA MAESTRA
El mono cogió un tronco de árbol, lo subió hasta el más alto pico de una sierra, lo dejó allí, y, cuando bajó al llano, explicó a los demás animales:

-¿Ven aquello que está allá? ¡Es una estatua, una obra maestra! La hice yo.

Y los animales, mirando aquello que veían allá en lo alto, sin distinguir bien qué fuere, comenzaron a repetir que aquello era una obra maestra. Y todos admiraron al mono como a un gran artista. Todos menos el cóndor, porque él era el único que podía volar hasta el pico de la sierra y ver que aquello solo era un viejo tronco de árbol. Dijo a muchos animales lo que había visto, pero ninguno creyó al cóndor, porque es natural en el ser que camina no creer al que vuela.

FIN
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OLIVERIO GIRONDO
SI HUBIERA SOSPECHADO LO QUE SE OYE

   
Si hubiera sospechado lo que se oye después de muerto, no me suicido. Apenas se desvanece la musiquita que nos echó a perder los últimos momentos y cerramos los ojos para dormir la eternidad, empiezan las discusiones y las escenas de familia.
¡Qué desconocimiento de las formas! ¡Qué carencia absoluta de compostura! ¡Qué ignorancia de lo que es bien morir!Ni un conventillo de calabreses malcasados, en plena catástrofe conyugal, daría una noción aproximada de las bataholas que se producen a cada instante. Mientras algún vecino patalea dentro de su cajón, los de al lado se insultan como carreros, y al mismo tiempo que resuena un estruendo a mudanza, se oyen las carcajadas de los que habitan en la tumba de enfrente.Cualquier cadáver se considera con el derecho de manifestar a gritos los deseos que había logrado reprimir durante toda su existencia de ciudadano, y no contento con enterarnos de sus mezquindades, de sus infamias, a los cinco minutos de hallarnos instalados en nuestro nicho, nos interioriza de lo que opinan sobre nosotros todos los habitantes del cementerio.
De nada sirve que nos tapemos las orejas. Los comentarios, las risitas irónicas, los cascotes que caen de no se sabe dónde, nos atormentan en tal forma los minutos del día y del insomnio, que nos dan ganas de suicidarnos nuevamente. Aunque parezca mentira -esas humillaciones- ese continuo estruendo resulta mil veces preferible a los momentos de calma y de silencio. Por lo común, estos sobrevienen con una brusquedad de síncope. De pronto, sin el menor indicio, caemos en el vacío. Imposible asirse a alguna cosa, encontrar una a que aferrarse. La caída no tiene término. El silencio hace sonar su diapasón. La atmósfera se rarifica cada vez más, y el menor ruidito: una uña, un cartílago que se cae, la falange de un dedo que se desprende, retumba, se amplifica, choca y rebota en los obstáculos que encuentra, se amalgama con todos los ecos que persisten; y cuando parece que ya va a extinguirse, y cerramos los ojos despacito para que no se oiga ni el roce de nuestros párpados, resuena un nuevo ruido que nos espanta el sueño para siempre.
¡Ah, si yo hubiera sabido que la muerte es un país donde no se puede vivir!
   FIN
GERLILIBROS-GERLILIBROS-GERLILIBROS
Espantapájaros, 1932
YALAL AL-DIN RUMI
LA MIRADA DEL MOSQUITO
Te pareces a un mosquito que se cree importante. Al ver una brizna de paja flotando en un charco de orina de cerdo, el mosquito levanta la cabeza y piensa: “Hace mucho tiempo que sueño con el mar y con un barco, ¡y aquí están por fin !”.

FIN


Resultado de imagen para La mirada del mosquito [Minicuento - Texto completo.]  Yalal Al-Din Rumi


CÉSAR VALLEJO
MASA

Al fin de la batalla,
y muerto el combatiente, vino hacia él un hombre
y le dijo: «No mueras, te amo tanto!»
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Se le acercaron dos y repitiéronle:
«No nos dejes! ¡Valor! ¡Vuelve a la vida!»
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Acudieron a él veinte, cien, mil, quinientos mil,
clamando: «Tanto amor, y no poder nada contra la muerte!»
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Le rodearon millones de individuos,
con un ruego común: «¡Quédate hermano!»
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Entonces, todos los hombres de la tierra
le rodearon; les vio el cadáver triste, emocionado;
incorporóse lentamente,
abrazó al primer hombre; echóse a andar.
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lunes, 17 de octubre de 2016

OLIVERIO GIRONDO
Mi lu
mi lubidulia
mi golocidalove 
mi lu tan luz tan tu que me enlucielabisma
y descentratelura
y venusafrodea
y me nirvana el suyo la crucis los desalmes
con sus melimeleos
sus erpsiquisedas sus decúbitos lianas y dermiferios limbos y gormullos
mi lu
mi luar
mi mito
demonoave dea rosa
mi pez hada
mi luvisita nimia
mi lubísnea
mi lu más lar
más lampo
mi pulpa lu de vértigo de galaxias de semen de misterio
mi lubella lusola
mi total lu plevida
mi toda lu
lumía


PAUL VERLAINE
Tú crees en el ron del café, en los presagios
Tú crees en el ron del café, en los presagios,
y crees en el juego;
yo no creo más que en tus ojos azulados.
Tú crees en los cuentos de hadas, en los días
nefastos y en los sueños;
yo creo solamente en tus bellas mentiras.
Tú crees en un vago y quimérico Dios,
o en un santo especial,
y, para curar males, en alguna oración.
Mas yo creo en las horas azules y rosadas
que tú a mí me procuras
y en voluptuosidades de hermosas noches blancas.
Y tan profunda es mi fe
y tanto eres para mí,
que en todo lo que yo creo
sólo vivo para ti.

17 DE OCTUBRE DE 1915 NACE ARTHUR MILLER

17 DE OCTUBRE DE 1915 NACE
ARTHUR MILLER
(Nueva York, 1915 - Roxbury, Connecticut, 2005) Dramaturgo estadounidense. Autor de obras emblemáticas como La muerte de un viajante y Las brujas de Salem, y ganador en dos ocasiones del premio Pulitzer, Arthur Miller está considerado como uno de los mejores dramaturgos del siglo XX. Escritor comprometido, Miller supo trasladar a los escenarios el conflicto del ser humano y el espíritu crítico, arremetió contra el masificador antihumanismo estadounidense, se acercó al marxismo, para después criticarlo, se opuso activamente a la “caza de brujas” del senador McCarthy y denunció la intervención estadounidense en Corea y Vietnam. Su nombre fue sinónimo de audacia y de ruptura, tanto temática como estructural.
Arthur Asher Miller nació en Nueva York el 17 de octubre de 1915, tercer hijo de un matrimonio de emigrantes austríacos formado por Isidore Miller (un fabricante de abrigos judío que se arruinó durante la Gran Depresión) y Augusta Bernett. Se graduó en la Abraham Lincoln High School y para pagarse los estudios de periodismo, que cursó en la Universidad de Michigan, trabajó en una radio local, en un almacén y como editor de noche en el Michigan Daily.
Poco antes de obtener la licenciatura, escribió Todavía crece la hierba (1938), una comedia que le valdría los primeros reconocimientos. Tras finalizar sus estudios, regresó a Nueva York y se inició en la escritura de seriales radiofónicos.
La década de 1940 supuso un período de cambios para Miller. Por un lado, en 1940 contrajo matrimonio con su novia de la universidad, Mary Grace Slattery, con la que tuvo un hijo, Robert, y una hija, Jane, y por otro se consolidó como escritor. Después de debutar en Broadway con El hombre que tuvo toda la suerte del mundo, una comedia de escaso éxito comercial, pero que le proporcionó el Theatre Guild Award en 1944, curiosamente fue una novela, Focus (1945), un alegato contra el antisemitismo, la que le reportó su primer éxito.
Influido por Ibsen, Miller mostró su preocupación por la sociedad que le rodeaba y su problemática en Todos eran mis hijos (1947), donde abordó la actividad de los que se aprovechan de la guerra. La obra obtuvo el premio de la Crítica de Nueva York en 1948, inscribió al autor dentro del realismo norteamericano de su tiempo y supuso su espaldarazo definitivo.
En estos sus primeros títulos se entrevé ya lo que sería el elemento fundamental de toda su obra: la crítica acerba a todos aquellos valores de carácter conservador que comenzaban a asentarse en la sociedad de Estados Unidos. Dos años después llegaría su mayor triunfo con una denuncia del carácter ilusorio del sueño americano: La muerte de un viajante (1949), obra por la que obtuvo el Pulitzer de Teatro y, de nuevo, el premio de la Crítica de Nueva York, y que a menudo se cita entre las mejores del teatro contemporáneo. Ese mismo año, el montaje teatral, dirigido por Elia Kazan, obtuvo seis premios Tony. La obra se representó ininterrumpidamente desde el 10 de febrero de 1949 hasta el 18 de noviembre de 1950, y posteriormente se estrenó en salas de todo el mundo. En 1985 fue llevada al cine por Volker Schlöndorff, con un memorable Dustin Hoffman en el papel protagonista.
Arthur Miller sufrió en sus propias carnes la “caza de brujas” del senador McCarthy. Su obra Las brujas de Salem (1953), un alegato contra la intolerancia y el puritanismo ambientado en 1692, era en realidad una denuncia contra las investigaciones que desde 1946 llevaba a cabo el denominado Comité de Actividades Antiamericanas. El comité, dirigido por Joseph McCarthy, había sido investido con la facultad de averiguar la filiación política de los ciudadanos, al objeto de depurar el país de “antiamericanos” y comunistas. Actores, directores, guionistas y escritores fueron multados o enviados a prisión. En 1956 Miller compareció ante el comité, que lo condenó por desacato al no querer delatar a los miembros de un círculo literario sospechosos de actividades procomunistas. Miller apeló la sentencia y finalmente fue absuelto.
Las brujas de Salem se representó por vez primera en Broadway en 1953 y obtuvo un gran éxito. En esta ocasión el encargado del montaje no fue Elia Kazan, quien en un episodio oscuro de su vida había delatado a varios camaradas ante el comité (Miller no le habló durante años), sino el legendario Jed Harris. La obra fue llevada al cine en 1996. Protagonizada por Daniel Day-Lewis (esposo de Rebecca Miller) y con guión adaptado por el propio Miller; en español se hizo una versión de la obra que se tituló El crisol.
La vida de Arthur Miller cambió radicalmente cuando, tras divorciarse de Mary, el 29 de junio de 1956 contrajo matrimonio con la mítica actriz Marilyn Monroe. La boda coincidió con el estreno de Panorama desde el puente (1955), pieza en la que el autor reproducía el tema de la llegada de inmigrantes a Estados Unidos, y por la que obtendría el segundo Pulitzer.
La popularidad del intelectual que había sabido ganarse el corazón de la mujer más adorada del siglo XX creció entonces vertiginosamente. El matrimonio hizo correr ríos de tinta durante los casi cinco años que duró. Habitual del papel couché y del glamour de Hollywood, la pareja no fue feliz y finalmente las infidelidades de la actriz (que tuvo un romance con Yves Montand), sus problemas con el alcohol y las tensiones durante el rodaje de Vidas rebeldes (1961), película de John Huston con guión del dramaturgo y protagonizada por Marilyn, acabaron con el matrimonio, que finalmente se divorció en enero de 1961. En esos años Miller se mantuvo alejado de los escenarios y no volvió a estrenar hasta 1964.
La estabilidad sentimental le llegó con la prestigiosa fotógrafa austríaca Inge Morath, pionera del fotoperiodismo. Se habían conocido durante el rodaje de Vidas rebeldes, donde ella ejercía de fotógrafa oficial del rodaje. Se casaron en 1962 y ya no se separarían hasta el fallecimiento de Inge, cuarenta años después (2002). Morath le dio una hija, Rebecca, y, según el biógrafo del dramaturgo, un hijo, Daniel, nacido con síndrome de Down y del que Miller nunca habló.
Arthur Miller volvió a los escenarios en 1964 con Después de la caída, un texto autobiográfico durísimo en el que narraba su relación con Marilyn. Otras obras destacadas posteriores, que sin embargo ya no le reportaron tanta popularidad, fueron Incidente en Vichy (1964), El precio (1968), quizá su último éxito popular, En Rusia (1969), La creación del mundo (1972), En el paraíso (1974), La colcha de Marta (1977), El arzobispo (1977), El viajante en Beijing (1984), El descenso del monte Morgan (1991) y Cristales rotos (1994).
En 1997, tras un largo silencio, escribió Una mujer normal, novela corta en la línea psicologista de sus últimas obras, que mereció excelentes críticas. Entre sus aportaciones a otros géneros sobresalen la colección de relatos Ya no te necesito (1967), el guión de la película El reloj americano (1980), las recopilaciones de ensayos tituladas Ensayos teatrales de Arthur Miller (1978) y Al correr de los años. Ensayos reunidos (1944-2001) y la novela autobiográfica Timebends: A Life (1987), que se publicaría en España un año después con el título de Vueltas al tiempo. Además de dramaturgo y escritor, intervino en diversas películas y documentales, como El edén (2001). Entre 1965 y 1969 fue presidente del PEN Club, el colectivo de escritores que vela por la libertad de expresión.
Elegido el mejor dramaturgo del siglo XX, según una encuesta convocada por el Royal National Theatre, en la que participaron ochocientas personas directamente relacionadas con el teatro, estaba en posesión de la Medalla de Oro de las Artes y las Letras (1959), del premio Angloamericano de teatro (1966) y del Lawrence Olivier Theatre Award (1995). En 2002 estuvo en España para recibir, de manos del príncipe Felipe, en una emotiva ceremonia en el teatro Campoamor de Oviedo, el premio Príncipe de Asturias de las letras en reconocimiento a su capital contribución a la “renovación de la permanente lección humanística del mejor teatro”. Contestatario hasta el final, un año antes había publicado La política y el arte de actuar, un alegato contra el establishment político estadounidense, George W. Bush incluido.
En los últimos años, Miller vivía a caballo entre Nueva York, donde sus obras se seguían representando con éxito, y su residencia de Connecticut. Desde 2002 vivía con Agnes Barley, una joven artista, con la que anunció públicamente que tenía intención de casarse. Enfermo de cáncer, neumonía y con problemas cardíacos, en 2004 estrenó su última obra, Finishing the Picture. Falleció en su rancho de Roxbury el 10 de febrero de 2005, acompañado de los suyos.
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     ROBERTO ARLT        AGUAFUERTES PORTEÑAS     YO NO TENGO LA CULPA   Yo siempre que me ocupo de cartas de lectores, suelo admitir que se...