lunes, 12 de junio de 2017

12 DE JUNIO DE 1827 NACE : JOHANNA SPYRI

12 DE JUNIO DE 1827 NACE :
JOHANNA SPYRI
Escritora suiza autora del relato mundialmente famoso “Heidi”, nació el 12 de junio de 1827.Johanna Louise Heusser nació en el pequeño pero muy alto pueblo suizo, Hirzel, cerca de Zurich. Cuarta hija de un médico rural y una poetisa, recibió una cuidada educación. Estudió varios idiomas y, sintiendo una gran afición musical, estudió primero piano y después arpa. Sus otras dos pasiones eran la naturaleza y la lectura. Su casa, en una pequeña aldea, en plena naturaleza, parece salida de un cuento, cuando en realidad, fue su casa, su aldea, su montaña, sus bosques, sus flores…los que inspiraron historias como la de “Heidi”. Sus vacaciones las pasaba en la bella región de Chur, escenario donde se desarrolló casi toda la acción de esta historia.Con 18 años, Johanna se convierte en maestra de sus dos hermanas pequeñas, mientras aprovecha para leer todo lo que está a su alcance, enriqueciendo su educación y su cultura. Con sólo 25, en 1852 conoce a Berhand Spyri, un amigo de su hermano que sería el amor de su vida y con el que pronto contraería matrimonio. Él era editor de un importante diario y este trabajo les llevó a ubicar su residencia en Zúrich, lo que provocaría en la escritora una inmensa nostalgia por su pueblo natal. Esta nostalgia sería la misma que vivió Heidi, cuando la niña debe dejar Suiza para instalarse en Francfort. Intentando superar su nostalgia y soledad, intenta participar, junto con algunas amigas, en actividades musicales y literarias, pero no son capaces de librarla de una profunda depresión, que sólo superaría con el nacimiento de su hijo Bernhard en 1855. Bernhard heredaría el gusto musical de su madre convirtiéndose en un buen violinista que ejecutaría hermosos dúos con su madre al piano o al arpa.Dedicada a la literatura infantil, su primera novela vería la luz en el año 1870, pero continuaría su producción durante varios años, en los que escribiría más de 20 novelas. Entre ellas están, “Heidi” y “Otra vez Heidi”, que nos cuentan la historia de una niña huérfana que se muda a las montañas para vivir con su abuelo. Estas dos historias fueron las más populares, traduciéndose a más de 40 idiomas. Se han hecho 7 adaptaciones para el cine y muchas más para el teatro, radio y televisión. Johanna escribiría también para recaudar fondos para la Cruz Roja Internacional, como por ejemplo el libro “Una hoja en la tumba de Vrony”.En 1884 mueren su marido y su hijo. Viuda y sola, se muda a otra casa y vive con una pequeña sobrina, para la que sigue creando cuentos del mismo modo que lo haría para su hijo. Escribiría hasta el fin de sus días, legándonos 50 bellas historias como “Grittli”, “La pequeña salvaje”, “El lago de los ensueños” y “Sin patria”.Johanna llegó a hacerse muy popular, y críticos, público y editores la solicitaban constantemente, aunque ella hacía todo lo posible por evitarlo. Agotada, a principios de 1901 viaja a los Alpes y el norte de Italia. Murió el 7 de julio de 1901, en Zúrich.Todos los suizos están orgullosos de su escritora, a la que han homenajeado en muchas ocasiones. El de Johanna Spyri, no obstante, es uno de esos casos en que el personaje creado, Heidi, eclipsa la vida, la fama y la luz de su creador.
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sábado, 10 de junio de 2017

JAIME SABINES
  CODICIADA PROHIBIDA

Codiciada, prohibida, 
cercana estás, a un paso, hechicera. 
Te ofreces con los ojos al que pasa, 
al que te mira, madura, derramante, 
al que pide tu cuerpo como una tumba. 
Joven maligna, virgen, 
encendida, cerrada, 
te estoy viendo y amando, 
tu sangre alborotada, 
tu cabeza girando y ascendiendo, 
tu cuerpo horizontal sobre las uvas y el humo. 
Eres perfecta, deseada. 
Te amo a ti y a tu madre cuando estáis juntas. 
Ella es hermosa todavía y tiene 
lo que tú no sabes. 
No sé a quién prefiero 
cuando te arregla el vestido 
y te suelta para que busques el amor.

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sábado, 3 de junio de 2017

BALDOMERO FERNÁNDEZ 

Amantes

Ved en sombras el cuarto, y en el lecho
desnudos, sonrosados, rozagantes,
el nudo vivo de los dos amantes
boca con boca y pecho contra pecho.

Se hace más apretado el nudo estrecho,
bailotean los dedos delirantes,
suspéndese el aliento unos instantes...
y he aquí el nudo sexual deshecho.

Un desorden de sábanas y almohadas,
dos pálidas cabezas despeinadas,
una suelta palabra indiferente,

un poco de hambre, un poco de tristeza,
un infantil deseo de pureza
y un vago olor cualquiera en el ambiente.

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miércoles, 31 de mayo de 2017

NO TE DETENGAS
WALT WHITMAN

No dejes que termine el día sin haber crecido un poco,
sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.
No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte,
que es casi un deber.
No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.
No dejes de creer que las palabras y las poesías
sí pueden cambiar el mundo.
Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.
Somos seres llenos de pasión.
La vida es desierto y oasis.
Nos derriba, nos lastima,
nos enseña,
nos convierte en protagonistas
de nuestra propia historia.
Aunque el viento sople en contra,
la poderosa obra continúa:
Tu puedes aportar una estrofa.
No dejes nunca de soñar,
porque en sueños es libre el hombre.
No caigas en el peor de los errores:
el silencio.
La mayoría vive en un silencio espantoso.
No te resignes.
Huye.
"Emito mis alaridos por los techos de este mundo",
dice el poeta.
Valora la belleza de las cosas simples.
Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas,
pero no podemos remar en contra de nosotros mismos.
Eso transforma la vida en un infierno.
Disfruta del pánico que te provoca
tener la vida por delante.
Vívela intensamente,
sin mediocridad.
Piensa que en ti está el futuro
y encara la tarea con orgullo y sin miedo.
Aprende de quienes puedan enseñarte.
Las experiencias de quienes nos precedieron
de nuestros "poetas muertos",
te ayudan a caminar por la vida
La sociedad de hoy somos nosotros:
Los "poetas vivos".
No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas ...

30 DE MAYO DE 1814 NACE MIJAIL BAKUNIN



30 DE MAYO DE 1814 NACE 
MIJAIL BAKUNIN
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(Mijaíl Alexandrovich Bakunin; Priamujino, Rusia, 1814-Berna, 1876) Teórico político y agitador revolucionario anarquista ruso. Hijo de un terrateniente de ideas liberales, estudió en la escuela de artillería de San Petersburgo y llegó a ser oficial de la guardia imperial. Enviado a una unidad militar en la frontera polaca, se ausentó sin permiso y a punto estuvo de ser juzgado por deserción. Tras abandonar el ejército, comenzó a interesarse por la filosofía, principalmente por la obra de los alemanes Fichte y Hegel, y fue a estudiar dicha materia en Moscú y San Petersburgo.
En 1840 viajó a Europa; en Berlín tuvo oportunidad de conocer las teorías de los neohegelianos de izquierda y de los socialistas utópicos franceses. Más tarde se trasladó a Dresde, ciudad en la que publicó un periódico radical que se puede considerar su primer manifiesto revolucionario.
Por último, recaló en París, donde residió entre los años 1842 y 1848, coincidiendo con Herzen, Proudhon y Marx, y participó en las revoluciones que estallaron en este último año en la capital francesa y en Praga y Dresde. Detenido y condenado a muerte, la pena no se ejecutó y Bakunin fue entregado al gobierno ruso, que lo encarceló por siete años y en 1857 lo desterró a Siberia.
Según parece, el gobernador de Siberia, Muraviev, era primo de la madre de Bakunin y gracias a ello se le concedió un permiso para salir de allí; un barco estadounidense lo llevó a Japón, luego a Estados Unidos y finalmente, en 1861, se trasladó a Londres, donde residiría cuatro años.
En 1864 fundó en Ginebra la Hermandad Internacional de la Democracia Social, organización revolucionaria que se disolvió al integrarse en la I Internacional, en 1867. En este mismo año se dirigió a Suiza, donde apoyó la Liga por la paz y la libertad, a la que pertenecían personalidades como Garibaldi, Louis Blanc, Victor Hugo y Stuart Mill.
Posteriormente formó la llamada Alianza Internacional de la Democracia Socialista, cuyo programa reivindicaba una serie de reformas que constituían la base de la doctrina política de Bakunin: la supresión de los Estados nacionales y la formación en su lugar de federaciones constituidas por libres asociaciones agrícolas e industriales; la abolición de las clases sociales y de la herencia, la igualdad de sexos y la organización de los obreros al margen de los partidos políticos.
En 1870 fundó el Comité para la Salvación de Francia, asociación que dirigió la insurrección de la Comuna de Lyon. Durante la I Internacional, las diferencias entre sus ideas y el autoritarismo de Marx llevaron a la expulsión de los anarquistas del seno de la organización durante el congreso de La Haya, celebrado en 1872.
Bakunin pasó sus últimos años en Suiza, viviendo pobremente y sin más aliento que la correspondencia que mantenía con pequeños grupos anarquistas. Expuso su pensamiento en una voluminosa obra, y fue su discípulo James Guillaume quien, entre los años 1907 y 1913, en París, se encargaría de recopilar y editar todos sus libros. Del conjunto de su voluntariosa obra destacan El llamamiento a los eslavos, que denuncia a la burguesía como fuerza intrínsecamente antirrevolucionaria y propugna la creación en Europa Central de una federación libre de gentes eslavas; El catecismo revolucionario y El Estado y la anarquía.

lunes, 29 de mayo de 2017


 PLATERO 
Juan Ramón Jiménez
Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera,
que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los
espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos
de cristal negros.
Lo dejo suelto, y se va al prado, y acaricia tibiamente con su
hocico, rozándolas apenas, las florecillas rosas, celestes y
gualdas... Lo llamo dulcemente: "¿ Platero ?", y viene a mí con un
trotecillo alegre que parece que se ríe, en no sé qué cascabeleo
ideal...
Come cuanto le doy. Le gustan las naranjas, mandarinas, las
uvas moscateles, todas de ámbar, los higos morados, con su
cristalina gotita de miel...
Es tierno y mimoso igual que un niño, que una niña...; pero
fuerte y seco por dentro, como de piedra. Cuando paso sobre él,
los domingos, por las últimas callejas del pueblo, los hombres del
campo, vestidos de limpio y despaciosos, se quedan mirándolo:
- Tien'asero...
Tiene acero. Acero y plata de luna, al mismo tiempo.


29 DE MAYO DE 1958 MUERE

JUAN RAMÓN JIMÉNEZ


Muere en Puerto Rico Juan Ramón Jiménez
(Moguer, 1881 - San Juan de Puerto Rico, 1958) Poeta español. Su lírica evolucionó desde las últimas derivaciones del modernismo hacia una poesía a la vez emotiva e intelectualista. Tras cursar el bachillerato en el colegio de los jesuitas de Puerto de Santa María (Cádiz), ingresó en la universidad de Sevilla para estudiar derecho, carrera que abandonó para seguir su vocación artística.
Aunque inicialmente quiso ser pintor, pronto se orientó hacia la poesía, animado por la lectura de Rubén Darío y de los escritores románticos. Sus primeras colaboraciones en la revista madrileña Vida Nueva fueron acogidas con entusiasmo por los modernistas, por lo que decidió trasladarse a Madrid en 1900 y publicar ese mismo año sus dos primeros volúmenes de versos, Ninfeas y Almas de violeta, títulos que le fueron sugeridos por Ramón del Valle-Inclán y Rubén Darío.
De carácter melancólico y depresivo, la repentina muerte de su padre le causó fuertes crisis nerviosas que lo obligaron a pasar largas temporadas en sanatorios de Burdeos y Madrid. A esta época corresponden los libros Rimas (1902), Arias tristes (1903) y Jardines lejanos (1904), que configuraron una poética impregnada de musicalidad, nostalgia y amor por la naturaleza, con metros sencillos en los que predomina el octosílabo y un ritmo fluido de inspiración modernista.
Entre 1905 y 1912 el autor vivió en su pueblo natal, entregado a la lectura y admirando la vida campesina andaluza. Este acercamiento al mundo rural se tradujo en un nuevo sentimentalismo que, sin abandonar la languidez inicial, se enriqueció con impulsos apasionados y juveniles. En los escenarios crepusculares de pálidos jardines, decadentes ensueños y estancias silenciosas, aparecieron por primera vez colores brillantes e imágenes de mujeres desnudas que tiñeron los versos de erotismo.

En este período escribió varios volúmenes: Elegías (1908-1910), Olvidanzas (1909), La soledad sonora (1911), Poemas mágicos y dolientes (1911), Melancolía (1912) y Laberinto (1913), así como el libro en prosa Platero y yo (1914), tierna elegía a un borriquillo que se convirtió en uno de sus textos más célebres. De regreso a Madrid conoció a Zenobia Camprubí, española educada en Estados Unidos, con la que se casó en Nueva York en 1916. La vitalidad y las constantes atenciones de Zenobia influyeron decisivamente en el nuevo rumbo que adoptó su trayectoria poética.
Tanto en los Sonetos espirituales (1914) como en Estío (1916) se anunciaba un cambio formal que culminó en el Diario de un poeta recién casado (1917), escrito casi en su totalidad durante la travesía del Atlántico. Según declaró el autor, el constante movimiento de las olas le transmitió la obsesión por el ritmo y lo llevó a abandonar las estructuras estróficas tradicionales, y a cultivar el verso libre. Al mismo tiempo, la ornamentación modernista desapareció en favor de un lenguaje sobrio y desnudo, que huyó de la vaguedad y aspiró a la precisión absoluta.
Muestra de ello son las composiciones de Eternidades (1918), Piedra y cielo (1919), Poesía (1923) y Belleza (1923), donde eliminó todo aquello que no tendiese a la esencia poética y a la plenitud espiritual y estética. El autor intentó llevar al ámbito de la prosa las conquistas obtenidas en sus versos y escribió la serie de retratos líricos que integraron el libro Españoles de tres mundos (1942), aparecido en su mayor parte en la revista Índice.
Paralelamente, incitado por un afán de depuración máxima, sometió su obra a una permanente revisión. Fruto de esta inquietud son las colecciones de textos Unidad (1925), Obra en marcha (1928), Sucesión (1932), Presente (1933) y Hojas sueltas (1935), que incluyeron páginas susceptibles de ser reelaboradas con posterioridad.
Tras la publicación de Cántico (1935), el estallido de la Guerra Civil interrumpió la labor creadora del poeta, que fue nombrado agregado cultural en Washington. Después de vivir en Estados Unidos y Cuba se instaló en Puerto Rico, donde enseñó en la universidad y se dedicó a retocar gran parte de su obra. A esta última época pertenecen los libros La estación total (1946), Romances de Coral Gables (1948) y Animal de fondo (1949), en los que la búsqueda de la belleza total se plasmó a través de una visión intelectualista y metafísica, en función de la cual su poesía se transformó en un "dios deseante y deseado", con conciencia de la divinidad y con manifestación inefable de lo eterno. Juan Ramón Jiménez fue galardonado con el premio Nobel de Literatura en 1956.

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sábado, 27 de mayo de 2017

ALEJANDRA PIZARNIK
EL INFIERNO MUSICAL

Golpean con soles

Nada se acopla con nada aquí

Y de tanto animal muerto en el cementerio de huesos filosos de mi memoria

Y de tantas monjas como cuervos que se precipitan a hurgar entre mis piernas

La cantidad de fragmentos me desgarra
Impuro diálogo

Un proyectarse desesperado de la materia verbal

Liberada a sí misma

Naufragando en sí misma

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EDGAR ALLAN POE
TIERRA DE HADAS 

Oscuros valles y tenebrosos pantanos,
sombríos bosques,
cuyas formas no podemos adivinar,
al impedirlo las lágrimas que caen por todas partes.
Enormes lunas que surgen y desaparecen
una vez, y otra, y otra,
a cada momento en la noche
-siempre cambiando de lugar-
oscureciendo los rayos del lucero
con el aliento de sus pálidos rostros.
Alrededor de las doce por el reloj lunar
una más nebulosa que las demás
(en un juicio,
decidieron que era la mejor)
desciende -abajo, más abajo-
con su centro sobre la corona
de la cumbre de una montaña,
mientras que su amplia circunferencia
de flotantes vestiduras cae
sobre aldeas, sobre pórticos,
dondequiera que estén
-sobre los lejanos bosques, sobre el mar-
sobre los espíritus alados,
sobre las cosas adormecidas,
y las envuelve completamente
en un laberinto de luz,
y entonces, ¡qué profunda! ¡oh, profunda!
es la pasión de su sueño.
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jueves, 25 de mayo de 2017



JUAN RULFO
ES QUE SOMOS MUY POBRES
Aquí todo va de mal en peor. La semana pasada se murió mi tía Jacinta, y el sábado, cuando ya la habíamos enterrado y comenzaba a bajársenos la tristeza, comenzó a llover como nunca. A mi papá eso le dio coraje, porque toda la cosecha de cebada estaba asoleándose en el solar. Y el aguacero llegó de repente, en grandes olas de agua, sin darnos tiempo ni siquiera a esconder aunque fuera un enano jo; lo único que pudimos hacer, todos los de mi casa, fue estarnos arrimados debajo del tejabán, viendo cómo el agua fría que caía del cielo quemaba aquella cebada amarilla tan recién cortada.
Y apenas ayer, cuando mi hermana Tacha acababa de cumplir doce años, supimos que la vaca que mi papá le regaló para el día de su santo se la había llevado el río.
El río comenzó a crecer hace tres noches, a eso de la madrugada. Yo estaba muy dormido y, sin embargo, el estruendo que traía el río al arrastrarse me hizo despertar en seguida y pegar el brinco de la cama con mi cobija en la mano, como si hubiera creído que se estaba derrumbando el techo de mi casa. Pero después me volví a dormir, porque reconocí el sonido del río y porque ese sonido se fue haciendo igual hasta traerme otra vez el sueño.
Cuando me levanté, la mañana estaba llena de nublazones y parecía que había seguido lloviendo sin parar. Se notaba en que el ruido del río era más fuerte y se oía más cerca. Se olía, como se huele una quemazón, el olor a podrido del agua revuelta.
A la hora en que me fui a asomar, el río ya había perdido sus orillas. Iba subiendo poco a poco por la calle real, y estaba metiéndose a toda prisa en la casa de esa mujer que le dicen la -Tambora. El chapaleo del agua se oía al entrar por el corral y al salir en grandes chorros por la puerta. La Tambora iba y venía caminando por lo que era ya un pedazo de río, echando a la calle sus gallinas para que se fueran a ezuuiidci a algún lugar donde no les llegara la corriente.
Y por el otro lado, por donde está el recodo, el río se debía de haber llevado, quién sabe desde cuándo, el tamarindo que estaba en el solar de mi tía Jacinta, porque ahora ya no se ve ningún tamarindo. Era el único que había en el pueblo, y por eso nomás la gente se da cuenta de que la creciente esta que vemos es la más grande de todas las que ha bajado el río en muchos años.
Mi hermana y yo volvimos a ir por la tarde a mirar aquel amontonadero de agua que cada vez se hace más espesa y oscura y que pasa ya muy por encima de donde debe estar. el puente. Allí nos estuvimos horas y horas sin cansarnos viendo la cosa aquella. Después nos subimos por la barranca, porque queríamos oír bien lo que decía la gente, pues abajo, junto al río, hay un gran ruidazal y sólo se ven las bocas de muchos que se abren y se cierran y como que quieren decir algo; pero no se oye nada. Por eso nos subímos por la barranca, donde también hay gente mirando el río y contando los perjuicios que ha hecho. Allí fue donde supimos que el río se había llevado a la Serpentina, la vaca esa que era de mí hermana Tacha porque mi papá se la regaló para el día de su cumpleaños y que tenía una oreja blanca y otra colorada y muy bonitos ojos.
No acabo de saber por qué se le ocurriría a la Serpentina pasar el río este, cuando sabía que no era el mismo río que ella conocía de a diario. La Serpentina nunca fue tan atarantado. Lo más seguro es que ha de haber venido dormida para dejarse matar así nomás por nomás. A mí muchas veces me tocó despertarla cuando le abría la puerta del corral, porque si no, de su cuenta, allí se hubiera estado el día entero con los ojos cerrados, bien quieta y suspirando, como se oye suspirar a las vacas cuando duermen.
Y aquí ha de haber sucedido eso de que se durmió. Tal vez se le ocurrió despertar al sentir que el agua pesada -le golpeaba las costillas. Tal vez entonces se asustó y trató de regresar; pero al volverse se encontró entreverado y aca. lambrada entre aquella agua negra y dura como tierra corrediza. Tal vez bramó pidiendo que le ayudaran. Bramó como sólo Dios sabe cómo.
Yo le pregunté a un señor que vio cuando la arrastraba el río si no había visto también al becerrito que andaba con ella. Pero el hombre dijo que no sabía si lo había visto. Sólo dijo que la vaca manchada pasó patas arriba muy cerquita de donde él estaba y que allí dio una voltereta y luego no volvió a ver ni los cuernos ni las patas ni ninguna señal de vaca. Por el río rodaban muchos troncos de árboles con todo y raíces y él estaba muy ocupado en sacar leña, de modo que no podía fijarse si eran animales o troncos los que arrastraba.
Nomás por eso, no sabemos si el becerro está vivo, o si se fue detrás de su madre río abajo. Si así fue, que Dios los ampare a los dos.
La apuración que tienen en mi casa es lo que pueda suceder el día de mañana, ahora que mi hermana Tacha se quedó sin nada. Porque mi papá con muchos trabajos había conseguido a la Serpentina, desde que era una vaquilla, para dársela a mi hermana, con el fin de que ella tuviera un capitalito y no se fuera a ir de piruja como lo hicieron mis otras dos hermanas las más grandes.
Según mi papá, ellas se habían echado a perder porque éramos muy pobres en mi casa y ellas eran' muy retobadas. Desde chiquillas ya eran rezongonas. Y tan luego que crecieron les dio por andar con hombres de lo peor, que les enseñaron cosas malas. Ellas aprendieron pronto y entendían muy bien los chiflidos, cuando las llamaban a altas horas de la noche. Después salían hasta de día. Iban cada rato por agua al río y a veces, cuando uno menos se lo esperaba, allí estaban en el corral, revolcándose en el suelo, todas encueradas y cada una con un hombre trepado encima.
Entonces mi papá las corrió a las dos. Primero les aguantó todo lo que pudo; pero más tarde ya no pudo aguantarlas más y les dio carrera para la calle. Ellas se fueron para Ayutla o no sé para donde; pero andan de pirujas.
Por eso le entra la mortificación a mi papá, ahora por la Tacha, que no quiere vaya a resultar como sus otras dos hermanas, al sentir que se quedó muy pobre viendo la falta de su vaca, viendo que ya no va a tener con qué entretenerse mientras le da por crecer y pueda casarse con un hombre bueno, que la pueda querer para siempre. Y eso ahora va a estar difícil. Con la vaca era distinto, pues no hubiera faltado quien se hiciera el ánimo de casarse con ella, sólo por llevarse también aquella vaca tan bonita. 
La única esperanza que nos queda es que el becerro esté todavía vivo. Ojalá no se le haya ocurrido pasar el río detrás de su madre. Porque si así fue, mi hermana Tacha está tantito así de retirado de hacerse piruja. Y mamá no quiere.
Mi mamá no sabe por qué Dios la ha castigado tanto al darle unas hijas de ese modo, cuando en su familia, desde su abuela para acá, nunca ha habido gente mala. Todos fueron criados en el temor de Dios y eran muy obedientes y no le cometían irreverencias a nadie. Todos fueron por el estilo. Quién sabe de dónde les vendría a ese par de hijas suyas aquel mal ejemplo. Ella no se acuerda. Le da vuelta a todos sus recuerdos y no ve claro dónde estuvo su mal o el pecado de nacerle una hija tras otra con la misma mala costumbre. No se acuerda. Y cada vez que piensa en ellas, llora y dice: «Que Dios las ampare a las dos.»
Pero mi papá alega que aquello ya no tiene remedio. La peligrosa es la que queda aquí, la Tacha, que va como palo de ocote crece y crece y que ya tiene unos comienzos de senos que prometen ser como los de sus hermanas: puntiagudos y altos y medio alborotados para llamar la atención.
-Sí -dice-, le llenará los ojos a cualquiera donde quiera que la vean. Y acabará mal; como que estoy viendo que acabará mal.
Esa era la mortificación de mi papá.
Y Tacha llora al sentir que su vaca no volverá porque se la ha matado el río. 
Está aquí, a mi lado, con su vestido color de rosa, mirando el río desde la barranca y sin dejar de llorar. Por su cara corren chorretes de agua sucia como si el río se hubiera metido dentro de ella.
Yo la abrazo tratando de consolarla, pero ella no entiende. Llora con más ganas. De su boca sale un ruido semejante al que se arrastra por las orillas del río, que la hace temblar y sacudiese todita, y, mientras, la creciente sigue subiendo. El sabor a podrido que viene de allá salpica la cara mojada de Tacha y los dos pechitos de ella se mueven de arriba abajo, sin parar, como si de repente comenzaran a hincharse para empezar a trabajar por su perdición.

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ROBERTO ARLT AGUAFUERTES PORTEÑAS YO NO TENGO LA CULPA

     ROBERTO ARLT        AGUAFUERTES PORTEÑAS     YO NO TENGO LA CULPA   Yo siempre que me ocupo de cartas de lectores, suelo admitir que se...