viernes, 20 de junio de 2014

Carta del Cacique Seattle al Presidente norteamericano Franklin Pierce (1855)

“El gran jefe de Washington manda decir que desea comprar nuestras tierras. También nos envía palabras de amistad y buena voluntad. Apreciamos esa gentileza porque sabemos que nuestra amistad no le hace mucha falta. Vamos a considerar su oferta, porque sabemos que de no hacerlo el hombre blanco podrá venir con sus armas de fuego y tomar nuestras tierras.
Pero el gran jefe de Washington podrá confiar en lo que dice el Jefe Seattle con la misma certeza con que nuestros hermanos blancos confían en el ciclo de las estaciones. Mis palabras son inmutables, igual que las estrellas.” “¿Cómo pueden comprar o vender la tierra?. ¿Cómo pueden comprar el cielo o el agua? Esta idea nos parece extraña. No somos dueños de la frescura del aire ni del contenido del agua que corre. Deberían saber que cada partícula de esta tierra es sagrada para mi pueblo. Cada hoja que reluce en la planta, cada playa arenosa, cada neblina en la penumbra del bosque, cada claro del follaje, y cada insecto con su zumbido y su vuelo, son sagrados en la memoria y la experiencia de mi pueblo. La savia que circula dentro de los árboles guarda la memoria del hombre piel roja.” “Los muertos del hombre blanco olvidan su tierra natal cuando se van a caminar entre las estrellas. Nuestros muertos , en cambio, jamás olvidan esta hermosa tierra porque ella es la madre del hombre piel roja. Somos parte inseparable de la tierra y ella es parte de nosotros. Las flores perfumadas son nuestras hermanas ; el venado, el caballo y el águila majestuosa son nuestros hermanos. Las crestas rocosas, el verde de las praderas, el calor corporal del potrillo y también el hombre, todos pertenecen a la misma familia.” LA VOZ DEL PADRE DE MI PADRE
“Por eso cuando el gran jefe de Washington manda decir que desea comprar nuestras tierras, es mucho lo que pide. Manda decir que nos reservará un lugar para que podamos vivir cómodamente entre nosotros : el será nuestro padre y nosotros seremos como sus
hijos. Por eso consideramos su oferta de comprar nuestras tierras, aunque ello no será fácil porque estas tierras son sagradas para nosotros. El agua que corre por los ríos no es solamente agua sino la sangre de nuestros antepasados. Si les vendemos estas tierras, tendrán que recordar que son sagradas y deberán enseñar a sus hijos que cada reflejo fantasmal en la superficie de los lagos habla de acontecimientos y recuerdos de la vida de mi pueblo. El murmullo de la corriente de agua es la voz del padre de mi padre.” “Los ríos son nuestros hermanos y calman nuestra sed. Llevan nuestras canoas y alimentan a nuestra gente. Si vendemos estas tierras, deberán recordar y enseñar a sus hijos que los ríos no son solamente nuestros hermanos, sino que también son hermanos de ustedes. En adelante deberán dar a los ríos el trato bondadoso que darían a cualquier
otro hermano.” “Sabemos que el hombre blanco no comprende nuestra manera de ser. Le da lo mismo un pedazo de tierra que otro, porque él es un extraño que llega en medio de la noche a llevarse lo que necesita. La tierra no es su hermana sino su enemiga. Luego de haberla conquistado, la abandona y sigue su camino. Deja detrás de él las sepulturas de sus padres sin que le importe. Despoja de la tierra a sus hijos sin que le importe. Olvida la sepultura de sus antepasados y los derechos de sus descendientes. Trata a su madre la tierra y a su hermano el cielo, como si fueran cosas que pueden comprarse, saquearse o venderse, como si se tratara de corderos o cuentas de vidrio. Su insaciable voracidad terminará por devorar la tierra y dejará tras sí sólo un desierto.”
LO QUE NO SE COMPRENDE
“No lo comprendo. Nuestra manera de ser es diferente a la de ustedes. La vista de vuestras ciudades hace doler los ojos al hombre piel roja. Pero tal vez sea así porque el hombre piel roja es un salvaje y no comprende las cosas. No hay ningún lugar tranquilo en las ciudades del hombre blanco. Ningún lugar en donde pueda escucharse el crecimiento de las hojas de un árbol en primavera o el rozar de las alas de un insecto durante el vuelo. Pero quizá yo piense así porque soy un salvaje y no puedo comprender ciertas cosas.” “El ruido de la ciudad parece insultar los oídos . Me pregunto que clase de vida puede llevarse cuando el hombre no es capaz de escuchar el grito de las garzas o el diálogo nocturno de las ranas alrededor de una laguna. Yo soy un piel roja y no lo comprendo. Los indios preferimos el suave sonido del viento que acaricia la cara del lago y el olor del mismo viento purificado por la lluvia del mediodía o perfumado por el aroma de los pinos. El aire es algo precioso para el hombre piel roja, porque todas las cosas comparten el mismo aliento : el animal, el árbol y el hombre. El hombre blanco parece no sentir el aire que respira : igual que alguien que pasara varios días agonizando, se ha vuelto insensible al hedor. Pero si le vendemos nuestras tierras, deberá dejarlas aparte y mantenerlas como algo sagrado, como un sitio al cual podrá llegar el hombre blanco a saborear el viento dulcificado por las flores de la pradera.” “Consideraremos la oferta de comprar nuestras tierras. Si decidimos aceptarla, pondré una condición : que el hombre blanco deberá tratar a los animales de esta tierra como hermanos. Soy un salvaje y no comprendo otro modo de comportarse con ellos. He visto miles de búfalos pudriéndose sobre la pradera, abandonados allí por el hombre blanco que les disparó desde un tren en marcha. Soy un salvaje y por lo tanto no comprendo como el humeante “caballo de vapor” puede ser más importante que el búfalo al que nosotros sólo matamos para poder vivir. ¿Qué es el hombre sin los animales? Si todos los animales desaparecieran, el hombre moriría de una gran soledad de espíritu. Porque todo lo que ocurre a los animales pronto habrá de ocurrirle también al hombre. Todas las cosas están relacionadas entre sí.”
LA TIERRA ES LA MADRE
“Ustedes deberán enseñar a sus hijos que el suelo bajo sus pies es la ceniza de sus abuelos. Para que respeten la tierra, ustedes deberán decir a sus hijos que la tierra está llena de la vida de nuestros antepasados. Deberán enseñar a sus hijos lo que nosotros hemos enseñado a los nuestros : que la tierra es nuestra madre. Todo lo que afecta a la tierra, afecta a los hijos de la tierra. Cuando los hombres escupen en el suelo, se escupen
a sí mismos.” “Esto lo sabemos : la tierra no pertenece al hombre, sino que el hombre pertenece a la tierra. El hombre no ha tejido la red de la vida, es apenas una hebra de ella. Todo lo que haga para dañar a esa red, se lo hará a sí mismo. Lo que ocurre a la tierra, sucederá también a los hijos de la tierra. Lo sabemos : todas las cosas están relacionadas entre sí, como la sangre une a los miembros de una familia.”
“Aún el hombre blanco, cuyo Dios se pasea con él y conversa con él de amigo a amigo, no puede estar libre del destino común. Quizá seamos hermanos después de todo. Lo veremos. Sabemos algo que el hombre blanco sabrá algún día : que nuestro Dios es su mismo Dios. Ahora el hombre blanco piensa que es dueño de nuestras tierras, pero no podrá serlo. El Dios de todos es Dios de la Humanidad y Su compasión es igual para el piel roja y para el blanco. Esta tierra es preciosa para El y causarle daño significa mostrar desprecio hacia su Creador. Los hombres blancos desaparecerán tal vez antes que las demás tribus. Si contaminan sus camas, morirán alguna noche sofocados por sus propios desperdicios. Pero aún en su hora final, se sentirán iluminados por la idea de que Dios los trajo a esta tierra y les dio dominio sobre ella y sobre el hombre piel roja con algún propósito especial. Tal destino es un misterio para nosotros, porque no comprendemos lo que sucederá cuando los búfalos hayan sido exterminados, cuando los caballos salvajes hayan sido domados, cuando los rincones de todos los bosques despidan olor a muchos hombres y cuando la vista de las verdes colinas esté cerrada por un enjambre de cables parlantes. ¿Dónde está el espeso bosque? Desapareció. ¿Dónde está el águila? Desapareció. Así terminará la vida y comenzará el sobrevivir.”
Desde ese entonces no hemos aprendido nada de nada! Vaya evolución la nuestra!
Melancolía
Alfonsina Storni
Oh muerte, Yo te amo, pero te adoro, vida...
Cuando vaya en mi caja para siempre dormida,
Haz que por vez postrera
Penetre mis pupilas el sol de primavera.
Déjame algún momento bajo el calor del cielo,
Deja que el sol fecundo se estremezca en mi hielo...
Era tan bueno el astro que en la aurora salía
A decirme: buen día.
No me asusta el descanso, hace bien el reposo,
Pero antes que me bese el viajero piadoso
Que todas las mañanas,
Alegre como un niño, llegaba a mis ventanas.
Amos Tutuola
El bebedor de vino de palma (fragmento)

" He sido un bebedor de vino de palma desde que tenía diez años. No he hecho otra cosa en mi vida que beber vino de palma. En aquellos tiempos el único dinero que conocíamos eran los caracoles, así que todo era muy barato y mi padre era el hombre más rico del pueblo. Mi padre tenía ocho hijos y yo era el mayor. Todos los otros trabajaban muy duro, pero yo era un maestro bebiendo vino de palma. Bebía vino desde por la mañana hasta por la noche y desde por la noche hasta por la mañana. Ya en aquellos tiempos no podía beber agua corriente, sino vino. "

20 DE JUNIO NACE  Amos Tutuola
El escritor nigeriano Amos Tutuola (nacido en 1920) es famoso por sus cuentos fantásticos que, en su contenido, dependen en gran medida en el folclore de sus ancestrales pueblo Yoruba.
Amos Tutuola nació en Abeokuta (Yoruba). La muerte de su padre en 1939 le impidió proseguir sus estudios. Durante la Segunda Guerra Mundial se unió a la Royal Air Force como herrero, y cuando la guerra había terminado, él se convirtió en un mensajero en el departamento de trabajo en Lagos.

Como le gustaba cierta reputación como narrador entre sus amigos, Tutuola dedicó el ocio amplia ofrecida por sus funciones poco exigente a encerrar en su propia marca idiosincrásica de Nigeria Inglés algunos de los cuentos extraños que abundan en la tradición oral de Yoruba y que no se había registrado en Fagunwa sus libros de cuentos en lengua vernácula. El resultado fue El Palmwine Drinkard y Su Dead Palmwine Tapster en Ciudad de los muertos (1952). El libro fue un éxito inmediato.

Mientras ingleses y americanos revisores fueron hechizados por la imaginación exuberante de Tutuola y su discurso no convencional, los intelectuales nigerianos fueron al principio muy hostil: sentían que sus supersticiones, historias "incivilizados" y su-en su visión del zafio, no estándar Inglés era probable que empañar la la imagen de Nigeria en los ojos del mundo exterior. Su crítica y el desprecio, sin embargo, no le restó Tutuola de traer tranquilamente dictan otras novelas similares: Mi Vida en el Bush de los fantasmas (1954), Simbi y el sátiro de la Selva Oscura (1956), The African Huntress Brave (1958), La mujer Pluma de la jungla (1962), La Bruja Herbolario de la ciudad a distancia (1980), El cazador salvaje en la selva de los fantasmas (1982) y el mendigo, Brawler, Calumniador (1987).

La receta de Tutuola es de los más sencillos: el valiente héroe o heroína embarca en una búsqueda a menudo motivado perfunctorily que le lleva al bosque de la selva y proporciona un marco para lo que realmente importa, una variedad inagotable de aventuras entre los dioses y los fantasmas, ogros y pigmeos , sátiros y magos, y diversos otros, monstruos Bosch-como extraños, como el olfato-Ghost, el reverendo Diablo, la Diosa-handed Televisión, el Velloso gigante y unos pocos "ghostesses," todos los cuales experimentan ninguna dificultad en transformarse en casi cualquier tipo de formas, incluso humanos mineral, vegetal, animal o.

Una comparación con colecciones de cuentos tradicionales muestra que muchos de estos episodios son parte integrante del folklore Yoruba, que se caracteriza por su familiaridad con lo sobrenatural, su poder de inventiva prodigiosa, y su peculiar sentido de horror como una fuente de humor. Pero al fondo ancestral, Tutuola añade su propio toque inimitable: introduce elementos de la civilización cristiana y occidental, que parece extrañamente exótico en este mítico mundo de fantasía de África; sobre todo, se resuelve a sí mismo y la satisfacción de sus lectores el problema lingüístico del escritor africano, acuñar nuevas palabras, la traducción de idiomas vernáculos, y por lo general distorsionan el vocabulario de Inglés, la sintaxis y la ortografía, incluso con la garantía impermeable y desarmar la eficiencia.

En 1963 Tutuola tuvo su venganza sobre sus críticos intelectuales nigerianos cuando los populares el actor-director-productor EK Ogunmola adaptado El Palmwine Drinkard en un folk-ópera vernácula, que se realizó con gran éxito en todo el país.

Además de su escritura, Tutuola ha trabajado como investigador visitante en la Universidad de Ife (1979) y como asociado a la International Writing Program de la Universidad de Iowa (1983). Sus honores incluyen ser nombrado ciudadano honorario de Nueva Orleans en 1983 y recibiendo premios de segundo lugar en Turín, Italia, en 1985 por El Palmwine Drinkard y Mi vida en el Bush de los fantasmas.

A la luna.
Gertrudis Gómez de Avellaneda (1814-1873)

Tú, que rigiendo de la noche el carro,
Sus sombras vistes de cambiantes bellos,
Dando entre nubes -que en silencio arrollas-
Puros destellos,

Para que mi alma te bendiga y ame,
Cubre veloz tu lámpara importuna...
Cuando eclipsada mi ventura lloro,
¡Vélate, luna!

Tú, que mis horas de placer miraste,
Huye y no alumbres mi profunda pena
No sobre restos de esperanzas muertas
Brilles serena.

Pero ¡no escuchas! Del dolor al grito
Sigues tu marcha majestuosa y lenta,
Nunca temiendo la que a mí me postra,
Ruda tormenta.

Siempre de infausto sentimiento libre,
Nada perturba tu sublime calma
Mientras que uncida de pasión al yugo,
Rómpese mi alma.

Si parda nube de tu luz celosa
Breve momento sus destellos vela,
Para lanzarla de tu excelso trono
Céfiro vuela.

Vuela, y de nuevo tu apacible frente
Luce, y argenta la extensión del cielo
¡Nadie ¡ay! disipa de mi pobre vida
Sombras de duelo!

Bástete, pues, tan superior destino;
Con tu belleza al trovador inflama;
Sobre los campos y las gayas flores
Perlas derrama;

Pero no ofendas insensible a un pecho
Para quien no hay consolación ninguna
Cuando eclipsada mi ventura lloro,
¡Vélate, luna!
20 DE JUNIO MUERE EMILE CIORAN

(Émile Michel Cioran; Rasinari, 1911 - París, 1995) Filósofo francés de origen rumano cuyo pensamiento se caracteriza por su extremo pesimismo y nihilismo. Hijo de un pope rural, estudió filosofía en Bucarest, tras lo que escribió una tesis sobre Bergson. Viajó a Alemania y fue por breve tiempo profesor de filosofía en Brasov. Logró en 1937 una beca del Instituto Francés de Bucarest y marchó a París, donde, con alguna ausencia, residió hasta su muerte.
Comenzó escribiendo en lengua rumana, en su país y en Francia, en la que produjo libros, anticipatorios algunos de su marcada actitud pesimista y retadora de las ideologías y las convenciones sociales, como En las cimas de la desesperación (1934), El libro de las quimeras (1936), De lágrimas y de santos (1937), El ocaso del pensamiento (1940) y Breviario de los vencidos (escrito durante la ocupación nazi de París). El primero tuvo una gran acogida, pero el tercero provocó un fuerte escándalo, que consolidó su decisión de quedarse en París.
En 1946 renunció a su nacionalidad y se declaró apátrida. En 1947, mientras traducía al rumano a S. Mallarmé, decidió adoptar el francés como lengua de expresión. Breviario de podredumbre (1949) será su primer texto escrito en francés, a modo de desafío a sus raíces y a la afectividad que se vincula con ellas y con el idioma.
Su producción ensayística es inmensa, resuelta en numerosos casos por medio del aforismo y la paradoja, que le proporcionaron la libertad de polemizar sin necesitar de un sistema para hacerlo, fustigar y exponer sus opiniones y análisis. Entre sus numerosos libros figuran Silogismos de la amargura (1952), La tentación de existir (1956), La caída en el tiempo (1964), Del inconveniente de haber nacido (1973). Cada uno de ellos es un ataque furibundo a las ideologías, religiones y filosofías creadas por los seres humanos para justificar su comportamiento.
Su vida y su obra, indisociables, se sitúan en la periferia de lo establecido, al margen de cualquier convencionalismo. Así, renunció al termino "filósofo", adoptando el de "pensador orgánico", según el cual, todo acontecimiento vivido, físico o intelectual, es aprovechado para moldear un cuerpo conceptual. Su estilo escapa del usual rigor formal de los filósofos, adquiriendo maneras más libres y literariamente ricas, poéticas incluso.
Su obra surge de un impulso interior negativo, fruto de una conciencia del sinsentido de la existencia y de una voluntad de oponerse a éste mediante el ejercicio terapéutico de la escritura. En sus textos, Cioran se muestra convencido de la naturaleza intrínsecamente maligna de la humanidad, y se complace en la recreación de la cara oscura de ésta, para extraer conclusiones en absoluto tranquilizadoras. En sus últimos tiempos abrazó el budismo
Libro a libro, Cioran fue afirmando su personalidad nihilista y marginal que, sin embargo, fue creciendo en popularidad. Con su radical libertad de pensamiento (que regía también su vida personal, al igual que el ascetismo y la actitud burlona hacia todo lo que le rodeaba), Cioran es uno de los pensadores más creativos y originales del siglo XX, por mucho que para su desprecio y diversión fuera a menudo calificado de hereje, provocador, "esteta de la desesperación" o "cortesano del vacío", a causa de su amargura y su visión corrosiva. Por otra parte, él se calificaba a sí mismo de "hombre sin biografía" y se aplicaba otras consideraciones igualmente burlonas. Otras obras suyas son Ejercicios de admiración (1986) y El crepúsculo del pensamiento (1991).

20 JUNIO
Día de la Bandera
El Congreso Nacional sanciona, en 1938, la Ley 12.361 que establece el 20 de junio, aniversario del fallecimiento de Manuel Belgrano, como Día de la Bandera. La enseña patria, creada por Manuel Belgrano, fue enarbolada por primera vez en Rosario, a la vera del río Paraná, el 27 de febrero de 1812. La bandera fue confeccionada por María Catalina Echevarría de Vidal.
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Manuel Belgrano
Abogado, político y militar argentino (Buenos Aires, 1770-1820). Criollo de origen italiano, estudió Derecho en la Universidad de Salamanca, dedicando especial atención a la economía política (1786-93); desde allí siguió los acontecimientos de la Revolución Francesa de 1789, que le influyeron hasta el punto de hacerle adoptar el ideario liberal. Regresó al Río de la Plata al ser nombrado secretario del Consulado de Buenos Aires (1794-1810).
Desde este cargo abogó por la libertad de comercio, el desarrollo de la agricultura y la creación de escuelas comerciales y de náutica. En 1806 participó como capitán de las milicias urbanas durante la invasión inglesa, fue designado sargento mayor del regimiento de Patricios y sirvió como ayudante de Liniers. Sin descuidar su tarea en el Consulado colaboró en el Semanario de agricultura, industria y comercio, fundó una Sociedad Patriótica, Literaria y Económica y el periódico Correo de Comercio.

Ganado para las ideas independentistas, Belgrano empezó a conspirar contra la dominación española desde que en 1809 llegaron noticias de haber sido ocupada la metrópoli por el ejército francés. Fue uno de los dirigentes de la insurrección que estalló en 1810, formando parte de la Junta que se formó en Buenos Aires, embrión de un gobierno argentino. Aunque no era militar profesional, fue nombrado general al mando del ejército del Paraguay, pero resultó derrotado por los paraguayos y fracasó en el intento de mantener a Paraguay unido a Argentina (1811).

Venció, en cambio, en la batallas de Tucumán (1812) y Salta (1813), que salvaguardaron la independencia argentina al contener la contraofensiva realista lanzada desde el norte; pero volvió a ser derrotado cuando intentó proseguir su avance invadiendo el Alto Perú (1813), fracaso determinante de la posterior separación entre Argentina y Bolivia.

Destituido del mando militar, siguió prestando servicios a la causa argentina en el plano diplomático, pues en 1814-15 fue enviado a Europa para negociar el reconocimiento de la independencia (sin resultado). Los últimos años de su vida los pasó combatiendo al frente del ejército del Perú, antes de morir de hidropesía y en la pobreza.

ROBERTO ARLT AGUAFUERTES PORTEÑAS YO NO TENGO LA CULPA

     ROBERTO ARLT        AGUAFUERTES PORTEÑAS     YO NO TENGO LA CULPA   Yo siempre que me ocupo de cartas de lectores, suelo admitir que se...