sábado, 29 de agosto de 2015

MANUEL MACHADO
Se perdió en las vagas selvas de un ensueño...

A Miguel Sawa

Se perdió en las vagas
selvas de un ensueño,
y sólo de espaldas
la vi desde lejos...
Como una caricia
dorada, el cabello,
tendido, sus hombros
cubría. Y, al verlo,
siguióla mi alma
y fuese muy lejos,
dejándome solo,
no sé si dormido o despierto.

Se fue hasta el castillo
del burgrave fiero,
que está en la alta roca:
los puentes cayeron
y se despertaron
los sones del hierro.
Pasamos... Mi alma,
tras ella corriendo,
dejándome solo,
no sé si dormido o despierto.

Se fue hasta las verdes
llanuras de Jonia; y el templo
cruzó de Partenes.
Del mármol eterno
dejó las regiones...
Y se fue más lejos
con mi alma, dejándome solo,
no sé si dormido o despierto.

Oro y negras piedras,
y muros inmensos,
y tumbas enormes
-sepulcro de un pueblo
que mira hacia Oriente
con sus ojos muertos-.
Siguió... Y arrastraba
mi alma más lejos,
dejándome solo,
no sé si dormido o despierto.

Siguió; entre menhires
pasamos y horrendos
despojos de fieras...
Siguió; y a lo lejos,
perdióse en las selvas
oscuras del sueño
dejándome solo,
no sé si dormido o despierto.
29 DE AGOSTO DE 1874 NACE:
MANUEL MACHADO
(Sevilla, 1874 - Madrid, 1947) Poeta español. Hermano mayor del gran poeta Antonio Machado, es una figura representativa del espíritu modernista en la poesía española de su época. Su personalidad a la vez cosmopolita y andaluza se plasma en una lírica en la que el gusto modernista coexiste con los motivos populares.

Los hermanos Antonio y Manuel Machado

Se trasladó con su familia a Madrid en 1883 y se formó en la Institución Libre de Enseñanza. Vivió largas temporadas en París, donde entró en contacto con la poesía simbolista francesa. En 1910 contrajo matrimonio con su prima Eulalia Cáceres, mujer profundamente religiosa, y trabajó como archivero y bibliotecario. Durante la Guerra Civil colaboró con el aparato de propaganda nacionalista y fue elegido miembro de la Real Academia Española (1938).

Dio sus primeros pasos literarios en la revista La Caricatura, fundada y dirigida por Enrique Parada, con quien colaboró en los poemarios Tristes y alegres (1894), y Etcétera (1895). Tras conocer a Rubén Darío, a quien consideró su maestro a partir de entonces, la estética modernista penetró profundamente en sus concepciones poéticas, forjadas también en el simbolismo francés finisecular.

La aparición de Alma (1902), Caprichos (1905) y La fiesta nacional (Rojo y negro) (1906) lo consagró como una de las figuras más sobresalientes de la nueva poesía, aunque más adelante buscó una formulación más personal y cercana a su talante andalucista con Alma. Museo. Los cantares (1907) y, sobre todo, a través de El mal poema (1909) y Cante hondo (1912), donde la musicalidad de sus versos se dirigió a la recuperación de la copla popular andaluza.

Junto a los indudables valores que ofrecieron estos libros y otros como Ars moriendi (1921) o Phoenix (1936), en la última fase de su trayectoria se pudo apreciar una propensión hacia una lírica superficial y tópica, especialmente con Horas de oro (1938), Cadencias de cadencias (1943) y Horario (1947). Publicó también la novela El amor y la muerte (1913) y los ensayos La guerra literaria (1914) y Un año de teatro (1918).

Asimismo, escribió en colaboración con su hermano Antonio varias obras de teatro en verso, entre las que destacan Juan de Mañara (1927), La Lola se va a los puertos (1929), La duquesa de Benamejí (1932) y El hombre que murió en la guerra (1940).

viernes, 28 de agosto de 2015


28 DE AGOSTO NACE:

JANET FRAME

(Janet Paterson Frame Clutha; Dunedin, 1924) Escritora neozelandesa. Hija de un ingeniero ferroviario arruinado, cursó sus estudios en la Universidad de Otago. Cuando era una joven estudiante universitaria, su timidez e inseguridad la hacían mantenerse apartada, y esto, junto con un torpe intento de suicidio, la condujeron a la primera de sus reclusiones en un hospital para enfermos mentales. A causa de un diagnóstico equivocado que la declaraba esquizofrénica, se le administró una serie de horribles tratamientos.

Comenzó a escribir en el hospital mental, fruto de sus lecturas de los clásicos. Compuso su primer libro de cuentos titulado El lago:relatos (1952), con el que obtuvo el premio Hubert Church de prosa y se libró además de una intervención de psicocirugía. El influyente autor neozelandés Frank Sargeson dio su completo apoyo a la ya escritora, que estaba terminando su primera novela, publicada con el título de Los búhos no lloran (1957), y en la que explora sus traumáticas experiencias, o sobre lo frágil que es la línea divisoria que marca la diferencia entre la lucidez y la locura.

La producción novelística de Frame se compone de once intranquilizadoras novelas de una gran complejidad, de entre las que sobresalen títulos como Rostros en el agua (1961), Pájaros de lluvia (1968), Vida en el Maniototo (1979), El mensajero de Mirror City (1985) o Los carpatianos, con la que obtuvo el premio de literatura de la Commonwealth en 1989. Frame escribió además novela corta, cuatro libros de relatos y apuntes, los poemas recogidos en su único libro de poesía, El espejo de bolsillo (1967), y una publicación dedicada al mundo infantil titulada Mona Minim y el olor del sol (1969).

Pero su reputación como novelista y su verdadera popularidad no se produjo hasta la publicación de sus tres más importantes novelas que llevaban por título Hacia la isla (1982), con la que consiguió el premio James Wattie al libro del año 1983, Un ángel en mi mesa (1984), galardonada con el premio de literatura de Nueva Zelanda; y El enviado de la ciudad de cristal (1985), que fue llevada al cine con el título de Un ángel en mi mesa (1990).
28 DE AGOSTO DE 1749 NACE: JOHANN WOLFGANG GOETHE
Johann Wolfgang Goethe
(Frankfurt, 1749-Weimar, id., 1832) Escritor alemán. Nacido en el seno de una familia patricia burguesa, su padre se encargó personalmente de su educación. En 1765 inició los estudios de derecho en Leipzig, aunque una enfermedad le obligó a regresar a Frankfurt. Una vez recuperada la salud, se trasladó a Estrasburgo para proseguir sus estudios. Fue éste un período decisivo, ya que en él se produjo un cambio radical en su orientación poética. Frecuentó los círculos literarios y artísticos del Sturm und Drang, germen del primer Romanticismo y conoció a Herder, quien lo invitó a descubrir a Homero, Ossian, Shakespeare y la poesía popular.

Fruto de estas influencias, abandonó definitivamente el estilo rococó de sus comienzos y escribió varias obras que iniciaban una nueva poética, entre ellas Canciones de Sesenheim, poesías líricas de tono sencillo y espontáneo, y Sobre la arquitectura alemana (1773), himno en prosa dedicado al arquitecto de la catedral de Estrasburgo, y que inaugura el culto al genio.
En 1772 se trasladó a Wetzlar, sede del Tribunal Imperial, donde conoció a Charlotte Buff, prometida de su amigo Kestner, de la cual se prendó. Esta pasión frustrada inspiró su primera novela, Los sufrimientos del joven Werther, obra que causó furor en toda Europa y que constituyó la novela paradigmática del nuevo movimiento que estaba naciendo en Alemania, el Romanticismo.
De vuelta en Frankfurt, escribió algunos dramas teatrales menores e inició la composición de su obra más ambiciosa, Fausto, en la que trabajaría hasta su muerte; en ella, la recreación del mito literario del pacto del sabio con el diablo sirve a una amplia alegoría de la humanidad, en la cual se refleja la transición del autor desde el Romanticismo hasta el personal clasicismo de su última etapa. En 1774, aún en Frankfurt, anunció su compromiso matrimonial con Lili Schönemann, aunque rompió el noviazgo dos años más tarde; tras aceptar el puesto de consejero del duque Carlos Augusto, se trasladó a Weimar, donde estableció definitivamente su residencia.
Empezó entonces una brillante carrera política (llegó a ser ministro de Finanzas en 1782), al tiempo que se interesaba también por la investigación científica. La actividad política y su amistad con una dama de la corte, Charlotte von Stein, influyeron en una nueva evolución literaria que le llevó a escribir obras más clásicas y serenas, abandonando los postulados individualistas y románticos del Sturm und Drang. En esa época empezó a escribir Los años de aprendizaje de Wilhelm Meister (1795), novela de formación que influiría notablemente en la literatura alemana posterior.
En 1786 abandonó Weimar y la corte para realizar su sueño de juventud, viajar a Italia, el país donde mejor podía explorar su fascinación por el mundo clásico. De nuevo en Weimar, tras pasar dos años en Roma, siguió al duque en las batallas prusianas contra Francia, experiencia que recogió en Campaña de Francia (1822). Poco después, en 1794, entabló una fecunda amistad con Schiller, con años de rica colaboración entre ambos. Sus obligaciones con el duque cesaron (tan sólo quedó a cargo de la dirección del teatro de Weimar), y se dedicó casi por entero a la literatura y a la redacción de obras científicas.
La muerte de Schiller, en 1805, y una grave enfermedad, hicieron de Goethe un personaje cada vez más encerrado en sí mismo y atento únicamente a su obra. En 1806 se casó con Christiane Vulpius, con la que ya había tenido cinco hijos. En 1808 se publicó Fausto y un año más tarde apareció Las afinidades electivas, novela psicológica sobre la vida conyugal y que se dice inspirada por su amor a Minna Herzlieb. Movido por sus recuerdos, inició su obra más autobiográfica, Poesía y verdad (1811-1831), a la que dedicó los últimos años de su vida, junto con la segunda parte de Fausto.
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28 DE AGOSTO MUERE:
ISIDORO BLAISTEN

Escritor y poeta argentino, nacido en Concordia (Entre Ríos), al noreste de Buenos Aires, en 1933 y fallecido en la capital argentina el 28 de agosto de 2004, que está considerado uno de los más destacados narradores de su país.

La producción literaria de Isidoro Blaisten, que incluye fundamentalmente cuentos y ensayos, y ha sido traducida al inglés, alemán y francés, puede clasificarse dentro del realismo costumbrista. Sus relatos muestran una gran influjo y deuda con el amplio campo de trabajo abierto por Cortázar en la narrativa argentina.

Vida y obra

Isidoro Blaisten, Ike, trabajó como publicista y fotógrafo ambulante. Su primera obra fue el libro de poemas Sucedió en la lluvia (1965), que fue premiada por el Fondo Nacional de las Artes; sin embargo, nunca volvió a publicar poesía. En 1964 publicó su primer cuento, "El tío Facundo", presentado al lector a través de la revista Sur. Dos años después ganó el Primer Premio en el III Concurso Latinoamericano de Cuentos, organizado por la revista El escarabajo de oro. Este importante premio le permitió gozar de cierta popularidad, a pesar de su juventud.

Su primera colección de cuentos, La felicidad (1969), incluía el humor negro de "El tío Facundo" y el retrato social de "Los tarmas", donde los miembros de una familia se alimentan de los canapés que sirven en fiestas donde no han sido invitados. Después llegarían La salvación (1972), El mago (1975) y uno de los libros más celebrados, Dublín al Sur (1980), que obtuvo el tercer Premio Nacional de Literatura.

En estos años simultaneó su actividad literaria con el oficio de librero. Precisamente, la leyenda del cartelito que Blaisten colgaba de la puerta de su negocio en la calle Boedo de Buenos Aires cuando salía a tomar un café dio título a su siguiente colección de cuentos: Cerrado por melancolía (1981). Sus siguientes libros de cuentos fueron: Cuentos anteriores (1982), A mí nunca me dejan hablar (1985), Carroza y reina (1986), Cuando éramos felices (1992) y Al acecho (1995), primer Premio Nacional de Literatura y Premio de la Crítica al Mejor Libro del Año de la Fundación El Libro.

En sus relatos, Blaisten presenta con gran humor las peculiaridades de la sociedad urbana actual, donde se funde con la ironía y lo crítico para describir las características lingüísticas de sus personajes. En cierta ocasión el autor argentino definió así al cuentista vocacional: “El cuentista es como un mujeriego: así como éste ve a una mujer y sólo piensa en llevársela a la cama, el cuentista percibe una situación y sólo piensa en convertirla en un cuento".

Poco antes de su muerte publicó su primera novela, Voces en la noche, que había comenzado como un cuento y terminó como una novela de trescientas páginas. Su protagonista es un vendedor de lencería que se convierte en el principal enemigo de una organización decidida a acabar con la literatura.

En Anticonferencias (1983), segundo Premio Nacional de Ensayo, consiguió unir el ensayo y la narrativa. También publicó diversos artículos en distintos medios periodísticos argentinos, como Siglo XX y el célebre El escarabajo de oro.

Miembro de número de la Academia Argentina de Letras desde 2001 y miembro correspondiente de la Real Academia Española, Blaisten recibió, entre otras muchas distinciones, la Faja de Honor de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE), el Premio Konex de Platino, el Premio del Club de los XIII, el Esteban Echeverría de Gente de Letras y el Premio Anual a la Trayectoria Artística del Fondo Nacional de las Artes.

miércoles, 26 de agosto de 2015

JULIO CORTÁZAR

CONTINUIDAD DE LOS PARQUES

Había empezado a leer la novela unos días antes. La abandonó por negocios urgentes, volvió a abrirla cuando regresaba en tren a la finca; se dejaba interesar lentamente por la trama, por el dibujo de los personajes. Esa tarde, después de escribir una carta a su apoderado y discutir con el mayordomo una cuestión de aparcerías, volvió al libro en la tranquilidad del estudio que miraba hacia el parque de los robles. Arrellanado en su sillón favorito, de espaldas a la puerta que lo hubiera molestado como una irritante posibilidad de intrusiones, dejó que su mano izquierda acariciara una y otra vez el terciopelo verde y se puso a leer los últimos capítulos. Su memoria retenía sin esfuerzo los nombres y las imágenes de los protagonistas; la ilusión novelesca lo ganó casi en seguida. Gozaba del placer casi perverso de irse desgajando línea a línea de lo que lo rodeaba, y sentir a la vez que su cabeza descansaba cómodamente en el terciopelo del alto respaldo, que los cigarrillos seguían al alcance de la mano, que más allá de los ventanales danzaba el aire del atardecer bajo los robles. Palabra a palabra, absorbido por la sórdida disyuntiva de los héroes, dejándose ir hacia las imágenes que se concertaban y adquirían color y movimiento, fue testigo del último encuentro en la cabaña del monte. Primero entraba la mujer, recelosa; ahora llegaba el amante, lastimada la cara por el chicotazo de una rama. Admirablemente restañaba ella la sangre con sus besos, pero él rechazaba las caricias, no había venido para repetir las ceremonias de una pasión secreta, protegida por un mundo de hojas secas y senderos furtivos. El puñal se entibiaba contra su pecho, y debajo latía la libertad agazapada. Un diálogo anhelante corría por las páginas como un arroyo de serpientes, y se sentía que todo estaba decidido desde siempre. Hasta esas caricias que enredaban el cuerpo del amante como queriendo retenerlo y disuadirlo, dibujaban abominablemente la figura de otro cuerpo que era necesario destruir. Nada había sido olvidado: coartadas, azares, posibles errores. A partir de esa hora cada instante tenía su empleo minuciosamente atribuido. El doble repaso despiadado se interrumpía apenas para que una mano acariciara una mejilla. Empezaba a anochecer.

Sin mirarse ya, atados rígidamente a la tarea que los esperaba, se separaron en la puerta de la cabaña. Ella debía seguir por la senda que iba al norte. Desde la senda opuesta él se volvió un instante para verla correr con el pelo suelto. Corrió a su vez, parapetándose en los árboles y los setos, hasta distinguir en la bruma malva del crepúsculo la alameda que llevaba a la casa. Los perros no debían ladrar, y no ladraron. El mayordomo no estaría a esa hora, y no estaba. Subió los tres peldaños del porche y entró. Desde la sangre galopando en sus oídos le llegaban las palabras de la mujer: primero una sala azul, después una galería, una escalera alfombrada. En lo alto, dos puertas. Nadie en la primera habitación, nadie en la segunda. La puerta del salón, y entonces el puñal en la mano, la luz de los ventanales, el alto respaldo de un sillón de terciopelo verde, la cabeza del hombre en el sillón leyendo una novela.
FIN

26 DE AGOSTO DE 1914 NACE:

JULIO CORTÁZAR

(Bruselas, 1914 - París, 1984) Escritor argentino, una de la grandes figuras del «boom» de la literatura hispanoamericana del siglo XX. Emparentado con Borges como inteligentísimo cultivador del cuento fantástico, los relatos breves de Cortázar se apartaron sin embargo de la alegoría metafísica para indagar en las facetas inquietantes y enigmáticas de lo cotidiano, en una búsqueda de la autenticidad y del sentido profundo de lo real que halló siempre lejos del encorsetamiento de las creencias, patrones y rutinas establecidas. Su afán renovador se manifiesta sobre todo en el estilo y en la subversión de los géneros que se verifica en muchos de sus libros, de entre los cuales la novela Rayuela (1963), con sus dos posibles órdenes de lectura, sobresale como su obra maestra.
Biografía
Hijo de un funcionario asignado a la embajada argentina en Bélgica, su nacimiento coincidió con el inicio de la Primera Guerra Mundial, por lo que sus padres permanecieron más de lo previsto en Europa. En 1918, a los cuatro años de edad, Julio Cortázar se desplazó con ellos a Argentina, para radicarse en el suburbio bonaerense de Banfield.

Julio Cortázar en 1967
Tras completar sus estudios primarios, siguió los de magisterio y letras y durante cinco años fue maestro rural. Pasó más tarde a Buenos Aires, y en 1951 viajó a París con una beca. Concluida ésta, su trabajo como traductor de la UNESCO le permitió afincarse definitivamente en la capital francesa. Por entonces Julio Cortázar ya había publicado en Buenos Aires el poemario Presencia con el seudónimo de «Julio Denis», el poema dramático Los reyes y la primera de sus series de relatos breves, Bestiario, en la que se advierte la profunda influencia de Jorge Luis Borges.
En la década de 1960, Julio Cortázar se convirtió en una de las principales figuras del llamado «boom» de la literatura hispanoamericana y disfrutó del reconocimiento internacional. Su nombre se colocó al mismo nivel que el de los grandes protagonistas del «boom»: Gabriel García MárquezMario Vargas Llosa, los mexicanos Juan Rulfo y Carlos Fuentes o el también argentino Jorge Luis Borges, entre otros. A diferencia de su compatriota, Cortázar sumó a su sensibilidad artística su preocupación social: se identificó con las clases marginadas y estuvo muy cerca de los movimientos de izquierdas.
En este sentido, su viaje a Cuba en 1962 constituyó una experiencia decisiva en su vida y el detonante de un radical cambio de actitud que influiría profundamente en su vida y en su obra: el intelectual introvertido que había sido hasta entonces devendrá activista político. Merced a su concienciación social y política, en 1970 se desplazó a Chile para asistir a la ceremonia de toma de posesión como presidente de Salvador Allende y, más tarde, a Nicaragua para apoyar al movimiento sandinista. Como personaje público, Julio Cortázar intervino con firmeza en la defensa de los derechos humanos, y fue uno de los promotores y miembros más activos del Tribunal Russell.
Como parte de este compromiso escribió numerosos artículos y libros, entre ellosDossier Chile: el libro negro, sobre los excesos del régimen del general Pinochet, yNicaragua, tan violentamente dulce, testimonio de la lucha sandinista contra la dictadura de Somoza, en el que incluyó el cuento Apocalipsis en Solentiname y el poema Noticias para viajeros. Tres años antes de morir adoptó la nacionalidad francesa, aunque sin renunciar a la argentina. Falleció en París el 12 de febrero de 1984, poco después de enviudar de su segunda mujer, Carol Dunlop.
La obra de Julio Cortázar
La literatura de Cortázar parte de un cuestionamiento vital, cercano a los planteamientos existencialistas en la medida en que puede caracterizarse como una búsqueda de la autenticidad, del sentido profundo de la vida y del mundo. Tal temática se expresó en ocasiones en obras de marcado carácter experimental, que lo convierten en uno de los mayores innovadores de la lengua y la narrativa en lengua castellana.
Como en Jorge Luis Borges, sus relatos ahondan en lo fantástico, aunque sin abandonar por ello el referente de la realidad cotidiana: de hecho, la aparición de lo fantástico en la vida cotidiana muestra precisamente la abismal complejidad de lo "real". Para Cortázar, la realidad inmediata significa una vía de acceso a otros registros de lo real, donde la plenitud de la vida alcanza múltiples formulaciones. De ahí que su narrativa constituya un permanente cuestionamiento de la razón y de los esquemas convencionales de pensamiento.

Julio Cortázar
En la obra de Cortázar, el instinto, el azar, el goce de los sentidos, el humor y el juego terminan por identificarse con la escritura, que es a su vez la formulación del existir en el mundo. Las rupturas de los órdenes cronológico y espacial sacan al lector de su punto de vista convencional, proponiéndole diferentes posibilidades de participación, de modo que el acto de la lectura es llamado a completar el universo narrativo. Tales propuestas alcanzaron sus más acabadas expresiones en las novelas, especialmente en Rayuela, considerada una de las obras fundamentales de la literatura de lengua castellana, y en sus relatos breves, donde, pese a su originalísimo estilo y su dominio inigualable del ritmo narrativo, se mantuvo más cercano a la convenciones del género. Cabe destacar, entre otros muchos cuentos,Casa tomada o Las babas del diablo, ambos llevados al cine, y El perseguidor, cuyo protagonista evoca la figura del saxofonista negro Charlie Parker.
Aunque su primer libro fueron los poemas de Presencia (1938, firmados con el seudónimo de «Julio Denis»), seguidos por Los reyes, una reconstrucción igualmente poética del mito del Minotauro, esta etapa se considera en general la prehistoria cortazariana, y suelen darse como inicio de su bibliografía los relatos que integraron Bestiario (1951), publicados en la misma fecha en la que inició su exilio. A esta tardía iniciación (se acercaba por entonces a los cuarenta años) suele atribuirse la perfección de su obra, que desde esa entrega no contendrá un solo texto que pueda considerarse menor.
Cabe señalar, además, una singularidad inaugurada en simultáneo con esa entrega: las sucesivas recopilaciones de relatos de Cortázar conservarían esa especie de perfección estructural casi clasicista, dentro de los cánones del género. El resto de su producción (novelas extraordinariamente rupturistas y textos misceláneos) se aleja hasta tal punto de las convenciones genéricas que es difícilmente clasificable. De hecho, buena parte de la crítica aprecia más su faceta de cuentista impecable que la de prosista subversivo.
Los cuentos
En el ámbito del cuento, Julio Cortázar es un exquisito cultivador del género fantástico, con una singular capacidad para fusionar en sus relatos los mundos de la imaginación y de lo cotidiano, obteniendo como resultado un producto altamente inquietante. Ilustración de ello es, en Bestiario (1951), un cuento como "Casa tomada", en el que una pareja de hermanos percibe cómo, diariamente, su amplio caserón va siendo ocupado por presencias extrañas e indefinibles que terminan provocando, primero, su confinamiento dentro de la propia casa, y, más tarde, su expulsión definitiva.
Lo mismo podría decirse a propósito de Las armas secretas (1959), entre cuyos cuentos destaca "El perseguidor", que tiene por protagonista a un crítico de jazz que ha escrito un libro sobre un célebre saxofonista borracho y drogadicto. Cuando se dispone a preparar la segunda edición del mismo, Jonnhy, el saxofonista, quiere exponerle sus opiniones acerca de su propia música y el libro, pero, en realidad, no le cuenta nada; no parece que tenga nada profundo que decir, como tampoco lo tiene el autor del libro, por lo que, muerto Jonnhy, la segunda edición únicamente se diferencia de la primera por el añadido de una necrológica.

Julio Cortázar
En los cuentos de Final del juego (1964), encontramos algunas de las descripciones más crueles de Cortázar, como por ejemplo "Las ménades", una auténtica pesadilla; pero también hay sátiras, como ocurre en "La banda", en el que su protagonista, cansado del sistema imperante en su país (clara alusión al peronismo), se destierra voluntariamente, como Cortázar hizo a París en 1951. En "Axolotl", tras contemplar diaria y obsesivamente un ejemplar de estos anfibios en un acuario, el narrador del cuento se ve convertido en uno más de ellos, recuperando de tal manera el tema del viejo mito azteca.
De Todos los fuegos el fuego (1966), compuesto por otros ocho relatos, hay que destacar "La autopista del Sur", historia de un amor nacido durante un embotellamiento, cuyos protagonistas, que no se han dicho sus nombres, son arrastrados por la riada de vehículos cuando el atasco se deshace y no vuelven ya nunca a encontrarse. Impresionante es asimismo el cuento que da título a la colección, en el que se mezclan admirablemente una historia actual con otra ocurrida cientos de años atrás.
En los también ocho cuentos de Octaedro (1974), lo fantástico vuelve a mezclarse con la vida de los hombres, casi siempre en el momento más inesperado de su existencia. Más cercanas a lo cotidiano y abiertas a la normalidad son sus tres últimas colecciones de relatos, Alguien que anda por ahí (1977), Queremos tanto a Glenda y otros relatos (1980) y Deshoras (1982), sin que por ello dejen de estar presentes los temas y motivos que caracterizan su producción.
Rayuela y la narrativa inclasificable
Pero es precisamente lejos del relato corto donde reside la huella revolucionaria e irrepetible que Julio Cortázar dejó en la literatura en lengua española, desde su novela inicial (Los premios, 1960) hasta la amorosa despedida textual deNicaragua, tan violentamente dulce (1984). El momento álgido de esta propuesta innovadora que aniquilaba las convenciones genéricas fue la escritura de Rayuela(1963).
Protagonizada por un álter ego de Cortázar, Horacio Oliveira, Rayuela narra el itinerario de un intelectual argentino en París (primera parte) y luego en Argentina (segunda parte), para agregar, en la tercera parte y al modo de misceláneas, una serie de anotaciones, recortes periodísticos, poemas y citas que pueden intercalarse en la lectura de las dos primeras, según el recorrido que decida el lector, a partir de los dos que propone el autor.
Las desavenencias amorosas entre La Maga y Horacio Oliveira, los conflictos intelectuales de Horacio, una amplia red de referencias culturales, con el jazz en posición preferente, y la invitación a la participación del lector como coautor de esa obra abierta, encontraron en el clima de efervescencia cultural de la década de 1960 su perfecto campo de desarrollo. Rayuela ha quedado así como uno de los emblemas imprescindibles de la cultura argentina de ese momento, en el que la novela de Julio Cortázar ocupó un lugar central y fue objeto de toda clase de asedios y comentarios críticos.
Algunas de las sucesivas novelas de Cortazar fueron un intento de avanzar en la dirección de Rayuela: así, la titulada 62. Modelo para armar (1968) es un excelente comentario en paralelo, extraído de una propuesta sugerida en el capítulo 62 de su obra maestra. En el Libro de Manuel (1973), el experimentalismo deja paso a un intento de explicar la difícil convivencia entre el compromiso político y la libertad individual.
Por lo que respecta al género de los "almanaques", esa combinación específicamente cortazariana de todos los géneros en ninguno, es imprescindible referirse a títulos como La vuelta al día en ochenta mundos (1967) o Último round(1969). Tales volúmenes, de difícil clasificación, alternan el cuento con el ensayo, el poema y el fragmento narrativo o crítico. En este apartado merecen mención aparte las inefables Historias de cronopios y de famas (1962), graciosos y complejos personajes simbólicos con singulares actitudes frente a la vida, Un tal Lucas (1979), irónico retrato de un personaje de extraña coherencia, y el casi póstumo Los autonautas de la cosmopista (1983), irrepetible mezcla de diario de viaje y testamento de amor.

domingo, 9 de agosto de 2015

9 DE AGOSTO NACE:

RAMÓN PÉREZ DE AYALA

(Oviedo, 1881 - Madrid, 1962) Escritor español. En su obra muestra una notable inclinación hacia los enfoques intelectuales, simbólicos y ensayísticos. Hizo sus primeros estudios con los jesuitas, quienes le proporcionaron amplios conocimientos humanísticos, pero provocaron en él un profundo sentimiento anticlerical. Inició la carrera de derecho en Oviedo y posteriormente se trasladó a Madrid, donde se vinculó con la Institución Libre de Enseñanza.

Ramón Pérez de Ayala
Después de viajar por Italia y Alemania fundó con J. Ortega y Gasset y G. Marañón la Agrupación al Servicio de la República. Embajador en Londres entre 1931 y 1936, al inicio de la Guerra Civil se exilió en Francia y América del Sur. Regresó a España en 1954.
Su andadura literaria se abrió con un libro de poemas, La paz del sendero (1904), entrega inicial de un extenso ciclo compuesto además por El sendero innumerable(1916), El sendero andante (1921) y El sendero ardiente (publicado póstumamente). Si bien el punto de partida es el modernismo, su contenido simbólico y conceptual lo apartaron de la poesía de la época y le confirieron una sustancia discursiva que caracteriza toda su obra.
En el ámbito del ensayo propiamente dicho sus libros más destacables son Las máscaras (1917-1919), recopilación de críticas teatrales, y Política y toros (1918). En el primero analizó la escena española del siglo, atacando el teatro poético de J. Benavente y F. Villaespesa y defendiendo el de B. Pérez Galdós y C. Arniches, mientras que el segundo es un virulento alegato antimilitarista.
Su producción narrativa, desarrollada en tres etapas, empezó con una serie de novelas autobiográficas protagonizadas por Alberto Díaz de Guzmán, alter ego del autor: Tinieblas en las cumbres (1907) A.M.D.G. La vida en un colegio de jesuitas(1910), La pata de la raposa (1912) y Troteras y danzaderas (1913). El escándalo suscitado por A.M.D.G., auténtico manifiesto antijesuítico, supuso también su primer éxito, mientras que Troteras y danzaderas es una brillante descripción de la bohemia literaria del Madrid de comienzos de siglo.
Es en estas obras donde se plasman con mayor acierto el sentido del humor y la visión tragicómica del autor, que alterna los momentos emotivos con la ironía, y la nota amarga con la aproximación comprensiva hacia sus personajes. Después aparecieron Tres novelas poemáticas de la vida española (1916), libro compuesto por PrometeoLuz de domingo y La caída de los limones que supone una profundización en los elementos intelectualizantes y de proyección simbólica.
También produjo títulos menos centrados en su tiempo y su vida, como Belarmino y Apolonio (1921), que versa sobre el lenguaje, Las novelas de Urbano y Simona(1923), cuyo tema es la educación amorosa, y Tigre Juan (1926) y El curandero de su honra (1926), obras en torno al arquetipo del honor conyugal.

9 DE AGOSTO NACE:

MARTA BRUNET
(Chillán, 1897 - Montevideo, 1967) Escritora, diplomática y periodista chilena. Novelista de gran importancia en las letras nacionales, perteneciente a la Generación del 27. Su niñez transcurrió en el campo, ambiente que luego reflejó en su obra. Estudió en Victoria, y en 1911 viajó a Europa y a otros países americanos. Retornó a Chillán en 1919 y comenzó a publicar poesías y cuentos en el diario La Discusión.

Marta Brunet
En 1923 se dio a conocer con su obra Montaña adentro, novela costumbrista y realista que la emparentaba con los criollistas (en especial con Mariano Latorre), y fue elogiada por Gabriela Mistral. La obra desmitificaba con lenguaje duro el presunto bucolismo de la vida rural, lo que ocasionó cierto escándalo entre las clases altas de Chillán. Pero pocos criollistas chilenos habían escrito con un estilo tan rico. Brunet se convirtió en la mejor novelista del ambiente campesino chileno, y como periodista colaboró en El SurLa Nación y La Hora de Santiago y fue directora de la revista La Familia (1934-1939).
Como diplomática, el presidente Pedro Aguirre Cerda la nombró cónsul de Chile en La Plata (1939); luego fue secretaria de la embajada en Buenos Aires (1948) y agregado cultural y cónsul en Montevideo. Otras obras suyas son Bestia dañina(1926), María Rosa, flor de Quillén (1929), Humo hacia el sur (1946), María Nadie(1957) y Amasijo (1962). Entre sus libros de relatos se encuentran Don Florisondo(1926), Reloj de sol (1930), Cuentos para Marisol (1938), Agua abajo (1943) ySoledad de la sangre y otros cuentos (1967). Murió mientras leía su discurso de incorporación a la Academia Uruguaya de Letras. Recibió el Premio Nacional de Literatura en 1961.

ROBERTO ARLT AGUAFUERTES PORTEÑAS YO NO TENGO LA CULPA

     ROBERTO ARLT        AGUAFUERTES PORTEÑAS     YO NO TENGO LA CULPA   Yo siempre que me ocupo de cartas de lectores, suelo admitir que se...