jueves, 26 de febrero de 2015

VICTOR HUGO

A UNA MUJER

¡Niña!, si yo fuera rey daría mi reino,
mi trono, mi cetro y mi pueblo arrodillado,
mi corona de oro, mis piscinas de pórfido,
y mis flotas, para las que no bastaría el mar,
por una mirada tuya.

Si yo fuera Dios, la tierra y las olas,
los ángeles, los demonios sujetos a mi ley.
Y el profundo caos de profunda entraña,
la eternidad, el espacio, los cielos, los mundos
¡daría por un beso tuyo!

26 DE FEBRERO DE 1802 NACE
VICTOR HUGO

(Besançon, Francia, 1802 - París, 1885) Escritor francés. La infancia de Victor Hugo transcurrió en Besançon, salvo dos años (1811-1812) en que residió con su familia en Madrid, donde su padre había sido nombrado comandante general. De temprana vocación literaria, ya en 1816 escribió en un cuaderno escolar: «Quiero ser Chateaubriand o nada».
En 1819 destacó en los Juegos Florales de Toulouse y fundó el Conservateur littéraire, junto con sus hermanos Abel y Eugène, pero su verdadera introducción en el mundo literario se produjo en 1822, con su primera obra poética: Odas y poesías diversas. En el prefacio de su drama Cromwell (1827) proclamó el principio de la «libertad en el arte», y definió su tiempo a partir del conflicto entre la tendencia espiritual y el apresamiento en lo carnal del hombre.

Victor Hugo en 1827

Pronto considerado como el jefe de filas del Romanticismo, el virtuosismo de Victor Hugo se puso de manifiesto en Las Orientales (1829), que satisfizo el gusto de sus contemporáneos por el exotismo oriental. La censura de Marion Delorme retrasó su aparición en la escena teatral hasta el estreno de Hernani (1830), obra maestra que triunfó en la Comédie Française.
En 1830 inició una fase de singular fecundidad literaria, en la cual destacaron, además de distintos libros de poesía, su primera gran novela, Nuestra Señora de París, y el drama Ruy Blas. En 1841 ingresó en la Academia Francesa pero, desanimado por el rotundo fracaso de Los burgraves, abandonó el teatro en 1843. La muerte de su hija Léopoldine, acaecida mientras él estaba de viaje, sumada al desengaño por la traición de su esposa con su amigo Sainte-Beuve, lo sumieron en una honda crisis.
Entregado a una actividad política cada vez más intensa, Victor Hugo fue nombrado par de Francia en 1845. Pese a presentarse a las elecciones de 1848 en apoyo de la candidatura de Luis Napoleón Bonaparte, sus discursos sobre la miseria, los asuntos de Roma y la ley Falloux anticiparon su ruptura con el Partido Conservador. El 17 de julio de 1851 denunció las ambiciones dictatoriales de Luis Napoleón y, tras el golpe de Estado, huyó a Bélgica. Si bien es cierto que no publicó ninguna obra entre 1843 y 1851, concibió su novela Los miserables y compuso numerosos poemas que aparecieron posteriormente.
En 1852 se instaló, con su familia, en Jersey (Reino Unido), de donde pasó en 1856 a Guernesey. Allí permaneció, en su propiedad de Hauteville-House, hasta 1870. Republicano convencido, denunció sin tregua los vicios del régimen conservador de su país y en 1859 rechazó la amnistía que le ofrecía Napoleón III.
De este exilio de veinte años nacieron Los castigos, brillante sarta de poesías satíricas, la trilogía de El fin de Satán, Dios y La leyenda de los siglos, ejemplo de poesía filosófica, en la que traza el camino de la humanidad hacia la verdad y el bien desde la época bíblica hasta su tiempo, y su novela Los miserables, denuncia de la situación de las clases más humildes.
De vuelta a París, tras la caída de Napoleón III (1870), Victor Hugo fue aclamado públicamente y elegido diputado. Fue derrotado en los comicios siguientes, pero en 1876 obtuvo el escaño de senador de París, posición desde la que defendió la amnistía de los partidarios de la Comuna. Sin embargo, desengañado por la política, regresó a Hauteville-House (1872-1873).
El ritmo de su producción disminuía, pero su prestigio se acrecentaba sin cesar: un banquete conmemoró el quincuagésimo aniversario de Hernani; en 1881, su cumpleaños fue celebrado oficialmente y los senadores, en la tribuna, se levantaron sin excepción en su honor. A su muerte, el gobierno francés decretó un día de luto nacional y sus restos fueron trasladados al Panteón. Considerado como uno de los mayores poetas franceses, su influencia posterior sobre Baudelaire, Rimbaud e incluso Mallarmé y los surrealistas es innegable.

26 DE FEBRERO DE 1878 MUERE
JUAN MARÍA GUTIÉRREZ
Juan María Gutiérrez
(Buenos Aires, 1809 - id., 1878) Escritor y político argentino. Fundó, con Alberdi, la Asociación de Mayo (1838). Exiliado durante la dictadura de Rosas, posteriormente fue ministro de Relaciones Exteriores y rector de la Universidad de Buenos Aires (1861-1873). Escribió poesía y narraciones, pero destacó fundamentalmente como crítico literario e historiador de la literatura, siendo considerado el iniciador de esta disciplina en su país.
Hijo de padre español y madre porteña, Juan María Gutiérrez estudió derecho, buscó moldes europeos para forjar su espíritu, habló y escribió un castellano culto (en el que desarrolló con frecuencia temas gauchos), amó apasionadamente a América e hizo gala de un antiespañolismo constante. Fue un excelente poeta romántico, aunque sobrio y de escasa fantasía, un buen prosista y un crítico benévolo y fecundo.
Doctorado en jurisprudencia en 1834, fue un activo participante del Salón Literario, en cuya sesión inaugural leyó un trabajo titulado Fisonomía del saber español: cuál deba ser entre nosotros; junto a otros miembros prominentes de su generación, participó de las actividades clandestinas de la Asociación de Mayo. Sin embargo las afinidades entre Gutiérrez y el resto de la denominada generación romántica no van mucho más allá. Mientras éstos, enfervorizados por la actividad política, intentaron hacer converger hacia ella sus preocupaciones literarias, Gutiérrez abandonó enseguida la militancia política, concentrando sus esfuerzos en el campo de la educación y en el de la literatura.
Enemigo del dictador Rosas, sufrió la cárcel y el destierro, viajó por Europa y residió algún tiempo en Brasil y varios años en Chile, donde inició la antología poética americana con su América Poética (1846) y fundó y dirigió la Escuela Náutica Nacional. Ministro de Gobierno con Vicente López en 1852 y de Relaciones Exteriores con Urquiza en 1854, fue nombrado por Mitre rector de la Universidad en 1861. Fundador del diario El Nacional Argentino, que nació con el propósito declarado de apoyar la obra de gobierno de Bartolomé Mitre, y director de la Revista del Río de la Plata, buena parte de sus trabajos se encuentra todavía dispersa por éstas y otras publicaciones periódicas.
Volteriano y antiespañolista, Juan María Gutiérrez consagró sus mejores esfuerzos a publicar y exaltar la literatura hispanoamericana, en una labor editorial y crítica de extraordinario interés (Olmedo, Pedro de Oña, Balcarce y Echeverría, entre otros); uno de sus más trascendentes estudios es el que dedica a Juan Cruz Varela. Giusti lo considera el padre de la crítica literaria argentina, juicio acertado y justo. Entre sus trabajos sobresalen Estudios biográficos y críticos sobre algunos poetas sudamericanos anteriores al siglo XIX (1865), Don Esteban de Luca (1877) y La Literatura de Mayo, así como el ya citado sobre Varela: Estudio sobre las obras y la persona del literato Don Juan Cruz Varela (1871). Se ocupó asimismo de la edición de las Obras Completas de Esteban Echeverría.
Tienen menos valor sus cuadros de costumbres, pero merece mención su novela corta titulada El capitán de patricios. Fue además uno de los redactores de la Constitución Nacional, sobre las Bases de Juan Bautista Alberdi. Pese a todo lo dicho y en términos absolutos, la obra que posiblemente ofrece mayor interés de este escritor y político argentino que no quiso aceptar la correspondencia de la Real Academia Española de la Lengua se titula Noticias históricas sobre el origen y desarrollo de la enseñanza pública superior en Buenos Aires (1868), considerada una de las obras fundamentales para el establecimiento de la historia de la cultura de su país. Se le deben también otros trabajos sobre geografía e historia de Argentina, sobre la ciencia española en el período colonial, etc.

ROBERTO ARLT AGUAFUERTES PORTEÑAS YO NO TENGO LA CULPA

     ROBERTO ARLT        AGUAFUERTES PORTEÑAS     YO NO TENGO LA CULPA   Yo siempre que me ocupo de cartas de lectores, suelo admitir que se...