LEWIS CARROLL
LA CAZA DEL SNARK
Agonía en ocho cantos
DEDICATORIA
Ataviada con traje de varón, adecuado a sus varoniles
ocupaciones, esgrime con entusiasmo el azadón.
Pero le encantaría recostarse en la amistosa rodilla
y escuchar el cuento que a él le gusta contar.
Rudos espíritus abocados a vanas quimeras
e indiferentes a su impoluta vivacidad,
decidme si consideráis que he desperdiciado
horas de mi vida vacías de todo placer.
Sigue hablando, dulce niña, y rescata del tedio corazones
que sabias conversaciones no rescatan.
Feliz aquél que posee la más tierna dicha:
¡el amor de una niña!
Alejaos, apasionados pensamientos, ¡no turbéis más mi alma!
El trabajo reclama mis desveladas noches, mis afanosos días.
Mas los radiantes recuerdos de esa soleada playa
aún hechizan mi soñadora mirada.
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