sábado, 7 de mayo de 2016

7 DE MAYO DE 1812 NACE 

ROBERT BROWNING

(Camberwell, 1812 - Venecia, 1889) Escritor británico. Es uno de los mejores poetas ingleses del siglo XIX y el forjador de la técnica del monólogo dramático. Empezó escribiendo poesía bajo la influencia de Shelley. A partir de Paracelso(1835) y de Sordello (1840), se centró en situaciones y en personajes históricos. Obtuvo la consagración con Campanas y granadas (1841-1846). En Florencia escribió La Nochebuena y la Pascua (1850) y Hombres y mujeres (1855). En 1861 regresó a Londres, donde publicó Dramatis personae (1864) y su obra maestra, El anillo y el libro (1868-1869). También merece mencionarse su obra Idilios dramáticos (1879).

Robert Browning
Hijo único de un funcionario del Banco de Inglaterra, Robert Browning siguió estudios poco sistemáticos y sólo hasta la adolescencia. En 1833 dio a conocer de manera anónima su primer volumen de poesía, Pauline. Dos años más tarde adquirió cierto renombre con Paracelso (1835), poema dramático sobre la vida del alquimista suizo, seguido de Sordello, en 1840. Se trata del período en el que el autor se inspiró tanto en Lord Byron como en Shelley, los dos modelos reconocibles en sus versos iniciales.
En 1844 entabló amistad con la poetisa Elizabeth Barrett, enferma y sujeta a los dulces celos de su padre, y, violando por primera y única vez las normas sociales, la convenció de huir con él a Italia tras un matrimonio secreto. Los Browning abandonaron Londres y se trasladaron a vivir a Pisa y a Florencia; en la casa Guidi de esta última ciudad vivieron tranquilamente quince años y nació su hijo, el escultor Robert Barrett (1849-1912). Además de incursionar en la escritura teatral sin demasiado éxito, entre estos años y 1870 produjo lo más relevante de su abundante obra lírica, sobre todo a partir de Dramatic Lyrcs (1842), seguido, entre otros, por Hombres y mujeres (1855), que incluye piezas tan singulares como "Fra Filippo Lippi" y "Andrea del Sarto", sutiles artes poéticas elaboradas a través de las figuras de artistas del Renacimiento italiano.
Tras la muerte de su esposa en 1861, Browning regresó a Londres. Pertenecen a este fructífero período Dramatis Personae (1864) y la que se considera su obra maestra, El anillo y el libro (1868-1869), uno de las composiciones líricas más largas de la tradición británica, con sus casi veinte mil versos, en los que diez personajes vierten distintos puntos de vista acerca de un crimen ambientado en la Italia del siglo XVI. En 1878 regresó a Italia, donde publicó Idilios dramáticos(1879-1880) y Asolando (1889); se le deben también excelentes traducciones de clásicos griegos.
Figura fundamental del período victoriano, es imposible desconocer la importancia de los hallazgos formales de Browning, que perfeccionó un recurso indispensable de los grandes poetas del siglo XX, como T.S. Eliot y Ezra Pound: se trata del monólogo dramático, en el que la voz del poeta se refugia en máscaras o personificaciones extraídas de la historia o de la mera invención del artista. Consiguió así construir voces diferenciadas de extraordinaria vivacidad y delicadeza, que se presentan y se contrastan en multitud de perspectivas, lo que enriquece el poder analítico y existencial del poema.

7 DE MAYO DE 1861 NACE:

RABINDRANATH TAGORE

(Rabindranath Thakur, Calcuta, 1861 - Santiniketan, 1941) Escritor indio. Es el más prestigioso escritor indio de comienzos del siglo XX. De origen noble, era el último de los catorce hijos de una familia consagrada a la renovación espiritual de Bengala, y se educó junto a su padre en el retiro que éste tenía en Santiniketan. En 1878 fue enviado a Gran Bretaña, donde estudió literatura y música.

Rabindranath Tagore
Evocó este viaje en Cartas de un viajero (1881), que publicó en el periódico literarioBharati, fundado por dos de sus hermanos en 1876. De la misma época son los dramas musicales El genio de Valmiki (1882) y Los cantos del crepúsculo (1882), y la novela histórica La feria de la reina recién casada (1883).
En 1882, unas experiencias místicas le llevaron a escribir los Cantos de la aurora(1883). En este mismo año casó con una joven de dieciséis años, y a partir de entonces se dedicó a administrar los bienes de la familia de su esposa y a viajar por toda Bengala. En 1890 realizó un segundo viaje a Gran Bretaña. De este período son las colecciones poéticas Citra (1896) y El libro de los cumpleaños (1900).
En 1901 fundó una escuela en Santiniketan (Hogar de la Paz), en la que estructuró un sistema pedagógico que defendía la libertad intelectual del ser humano. En 1904 publicó el ensayo político El movimiento nacional, en el que se pronuncia en favor de la independencia de su país. En 1910 apareció La ofrenda lírica, una de sus obras más conocidas.
A partir de 1912 recibió numerosas invitaciones para pronunciar conferencias en Europa, EE UU y algunos países asiáticos, labor que le sirvió para acrecentar su prestigio. Durante la I Guerra Mundial, y al agudizarse la agitación en la India, tuvo que definir su postura política y adoptó una postura pacifista exenta de nacionalismo. En sus últimos años se dedicó casi por completo a la administración de su centro de estudios, que a fines de 1921 se convirtió en universidad internacional con el nombre de Visva Bharati, y fue declarado universidad estatal en 1951.
De su extensa producción literaria cabe citar además los dramas Kacha y Devayani(1894), El cartero del rey (1913), Ciclo de la primavera (1916) y La máquina(1922); las novelas Gora (1910) y La casa y el mundo (1916); los poemarios La luna nueva (1913), El jardinero (1913) y La fugitiva (1918), y algunas colecciones de sus conferencias, como Sadhana (1912) y La religión del hombre (1930). Recibió el premio Nobel de Literatura en 1913.

viernes, 6 de mayo de 2016

6 DE MAYO DE 1952 MUERE:

MARIA MONTESSORI

(Chiaravalle, 1870 - Noordwjek, 1952) Pedagoga italiana que renovó la enseñanza desarrollando un particular método, conocido como método Montessori, que se aplicaría inicialmente en escuelas primarias italianas y más tarde en todo el mundo. Dirigido especialmente a niños en la etapa preescolar, se basaba en el fomento de la iniciativa y capacidad de respuesta del niño a través del uso de un material didáctico especialmente diseñado. El método proponía una gran diversificación del trabajo y la máxima libertad posible, de modo que el niño aprendiera en gran medida por sí mismo y al ritmo de sus propios descubrimientos.

Maria Montessori
Licenciada en Medicina en 1896 en la Universidad de Roma, ayudante el año siguiente en la cátedra de Psiquiatría de la misma universidad, se vio impulsada por su instinto profundo al estudio de los niños deficientes y advirtió inmediatamente que su problema, más que médico, era pedagógico. Expuso sus ideas sobre esta materia en el congreso pedagógico de 1898 de Turín. El ministro Baccelli le encargó que diera un curso a las maestras de Roma sobre la educación de los niños deficientes mentales, o "psicópatas", curso que se transformó después en una Escuela Magistral Ortofrénica, dirigida por Montessori durante dos años.
Marchó a continuación a Londres y a París para profundizar en estos estudios, asistiendo luego a cursos de Filosofía en la Universidad de Roma y de Psicología experimental, convencida de que la educación del niño había de tener su primer y esencial fundamento en el conocimiento científico, somático y psíquico de su ser. La lectura de las obras de J-M.-G. Itard y de E. Séguin, los dos ilustres maestros de educación de anormales en Francia, la ayudaron a profundizar los problemas de dicha educación especial, que bien pronto se le apareció como aplicación y revelación de las leyes generales de la educación del niño.
La obra desarrollada a continuación entre niños psicópatas mediante una experiencia práctica y fecunda trajo como consecuencia la aparición de una Montessori teorizadora y organizadora de un método general de la educación infantil. En 1907, precisamente en enero, por encargo del Instituto dei Beni Stabili de Roma, abría Montessori en uno de los nuevos barrios obreros la primera "Casa de los niños", al que pronto seguirá otra, también en Roma. Desde allí, la Institución se difundió por Italia y más aún por el resto del mundo, tomando el carácter de institución independiente, organizada de un modo cada vez más claro como un método original de educación infantil.
Este método, ya maduro por la experiencia y por la reflexión, fue expuesto por Montessori en el volumen Il metodo della pedagogia scientifica applicato all'autoeducazione infantile nella Casa dei bambini (1909), editado más tarde varias veces (1913, 1935, hasta la IV, de 1950, aparecida con el título La scoperta del bambino) y pronto traducido a las principales lenguas.
El método consistía en desarrollar la autonomía del niño, que encontraba en la "Casa" el material indispensable para el ejercicio de los sentidos, los objetos apropiados a sus aficiones y a sus proporciones físicas, y las posibilidades de aplicarse, con su trabajo personal y según su libre elección, a la solución de problemas prácticos interesantes, mediante el variado material disponible.

Montessori con sus alumnos (Londres, 1940)
El principio dominante era el de dejar hacer; de vigilar para ayudar en caso de necesidad; de tener fe en el valor inmenso de una actividad libre desarrollada con vistas a finalidades concretas adoptadas por el niño, capaz de impulsar un desarrollo seguro y de desembocar, poco a poco, en descubrimientos espontáneos y conquistas según un ritmo natural y según una sucesión de "períodos sensitivos", vinculados a las aficiones particulares del niño, que era preciso saber comprender y satisfacer en el momento adecuado, para no dejar pasar la ocasión propicia sin el indispensable ejercicio.
Era un programa y un apostolado que se inscribían con caracteres propios en el movimiento de la "escuela activa" y que enlazaba más o menos con Rousseau y conFriedrich Froebel. La obra siguiente, L'autoeducazione nelle scuole elementari (Turín, 1910), también reeditada dos veces en 1916 y en 1940, aplicaba el método a las enseñanzas en la escuela elemental.
Entretanto, desde 1909, profesaba en Città di Castello cursos para maestros, protegida por dos beneméritos de la educación popular, Leopoldo y Alice Franchetti, y escribía artículos en italiano y en inglés, para ilustrar su método y su pensamiento, que más tarde sintetizó en el Manuele di pedagogia scientifica (Nápoles, 1921). A partir de 1913-14, se multiplican sus estancias en América del Norte y en muchos países europeos: Alemania, Gran Bretaña, España (Barcelona fue la ciudad que se interesó por los nuevos métodos), Holanda y Suecia. Estuvo después en China y en la India, y al mismo tiempo se difundían por todo el mundo las "Casas" montesorianas.
Su influencia se dejaba sentir también en países como Francia, Austria y Suiza. Mientras tanto, sus obras eran traducidas a casi todas las lenguas y el pensamiento de Montessori, aun conservando las líneas esenciales, desarrollaba los gérmenes espirituales, la visión algunas veces mística de la naturaleza, la inspiración religiosa, que afloraban ya en las primeras obras.
Las etapas de su evolución, hasta incluir influencias del psicoanálisis, están representadas por el volumen Il segreto dell'infanzia, publicado en Bellinzona en 1938, y luego en Milán en 1950; por los ensayos Il bambino in famiglia, de 1936; por la obra De l'enfant à l'adolescent (París), no traducida al italiano; por La mente del bambino (Milán, 1952), traducción italiana póstuma de la obra publicada en inglés en Madras, en 1949, con el título The absorbent mind, y por la cuarta edición de la primera obra fundamental, con el título La scoperta del bambino, ya citada.
En conferencias, cursos, congresos se desarrollaba la actividad formidable de la educadora. También había fundado en Barcelona, en 1916, una "Iglesia de los pequeños", aplicación de los principios de la "Casa" a la educación religiosa de los pequeños, tema al que dedicó después algunos ensayos (I bambini viventi nella Chiesa, 1924; La Santa Messa spiegata ai bambini, 1949).
Cada vez concentraba más su apostolado en la idea de que el niño educado con pleno respeto a su libertad y a sus infinitos recursos debía ser el educador del adulto, el regenerador de la humanidad, y que la formación del hombre según los principios predicados por ella podía y debla garantizar el triunfo de la justicia y de la paz en el mundo. El pequeño volumen Formazione dell'uomo (1949) y los tres ensayos contenidos en Educazione e pace (1949), representan, puede decirse, su testamento espiritual. En los últimos años de su vida participó de modo notable y competente en los trabajos de la U.N.E.S.C.O. y fundó el centro de estudios pedagógicos en la Universidad para extranjeros de Perusa.

miércoles, 4 de mayo de 2016

4 DE MAYO DE 1939 NACE:

AMOS OZ

(Amos Klausner; Jerusalén, 1939) Escritor israelí en lenguas hebrea e inglesa, que en la actualidad está considerado el mejor prosista en lengua hebrea moderna. Cursó estudios en la universidad de Jerusalén y en Oxford, Inglaterra. Tiene el grado de oficial del ejército israelí y es destacado miembro del movimiento Paz Ahora, que aboga por el entendimiento pacífico entre israelíes y palestinos. Vive en un kibbutz, en el que ha desempeñado las más diversas tareas, entre ellas la de dar clases desde 1957 hasta 1973. También ha impartido diversos cursos como profesor invitado en universidades de Estados Unidos.


Amos Oz
Su narrativa trata las inquietudes y la diversidad ideológica de los israelíes de las diferentes tendencias políticas y espirituales que coexisten en su país, así como la tensión y el delicado equilibrio de la sociedad en la que viven, apresada entre el horror del inmediato pasado anterior a la creación del Estado y el presente e interminable conflicto bélico con sus vecinos.
Su estilo es intensamente apasionado, de atmósfera casi febril en ocasiones y, por momentos, profundamente poético. Siempre comprometido con la realidad y sus personajes, subyace en su voz un desencanto que se advierte también en sus artículos periodísticos, en los que se aprecian, a partes iguales, retratos objetivos de la realidad del Medio Oriente y un permanente pesimismo sobre el futuro de la región.
Entre sus novelas más conocidas figuran En otro lugar (1966), sobre la vida del kibbutz; Mi Michael (1968), una de las más famosas, análisis del amor como dominación, contraponiendo la tolerancia, el optimismo y la visión positiva de la vida del protagonista con la negativa y pesimista de su esposa, que se siente siempre amenazada; Tocar el agua. Tocar el viento (1973), sobre el destino del pueblo judío y la diáspora a Israel; La caja negra (1987), en forma de cartas, telegramas y notas mediante las que se pasa revista a la vida de los protagonistas y sus relaciones; Las mujeres de Yoel (1990), novela de suspense sobre un antiguo agente del Mossad que se plantea el sentido de la vida; y La paz perfecta (1982), sobre las motivaciones para vivir en un kibbutz.
En uno de sus más recientes ensayos sobre literatura, In the beginning (1999), esboza una interesante teoría acerca del "contrato" que compromete a un autor con sus lectores, cuyas condiciones se establecen al comienzo de una obra y deberán cumplirse en su desarrollo.

martes, 3 de mayo de 2016

3 DE MAYO DE 1937 NACE:

NÈLIDA PIÑON

(Vila Isabel, 1937) Escritora y periodista brasileña, figura destacada de las letras latinoamericanas contemporáneas. Su obra, caracterizada por el rigor, representa un diálogo inteligente entre las diversas tradiciones que conviven en el cuerpo cultural latinoamericano.
Nélida Piñon nació el 3 de mayo de 1937 en Vila Isabel, Río de Janeiro, hija del comerciante Lino Piñon Muiños (Piñón Muñoz) y de Olivia Cuiñas Piñon, de origen español. Desde muy pequeña se sintió atraída por el mundo de las letras. “Comencé a escribir siendo aún una niña, leyendo los libros que me daban, inventando los que no tenía a mano […] Con ocho años me proclamé escritora. No sé, sin embargo, en qué instante, y de qué abrigo, salió más tarde esta otra escritora que soy hoy, que aspira a abarcar los seres y los enigmas.”

Nélida Piñon
Cuando contaba diez años de edad viajó a la región española de Galicia, tierra natal de sus padres, donde permaneció por espacio de dos años. Esa vivencia resultaría fundamental para la futura escritora, en cuyas obras se revela el amor por sus dos patrias: Galicia y Brasil. Se formó en periodismo en la Facultad de Filosofía de la Universidad Pontificia de Río de Janeiro y amplió sus estudios en la Universidad de Columbia (Nueva York).
Obra literaria
Piñon debutó en el circuito literario en 1961 con Guía-mapa de Gabriel Arcanjo, una novela sobre el pecado, el perdón y la relación de los mortales con Dios a través del diálogo entre el protagonista y su ángel de la guarda. A esta primera obra, que le dio renombre, le siguieron Madeira feta cruz, dos años más tarde y, a finales de la década, Fundador (1969), en la que una vez más apostaba por la renovación formal del lenguaje que ya dejara entrever en los títulos anteriores y que ponía en escena a personajes históricos y de ficción.
En la década de 1970, Piñon dio a la imprenta tres nuevos títulos, A casa da paixão(1972), sobre el deseo y la iniciación sexual, Tebas de mi corazón (1974) y La fuerza del destino (1977), pero fue en 1984 cuando vio la luz la que está considerada su obra cumbre: La república de los sueños. Inspirada en su visión de la emigración gallega a Brasil, la obra, que obtuvo el premio de la Asociación de Críticos de Arte de Brasil en 1985, es, en palabras de la propia autora, “una novela deliberada […] Yo sabía que para llegar a ella me tenía que preparar, y lo hice a lo largo de muchos años de mi vida. Era un proyecto grande que abarcaría dos continentes, 300 años, o más, porque hay aspectos en esa novela que llegan hasta el siglo XII”.
Después del éxito de ventas y de crítica de esta obra, Piñon publicó la novela de denuncia política Dulce canción de Cayetana (1987), una incursión al universo de una ciudad interior, Trinidade, en la época de la mentira del “milagro brasileño”. Posteriormente vio la luz El pan de cada día (1994), en la que dejaba de lado la moderna ficción con la que se había consagrado y emprendía una reflexión profunda sobre las inquietudes del hombre, y la novela juvenil A roda do vento (1996). En 2004, tras varios años de inactividad, presentó Voces del desierto.
Piñon también ha publicado libros de cuentos (Tempo das frutas, 1966; Sala de armas, 1973; O calor das coisas, 1989) y es autora del ensayo O ritual da arte, sobre la creación literaria. Sus obras han sido publicadas en una veintena de países y han sido traducidas a una decena de idiomas.
Su labor académica y docente
El 27 de julio de 1989 Nélida Piñon fue elegida, en sustitución de Aurélio Buarque de Holanda, para ocupar el sillón número 30 de la Academia Brasileira de las Letras (ABL), institución de la que fue secretaria general y que presidió en 1996-1997, convirtiéndose en la primera mujer en ocupar ese cargo y en la primera del mundo en presidir una academia literaria nacional. También es miembro de la Academia de Ciencias de Lisboa y de la Academia de Filosofía de Brasil.
Ha desarrollado una intensa y dilatada labor docente. En 1970 inauguró la primera cátedra de creación literaria en la Universidad Federal de Río de Janeiro, y entre 1990 y 2003 fue titular de la cátedra Dr. Henry King Stanford de Humanidades de la Universidad de Miami. Ha ejercido como profesora visitante en las universidades de Harvard, Georgetown, Johns Hopkins y Columbia, y ha impartido cursos en España, Francia y Perú. Doctora honoris causa por las universidades de Poitiers (Francia), Montreal (Canadá) y Santiago de Compostela (1995), ha participado en congresos, seminarios y encuentros internacionales, además de impartir conferencias por todo el mundo.
Entre los galardones recibidos se cuentan el premio de literatura latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo (1995), el más importante de América Latina (fue la primera mujer en recibirlo y el primer autor en lengua portuguesa); el premio Menéndez Pelayo (2003), en reconocimiento a su labor como docente e investigadora en el campo de las humanidades y a su obra de creación literaria, y el Príncipe de Asturias de las letras (2005), “por su incitante obra narrativa, artísticamente sustentada en la realidad y la memoria, y también en la fantasía y los sueños”.
Además de los premios citados, Nélida Piñon ha sido galardonada con el Walmap de Brasil (1969, por Fundador), el Mário de Andrade (1973, por A casa da paixão), el del PEN Club (1985, por La república de los sueños), el Iberoamericano de Narrativa Jorge Isaacs (2001) y el Rosalía de Castro (2002). Entre las distinciones honoríficas que ha recibido, destacan la Medalla de la Orden de Río Branco y la Orden al Mérito de la Mujer concedida por el Gobierno de Río de Janeiro, así como una, en abril de 2005, que le hizo especial ilusión: el municipio pontevedrés de Cotobade, pueblo natal de su padre, decidió nombrarla ”hija adoptiva”.
Amiga de Cortázar, Borges y Vargas Llosa (quien le dedicó La guerra del fin del mundo), la New York Review of Books la consideraba la mejor escritora brasileña, y la prestigiosa revista World Literature Today le dedicó el número de mayo de 2005. Firme defensora de los derechos humanos, ha colaborado en medios de comunicación brasileños como las revistas Cadernos Brasileiros (1966-1967), Tempo Brasileiro (1976-1993), Impressões (1997), Cadernos Pedagógicos e Culturais (1993), y el diario O Dia de Río de Janeiro (desde 1995). Sostiene que a pesar de participar en todos los encuentros políticos a los que la invitan, “nunca” deja de ser escritora. “Las ideas las propago sin cobrar -dice-, porque quiero un mundo mejor”.
3 DE MAYO DE 1930 NACE :
JUAN GELMAN

Poeta, traductor y periodista argentino, nacido en Buenos Aires el 3 de mayo de 1930 y fallecido en México D.F. el 14 de enero de 2014, está considerado como el poeta más importante de su generación. En 2000 obtuvo el Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo, uno de los galardones literarios de mayor prestigio en el ámbito cultural hispanoamericano.
Hijo de emigrantes judíos ucranios, Juan Gelman tuvo varios oficios, entre ellos el de camionero, antes de dedicarse al periodismo. Por su actividad periodística y política vivió en el exilio entre 1975 y 1988, año en que regresó a su país; durante su ausencia, llegó a estar condenado a muerte por la dictadura argentina; sufrió muy de cerca el drama de los "desaparecidos" cuando su hijo y su nuera, embarazada, pasaron a formar parte de esta dolorosa lista. Fue secretario de redación de Crisis, director del suplemento cultural de La Opinión y jefe de redacción de Noticias.
Poeta adscrito al realismo crítico, él mismo define como constante de su poesía la presencia de la cotidianidad y lo maravilloso que hay en ella. El tono político, la denuncia y la indignación ante la injusticia son también componentes marcados en buena parte de sus versos.
De su producción poética conviene destacar Violín y otras cuestiones (1956), su ópera prima, con prólogo de Raúl González Tuñón; El juego en que andamos (1959), Velorio del solo (1961), Gotán (1962), Sefiní (1964-1965), Cólera Buey (1965), Los poemas de Sidney West (1969), Traducciones (1969), Fábulas (1970), Relaciones (1973), Hechos y relaciones (1980), Si tan dulcemente (1980), Citas y comentarios (1982), Exilio (1984), escrito en colaboración con el periodista argentino Osvaldo Bayer, Hacia el sur (1982), Composiciones (1986), Carta a mi madre (1989) y País que fue será (2004). La antología Pesar todo fue galardonada con el premio de poesía José Lezama Lima que concede la Casa de las Américas cubana. En 2005 publicó una nueva antología, Oficio ardiente, con prólogo de la poetisa María Ángeles Pérez López, que reúne poemas publicados a lo largo de casi cincuenta años y también algunos poemas inéditos.
También escribió dos óperas: La trampera general y La bicicleta de la muerte; dos cantatas: El gallo cantor y Suertes; y varios LP, con música de Juan Carlos Cedrón.
Además del ya mencionado Premio Juan Rulfo, Gelman ha recibido otros galardones, entre los que destaca el Premio Nacional de Poesía en 1997, el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana en 2005 a toda su trayectoria "por su capacidad para testimoniar el tiempo en que vive y dar cuenta de sus tensiones", y el Premio Cervantes en 2008.

sábado, 30 de abril de 2016

ANAÏS NIN 
(FRANCIA, 1903-1977)
Incesto - Diarios de Anaïs Nin (Fragmento)

Hay una fisura en mi visión, en mi cuerpo, en mis deseos, una fisura permanente, y la locura la empuja adentro y afuera, adentro y afuera. Los libros están sumergidos, las páginas arrugadas; cada perfección piramidal arde totalmente al impulso de la sangre.
El esfuerzo que hago para perfilar, cincelar, demarcar, separar y simplificar es una idiotez. Debo dejarme fluir multilateralmente. Por lo menos, he aprendido algo grande: a pensar, pero no demasiado, de modo que pueda dejarme ir, sin que haya levantado una barrera intelectual que se oponga a los acontecimientos que puedan venir y sin interferir con una preparación crítica en el movimiento de la vida. Pienso sólo lo suficiente para mantener vivo un estrato superior de inteligencia vigilante, igual que cuando me cepillo el cabello, me arreglo la cara, me pinto las uñas o escribo mi diario. Nada más. El resto del tiempo, trabajo, escribo, trabajo. Y me dejo llevar por el impulso. Canturreo; protesto contra los taxistas que se enfrentan a las oleadas del tráfico; escribo una nota a Henry media hora después de haberlo dejado, y atosigo a Hugh a medianoche para que vaya en coche al centro de París y entregue la nota a Fred Perlés para Henry... ¡Una nota de amor para su trabajo!
Es este divino deslizamiento el que permite que Henry me tire sobre la cama de June y lance al aire, como un sedal de pesca, la conversación sobre Lawrence y Joyce mientras nos mecemos sobre la Tierra.
Hugh me tiene apretadamente entre sus brazos, como una gran pepita de oro, y su horizonte es celestialmente esperanzador porque le he traído un compás.
J'ai présagé des cercles. El motivo del círculo en mi novela de John. La fascinación de la astrología El círculo marca la rotación de la Tierra, y todo lo que me importa es el supremo gozo de girar con la Tierra y morir ebria, morir mientras se gira, que no morir retirada, mirando la Tierra que gira sobre mi mesa, como uno de esos globos terráqueos de cartón que venden en los almacenes Printemps por 120 francos. No iluminado. Esos son más caros. Quiero ser la luz dentro del globo y la dinamita que explota sobre la máquina del impresor justo antes de poner el precio sobre la página. Cuando la Tierra gira, mis piernas se, abren a la lava emergente y mi cerebro se congela en el Ártico —o viceversa—, pero debo girar, y mis piernas siempre se abrirán, incluso en la región del sol de medianoche, porque no espero a la noche —no puedo esperar a la noche—, no quiero perder ni un solo ritmo de su curso, ni un solo laudo de su ritmo.
Sueño: Hugh y yo caminamos en la niebla nocturna. Juntos. Lo dejo. Entro en la casa y me echo en la cama. Sé que me busca, que se vuelve frenético, que corre como un loco en medio de la niebla, flotando en ella. Estoy inerte. Sé que estoy en casa. No se le ha ocurrido pensar que estoy en la cama. Yazco intocada por su desesperación. Soy al mismo tiempo la niebla. Soy la noche que envuelve a Hugh; mi cuerpo yace sobre la cama. Soy el espacio que rodea a Hugh. Corre en este espacio, y me busca.
Por la mañana. Mi amor más tierno es para Hugh, algo inalterable, que no cambia, fijo: el niño. Tiene el lugar más seguro, el más suave.
Querría darle a June todo cuanto Henry ama en mí, añadirme a ella. No puedo creer que le he arrebatado al único hombre que ha amado de verdad.
Siento una piedad abrumadora por el sufrimiento histérico y primitivo de June, por la gran confusión de su mente. Pero nunca es un sufrimiento como el mío, nunca el dolor por perder a Henry, sino el dolor por el fracaso.
Fue terrible que me diera cuenta de mi fortaleza mientras recordaba mi lealtad siempre que hablo de June a Henry.
Pobrecita June, ¡es tan vulnerable! No tengo otra cosa que darle salvo mi amor, que necesita. Invento mi amor por ella, como un regalo. La mantengo viva fingiendo mi amor, que no es sino lástima. Escucho su charla rudimentaria, busco pacientemente relámpagos de verdad, esperando que se encuentre a sí misma, que en mí encuentre fuerzas, aunque, al hacer esto, siento que soy la mayor traidora sobre la Tierra. Confía en mí y soy quien la deja sin Henry.
Al mismo tiempo, no sabe lo que hago por ella para expiar mi culpa. ¡Me niego a que Henry le cuente, le pida su libertad para casarse conmigo! Ayer, media hora antes de verme con June, estaba sentada en un café con Henry. Me dijo: «Cuando salga el libro, rompemos con todo, se acabaron los compromisos. Arreglaré las cosas con June y me caso contigo».
Me eché a reír: «No quiero casarme otra vez». Y luego: «Sería terrible privarla de su última fe en dos seres humanos».
June me ha presentado a Dick, el escritor homosexual con ojos de niño desvalido, que habla como escribe Aldous Huxley. Visitamos a Ossip Zadkine, el escultor (un personaje del Trópico de Cáncer de Henry).
Dick y yo retrocedimos ante la perspectiva desagradable de un nuevo contacto, cada cual a su manera. El, con su ligereza; yo, con mi silencio. Pero nos agradamos mutuamente. Estaba predispuesto en mi contra porque soy amiga de Henry y él lo aborrece.
Henry hizo un monstruo de June porque tiene una mente creadora de monstruos. Es un loco. Ha sufrido con June las torturas que él mismo se ha inventado, porque el amor que June sintió por Henry no fue en absoluto monstruoso, sino, probablemente, tan simple como el que,yo siento por ella. Yo sí que adopté la creencia de Henry en la monstruosidad de June. Ahora veo el sufrimiento del ser humano que es June; y veo el fracaso de los dos en entenderse... aunque June es la más débil, porque los fantasmas de Henry la han vuelto loca. Los fantasmas de Henry no me confunden; me interesan objetivamente. Fascinan mi inteligencia y mi imaginación.
Me di cuenta del proceso de deformación cuando Henry explicó mis páginas sobre June y me revistió de grandes misterios y monstruosidades. Su imaginación es incansable y fértil; capta a un ser humano y lo deforma, lo realza, lo magnifica y lo mata. Es un demonio que anda suelto por el mundo, laberíntico, que conduce a la locura. Henry podría volver loca a la gente.
Hasta ahora no me he extraviado; he sido más fuerte que June. Sólo me vuelvo loca cuando quiero, como cuando deseo emborracharme, así que puedo trabajar. Igual que Henry se excita con el odio y la crueldad, yo me excito y me estimulo cuando me libero de la presa excesivamente estricta de la lógica implacable. Giro como una peonza para ser menos lúcida y más alucinada, para escuchar mis intuiciones.
Me seduce jugar con Henry a este peligroso juego de la deformación imaginativa. Gracias a que Allendy me ha integrado y me ha revelado mi modelo de conducta fundamental, Henry y yo somos dignos adversarios.
Despojadme de las exteriorizaciones, de la teatralidad y del masoquismo, y encontraréis la simiente, el núcleo, la artista, la mujer. Pero despojad a June de sus galas y encontraréis a una mujer bella y corriente que cree en ilusiones, sacrificios, ideales y cuentos de hadas... pero sin contenido.
Debe seguir siendo el personaje, la curiosidad, la rareza, una forma ilusoria de la personalidad.
Pero, cuando llora, siento que merece la felicidad de cualquier ser humano.
Después de todo, también mi imaginación ha jugado a su capricho con los dos, con Henry y con June. Con una diferencia: necesito por encima de todo la verdad y sucumbo a la piedad. La verdad me impide distorsionar, porque comprendo. Tan pronto como comprendí a Henry, dejé de hacer un «personaje» de él (el submundo brutal de mi segundo concepto de él, hinchado por sus libros). Mi primer concepto es verdadero siempre: mi primera descripción de Henry en el diario le sigue correspondiendo hoy, y mi primera descripción de June es más verdadera que mi composición literaria. Cuando empiezo a amar como un ser humano el juego cesa.
Para un escritor, un personaje es un ser con quien no se siente ligado por el sentimiento. El verdadero amor destruye la «literatura». Por eso, también, Henry no puede escribir sobre mí, y quizá nunca escriba sobre mí —por lo menos, hasta que nuestro amor se acabe y, entonces, yo me convierta en un «personaje», es decir, en una personalidad alejada, no fundida con él.
Me pongo triste cuando miro la fotografía de Allendy... Estoy siempre entre dos deseos, siempre en conflicto. Pertenezco a Henry, a June y a Allendy. Hay veces que me gustaría descansar, estar en paz, elegir un refugio, un amor, para resguardarme en él... hacer una selección final. No puedo. Algunas noches, como ésta, a la hora del decaimiento, me gustaría sentir la totalidad.
La característica de mi lealtad con Hugh es fácilmente definible: consiste en no causarle daño. Incluso en cuestiones relacionadas con Henry (podría obligar a Hugh a ayudar a Henry), sigo siendo leal a Hugh, tanto que ni siquiera le impido que alcance su propia masculinidad, cosa que podría hacer interfiriendo en su nueva agresividad, en su nueva codicia, cautela, celos y posesividad.
Es extraño contemplar el amor de otro por una y conservarse intacta. Los bellos sueños de Hugh sobre mí. Los escucho, pero jamás pienso en ellos cuando Henry me acaricia. Es absolutamente cierto que nunca pienso en Hugh cuando estoy con Allendy o con Henry, como tampoco pienso en Henry cuando estoy con Allendy. Una especie de separación tiene lugar en ese momento —una totalidad pasajera—, que impide cualquier duda o parálisis. Es sólo después, cuando se revela la mezcla y el conflicto. No veo nada malo en acostarme con Henry en la cama de Hugh, como tampoco vería nada malo en entregarme a Allendy en la misma cama. No tengo ninguna moralidad. Sé que la gente se horroriza, pero no yo. Ninguna moralidad mientras el daño hecho no se manifieste por sí mismo. Mi moralidad no se reafirma cuando me enfrento con el dolor de un ser humano... Le devolvería Henry a June si ella me lo pidiera. Al mismo tiempo, soy consciente de la estupidez de mi capitulación, porque June puede pasar sin Henry mucho mejor que yo, y ella es dañina para Henry. Del mismo modo que sería infinitamente estúpido que, por mor de Hugh, volviera a mi vida neurótica, vacía y desasosegada de los años anteriores a mi encuentro con Henry.
Ahora experimento una continua plenitud que también me permite dar plenitud a Hugh. Deseo que Hugh pudiera creerme, entenderme, perdonarme. Ve mi contento, mi salud, mi productividad. Y estoy aún más preocupada por su felicidad que por la de cualquier otra persona.

(de "Incesto. Diario amoroso", Editorial Siruela. Madrid, 1995.)
ANAÏS NIN (FRANCIA, 1903-1977

30 DE ABRIL DE 2011 MUERE:

ERNESTO SÀBATO

(Rojas, Argentina, 1911 - Santos Lugares, 2011) Escritor argentino. Sólo tres novelas, espaciadas en el tiempo, componen su producción estrictamente literaria:El túnel (1948), Sobre héroes y tumbas (1961) y Abaddón el exterminador (1974); a pesar de ello, Ernesto Sábato figura entre los más destacados autores del Boomde la literatura hispanoamericana de los años 60. Con ellos compartió un afán renovador manifiesto en las técnicas narrativas (la superposición de tramas y la fusión de novela y ensayo fueron patentes desde su segunda novela), mientras que en lo temático se orientó hacia una indagación de signo existencialista sobre los abismos de la naturaleza humana y la pervivencia de la barbarie en la civilización moderna.


Ernesto Sábato
Ernesto Sábato se doctoró en física en la Universidad de la Plata (1938) e inició una prometedora carrera como investigador científico en París, donde había ido becado para trabajar en el célebre Laboratorio Curie. Allí trabó amistad con los escritores y pintores del movimiento surrealista, en especial con André Breton, quien alentó la vocación literaria de Sábato y despertó su fascinación por los arcanos del inconsciente, motivo que sería recurrente en su obra. En París comenzó a escribir su primera novela, La fuente muda, de la que sólo publicaría un fragmento en la revista Sur.
En 1940, de regreso en Argentina, comenzó a dictar clases en la Universidad Nacional de La Plata, pero se vio obligado a abandonar la enseñanza tras perder su cátedra a causa de unos artículos que escribió contra Perón. Aquel mismo año publicó su ensayo Uno y el Universo (1945), en el que criticaba el reduccionismo en el que desemboca el enfoque científico y la deshumanización de la ciencia; tales ideas y una honda crisis vocacional y existencial padecida dos años antes lo orientaron definitivamente a la literatura. La obra prefiguraba buena parte de los rasgos fundamentales de su producción literaria y ensayística: brillantez expositiva, introspección, psicologismo y cierta grandilocuencia retórica.
Su carrera literaria estuvo influida desde el principio por el experimentalismo y por el alto contenido intelectual de sus obras, marcadas por una problemática de raíz existencialista. Así, El túnel (1948) ahonda en las contradicciones e imposibilidades del amor, mientras que Sobre héroes y tumbas (1961) presenta una estructura más compleja; los diversos niveles de la narración enlazan vivencias personales del autor y episodios de la historia argentina en una reflexión caracterizada por un creciente pesimismo. Ambas novelas tuvieron gran repercusión y otorgaron a Sábato un puesto prominente entre los grandes autores argentinos y latinoamericanos del siglo.
Extraordinaria muestra de sus aptitudes para el relato de corte psicológico, El túnel(1948) fue rápidamente traducida a diversos idiomas y llevada al cine. La narración tiene indudable originalidad y valores psicológicos relevantes: la confesión de Castel, que ha cometido un crimen pasional, enfrenta al hombre de hoy con una sociedad desquiciada y resalta los contrastes con pincel agudo y lleno de color. El estilo está en consonancia con el tema, dentro de un desequilibrado equilibrio.

La pintura fue otra de las pasiones de Sábato
Sobre héroes y tumbas (aunque publicada en 1961, la edición definitiva es de 1966) es su obra más ambiciosa. La compleja construcción de esta novela y los diversos registros del habla rioplatense que el autor plasma en ella se alejan tanto del tecnicismo formal como de la dispersión. La pericia narrativa de Sábato consiste, justamente, en hacer pasar desapercibidas para el lector las evidentes dificultades compositivas que supone la historia de la joven Alejandra y, a través de ella, la del país.
La novela es contada a través de tramas paralelas y circulares; se presenta por un lado a los últimos miembros de una declinante familia de la oligarquía bonaerense; por otro, el funesto desenlace de la trayectoria vital del general Juan Lavalle: tras caer en combate durante una sublevación contra Rosas (1841), sus seguidores llevaron su cadáver al exilio. Pero la línea central de la obra es la atormentada pasión entre dos jóvenes contrapuestos, Martín y Alejandra. Sobre el padre de Alejandra, Fernando Vidal, pende la culpa de un incesto, y su familia está genéticamente predispuesta a la locura: el abismo personal e histórico comulgan en un mismo plano.
Fernando reconoce que su largo aprendizaje en la perversidad no tenía otro fin que situarle en posición de dar cumplimiento a esa necesaria búsqueda de lo subterráneo que cristaliza en su alucinante "Informe sobre ciegos", texto que constituye la tercera parte de la novela y que puede ser leído, como de hecho lo fue, con entera autonomía. Una vez adquirido este terrible saber vuelve a la vida para ser asesinado por su hija y amante, la cual, a su vez, busca su propia catarsis en el fuego, abrasándose entre los familiares recuerdos de la historia de su patria, en la casa natal.
Además de obtener un éxito de público impresionante, Sobre héroes y tumbas situó a Ernesto Sábato en la primera línea del llamado Boom de la literatura hispanoamericana, fenómeno editorial que, en la década de 1960, supuso el descubrimiento internacional de los narradores del continente: sus compatriotasJorge Luis Borges y Julio Cortázar, los mexicanos Juan Rulfo y Carlos Fuentes, el colombiano Gabriel García Márquez y el peruano Mario Vargas Llosa son algunos de los grandes autores que, junto a Ernesto Sábato, arrancaron de la superación del realismo que había caracterizado la novela europea y norteamericana de entreguerras para construir, por diversos caminos, una narrativa de altísimo nivel, unánimemente aplaudida por los lectores y la crítica.
Su tercera novela, Abaddón el exterminador (1974), se centra en torno a consideraciones sobre la sociedad contemporánea y sobre el pueblo argentino, su condición «babilónica» y su presente, que adquieren en la novela una dimensión surreal, en que se funden realidad y ficción en una visión apocalíptica. La novela comienza con la breve reseña de "algunos acontecimientos producidos en la ciudad de Buenos Aires en los comienzos del año 1973", acontecimientos que, en buena medida, tienen que ver con la instauración de la dictadura militar que sumió en el terror a Argentina a lo largo de una década; uno de los referidos sucesos no es otro que la muerte de un estudiante, en el sótano de una comisaría, a manos de sus torturadores.
El resto de la narración pretende ayudar a comprender estos acontecimientos, si bien el método utilizado por Sábato dista de basarse en el científico; los argumentos utilizados por el novelista son "confesiones, diálogos y algunos sueños". Además, y ésta es una nueva singularidad de la novela, el propio autor es uno de los personajes, que vive y habla con sus criaturas, procedentes algunas de ellas deSobre héroes y tumbas. El camino seguido para explicar la barbarie no pasa, al menos de forma preferente, por la sociología o la historia; es más bien un viaje al fondo de la propia noche, una búsqueda de la barbarie inconsciente, que no siempre presenta, cuando se manifiesta, un rostro sanguinario, sino también la mueca jocosa de lo grotesco o de lo insustancial.

Sábato entrega a Alfonsín el informe de la CONADEP (1984)
El reconocimiento internacional acabó por convertir a Ernesto Sábato en una autoridad dentro de la sociedad argentina, una suerte de formador de opinión que, por paradójico que parezca, al asumir ese papel se fue alejando progresivamente de la actividad literaria. Desde mediados de la década de 1970, más que un escritor consagrado, Sábato representó una conciencia moral que actuaba como un llamado de alerta frente a una época que él no dudó en calificar de "sombría".
Esa identificación entre Sábato y la autoridad ética quedó muy reforzada por su labor como presidente de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP), para la que fue designado en 1983 por el entonces presidente de la República, Raúl Alfonsín. Los meses que dedicó a investigar la represión durante el anterior gobierno militar no le dejaron aliento ni espacio para la literatura; finalizados los trabajos de la comisión, resumió aquella dura experiencia con las siguientes palabras: "He estado en el infierno". La conclusiones de la comisión quedaron recogidas en las cincuenta mil páginas del llamado Informe Sábato. En 1984 fue galardonado con el Premio Cervantes.
La obra de Sábato, que ha sido prestigiada con numerosos premios internacionales y difundida en múltiples traducciones, incluye además multitud de ensayos, comoHombres y engranajes (1951), El escritor y sus fantasmas (1963), El otro rostro del peronismo (1956), Tango: discusión y clave (1963), La cultura en la encrucijada nacional (1973), Tres aproximaciones a la literatura de nuestro tiempo (1974),Apologías y rechazos (1979), Antes del fin (1998), La resistencia (2000) y España en los diarios de mi vejez (2004). El narrador y ensayista argentino se dedicó además a la pintura, otra de sus pasiones; en sus últimos años se vio aquejado de un grave problema de visión.

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