miércoles, 22 de julio de 2020

CAROLINE ELIZABETH SARAH NORTON EL AMOR NO

CAROLINE ELIZABETH SARAH NORTON
EL AMOR NO
¡El Amor no! ¡Escuchen, desgraciados hijos del barro!
La corona alegre de la esperanza se teje con flores terrenales,
Cosas que se hacen para decaer y desaparecer,
Aunque hayan florecido por unas breves horas.
El Amor no.

¡El Amor no! Aquello que amas bien puede cambiar:
Los rosados labios pueden dejar de regalarte sonrisas,
El deseo de sus ojos puede convertirse en una mirada fría,
El corazón aún palpita, sin ser verdadero.
El Amor no.

¡El Amor no! Aquello que amas bien puede morir,
Tal vez se desvanezca en la tierra de la felicidad,
En las estrellas silenciosas, el azul y sonriente cielo
Brilla sobre su tumba, como sobre su nacimiento.
Sobre el Amor no.

¡El Amor no! Una vanidosa advertencia pronunció
Que en estas horas, como en los años que han pasado,
El enamorado dibuja un halo sobre el rostro amado,
Impecable, inmortal, hasta que cambie o muera.
El Amor no.

22 DE JULIO DE 1990 MUERE MANUEL PUIG

22 DE JULIO DE 1990 MUERE 

MANUEL PUIG

(General Villegas, 1932 - Cuernavaca, 1990) Novelista argentino que a través de su afición por el cine y el uso paródico del habla coloquial creó una singular obra literaria. Fascinado por el séptimo arte, su industria y sus estrellas preferidas (Greta Garbo, Marlene Dietrich y Rita Hayworth), se vinculó en Buenos Aires a las vanguardias artísticas; marchó a Italia a estudiar cine y luego a Nueva York, donde amplió sus conocimientos.


Su infancia transcurrió en el aislamiento de la pampa bonaerense. En 1951, una beca le permitió estudiar cinematografía en Roma (asistió a unos cursos de Cesare Zavattini) y trabajó luego en varios films como ayudante de dirección. La influencia del cine sobre su narrativa no es sólo de orden técnico, sino también social y ambiguamente temático, y configura su mensaje en la medida en que, al igual que el serial radiofónico, sirve al autor como marco y modelo que encuadran sentimentalmente la cursilería de la pequeña clase media. Dos rasgos merecen añadirse: el original enfoque del autor, que es implacablemente objetivo y de un humor ambiguo, y su predilección por personajes femeninos.

La propia actriz consintió en que utilizase su nombre en la novela La traición de Rita Hayworth (1968), que relata la iniciación amorosa de un adolescente a través de escenas de comedia rosa de Hollywood. Se trata de una evocación de su infancia pueblerina que resultó finalista en España del premio Biblioteca Breve. El periódico francés Le Monde la proclamó una de las mejores novelas del bienio 1968-1969. La estructura de la obra se basa en la superposición de distintos recursos que ponen de manifiesto las fantasías y alienaciones de los personajes.

Manuel Puig regresó a Buenos Aires, donde publicó Boquitas pintadas (1969), de la que afirmó era un folletín con el cual, sin renunciar a los experimentos estilísticos iniciados en su primera novela, intentaba una nueva forma de literatura popular; esta obra resultó, igualmente, un éxito de público, pero dividió la opinión de los críticos. Su tercera novela, The Buenos Aires Affair (1973) encuentra su marco apropiado en el género policial pero, a su vez, cada capítulo se halla precedido por una cita cinematográfica. Fue secuestrada en Argentina y obligó a Puig a exiliarse, primero en Brasil y después en México.


En El beso de la mujer araña, que fue llevada al cine y adaptada al teatro, abordó los temas del compromiso político y la homosexualidad. La obra transcurre en la cárcel, donde un homosexual refiere casi sin cesar a un preso político argumentos de películas clásicas con cuyas heroínas se identifica plenamente. A continuación publicó Pubis angelical (1979), que relata dos historias paralelas: una imaginaria, situada en los años treinta primero en Europa y luego en Hollywood, y real la segunda, protagonizada por una mujer enferma en una clínica.

Le siguieron Maldición eterna a quien lea estas páginas (1980), Sangre de amor correspondido (1982) y Cae la noche tropical (1988), una pieza teatral (Bajo un manto de estrellas, 1983) y dos guiones cinematográficos, La cara del villano y Recuerdo de Tijuana (ambos de 1985). Murió por falta de atención médica adecuada y dejó inconclusa su novela Humedad relativa: 95%. Su obra es uno de los experimentos mejor logrados de acercar la cultura popular a la literatura.

martes, 21 de julio de 2020

IDEA VILLARIÑO CALLARSE

IDEA VILLARIÑO 
CALLARSE
Ya no será ya no. Un perfil de Idea Vilariño | Una antología poética
Estoy temblando 
está temblando el árbol desnudo y en espejos
cantando
y cantando está la luna
riendo
sin silencios
la lírica y romántica
flauta y en cielo en hoz
por vez primera
se abren su luz cereza y el estiércol.

No se pueden quejar ni las mañanas
ni el ardiente sopor que por lo estéril
no canto más no canto
ni puedo deshacer en primavera
ni negarla y beber
ni matar sin querer
ni andar a tientas
ya que el aire está duro
y hay monedas locuras
esperando
la marca del el agua
en desazón riendo
riéndose riendo.

Ah si encono si entonces
ya no quiero
ya no pude se pasa nunca alcanza
una ola se vaga la marea
se desconcierta así
y el sol no existe aquí más que en palabras
Pero en cambio en el cielo
caben muchas pero muchas. A veces
se molestan se muerden
en los labios. 

GERLILIBROS-GERLILIBROS-GERLILIBROS

domingo, 19 de julio de 2020

JUAN RULFO MACARIO

JUAN RULFO
MACARIO
Macario (Cuento de Juan Rulfo) Radio Zacatecas - YouTube
Estoy sentado junto a la alcantarilla aguardando a que salgan las ranas. Anoche, mientras estábamos cenando, comenzaron a armar el gran alboroto y no pararon de cantar hasta que amaneció. Mi madrina también dice eso: que la gritería de las ranas le espantó el sueño. Y ahora ella bien quisiera dormir. Por eso me mandó a que me sentara aquí, junto a la alcantarilla, y me pusiera con una tabla en la mano para que cuanta rana saliera a pegar de brincos afuera, la apalcuachara a tablazos… Las ranas son verdes de todo a todo, menos en la panza. Los sapos son negros. También los ojos de mi madrina son negros. Las ranas son buenas para hacer de comer con ellas. Los sapos no se comen; pero yo me los he comido también, aunque no se coman, y saben igual que las ranas. Felipa es la que dice que es malo comer sapos. Felipa tiene los ojos verdes como los ojos de los gatos. Ella es la que me da de comer en la cocina cada vez que me toca comer. Ella no quiere que yo perjudique a las ranas. Pero, a todo esto, es mi madrina la que me manda a hacer las cosas… Yo quiero más a Felipa que a mi madrina. Pero es mi madrina la que saca el dinero de su bolsa para que Felipa compre todo lo de la comedera. Felipa sólo se está en la cocina arreglando la comida de los tres. No hace otra cosa desde que yo la conozco. Lo de lavar los trastes a mí me toca. Lo de acarrear leña para prender el fogón también a mí me toca. Luego es mi madrina la que nos reparte la comida. Después de comer ella, hace con sus manos dos montoncitos, uno para Felipa y otro para mí. Pero a veces Felipa no tiene ganas de comer y entonces son para mí los dos montoncitos. Por eso quiero yo a Felipa, porque yo siempre tengo hambre y no me lleno nunca, ni aun comiéndome la comida de ella. Aunque digan que uno se llena comiendo, yo sé bien que no me lleno por más que coma todo lo que me den. Y Felipa también sabe eso… Dicen en la calle que yo estoy loco porque jamás se me acaba el hambre. Mi madrina ha oído que eso dicen. Yo no lo he oído. Mi madrina no me deja salir solo a la calle. Cuando me saca a dar la vuelta es para llevarme a la iglesia a oír misa. Allí me acomoda cerquita de ella y me amarra las manos con las barbas de su rebozo. Yo no sé por qué me amarra mis manos; pero dice que porque dizque luego hago locuras. Un día inventaron que yo andaba ahorcando a alguien; que le apreté el pescuezo a una señora nada más por nomás. Yo no me acuerdo. Pero, a todo esto, es mi madrina la que dice lo que yo hago y ella nunca anda con mentiras. Cuando me llama a comer, es para darme mi parte de comida, y no como otra gente que me invitaba a comer con ellos y luego que me les acercaba me apedreaban hasta hacerme correr sin comida ni nada. No, mi madrina me trata bien. Por eso estoy contento en su casa. Además, aquí vive Felipa. Felipa es muy buena conmigo. Por eso la quiero… La leche de Felipa es dulce como las flores del obelisco. Yo he bebido leche de chiva y también de puerca recién parida; pero no, no es igual de buena que la leche de Felipa… Ahora ya hace mucho tiempo que no me da a chupar de los bultos esos que ella tiene donde tenemos solamente las costillas, y de donde le sale, sabiendo sacarla, una leche mejor que la que nos da mi madrina en el almuerzo de los domingos… Felipa antes iba todas las noches al cuarto donde yo duermo, y se arrimaba conmigo, acostándose encima de mí o echándose a un ladito. Luego se las ajuareaba para que yo pudiera chupar de aquella leche dulce y caliente que se dejaba venir en chorros por la lengua… Muchas veces he comido flores de obelisco para entretener el hambre. Y la leche de Felipa era de ese sabor, sólo que a mí me gustaba más, porque, al mismo tiempo que me pasaba los tragos, Felipa me hacia cosquillas por todas partes. Luego sucedía que casi siempre se quedaba dormida junto a mí, hasta la madrugada. Y eso me servía de mucho; porque yo no me apuraba del frío ni de ningún miedo a condenarme en el infierno si me moría yo solo allí, en alguna noche… A veces no le tengo tanto miedo al infierno. Pero a veces sí. Luego me gusta darme mis buenos sustos con eso de que me voy a ir al infierno cualquier día de éstos, por tener la cabeza tan dura y por gustarme dar de cabezazos contra lo primero que encuentro. Pero viene Felipa y me espanta mis miedos. Me hace cosquillas con sus manos como ella sabe hacerlo y me ataja el miedo ese que tengo de morirme. Y por un ratito hasta se me olvida… Felipa dice, cuando tiene ganas de estar conmigo, que ella le cuenta al Señor todos mis pecados. Que irá al cielo muy pronto y platicará con Él pidiéndole que me perdone toda la mucha maldad que me llena el cuerpo de arriba abajo. Ella le dirá que me perdone, para que yo no me preocupe más. Por eso se confiesa todos los días. No porque ella sea mala, sino porque yo estoy repleto por dentro de demonios, y tiene que sacarme esos chamucos del cuerpo confesándose por mí. Todos los días. Todas las tardes de todos los días. Por toda la vida ella me hará ese favor. Eso dice Felipa. Por eso yo la quiero tanto… Sin embargo, lo de tener la cabeza así de dura es la gran cosa. Uno da de topes contra los pilares del corredor horas enteras y la cabeza no se hace nada, aguanta sin quebrarse. Y uno da de topes contra el suelo; primero despacito, después más recio y aquello suena como un tambor. Igual que el tambor que anda con la chirimía, cuando viene la chirimía a la función del Señor. Y entonces uno está en la iglesia, amarrado a la madrina, oyendo afuera el tum tum del tambor… Y mi madrina dice que si en mi cuarto hay chinches y cucarachas y alacranes es porque me voy a ir a arder en el infierno si sigo con mis mañas de pegarle al suelo con mi cabeza. Pero lo que yo quiero es oír el tambor. Eso es lo que ella debería saber. Oírlo, como cuando uno está en la iglesia, esperando salir pronto a la calle para ver cómo es que aquel tambor se oye de tan lejos, hasta lo hondo de la iglesia y por encima de las condenaciones del señor cura…: “El camino de las cosas buenas está lleno de luz. El camino de las cosas malas es oscuro.” Eso dice el señor cura… Yo me levanto y salgo de mi cuarto cuando todavía está a oscuras. Barro la calle y me meto otra vez en mi cuarto antes que me agarre la luz del día. En la calle suceden cosas. Sobra quién lo descalabre a pedradas apenas lo ven a uno. Llueven piedras grandes y filosas por todas partes. Y luego hay que remendar la camisa y esperar muchos días a que se remienden las rajaduras de la cara o de las rodillas. Y aguantar otra vez que le amarren a uno las manos, porque si no ellas corren a arrancar la costra del remiendo y vuelve a salir el chorro de sangre. Ora que la sangre también tiene buen sabor aunque, eso sí, no se parece al sabor de la leche de Felipa… Yo por eso, para que no me apedreen, me vivo siempre metido en mi casa. En seguida que me dan de comer me encierro en mi cuarto y atranco bien la puerta para que no den conmigo los pecados mirando que aquello está a oscuras. Y ni siquiera prendo el ocote para ver por dónde se me andan subiendo las cucarachas. Ahora me estoy quietecito. Me acuesto sobre mis costales, y en cuanto siento alguna cucaracha caminar con sus patas rasposas por mi pescuezo le doy un manotazo y la aplasto. Pero no prendo el ocote. No vaya a suceder que me encuentren desprevenido los pecados por andar con el ocote prendido buscando todas las cucarachas que se meten por debajo de mi cobija… Las cucarachas truenan como saltapericos cuando uno las destripa. Los grillos no sé si truenen. A los grillos nunca los mato. Felipa dice que los grillos hacen ruido siempre, sin pararse ni a respirar, para que no se oigan los gritos de las ánimas que están penando en el purgatorio. El día en que se acaben los grillos, el mundo se llenará de los gritos de las ánimas santas y todos echaremos a correr espantados por el susto. Además, a mí me gusta mucho estarme con la oreja parada oyendo el ruido de los grillos. En mi cuarto hay muchos. Tal vez haya más grillos que cucarachas aquí entre las arrugas de los costales donde yo me acuesto. También hay alacranes. Cada rato se dejan caer del techo y uno tiene que esperar sin resollar a que ellos hagan su recorrido por encima de uno hasta llegar al suelo. Porque si algún brazo se mueve o empiezan a temblarle a uno los huesos, se siente en seguida el ardor del piquete. Eso duele. A Felipa le picó una vez uno en una nalga. Se puso a llorar y a gritarle con gritos queditos a la Virgen Santísima para que no se le echara a perder su nalga. Yo le unté saliva. Toda la noche me la pasé untándole saliva y rezando con ella, y hubo un rato, cuando vi que no se aliviaba con mi remedio, en que yo también le ayudé a llorar con mis ojos todo lo que pude… De cualquier modo, yo estoy más a gusto en mi cuarto que si anduviera en la calle, llamando la atención de los amantes de aporrear gente. Aquí nadie me hace nada. Mi madrina no me regaña porque me vea comiéndome las flores de su obelisco, o sus arrayanes, o sus granadas. Ella sabe lo entrado en ganas de comer que estoy siempre. Ella sabe que no se me acaba el hambre. Que no me ajusta ninguna comida para llenar mis tripas aunque ande a cada rato pellizcando aquí y allá cosas de comer. Ella sabe que me como el garbanzo remojado que le doy a los puercos gordos y el maíz seco que le doy a los puercos flacos. Así que ella ya sabe con cuánta hambre ando desde que me amanece hasta que me anochece. Y mientras encuentre de comer aquí en esta casa, aquí me estaré. Porque yo creo que el día en que deje de comer me voy a morir, y entonces me iré con toda seguridad derechito al infierno. Y de allí ya no me sacará nadie, ni Felipa, aunque sea tan buena conmigo, ni el escapulario que me regaló mi madrina y que traigo enredado en el pescuezo… Ahora estoy junto a la alcantarilla esperando a que salgan las ranas. Y no ha salido ninguna en todo este rato que llevo platicando. Si tardan más en salir, puede suceder que me duerma, y luego ya no habrá modo de matarlas, y a mi madrina no le llegará por ningún lado el sueño si las oye cantar, y se llenará de coraje. Y entonces le pedirá, a alguno de toda la hilera de santos que tiene en su cuarto, que mande a los diablos por mí, para que me lleven a rastras a la condenación eterna, derechito, sin pasar ni siquiera por el purgatorio, y yo no podré ver entonces ni a mi papá ni a mi mamá que es allí donde están… Mejor seguiré platicando… De lo que más ganas tengo es de volver a probar algunos tragos de la leche de Felipa, aquella leche buena y dulce como la miel que le sale por debajo a las flores del obelisco…

viernes, 17 de julio de 2020

17 DE JULIO DE 1923 NACE ENRIQUE ÁNGEL ANGELELLI

17 DE JULIO DE 1923 NACE
ENRIQUE ÁNGEL ANGELELLI
Enrique Ángel Angelelli nació en Córdoba el 17 de julio de 1923, aunque fue anotado el 18. Fue el primer hijo del matrimonio que formaron Juan Angelelli y Angelina Carletti. Su bautismo quedó registrado el 30 de agosto en la Parroquia del Corazón de María, de Alta Córdoba, a cargo de los misioneros claretianos, cuya jurisdicción abarcaba la zona de quintas donde vivía su familia. En la misma parroquia recibió el sacramento de la confirmación el 1 de diciembre de 1927. Creció en un hogar de humildes inmigrantes italianos, que cultivaban hortalizas, en la zona norte de la ciudad, donde actualmente están ubicados los barrios Las Margaritas y La France. Allí cursó los primeros grados en la Escuela Misiones, haciendo la primera comunión en el Colegio del Huerto. Luego la familia se trasladó a la zona sudeste, cercana al “Camino a Sesenta Cuadras”. En Villa Eucarística, donde Don Juan se ocupó de la quinta de las Hermanas Adoratrices Españolas, Enrique terminó sus estudios primarios. A los 15 años, en 1938, ingresó al Seminario Metropolitano de Córdoba, donde estudió hasta mediados de 1948. Durante esos años, en 1944 hizo su práctica pastoral como seminarista integrando el grupo de Catecismo Ntra. Sra. de los Desamparados, en el Asilo de Ancianos San Vicente (actual parroquia de barrio Müller). Cursó el último año de teología en el Colegio Pio Latino en Roma, donde fue ordenado sacerdote el 9 de octubre de 1949. En 1951 obtuvo la Licenciatura en Derecho Canónico en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma.

Sacerdote

De regreso a su Córdoba natal, en septiembre de 1951, ejerció como Vicario Cooperador en la Parroquia San José de Barrio Alto Alberdi, atendiendo también a los enfermos del Hospital Clínicas. Fue designado Prosecretario de la Curia Arzobispal. En Europa había conocido el movimiento de la JOC (Juventud Obrera Católica) y a su fundador el P. José Cardjin, por lo que en 1953, canalizando su temprana opción por los pobres, asumió como asesor de JOC, con sede en la Capilla Cristo Obrero, radicándose en el Hogar Sacerdotal de la calle La Rioja 564, lugar de encuentro de sacerdotes, trabajadores y estudiantes. Desde este rol participó del equipo de redacción de la calificada revista “Notas de Pastoral Jocista”, donde quedaron registrados sus primeros escritos. Su diagnóstico de la realidad obrera contribuyó a generar nuevas condiciones de acercamiento luego de la persecución desatada tras el derrocamiento del presidente Juan Perón en 1955. Y ayudó a proteger a militantes del gremialismo perseguido.
A nivel eclesiástico fue designado en la Dirección Central Catequística Arquidiocesana y profesor en el Seminario Mayor de Córdoba y otros institutos de estudios. Colaboró como asesor de la pastoral universitaria y se desempeñó en cargos de su especialidad en la Curia Arquidiocesana.
Su temprana calvicie le valió el apodo de “Pelado”, que recibía con cariño de sus compañeros, colaboradores y amigos. Compenetrado con la realidad local, de la que asumió su cultura, también reflejada en la “chispa” de tonada cordobesa, tuvo relevantes actividades como sacerdote, lo que sumado a su carácter alegre, comunicativo, servicial y comprensivo, le generaron un amplio consenso tanto en el clero como entre los trabajadores, estudiantes y sectores barriales, adonde acostumbraba trasladarse en su moto Puma –2da.serie, a la que bautizó “Providencia”, porque “sólo arrancaba con la ayuda de Dios”. Fervoroso “hincha” de Instituto, siguió las alternativas de su club favorito durante todos los años de su vida cordobesa, pero también desde las lejanas tierras riojanas, donde le tocó después ejercer su apostolado episcopal.

Obispo Auxiliar

En diciembre de 1960 fue designado obispo titular de Listra y auxiliar de la arquidiócesis de Córdoba. Fue rector del Seminario Mayor y como obispo tuvo destacada participación en los diversos conflictos gremiales de los trabajadores mecánicos y municipales. Marcando una presencia episcopal diferente a las pomposidades propias de la época, se acercó a los sectores más humildes del campo y la ciudad. Ante las situaciones de dolor y miseria producto de las injusticias sociales, se hizo vocero en sus predicaciones y pronunciamientos públicos, para convocar a “campañas de solidaridad” que mitigaran el hambre y el abandono de los desposeídos. Definió su postura episcopal cuando, llamado a bendecir viviendas para los obreros en las canteras de cal de Malagueño, frente a patrones y obreros subrayó el valor del compromiso con “el Cristo sufriente encarnado en los obreros”;y prefirió almorzar con ellos, en lugar del espacio reservado junto a la patronal. Apoyó con firmeza la actuación de sacerdotes y religiosas comprometidos con los pobres, lo que en ocasiones le provocó conflictos con sectores de poder de la alta sociedad cordobesa.
Identificado con la renovación de la iglesia promovida por el Papa Juan XXIII, participó en los debates del Concilio Ecuménico Vaticano II en Roma, donde en 1965 junto a otros cuarenta y dos obispos firmó el “Pacto de las Catacumbas”, por una Iglesia servidora y pobre. Impulsó la renovación conciliar en Córdoba y acompañó a los sacerdotes en ese empeño, mediando en el conflicto de estos con el Arzobispo Castellano, lo que le acarreó la difamación del tradicionalismo cordobés y otros grupos como “Tradición, Familia y Propiedad”. En 1965, después de asumir el Arzobispo Raúl Francisco Primatesta lo volvió a designar como obispo auxiliar. Siguió predicando la renovación conciliar y acompañando a las parroquias del interior provincial, especialmente a las más alejadas. En el Episcopado Argentino, Mons. Angelelli integró desde 1967 a 1970 la COEPAL, Comisión Episcopal de Pastoral, y al finalizar el período fue responsable de Pastoral Popular.
Obispo de La Rioja
En julio de 1968 al trascender a la prensa la designación como obispo de La Rioja, el diario Córdoba publicó: “en la actualidad es considerado una de las figuras eclesiásticas de real gravitación en los medios obreros y gremiales del país”. A los 45 años de edad, el 24 de agosto de 1968 asumió como titular de la diócesis de La Rioja. En su escudo episcopal sintetizó su misión: “Justicia y Paz”.
En el nuevo escenario episcopal movilizó a los amplios sectores riojanos sumidos en la postergación. Plasmó la renovación conciliar en una pastoral diocesana con y desde el pueblo, invitando a la “corresponsabilidad” de sacerdotes, religiosas y laicos. Valorizando la historia y la cultura riojana potenció la religiosidad popular como afirmación de su identidad en la lucha por su propia dignidad. Promovió la formación de cooperativas de campesinos y alentó la organización sindical de los peones rurales, los mineros y las empleadas domésticas, con la participación de los cuatro decanatos en que se organizó la diócesis.
Su voz profética en defensa de los más débiles se hizo sentir. “La tierra es para todos; el agua es para todos, el pan es para todos”, dijo; y desde el Movimiento Rural Diocesano se creó la cooperativa CODETRAL reclamando la expropiación del latifundio Azzalini.
Los terratenientes y los sectores de poder ligados a la usura, la droga y la prostitución, que Mons. Angelelli denunció, promovieron campañas de difamaciones a través del diario El Sol. Y agresiones físicas, como las sufridas en Anillaco en junio de 1973 en ocasión de las fiestas patronales de San Antonio, cuando fue apedreado junto a sacerdotes y religiosas. Ante las calumnias, el Papa Pablo VI envió al Arzobispo Vicente Zazpe para confirmarlo en su fidelidad al Evangelio y alentarlo en su servicio a los más pobres.
La persecución a la iglesia riojana se incrementó luego de instaurada la dictadura militar en marzo de 1976, con el hostigamiento y las detenciones de sacerdotes, religiosas y laicos, y hasta con torturas. Le aconsejaron al Obispo que se alejara del escenario riojano pero rechazó la propuesta diciendo: “Eso es lo que quieren, que me vaya para que se dispersen las ovejas:” El 18 de julio del 76 fueron asesinados Fray Carlos Murias y el P. Gabriel Longueville en Chamical; y el 25 el dirigente cooperativista laico Wenceslao Pedernera, en Sañogasta en presencia de su esposa e hijas.
El 4 de agosto de 1976, cuando el obispo Angelelli retornaba a La Rioja, proveniente de Chamical, fue asesinado cerca de Punta de Los Llanos. En la sentencia del juicio realizado en el 2014, el Tribunal dijo: “Tenemos por cierto que la maniobra brusca que ocasionó el vuelco del vehículo que conducía Monseñor Angelelli y que desencadenó la muerte del Obispo y las heridas que pusieron en riesgo la vida de Arturo Pinto, se produjo por la intervención voluntaria e intencional del conductor no identificado de un vehículo color claro (blanco o gris) presumiblemente Peugeot 404, que se interpuso en la marcha”. Los jueces definieron que, según los informes y pericias médicas, la muerte fue instantánea al producirse el fuerte impacto de su cabeza sobre el asfalto, luego de ser expulsado por la puerta lateral izquierda con motivo de los vuelcos. Explicitaron también los móviles del crimen: “La relevancia que tenía para el poder militar la Pastoral de la Iglesia Riojana que desarrollaba Enrique Angelelli”; y “la documentación que celosamente guardaba Angelelli, producto de la investigación que días previos había llevado a cabo sobre el asesinato de los curas de Chamical y del laico de Sañogasta”.Agregaron que: “La Diócesis riojana – encabezada firmemente por la visión humanizante, de compromiso social junto a los pobres y auténticamente cristiana de Angelelli – conmovió, a partir de 1968, a una provincia marcada por grandes diferencias sociales, sectores rurales y poblaciones de extrema vulnerabilidad socioeconómica.”
La certeza judicial selló la convicción popular desde el mismo día del crimen. Y cada año las comunidades de La Rioja, Córdoba y otros lugares del país celebraron la memoria martirial en Punta de Los Llanos, el lugar de los hechos. En 1986 el juez Aldo Morales resolvió que la muerte del Obispo había sido un “homicidio fríamente premeditado y esperado por la víctima”. Luego se paralizaron las investigaciones hasta su definitiva reapertura en el 2006, que finalizó con la sentencia condenatoria a algunos de los responsables en el 2014.
En septiembre de 2016 concluyó en La Rioja la instrucción diocesana de la causa de canonización, a cargo del obispo Marcelo Colombo. En octubre ingresó en Roma a la Congregación para las Causas de los Santos, que decidió unificarla a la de los otros tres mártires riojanos. Concluida en 2018 la Positio, resumen de la causa canónica, con la documentación pertinente, será analizada por las comisiones de Teólogos y de Cardenales, quienes elevarán su dictamen al Papa Francisco para la resolución final en este proceso de beatificación.

jueves, 16 de julio de 2020

16 DE JULIO DE 1943 NACE REINALDO ARENAS

16 DE JULIO DE 1943 NACE
REINALDO ARENAS
Las agonías de Reinaldo Arenas, el escritor que desafió a Fidel Castro
(Holguín, 1943 - Nueva York, 1990) Novelista cubano cuya obra inicial se inscribió en la narrativa del boom latinoamericano, y cuyas últimas producciones son un testimonio doloroso y satírico de su vida, como en Antes que anochezca(1992).
Criado en el seno de una familia humilde y campesina, su adolescencia estuvo marcada por su unión a la insurrección castrista desde 1958. Con el triunfo de la Revolución, tuvo oportunidad de participar en el programa de educación del nuevo gobierno, donde su formación autodidacta se vio enriquecida por la frecuentación de dos maestros, J. Lezama Lima y V. Piñera, que avalaron sus tempranas publicaciones.
En 1962, cuando sólo contaba diecinueve años, apareció su primera y última novela editada en la isla, Celestino antes del alba, ya que el resto de su producción se publicó en el extranjero. Entrada la década de los años sesenta, fue víctima de las medidas del gobierno cubano contra los homosexuales y el acoso contra él aumentó hasta que en 1973 fue acusado de abuso sexual y arrestado: huyó y se convirtió en fugitivo por el interior de la isla, pero poco después se le detuvo y encarceló en la prisión de El Morro.
Finalmente, en 1980, por una amnistía gubernamental, pudo optar por el exilio. Se trasladó primero a Miami, donde no tuvo suerte, y luego a Nueva York, ciudad en la que se instaló definitivamente y continuó escribiendo, hasta que, enfermo de sida, decidió quitarse la vida en 1990, dejando más de veinte libros, que incluyen diez novelas, algunos poemas, relatos breves y obras de teatro.
En esa densa producción corresponde destacar El mundo alucinante (1965), Otra vez el mar y la autobiográfica Antes que anochezca, cuya versión cinematográfica se estrenó en 2001. El mundo alucinante fue llevada de contrabando a Francia, hecho que acentuó la hostilidad del gobierno cubano hacia el escritor; la obra es una recreación mítica de la vida del cura mexicano Servando Teresa de Mier. Otra vez el mar, una de sus novelas fundamentales, fue confiscada por la policía política; Reinaldo Arenas se vio obligado a reescribirla tres veces.
Otras obras que cabe mencionar son El palacio de las blanquísimas mofetas (1980), El central(1981), Termina el desfile (1981), Arturo, la estrella más brillante (1984), El color del verano (1991) y El asalto (1991). Arenas, junto a S. Sarduy, está considerado uno de los principales continuadores del neobarroquismo cubano inaugurado por la obra de Lezama Lima.

16 DE JULIO DE 1989 MUERE NICOLÁS GUILLÉN

16 DE JULIO DE 1989 MUERE
NICOLÁS GUILLÉN
5 poemas de Nicolás Guillén - Zenda
(Camagüey, 1902 - La Habana, 1989) Poeta cubano, considerado el máximo representante de la llamada poesía negra centroamericana, y poeta nacional de la isla por su obra ligada a la cultura afrocubana. Nicolas Guilléncursó un año de derecho en La Habana, antes de abandonar la universidad y volver a su ciudad donde trabajó como tipógrafo y se dedicó al periodismo en la redacción de El Camagüeyano, en cuyas páginas inició también su actividad literaria.
A partir de 1925 Nicolas Guillén se instaló en la capital donde participó activamente en la vida cultural y política de protesta, lo que le supuso breves arrestos y períodos de exilio en varias ocasiones. En 1937, cuando había publicado ya sus primeros tres libros, ingresó en el Partido Comunista de Cuba, fundado por su amigo y también poeta R. Martínez Villena, y participó en el célebre Congreso por la Defensa de la Cultura, realizado en Valencia en plena Guerra Civil española, donde conoció a P. Neruda, R. Alberti, F. García Lorca y O. Paz, y su obra alcanzó difusión europea.
A su regreso a Cuba, Nicolas Guillén dirigió la revista Mediodía y participó de los movimientos de vanguardia en las tribunas de Gaceta del Caribe y Revista Avance. Pasó luego años de exilio, viajando por Sudamérica, y en 1956 recibió el Premio Lenin de la Unión Soviética, hasta que el triunfo de la Revolución castrista, en 1959, le permitió regresar a la isla, donde desempeñó distintos cargos, como la presidencia de la Unión de Escritores, desde 1961, y misiones diplomáticas de relieve.
                                     
La obra poética de Nicolás Guillén

En cuanto a su actividad literaria, Guillén se inició en el posmodernismo, aunque pronto su producción se inscribió dentro de la llamada línea realista de los múltiples vanguardismos cubanos, cultivando como ningún otro autor la llamada poesía negra o antillana.
Desde su condición de mulato expresó con un peculiar sentido rítmico la temática del mestizaje, en un contexto social y político que manifestaba la dura opresión y servidumbre sufrida por el pueblo. En sus comienzos le caracterizó incluso una fonética afrocubana, que más tarde abandonó para desmarcarse de la tradición oral folclórica.
A esta primera época pertenecen Motivos de son (1930) y Sóngoro cosongo (1931). Poco después, con West Indies Limited (1934) se alejó del mero ejercicio rítmico para incorporar la protesta política y antiimperialista, orientándose hacia una cólera militante y comprometida con el hombre.
El poema más conocido del libro, Balada de los dos abuelos, indicó la madura aceptación de lo africano y de lo español en una misma sangre: el abuelo blanco y el abuelo negro, que evocan además la crueldad del tráfico de esclavos. En poemas como Sensemayá y La muerte del Ñeque se inspiró en ritos y creencias africanos, sin que ello supusiera un rechazo de la cultura blanca.
Nicolas Guillén siguió evolucionando en la dirección de las preocupaciones políticas y sociales con Cantos para soldados y sones para turistas (1937), donde todavía conservó formas propias del canto y de la danza afrocubana al mismo tiempo que se hicieron ya evidentes algunos de los rasgos estilísticos que predominaron en su lírica posterior, como el uso frecuente que hizo de onomatopeyas "jitanjáforas" que aparecieron abundantemente en la obra del fundador del futurismo, el italiano F. Marinetti, y la creada por el vanguardista cubano M. Brull, así como la rima aguda, las reiteraciones o la enumeración.
En el mismo año de 1937 lanzó una acusación hacia el impacto y la injusticia de la Guerra Civil española y del asesinato de F. García Lorca, en Poemas en cuatro angustias y una esperanza. Después, aunque conservó siempre una particular claridad expresiva popular, el elemento rítmico fue decreciendo en beneficio de un tono más elevado y ambicioso desde El son entero (1947) hasta La paloma de vuelo popular (1958) y sus poesías en sazón revolucionaria de Antología mayor (1964), donde mostró su compromiso con la Revolución cubana y los desheredados del mundo.
Además, su poesía se hizo eco también de las inquietudes neorrománticas y metafísicas del momento, como la trascendencia del amor y la muerte que ocuparon un espacio importante en su obra. Otras obras en esta dirección fueron: Tengo (1964), donde manifestó su júbilo ante la Cuba revolucionaria y Poemas de Amor, que apareció el mismo año. Más tarde publicó títulos como El gran zoo (1967), La rueda dentada (1972), El diario de a diario (1972) y Por el mar de las Antillas anda un barco de papel (1977). Además, en Prosa de prisa (1975-1976) recogió una selección de sus trabajos periodísticos. Y aún dentro de su poesía cabe destacar el singular Poemas para niños y mayores de edad (1977), donde siguió demostrando su gran capacidad para conjugar preocupaciones diversas y encontrar formas de expresión constantemente renovadas.

miércoles, 15 de julio de 2020

15 DE JULIO DE 2003 MUERE: ROBERTO BOLAÑO

15 DE JULIO DE 2003 MUERE:
ROBERTO BOLAÑO

(Santiago, 1953 - Barcelona, 2003) Escritor chileno afincado en España desde finales de la década de 1970. Autor de extraordinario talento, forzó los límites de la literatura en una serie de novelas con las que se consagró como una de las voces más importantes y personales de la narrativa latinoamericana. En sólo una década, en una suerte de carrera contra la adversidad, Bolaño dejó atrás la marginalidad y “se convirtió en un cuentista y novelista central, quizás el más destacado de su generación, sin duda el más original y el más infrecuente”, en palabras del también escritor chileno Jorge Edwards.
Roberto Bolaño Ávalos nació en Santiago el 28 de abril de 1953, hijo de León Bolaño, transportista, y de Victoria Ávalos, profesora. Pasó su infancia en Viña del Mar, donde cursó sus primeros estudios, en Quilpué y en Cauquenes. En Quilpué realizó a los diez años su primer trabajo como boletero en una línea de autobuses que cubría el trayecto Quilpué-Valparaíso.

Roberto Bolaño
En 1968 la familia se trasladó a Ciudad de México, donde Roberto pasó su adolescencia concentrado en la lectura, encerrado durante horas en la biblioteca pública. Pronto decidió que quería ser escritor y empezó a trabajar como articulista en diferentes medios. Al cumplir los veinte años quiso regresar a Chile. Corrían los días previos al golpe de estado y Bolaño se incorporó a la resistencia, pero fue arrestado. Tras ocho días en la cárcel (fue liberado gracias a la intercesión de dos detectives que resultaron ser ex compañeros de colegio), decidió volver a México y dedicarse de lleno a la literatura.
En México fundó, junto con un grupo de poetas mexicanos, un movimiento de vanguardia denominado infrarrealismo, y en 1975 vio finalmente publicados sus primeros trabajos, reunidos en la antología poética Poetas infrarrealistas mexicanos. Sin embargo, “hastiado de lo literario”, abandonó México y partió primero para El Salvador, donde conoció al poeta Roque Dalton, y posteriormente a Europa. Tras viajar por varios países europeos y por el continente africano, finalmente decidió establecerse en España.
No fue una época fácil; estaba solo, sin papeles, tenía dificultades económicas… Trabajó en múltiples oficios (fue lavaplatos, camarero, vigilante nocturno, basurero, descargador de barcos, vendimiador...) hasta que pudo mantenerse mediante su participación en certámenes literarios. Todas estas experiencias las convertiría, más adelante, en materia de su ficción.
En 1984 publicó, en colaboración con Antoni García Porta, su primera novela,Consejos de un discípulo de Morrison a un fanático de Joyce, con la que obtuvo el premio Ámbito Literario. Ese mismo año lanzó La senda de los elefantes, que fue galardonada con el premio Félix Urabayen.
Dos años después fijó su residencia en la población costera de Blanes (Girona), donde, sin abandonar su interés por la poesía, se centró cada vez más en la narrativa. Trabajaba en un pequeño estudio apenas a cincuenta metros de su casa, siguiendo algunos rituales imprescindibles: música de rock de la década de 1970, una infusión de manzanilla con miel y tabaco, muchísimos cigarrillos. Escribía tres folios al día; si las cosas iban bien, hasta diez. Cuidaba mucho de la estructura de sus libros y reescribía mucho.
En 1993 los médicos le diagnosticaron una grave enfermedad hepática. A partir de entonces Bolaño se obsesionó con dejar un legado literario de importancia y se dedicó aún con mayor ahínco a la escritura y multiplicó sus publicaciones. Ese mismo año vieron la luz Los perros románticos, un recopilatorio de la obra poética creada entre 1977 y 1990, y la novela La pista de hielo. En 1996 presentó La literatura nazi en América y Estrella distante, y en 1997 la compilación de cuentosLlamadas telefónicas, que le valió el premio Municipal de Santiago de Chile, el más importante en su país.
Producción desenfrenada
El año 1998 fue sin duda un año clave en la vida de Roberto Bolaño, que poco antes había empezado a publicar en Anagrama. Aquel año su novela Los detectives salvajes recibió dos importantes distinciones: el premio Herralde de novela y el premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos “por la calidad de la obra y su novedosa apuesta narrativa”. La novela, en la que destaca “el humor derrochado, poco frecuente en la literatura escrita en español”, narra las aventuras de dos hombres embarcados en la búsqueda de una escritora mexicana desaparecida durante la revolución. Los esfuerzos por encontrarla se prolongarán desde 1976 hasta 1996.
Poco después de este reconocimiento público, y tras veinticinco años de ausencia, Bolaño visitó Chile. A raíz de esta visita surgió una nueva novela, un cuadro alegórico del Chile pinochetista, cargado de fantasmas, torturadores y toques de queda, titulada Nocturno de Chile (2000) y calificada por el editor Jorge Herralde de “pequeña obra de arte escalofriante”.
El mismo año de la aparición de Nocturno de Chile, Bolaño entró en lista de espera para un trasplante de hígado. Su estado de salud empeoraba, y decidió consagrar “lo que me quede de vida” a la que debía ser su obra cumbre, 2666. “Consciente de la sombra que la muerte había proyectado sobre él” (Enrique Vila-Matas), siguió escribiendo hasta su fallecimiento, el 14 de julio de 2003, víctima de una insuficiencia hepática. Pocos días antes había asistido en Sevilla al I Encuentro de Autores Latinoamericanos, su última aparición pública, y había entregado a su editor el manuscrito del libro de cuentos El gaucho insufrible.
En 2004 Anagrama publicó 2666, la novela póstuma de Bolaño, una pentalogía de más de mil páginas, centrada en la figura de un enigmático escritor alemán llamado Von Archimboldi, en la que el autor muestra su gran variedad de registros literarios. Según el crítico Ignacio Echevarría, se trata de la “obra maestra” del autor, una “novela total, sin ningún matiz intimidante o plúmbeo, que toca los grandes temas, como la muerte, el mal o la trascendencia […] una obra polifónica, donde los registros cambian mucho, desde lo policiaco hasta lo épico”.
2666 mereció el premio Salambó, que otorgan los propios escritores a la mejor novela escrita en castellano, “por abrumadora mayoría” (Rosa Montero, miembro del jurado). El jurado la definió como “el resumen de una obra de mucho peso, donde se decanta lo mejor de la narrativa de Roberto Bolaño”, una novela que “contiene mucha literatura, que supone un gran riesgo y lleva al extremo el lenguaje literario de su autor”. 2666 fue galardonada además con el premio a la novela “con mejor acogida entre la prensa especializada” concedido por la Fundación José Manuel Lara Hernández.
También en 2004 se publicó Entre paréntesis, un recopilatorio de artículos, conferencias y otros textos publicados en varios medios de comunicación y producto de la actividad periodística y pública de Bolaño entre 1998 y 2003. Otras obras del autor son Amuleto (1999), Monsieur Pain (1999), Putas asesinas (2001), un libro de relatos protagonizados por personajes extremos, Una novelita lumpen (2002) yAmberes, publicada en 2002 pero escrita veintidós años antes, cuando Bolaño, recién llegado a Barcelona, trabajaba por las noches en un camping de Castelldefels.

15 DE JULIO DE 1919 NACE: IRIS MURDOCH

15 DE JULIO DE 1919 NACE:
IRIS MURDOCH
(Jean O. Bayley, Dublín, 1919 - Oxford, 1999) Narradora y ensayista inglesa. Su infancia transcurrió en Londres. De 1938 a 1942 estudió filosofía y literatura en el Somerville College de Oxford donde aprendió latín y griego y lenguas modernas. De 1948 a 1963 dio clases de filosofía en Oxford y entre 1942 y 1944 trabajó en el Tesoro Británico y luego en Bruselas, en las Naciones Unidas.
Durante la última parte de su vida padeció el mal de Alzheimer. Escribió más de treinta novelas, obras de teatro y volúmenes de poesía. Su primer libro publicado fue Sartre, el racionalista romántico (1953), un estudio sobre el filósofo francés y su sistema de ideas. Bajo la red (1954) fue su primera novela.
Algunas novelas de su primer período, como La campana (The Bell, 1958) o The Red and the Green (1965), que se desarrolla en el marco de la insurrección de 1916 en Dublín, siguen la tradición histórica y psicológica de la novela del siglo XIX. Otras obras, en cambio, muestran una tendencia a la narración alegórica y mítica, y representan la condición humana a través de personajes creados artificialmente, como en A Severed Head (1961); La muchacha italiana (An Italian Girl, 1964), testigo externo de tormentosos acontecimientos en un ambiente de clase media-alta dominado por los instintos; The Time of Angels (1966), donde los personajes ilustran el pensamiento filosófico en un mundo secularizado, o en la más madura El sueño de Bruno (Bruno's Dream, 1969), que trata el tema del aprendizaje de la muerte.
Después de 1968 planteó el tema del inconsciente, y su estilo se volvió más minucioso e introspectivo, las tramas se hicieron más intrincadas y llenas de violencia, a causa de las combinaciones de todo tipo de amores, y por medio de misteriosos y sorprendentes efectismos. Además, el lenguaje utilizado en las novelas se refinó cada vez más, con fragmentos de gran virtuosismo, empleando progresivamente paralelismos culturales con la mitología clásica y oriental, adquiriendo un valor literario y artístico metanarrativo. Entre sus obras técnicamente más ambiciosas se encuentran El Príncipe Negro (The Black Prince, 1973), escrito en forma de diario de un escritor, publicado póstumamente por un amigo editor, que añadió al mismo algunos comentarios que revelan diversas versiones de los hechos, y El mar, el mar (The Sea, the Sea, 1978), que desvela lentamente su paralelismo con la shakespeariana La tempestad, a medio camino entre el diario y la autobiografía imaginaria de un director.
El estilo de Murdoch es una compleja combinación de intelectualismo y temas sórdidos, de cotidianidad y metafísica. Los personajes de sus obras no dejan de confrontar sus ideas y existencia con las grandes obras de la cultura, y padecen una angustia tanto emocional como intelectual, porque se les escapa el sentido de sus vidas ante las preguntas capitales que se hacen.
Son protagonistas controvertidos, inmersos en su conciencia; una parte de ellos puede ser diabólica y la otra no cesa de preguntarse por la razón edificante y positiva de la vida y la moral: los héroes de sus novelas suelen ser por ello intelectuales, escritores, pintores, científicos o filósofos. También analizó la homosexualidad, el incesto y la impotencia, sobre todo en sus personajes masculinos.
Algunos críticos la han comparado con su predecesora del siglo XIX, G. Eliot (seudónimo de Mary Ann Evans Cross), aunque otros opinan que su estilo e ideas enérgicas tienen más que ver con la fuerza de W. Shakespeare y F. Dostoievski por el equilibrio entre lo sobrenatural y la realidad, además de otras influencias como las de pensadores en la línea de Ludwig Wittgenstein y S. Weil.
Sus novelas también se pueden leer como escenarios donde el pensamiento occidental se debate en un campo de batalla: obras de ideas o de argumentos filosóficos, aunque rodeadas de una aureola de misterio. Cierto sadismo perverso de sus tramas colinda con una "filosofía del bien". Según sus propias palabras, "es indudable que somos criaturas espirituales, sometidas a la atracción de la perfección y hechas para el Bien".
Escribió también una serie de trabajos críticos radicales acerca de corrientes filosóficas modernas como el kantismo, el existencialismo y el utilitarismo, donde argumentó la incapacidad de tales sistemas para responder a los problemas del hombre contemporáneo. A medio camino entre el género filosófico y de ficción, escribió un diálogo, Acastos, que aunque tiene lugar en la Atenas del siglo V a.C., examina el mundo contemporáneo. Su último trabajo, Existentialists and Mystics, se publicó en 1997.

lunes, 13 de julio de 2020

13 DE JULIO DE 1934 NACE: WOLE SOYINKA

13 DE JULIO DE 1934 NACE:

WOLE SOYINKA

(Nombre literario de Akinwande Oluwole Soyinka; Abeokuta, 1934) Dramaturgo, poeta, novelista y crítico nigeriano en lengua inglesa; fue el primer escritor africano negro que recibió el premio Nobel de Literatura (1986).

Descendiente de la etnia Yoruba, de rica y poderosa tradición cultural, estudió en la universidades de Ibadan, Nigeria, y Leeds, Inglaterra. Allí fue influido por el estudioso shakespeareano Wilson Knight y por el ambiente de experimentación de la década de 1950. En ese período escribió dos comedias que fueron representadas en Londres: The Swamp Dwellers y la célebre The Lion and the Jewel.
En 1963, con motivo de la celebración de la independencia de Nigeria, escribió su primera obra de consideración: La danza de los bosques, una sátira acerca de los problemas de una nación joven a la vez que una crítica de la edulcoración del pasado, en un estilo que mezclaba las técnicas de vanguardia con el folclore africano. En 1965, publicó la novela Los intérpretes, que ha sido comparada, por la complejidad de su técnica y por su calidad artística, con las tentativas literarias de J. Joyce y W. Faulkner.
Durante la guerra civil en Nigeria, Soyinka fue encarcelado durante 22 meses, experiencia que describió en un conmovedor libro: El hombre ha muerto (1972), y en la novela La estación del caos (1973). En 1972 se exilió voluntariamente, inaugurando una intensa etapa en la que escribió cuatro notables piezas de teatro:Las metamorfosis del hermano JeroThe Bacchae of EuripidesMadmen and Specialists y La muerte y los caballeros del rey. En 1976 publicó el que se considera su más importante libro de ensayos: Myth, Literature and the African World.
La combinación armoniosa de una experimentación audaz y el amor por las raíces yorubas ha sido siempre una característica de su literatura. Esto lo llevó a polemizar con los representantes de la negritud, de quienes dijo: "El tigre no necesita hacer alarde de su tigritud". En 1994 se vio forzado al exilio, del que no pudo regresar hasta 1998.
Cabe destacar también su autobiografía Aké, los años de la niñez (1981), cuyo título proviene del nombre de la aldea en que creció y en la que describe, de un modo vívido e imaginativo, su infancia y educación bajo las tradiciones yorubas. Obras posteriores son Beautification of Area Boy (1995) y The gay's never die (2000). Publicó también el libro Clima de miedo (2007), que recoge cinco textos escritos en 2004 para el ciclo de conferencias Reith de la cadena británica BBC.

domingo, 12 de julio de 2020

12 DE JULIO DE 1708 NACE: JUANA AZURDUY

12 DE JULIO DE 1708 NACE:

JUANA AZURDUY
(Juana Azurduy de Padilla; Chuquisaca, 1780 - Jujuy, 1860) Heroína de la independencia del Alto Perú (actual Bolivia). Descendiente de una familia mestiza, quedó huérfana en edad muy temprana. Pasó los primeros años de su vida en un convento de monjas de su provincia natal, Chuquisaca, la cual era entonces sede de la Real Audiencia de Charcas.
En 1802 contrajo matrimonio con Manuel Ascencio Padilla, con quien tendría cinco hijos. Tras el estallido de la revolución independentista de Chuquisaca el 25 de mayo de 1809, Juana y su marido se unieron a los ejércitos populares, creados tras la destitución del virrey y al producirse el nombramiento de Juan Antonio Álvarez como gobernador del territorio. El caso de Juana no fue una excepción; muchas mujeres se incorporaban a la lucha en aquellos años.
Juana colaboró activamente con su marido para organizar el escuadrón que sería conocido como Los Leales, el cual debía unirse a las tropas enviadas desde Buenos Aires para liberar el Alto Perú. Durante el primer año de lucha, Juana se vio obligada a abandonar a sus hijos y entró en combate en numerosas ocasiones, ya que la reacción realista desde Perú no se hizo esperar. La Audiencia de Charcas quedó dividida en dos zonas, una controlada por la guerrilla y otra por los ejércitos leales al rey de España.
En 1810 se incorporó al ejército libertador de Manuel Belgrano, que quedó muy impresionado por el valor en combate de Juana; en reconocimiento a su labor, Belgrano llegó a entregarle su propia espada. Juana y su esposo participaron en la defensa de Tarabuco, La Laguna y Pomabamba.
Mención especial merece la intervención de Juana Azurduy en la región de Villar, en el verano de 1816. Su marido tuvo que partir hacia la zona del Chaco y dejó a cargo de su esposa esa región estratégica, conocida también en la época como Hacienda de Villar. Dicha zona fue objeto de los ataques realistas, pero Juana organizó la defensa del territorio y, en una audaz incursión, arrebató ella misma la bandera del regimiento al jefe de las fuerzas enemigas y dirigió la ocupación del Cerro de la Plata. Por esta acción y con los informes favorables de Belgrano, el gobierno de Buenos Aires, en agosto de 1816, decidió otorgar a Juana Azurduy el rango de teniente coronel de las milicias, las cuales eran la base del ejército independentista de la región.
Tras hacerse cargo el general José de San Martín de los ejércitos que pretendían liberar Perú, la estrategia de la guerra cambió. San Martín quería atacar Lima a través del Pacífico, por lo que era necesario, para poder desarrollar su estrategia, la liberación completa de Chile. Esta decisión dejó a la guerrilla del Alto Perú en condiciones muy precarias; Juana y su marido vivieron momentos extremadamente críticos, tanto que sus cuatro hijos mayores murieron de hambre.
Poco tiempo después Juana, que esperaba a su quinto hijo, quedó viuda tras la muerte de su marido en la batalla de Villar (14 de septiembre de 1816). El cuerpo de su marido fue colgado por los realistas en el pueblo de la Laguna, y Juana se halló en una situación desesperada: sola, embarazada y con los ejércitos realistas controlando eficazmente el territorio. Tras dar a luz a una niña, se unió a la guerrilla de Martín Miguel de Güemes, que operaba en el norte del Alto Perú. A la muerte de este caudillo se disolvió la guerrilla del norte, y Juana se vio obligada a malvivir en la región de Salta.
Tras la proclamación de la independencia de Bolivia en 1825, Juana Azurduy intentó en numerosas ocasiones que el gobierno de la nueva nación le devolviera sus bienes para poder regresar a su ciudad natal, pero a pesar de su prestigio no consiguió una respuesta favorable de los dirigentes políticos. Murió en la provincia argentina de Jujuy a los ochenta años de edad, en la más completa miseria: su funeral costó un peso y fue enterrada en una fosa común. Sólo póstumamente se le reconocerían el valor y los servicios prestados al país.

16 DE JUNIO DE 1955 ES BOMBARDEADA LA PLAZA DE MAYO

16 DE JUNIO DE 1955 ES BOMBARDEADA LA PLAZA DE MAYO Pocas veces en la historia mundial, miembros de las Fuerzas Armadas de un país, con la c...