viernes, 30 de octubre de 2015

30 DE OCTUBRE DE 1821 NACE FIÓDOR DOSTOIEVSKI

 30 DE OCTUBRE DE 1821  NACE 
 FIÓDOR DOSTOIEVSKI 
(Fiódor Mijailovich Dostoievski; Moscú, 1821 - San Petersburgo, 1881) Novelista ruso. Educado por su padre, un médico de carácter despótico y brutal, encontró protección y cariño en su madre, que murió prematuramente. Al quedar viudo, el padre se entregó al alcohol, y envió finalmente a su hijo a la Escuela de Ingenieros de San Petersburgo, lo que no impidió que el joven Dostoievski se apasionara por la literatura y empezara a desarrollar sus cualidades de escritor.
A los dieciocho años, la noticia de la muerte de su padre, torturado y asesinado por un grupo de campesinos, estuvo cerca de hacerle perder la razón. Ese acontecimiento lo marcó como una revelación, ya que sintió ese crimen como suyo, por haber llegado a desearlo inconscientemente. Al terminar sus estudios, tenía veinte años; decidió entonces permanecer en San Petersburgo, donde ganó algún dinero realizando traducciones.
La publicación, en 1846, de su novela epistolar Pobres gentes, que estaba avalada por el poeta Nekrásov y por el crítico literario Belinski, le valió una fama ruidosa y efímera, ya que sus siguientes obras, escritas entre ese mismo año y 1849, no tuvieron ninguna repercusión, de modo que su autor cayó en un olvido total.
En 1849 fue condenado a muerte por su colaboración con determinados grupos liberales y revolucionarios. Indultado momentos antes de la hora fijada para su ejecución, estuvo cuatro años en un presidio de Siberia, experiencia que relataría más adelante en Recuerdos de la casa de los muertos. Ya en libertad, fue incorporado a un regimiento de tiradores siberianos y contrajo matrimonio con una viuda con pocos recursos, Maria Dmítrievna Isáieva.
Tras largo tiempo en Tver, recibió autorización para regresar a San Petersburgo, donde no encontró a ninguno de sus antiguos amigos, ni eco alguno de su fama. La publicación de Recuerdos de la casa de los muertos (1861) le devolvió la celebridad. Para la redacción de su siguiente obra, Memorias del subsuelo (1864), también se inspiró en su experiencia siberiana. Soportó la muerte de su mujer y de su hermano como una fatalidad ineludible. En 1866 publicó El jugador, y la primera obra de la serie de grandes novelas que lo consagraron definitivamente como uno de los mayores genios de su época, Crimen y castigo. La presión de sus acreedores lo llevó a abandonar Rusia y a viajar indefinidamente por Europa junto a su nueva y joven esposa, Ana Grigorievna. Durante uno de esos viajes su esposa dio a luz una niña que moriría pocos días después, lo cual sumió al escritor en un profundo dolor.
A partir de ese momento sucumbió a la tentación del juego y sufrió frecuentes ataques epilépticos. Tras nacer su segundo hijo, estableció un elevado ritmo de trabajo que le permitió publicar obras como El idiota (1868) o Los endemoniados (1870), que le proporcionaron una gran fama y la posibilidad de volver a su país, en el que fue recibido con entusiasmo. En ese contexto emprendió la redacción de Diario de un escritor, obra en la que se erige como guía espiritual de Rusia y reivindica un nacionalismo ruso articulado en torno a la fe ortodoxa y opuesto al decadentismo de Europa occidental, por cuya cultura no dejó, sin embargo, de sentir una profunda admiración.
En 1880 apareció la que el propio escritor consideró su obra maestra, Los hermanos Karamazov, que condensa los temas más característicos de su literatura: agudos análisis psicológicos, la relación del hombre con Dios, la angustia moral del hombre moderno y las aporías de la libertad humana. Máximo representante, según el tópico, de la «novela de ideas», en sus obras aparecen evidentes rasgos de modernidad, sobre todo en el tratamiento del detalle y de lo cotidiano, en el tono vívido y real de los diálogos y en el sentido irónico que apunta en ocasiones junto a la tragedia moral de sus personajes.

30 DE OCTUBRE DE 1885 NACE EZRA POUND

30 DE OCTUBRE DE 1885 NACE
EZRA POUND

(Hailey, EE UU, 1885-Venecia, Italia, 1972) Poeta estadounidense. Tras graduarse en la Universidad de Pensilvania en lenguas románicas, se instaló en Londres en 1908; ese mismo año apareció A lume spento, con el que comenzó un período de intensa producción, como demuestra la publicación de Personae (1909), Provença (1910), Canzoni (1911), Sonetos y baladas de Guido Cavalcanti (1912), Cathay (1915), Lustra (1916) y Hugh Selwyn Mauberley (1920).
En 1925 se editaron en París, adonde se había trasladado pocos años antes, los dieciséis primeros Cantos, su obra más ambiciosa, que luego amplió y reeditó a lo largo de toda su vida, y entre los que se cuentan los Cantos pisanos (1949) y los Cantares (1956). En ellos incluye versos en diversas lenguas, y adapta y retoma materiales procedentes de otros autores y de varias tradiciones, incluso de China.
Enemigo del romanticismo y del discurso lógico, su obra resulta extremadamente compleja y difícil. Influyó, entre otros, sobre T. S. Eliot, su principal discípulo, y James Joyce, además de dirigir y aconsejar en sus primeros pasos literarios en París a su amigo Ernest Hemingway. Durante los años treinta publicó diversos ensayos sobre literatura y política, entre los que destacan Cómo leer (1931), ABC de la economía (1933), ABC de la lectura (1934).
En esa época se trasladó a Italia y manifestó su simpatía por el fascismo. Durante la Segunda Guerra Mundial, de 1941 a 1943, realizó emisiones radiofónicas de propaganda para el régimen de Mussolini. A la caída de Italia, fue detenido por los aliados; declarado paranoico por los psiquiatras del ejército, permaneció doce años encerrado en un sanatorio cerca de Washington. Cuando en 1958 recobró la libertad, se trasladó definitivamente a Italia.
PAUL VALÉRY

Los pasos
Pasos nacidos de un silencio
tenue, sagradamente dados,
hacia el recinto de mis sueños
vienen tranquilos, apagados.

Rumores puros y divinos,
todos los dones que descubro
-¡oh blandos pasos reprimidos!-
llegan desde tus pies desnudos.

Si en el convite de tus labios
recoge para su sosiego
mi pensamiento -huésped ávido-
el vivo manjar de tu beso.

Avanza con dulzura lenta,
con ternura de ritmos vagos:
como ha vivido de tu espera,
mi corazón marcha en tus pasos.

PAUL VALÉRY

Los pasos (otra versión)

Tus pasos,
por el silencio creados,
avanzan santa, lentamente,
hacia el lecho de mi impaciente vigilar,
fríos, callados.

Queridos,
adorados pasos mudos,
que sin oír mis ansias adivinan,
¡Qué regalos celestes se encaminan
hacia mi lecho
en unos pies desnudos.

Si, para mi sueño obseso,
tu bocas haces avanzar
yo preparo el paladar
al alimento de un beso.

No lo apresures,
ten calma,
dulzura de ser no siendo,
que de esperar voy viviendo
y son tus pasos
mi alma.

Versión de Charles Dampierre

30 DE OCTUBRE DE 1871 NACE: PAUL VALÉRY

 30 DE OCTUBRE DE 1871  NACE:  
 PAUL VALÉRY  













(Paul Ambroise Valéry, Sète, 1871-París, 1945) Escritor francés. Su obra poética, que prolonga la tradición de Mallarmé, está considerada como una de las más importantes de la poesía francesa del siglo XX. Su obra ensayística es la de un hombre escéptico y tolerante, que despreciaba las ideas irracionales y la inspiración poética, y creía en la superioridad moral y práctica del trabajo, la conciencia y la razón.
Estudió derecho en Montpellier, donde también publicó sus primeras poesías: «Sueño», en la Revue maritime (1889); Élevación de la luna», en Le Courier libre (1889); «La marcha imperial», en La Revue indépendante, y «Narciso habla», en La Conque (1891). Su amistad con Pierre Louïs le abrió las puertas del París literario, donde conoció a André Gide y a Stéphane Mallarmé (1891), a quien le uniría una gran amistad. Su amor no correspondido por una tal Madame Rovira precipitó una crisis, que le llevó, en 1892, a renunciar a la poesía y a consagrarse al culto exclusivo de la razón y la inteligencia.
En 1894 se instaló en París, y al año siguiente publicó los ensayos filosóficos Introducción al método de Leonardo da Vinci y La velada con el señor Edmond Teste; este último, aparecido en la revista Le Centaure, fue el primero de una serie de diez fragmentos donde expone el poder de la mente por entero volcada en la observación y deducción de los fenómenos.
Tras trabajar como funcionario del Ministerio de Guerra (1895), fue secretario particular de Édouard Lebey (1900-1920), uno de los directores de la agencia Havas. Obtuvo gran notoriedad con la publicación del largo poema La joven Parca (1917), y de dos volúmenes de versos, Álbum de versos antiguos (1920) y Cármenes (1922) -que incluye su poema El cementerio marino, considerado el prototipo de la «poesía pura» de Valéry-, y en 1925 ingresó en la Academia Francesa.
Sus obras siguientes fueron diálogos en prosa: Eupalinos o el Arquitecto (1923) y El alma y la danza (1923). Posteriormente publicó una recopilación de ensayos y conferencias (Variedad, 5 vols., 1924-1944), y una serie de obras, como Rhumbs (1926), Analecta (1927), Literatura (1929), Miradas al mundo actual (1931), Malos pensamientos y otros (1941), y Tal cual (1941-1943), consideradas el diario intelectual de Valéry. Fue profesor de poética del Colegio de Francia (1937-1943). Escribió también para el teatro los ballets Amphion (1931) y Semíramis (1934), a los que Arthur Honegger puso música, y compuso el libreto de La cantata de Narciso (1942), con música de Germaine Tailleferre.
Póstumamente aparecieron el drama Mi Fausto (1946), y también Historias rotas (1950), Cartas a algunos (1952), Correspondencia con André Gide (1955), Descartes (1961) y, a partir de 1956, los numerosos volúmenes de sus Cuadernos.

sábado, 17 de octubre de 2015

17 DE OCTUBRE NACE:

LEOPOLDO MARÍA PANERO

(Madrid, 1948 - Las Palmas de Gran Canaria, 2014) Poeta español. En sus versos, de signo culturalista y heterodoxo, y a través de su experiencia en centros psiquiátricos, elaboró una compleja visión del mundo. Hijo del poeta Leopoldo Panero, fue incluido por José María Castellet en la antología Nueve novísimos poetas españoles (1970), con versos extraídos de su primera obra, Por el camino de Swan (1968). En Así se fundó Carnaby Street (1970) profundizó en una línea culturalista y anticonvencional, tanto ideológica como desde el punto de vista de la expresión. Después de Teoría (1973), Narciso en el acorde último de las flautas (1979), Dioscuros (1982) y el volumen Poesía 1970-1985 (1986), su producción se caracteriza por un malditismo visionario derivado de sus problemas mentales, y su adicción al alcohol y las drogas. Su terrible experiencia quedó reflejada en Poemas del manicomio de Mondragón (1987), Piedra negra o del temblor (1992), y Heroína y otros poemas (1992). Ha publicado también Guarida de un animal que no existe (1998) y Abismo (1999).

Leopoldo María Panero

Desde su primera juventud, su actitud rebelde e inconformista le acarreó serios problemas de adaptación. Este comportamiento empezó a conformar una imagen concreta y a esbozar el camino vital y creativo que iba a seguir Leopoldo María Panero. El aura de malditismo romántico que empezó a crearse alrededor de su figura a partir de su adolescencia fue tanto obra suya como de las circunstancias externas (fundamentalmente, del constreñimiento familiar y educativo).

Sus duras vivencias en la cárcel (con diversos intentos de suicidio), el alcoholismo y la adicción a las drogas marcaron una poesía hipersensible que bascula entre la lucidez y la locura con un sustrato muy importante en el sentimiento de la pérdida de la niñez y del desvanecimiento de la felicidad y la inocencia, entendido como proceso de destrucción. Muchas de sus referencias poéticas vienen del mundo mágico y fantasioso de la infancia, claves para entender su obra.

Ello quedó reflejado en sus primeros títulos: Por el camino de Swan (1968) y, sobre todo, Así se fundó Carnaby Street (1970). En este último libro las referencias a figuras como T. S. Eliot, el Che Guevara o Sacco y Vanzetti se mezclan con otras a Mary Poppins, el Mago de Oz, Peter Pan o Tarzán, personajes procedentes del cuento infantil, del cómic o del cine, ámbito también muy importante en la imaginería personal del poeta. En 1970 su nombre apareció en la célebre antología de José María Castellet Nueve novísimos poetas españoles.

En la década de 1970 aparecieron Teoría (1973), Narciso en el acorde último de las flautas (1979) y la obra en prosa En lugar del hijo (1976). En estas obras afianza Panero el soporte culturalista, así como la trasgresión de las convenciones sociales e ideológicas, y especialmente de las expresivas. A esas trasgresiones no se oponen demasiadas alternativas, sino que (como en sus admirados escritores malditos) se muestran caminos de destrucción por la vía de un dolor que, sin embargo, es siempre susceptible de ser poetizado. En esta etapa creativa fueron desvelándose otros temas recurrentes como el sexo (traducido en incesto, homofilia, sadismo, necrofilia y coprofilia), el humor (que exprime la comicidad de lo trágico con resultados siniestros) o la locura, entendida como un desvelamiento del sueño de la normalidad.

Con el tiempo, el tema de la locura y su expresión (incluyendo experiencias psiquiátricas y psicoanalíticas) fue adquiriendo tintes verdaderamente dramáticos debido a su trayectoria vital, ya que vivió largas temporadas en el manicomio de Mondragón (Guipúzcoa). De esta vivencia surgió un importante conjunto de poemas, Poemas del manicomio de Mondragón (1987), algunos de ellos recogidos entre los compañeros del psiquiátrico. Además de esta obra, en la década de 1980 escribió Last river together (1980), El que no ve (1980), Dioscuros (1982), una recreación personal del mundo clásico, y El último hombre (1983), en el que aparece el haiku y rinde homenaje en un largo poema a su querido Ezra Pound.

En 1990 apareció Contra España y otros poemas de no amor, donde se advierte una mayor accesibilidad, y en 1992 Piedra negra o del temblor y Heroína y otros poemas. Capítulo aparte es la obra Tensó, que Leopoldo María Panero escribió en colaboración con el italiano Claudio Rizzo, fuera del manicomio de Mondragón. Señalada aún más si cabe por la locura y el desvarío, en 1998 publicó la obra Mi cerebro es una rosa. Textos insólitos.

Otros de sus títulos son Cuentos de terror de la literatura anglosajona (1978), Dos relatos y una perversión (1984), El globo rojo. Antología de la locura (1989), Aviso a los civilizados (1991), Suplicio en la cruz (2001) y Me amará cuando esté muerto (2001). La figura de Leopoldo María Panero quedó descarnadamente retratada, junto al recuerdo de sus padres y hermanos, en las películas El desencanto (Jaime Chávarri, 1976) y su continuadora Después de tantos años (Ricardo Franco, 1994).





ARTHUR RIMBAUD

El Baile de los Ahorcados.

En la horca negra, amable manco,
bailan, bailan los paladines,
los descarnados actores del diablo;
danzan que danzan sin fin
los esqueletos de Saladín.
¡Monseñor Belcebú tira de la corbata
de sus títeres negros, que al cielo gesticulan,
y al darles en la frente un revés del zapato
les obliga a bailar ritmos olvidados!
Sorprendidos, los títeres, juntan sus brazos gráciles:
como un órgano negro, los pechos horadados ,
que antaño damiselas gentiles abrazaban,
se rozan y entrechocan, en espantoso amor.
¡Hurra!, alegres danzantes que perdisteis la panza ,
trenzad vuestras cabriolas pues el escenario es amplio,
¡Que no sepan, por Dios, si es danza o es batalla!
¡Furioso, Belcebú rasga sus violines!
¡Rudos talones; nunca su sandalia se gasta!
Todos se han despojado de su toga de piel:
lo que queda no asusta y se ve sin escándalo.
En sus cráneos, la nieve ha puesto un gorro blanco.
El cuervo es la cimera de estas cabezas rotas;
cuelga un jirón de carne de su flaca barbilla:
parecen, cuando giran en sombrías refriegas,
rígidos paladines, con bardas de cartón.
¡Hurra!, ¡que el cierzo azuza en el vals de los huesos!
¡y la horca negra muge cual órgano de hierro!
y responden los lobos desde bosques morados:
rojo, en el horizonte, el cielo es un infierno...

jueves, 15 de octubre de 2015

15 DE OCTUBRE DE 70 A.C. NACE :

VIRGILIO

(Publio Virgilio Marón, en latín Publius Vergilius Maro; Andes, hoy Pietole, actual Italia, 70 a.C.-Brindisi, id., 19 a.C.) Poeta latino. Aunque hijo de padres modestos, Virgilio estudió retórica y lengua y filosofía griegas en Cremona, Milán, Roma y Nápoles.

Si bien no intervino de modo directo en la vida política, desde muy pronto Virgilio disfrutó del apoyo de mecenas y amigos, como Cayo Mecenas, el poeta Horacio e incluso Octavio, el futuro emperador Augusto, en parte propiciado por el éxito de su primera obra mayor, las Bucólicas, en las que desarrolla muchos temas de la tradición pastoril, tomados sobre todo de los Idilios de Teócrito, aunque introdujo numerosas alusiones a personajes y situaciones de su época.

Incitado por sus protectores, escribió las Geórgicas, en apoyo de la política imperial de relanzar la agricultura en Italia, en las cuales recrea la belleza de la vida campesina y sus distintos aspectos: labranza, ganadería y apicultura.

La vertiente pública de la poesía de Virgilio llegó a su cima cuando afrontó la tarea de escribir un ambicioso poema patriótico a imagen de las grandes epopeyas homéricas, la Eneida, que debía cantar las virtudes del pueblo romano y cimentar una mitología propia para la nación. Para ello escogió la conocida figura legendaria del héroe troyano Eneas. Durante otros doce años trabajó en la composición de esta su obra maestra, poema épico que incluye doce cantos.

Al principio, Eneas logra huir del desastre de Troya llevando sobre los hombros a su anciano padre, Anguises, y a su hijo Ascanio de la mano; reúne una flota y zarpa con los supervivientes troyanos rumbo a Tracia, Creta, Epiro y Sicilia, antes de abordar las costas de África. Luego relata los amores de la reina de Cartago, Dido, con Eneas, y el suicidio de ella tras la partida del héroe. Tras un interludio, la última parte narra la llegada de Eneas a Italia, y la guerra que sostiene con Turno, rey de los rútulos; la victoria le otorga la mano de Lavinia, princesa del Lacio.

Según Virgilio, el linaje romano procede del hijo de Eneas, Ascanio, que habría fundado la ciudad de Roma. El modelo homérico está presente tanto a nivel formal como temático, aunque es visible también la influencia de poetas romanos como Ennio, Lucrecio y Apolonio de Rodas.

El verso de Virgilio en la Eneida fue considerado en su propia época, y a partir de entonces, como modelo de perfección literaria tanto por su equilibrio métrico como por su musicalidad. Sin embargo, el poeta no pudo terminar su obra, pues en el 19 a.C. emprendió un viaje por Grecia y Asia con la intención de corroborar sobre el terreno las referencias paisajísticas y geográficas de su obra maestra, práticamente finalizada para entonces, y para profundizar en el estudio de la filosofía. Durante el viaje enfermó gravemente, y en su lecho de muerte pidió a sus amigos Vario y Plocio que destruyeran la Eneida, por considerarla imperfecta, ruego que no fue atendido por orden de Augusto.

Se atribuye asimismo a Virgilio la composición de un conjunto de obras menores de carácter épico, elegíaco y didáctico, conocido como el Appendix vergiliana, que quizás podrían ser obras de juventud, aunque no está bien dilucidada su autoría. El renombre de que gozó fue enorme no sólo en su época, sino a lo largo de toda la Edad Media, que le consideró como un cristiano anticipado, e incluso se llegó a ver en una de sus Bucólicas una profecía de la llegada del Mesías. En su Divina Comedia, Dante lo convirtió en su guía a través del Infierno y el Purgatorio, y le consideró su maestro.
15 DE OCTUBRE DE 1926 NACE:

MICHEL FOUCAULT


Michel Foucault
(Poitiers, Francia, 1926-París, 1984) Filósofo francés. Estudió filosofía en la École Normale Supérieure de París y, ejerció la docencia en las universidades de Clermont-Ferrand y Vincennes, tras lo cual entró en el Collège de France (1970).
Influido por Nietzsche, Heidegger y Freud, en su ensayo titulado Las palabras y las cosas (1966) desarrolló una importante crítica al concepto de progreso de la cultura, al considerar que el discurso de cada época se articula alrededor de un «paradigma» determinado, y que por tanto resulta incomparable con el discurso de las demás. Del mismo modo, no podría apelarse a un sujeto de conocimiento (el hombre) que fuese esencialmente el mismo para toda la historia, pues la estructura que le permite concebir el mundo y a sí mismo en cada momento, y que se puede identificar, en gran medida, con el lenguaje, afecta a esta misma «esencia» o convierte este concepto en inapropiado.

En una segunda etapa, Foucault dirigió su interés hacia la cuestión del poder, y en Vigilar y castigar (1975) realizó un análisis de la transición de la tortura al encarcelamiento como modelos punitivos, para concluir que el nuevo modelo obedece a un sistema social que ejerce una mayor presión sobre el individuo y su capacidad para expresar su propia diferencia.

De ahí que, en el último volumen de su Historia de la sexualidad, titulado La preocupación de sí mismo (1984), defendiese una ética individual que permitiera a cada persona desarrollar, en la medida de lo posible, sus propios códigos de conducta. Otros ensayos de Foucault son Locura y civilización (1960), La arqueología del saber (1969) y los dos primeros volúmenes de la Historia de la sexualidad: Introducción (1976) y El uso del placer (1984).

miércoles, 14 de octubre de 2015

EDWARD ESTLIN CUMMINGS

Hombre no...

Hombre no, si los hombres son dioses; mas si los dioses
han de ser hombres, el único hombre, a veces, es éste
(el más común, porque toda pena es su pena;
y el más extraño: su gozo es más que alegría)

un demonio, si los demonios dicen la verdad; si los ángeles

en su propia generosamente luz total se incendian,
un ángel; o (daría todos los mundos
antes que ser infiel a su destino infinito)
un cobarde, payaso, traidor, idiota, soñador, bruto:

tal fue y será y es el poeta,

aquel que toma el pulso al horror por defender
con el pecho la arquitectura de un rayo de sol
y por guardar el latido del monte entre sus manos
selvas eternas con su desdicha esculpe.

14 DE OCTUBRE DE 1888 NACE:

KATHERINE MANSFIELD

(Kathleen Beauchamp; Wellington, Nueva Zelanda, 1888 - Fontainebleau, Francia, 1923) Narradora neozelandesa que cultivó la novela corta y el cuento breve, convirtiéndose en una de las autoras más representativas del género. A pesar de pertenecer cronológicamente al grupo constituido por autores como James Joyce, D. H. Lawrence, Virginia Woolf y E. M. Forster, quienes liquidaron el conformismo victoriano sobre las pautas trazadas por el Lord Jim de Joseph Conrad, Mansfield representa un caso aparte en la literatura anglosajona de la época, pues, de forma análoga a la del ruso Antón Chéjov, supo captar la sutileza del comportamiento humano.
Pasó la mayor parte de su infancia en Yarori, pequeña ciudad situada no lejos de Wellington, y a los catorce años fue enviada a Inglaterra, donde frecuentó el Queen's College de Londres. Luego volvió, en 1906, a Nueva Zelanda. Ya cuando niña empezó a manifestar un talento vivo y la conciencia de una libertad moral que habían de imprimir en su obra narrativa el sello de una profunda originalidad.
Después de haber permanecido en el hogar durante dos años, obtuvo de su padre una modesta asignación que le permitió residir de nuevo en Londres, siquiera pobremente. En 1909 contrajo matrimonio con George Bowden, de quien muy pronto se divorciaría, y dos años más tarde publicó su primer libro de narraciones, In a German Pension (1911), revelador de una personalidad compleja y de difícil definición, así como de un estilo original en el que se advierten acusadas influencias de Chéjov.
Las sucesivas colecciones de cuentos, Felicidad (1921), Garden-Party (1922), La casa de muñecas (1922) y El nido de palomas y otros cuentos (1923), la impusieron rápidamente a la atención de la crítica y del público como uno de los mayores talentos narrativos de la época. En 1918 se unió al célebre crítico inglés John Middleton Murry, que escribiría una de sus más cariñosas biografías (1949); sin embargo, este vínculo resultó asimismo tempestuoso, y conoció frecuentes y prolongadas separaciones.
Junto a John permaneció Mansfield hasta el final en Francia, donde su nombre llegó pronto a ser famoso en los círculos literarios, sobre todo por su amistad con F. Careo; y bajo el sol meridional buscó remedio a la tuberculosis, que, no obstante, truncaría su existencia a los treinta y cinco años, en el apogeo de la madurez artística.
Se ha dicho que, como ocurrió con Keats, la sutil dolencia padecida por Mansfield puede considerarse una de las razones de su particular visión del mundo, dominada por una sensibilidad finísima que la inclina a entregarse con todas sus fuerzas al instante presente, que la escritora analiza con una vigilancia y una seguridad extremadas. Ello dio a su Diario (1933) y a sus cartas (The Letters of K. M., 1934), textos publicados póstumamente, y también a su poesía y a su obra narrativa, el carácter singular fruto de una compleja e interesantísima personalidad de mujer y escritora.

14 DE OCTUBRE DE  1894 NACE:

EDWARD ESTLIN CUMMINGS

Poeta norteamericano nacido en Cambridge (Massachusetts) en 1894 y muerto en 1962. Después de terminar su educación en Harvard, escribió su primer libro, Enormous Room (1922), una historia que dura tres meses en un campo de concentración en 1917. Con este libro consiguió un inmediato prestigio internacional debido a su prosa brillante y sus visiones iconoclastas, con Dos Passos, Robert Graves, T. E. Lawrence y V Larbaud entre sus primeros admiradores.
En 1923 apareció Tulips and Chimneys, el primero de doce recopilaciones de poesía. Muy influido por Swinburne y Pound y muy marcado por Dada, sus primeros poemas llamaron la atención más por su tipografía experimental y su técnica que por su fuerza lírica: la franqueza de su vocabulario y la agudeza de su sátira también fueron motivo de escándalo. En Eimi (1933), el diario tipográficamente difícil pero encantador de un viaje a Rusia, se muestra desilusionado con sus ideas socialistas y desde entonces su trabajo reflejará unos puntos de vista sociales y políticos cada vez más reaccionarios. Sin embargo, sus últimas poesías muestran mayor profundidad y simplicidad. Sus otros trabajos incluyen ensayos, obras de teatro y Tom (1935), un ballet clásico basado en La Cabaña del Tío Tom de H. B. Stowe.
Cummings abrió nuevas perspectivas a toda una generación de poetas americanos y británicos, incluyendo a Auden y Spender. Sus Complete Poems: 1910-1962 se publicaron en 1980, después de su muerte.

sábado, 10 de octubre de 2015


10 DE OCTUBRE DE 2002 GANA EL PREMIO NOBEL:

IMRE KERTÉSZ


(Budapest, 1929) Escritor húngaro de origen judío, superviviente de los campos de exterminio nazis. Imre Kertész nació en Budapest en 1929, en el seno de una modesta familia judía asimilada (esto es, no practicante). Por razones cronológicas y geopolíticas, le tocaba vivir un destino judío, con todas las consecuencias que a la sazón esto conllevaba.

Él no había elegido nada de lo que luego inapelablemente se convirtió en su destino. «Yo había vivido un destino determinado; no era mi destino pero lo había vivido (medita el álter ego del autor en su novela Sin destino, cuando al volver del campo de concentración intenta entenderse con algunos supervivientes de su familia y de su vecindad). No comprendía cómo no les entraba en la cabeza que ahora tendría que vivir con ese destino, tendría que relacionarlo con algo, conectarlo con algo, al fin y al cabo ya no bastaba con decir que había sido un error, una equivocación, un caso fortuito o que simplemente no había ocurrido.» Por increíble que parezca, al futuro autor de estas meditaciones no le costó mucho conectar su infame experiencia con la realidad cotidiana de su nueva vida.

Imre Kertész

Su libro Sin destino, con cierto contenido autobiográfico, es para muchos la mejor novela sobre el Holocausto y una de las grandes obras de la literatura contemporánea. En el verano de 1944 el húngaro llegó a ser la lengua más hablada en Auschwitz. Casi medio millón de judíos magiares deportados de un mes a otro contribuyeron a esa mutación lingüística en el campo de exterminio más grande de la historia. Entre ellos se encontraba el adolescente Imre Kertész, un muchacho de apenas quince años. Exactamente como el protagonista de Sin destino, la primera novela que treinta años después escribiera el nuevo inquilino de Auschwitz.

El adolescente héroe de esa novela -y tal vez el mismo Kertész- pretendía ver siempre el lado positivo de la vida. Creía que llegaba a Alemania, y a trabajar. Lo tomaba como una aventura, algo forzada, que le permitiría conocer mundo y practicar la lengua. Porque hablaba un poco de alemán. Y eso le salvó la vida. Al menos, ese día.

En la estación de Auschwitz unos seres extraños en uniforme de preso y con la cabeza rapada subieron al vagón de mercancías para recoger las pertenencias de los recién llegados, y en un alemán estrafalario -que luego resultó ser yiddish, a la sazón la lengua materna de muchos judíos de Europa del Este- insistieron en que, en lugar de quince años, él tenía dieciséis. El joven no entendía nada y no les hacía caso. Pero cuando un poco más tarde, en una cola interminable, le tocó pasar delante de un oficial médico, que, casi sin mirarlos, les preguntaba la edad que tenían, por algún impulso misterioso él dijo que dieciséis. Sus compañeros, que no tuvieron esa iluminación o cuyo aspecto no convenció, fueron enviados directamente a las cámaras de gas.

Reclusión en libertad

Después de Auschwitz y Buchenwald, Kertész se encontró en medio de un nuevo horror. Para el recién instaurado régimen estalinista de Hungría, él era hijo de un pequeño burgués, un intelectual, un decadente. Volvió a ser un enemigo: del pueblo, del Estado, de la redentora ideología oficial. Pero al menos no querían aniquilarlo físicamente.

Sobrevivió a trancas y barrancas: terminó la escuela secundaria, empezó a trabajar como periodista, y cuando en 1950 lo despidieron, sólo encontró trabajo en una fábrica. El año siguiente le tocó el servicio militar y, cuando en 1953 se reincorporó a la vida civil, se dedicaba a escribir piezas cómicas para un cabaret, letras de canciones bailables, y, ya en los años sesenta, algunas veces ejercía incluso como una especie de publicidad, inventando guiones, eslóganes y gags para el tipo de anuncios que podía existir en un país comunista que empezaba a coquetear con el consumismo.

Finalmente, a partir de los años setenta, se forjó cierta reputación como traductor, entre otros, de Friedrich Nietzsche, Ludwig Wittgenstein, Sigmund Freud, Hugo von Hofmannsthal, Elias Canetti y Joseph Roth. Pero el hecho de que fuese un traductor apreciado por los redactores de algunas casas editoriales de Budapest no cambió su esencial condición de marginado. Y eso que para esas fechas, a mediados de los años setenta, ya había publicado su primera novela.

Trece años tardó en terminar Sin destino, que luego fue rechazada por una importante editorial con fama de abierta y liberal. Su director, un judío, tachó a Kertész casi de antisemita. Finalmente, Sin destino se editó en 1975, pero su publicación no causó ni el más leve cambio en la vida de su autor: no se produjo revelación alguna, no atrajo la atención de la crítica, ni tampoco tenía lectores. Sólo algunos años después, un pequeño grupo de intelectuales se enteró de la existencia de esta obra capital de la narrativa contemporánea.

Por lo demás, su vida seguía transcurriendo en el mismo restringido espacio social y físico. Respecto a esta última circunstancia, cabe señalar que durante treinta y cinco años Kertész vivió en un piso de 29 metros cuadrados. Allí escribió -por las noches y en la mesa de la cocina- sus tres grandes novelas. La primera fue Sin destino. La siguiente, El fracaso (1988), que reconstruye, en una estructura compleja y de manera no del todo realista, sus vivencias durante la época estalinista. La tercera, Kaddish por el hijo no nacido, es de 1990 y su título revierte el sentido de una oración judía que, en su variante más conocida, se reza en homenaje de los padres muertos.

Sólo cabe añadir a este desolador repaso de la trayectoria de Kertész la etapa que siguió a la caída del muro de Berlín. Se volvió más productivo: publicó el dietario Diario de galera (1992), los relatos La bandera británica (1991) y Acta notarial (1993), los ensayos incluidos en Un instante de silencio en el paredón (1998) y el híbrido Yo, otro. Crónica del cambio (1997).

También es cierto que en esa década poscomunista, los años noventa, Kertész estaba algo más presente en la vida cultural húngara y empezó a vivir, incluso, con cierta holgura, gracias a su tardío descubrimiento en el extranjero, principalmente en Alemania. Pero nada cambió en lo esencial: seguía siendo un autor desconocido para la mayoría de los lectores, y no reconocido -o, incluso, rechazado- por las autoridades culturales húngaras, que a menudo intentaron impedir su incipiente carrera internacional.

Por ejemplo, cuando los convocantes de un importante premio alemán decidieron distinguir a un autor húngaro, barajando, entre otros, el nombre de Kertész, al consultar a un responsable ministerial magiar, se encontraron con la respuesta de que Kertész no sería el autor idóneo para ese premio, puesto que en realidad no es húngaro, sino judío.

El valor del Holocausto

Después de Sin destino, Kertész no ha vuelto a tratar el Holocausto en su narrativa, al menos directamente. Será, en cambio, el tema recurrente de sus ensayos escritos en los años noventa. Su tesis central es que, acaso, el único mito válido de nuestro tiempo sea Auschwitz. Pocos han contribuido tanto y de manera tan radical a tener esta conciencia viva del Holocausto como este húngaro al que un día se le impuso un terrible destino ajeno. La concesión en 2002 del Premio Nobel de Literatura fue la compensación más esplendorosa por una larga vida de marginación y también el reconocimiento de las letras de una pequeña nación que no siempre pudo reconocer a su hijo, en este momento, más famoso.

viernes, 9 de octubre de 2015

LÉOPOLD SÉDAR SENGHOR
ASESINATOS

Se les puede ver sobre las rutas de cautivos, las largas rutas del desastre
Esbeltos álamos, estatuas de los dioses más sombríos ceñidos con sus mantos de oro
Los prisioneros senegaleses alejados tenebrosamente en territorios de Francia.

En vano te cortaron la risa, en vano la flor más negra de tu carne.
Eres la flor de belleza primera entre la ausencia desnuda de las flores
Flor negra de sonrisa grave, diamante de un tiempo inmemorial.
Eres arcilla y savia de la verde primavera en este mundo
De la pareja primitiva eres la carne, el vientre fecundo, la simiente
Eres sagrado pulular de los jardines paradisíacos y claros
En esta selva irreductible, triunfante del fuego y la centella.

El canto vasto de tu sangre vence maquinarias y cañones
Y tu palabra palpitante las mentiras y sofismas
Ningún odio en tu alma sin odio, ninguna coartada para tu alma sin coartada
Oh mártires negros raza inmortal, permítanme decir esas palabras que perdonan.

Front Stalag 230.


Assassinats

Ils sont là étendus par les routes captives, le log des routes du désastre
Les sveltes peupliers, les statues des dieux sombres drapés dans leurs longs manteaux
[d’or
Les prisonniers sénégalais ténébreusement allongés sur la terre de France.

En vain ont-ils coupé ton rire, en vain la fleur plus noire de ta chair.
Tu est la fleur de la beauté première parmi l’absence nue des fleurs
Fleur noire est son sourire grave, diamant d’un temps immémorial.
Vous êtes le limon et le plasma du printemps viride du monde
Du couple primitif vous êtes la charnure, le ventre fécond, la laitance
Vous êtes la pullulance sacrée des clairs jardins paradisiaques
En la forêt incoercible, victorieuse du feu et de la foudre.

Le chant vaste de votre sang vaincra machines et canons
Votre parole palpitante les sophismes et mensonges
Aucune haine votre âme sans haine, aucune ruse votre âme sans ruse
Ô Martyrs noirs race immortelle, laissez-moi dire les paroles qui pardonnent.

Front Stalag 230.
9 DE OCTUBRE NACE:
LÉOPOLD SÉDAR SENGHOR

Primer presidente de Senegal (Joal, Dakar, 1906 - Verson, Francia, 2001). Procedente de una familia de comerciantes acomodados, realizó estudios universitarios en París, en donde se integró en los medios intelectuales. Se vinculó al partido socialista francés (SFIO) y en 1937 lanzó la idea de la negritud, como expresión de los valores culturales e históricos del mundo negro (tanto en África como en América). A este concepto dedicó gran parte de su brillante obra como poeta (escrita en francés): Cantos de sombra (1945), Hostias negras (1948), Etiópicas (1956), Nocturnos (1961).


Desde 1945 representó a la colonia de Senegal como diputado en la Asamblea francesa, defendiendo la idea de formar una federación del África occidental. En los años cincuenta se distanció de sus antiguos aliados, formando un partido propio de ideas socialistas más radicales: la Unión Progresista Senegalesa (con Mamadou Dia).
La victoria en las primeras elecciones legislativas celebradas en Senegal (1957) le permitió acceder al gobierno cuando Francia concedió un régimen de autonomía (1958); y se convirtió en presidente de la República cuando Senegal accedió a la completa independencia (1960).
Gobernó el país durante veinte años, gracias a sucesivas reelecciones y al empleo de la fuerza contra la oposición (reprimió movimientos de protesta obreros y estudiantiles y un intento de golpe de Estado de su primer ministro, Dia, en 1962).
Sus ideales iniciales de unidad panafricana se vieron frustrados por los particularismos locales y por los intereses de las antiguas metrópolis, que preferían «balcanizar» el continente: el intento de crear una Federación de Mali uniendo Senegal, el Sudán francés, el Alto Volta y Dahomey (1959) quedó frustrado en pocos meses.
Senghor siguió una política de buenas relaciones con Francia, lo cual le valió acusaciones de connivencia con el imperialismo en los medios radicales de África. Durante los primeros años de su mandato pareció encaminarse hacia una concentración personal del poder, monopolizando su partido la vida política y llegando a encarcelar a Dia; pero luego volvió a liberalizar el régimen abriéndolo al pluralismo (Constitución de 1976). Se retiró voluntariamente en 1980, dejando el poder su primer ministro Abdou Diouf.

lunes, 5 de octubre de 2015


FRANCISCO LUIS BERNÁRDEZ

ESTAR ENAMORADO

Estar enamorado, amigos, es encontrar
el nombre justo a la vida.
Es dar al fin con las palabras que para hacer
frente a la muerte se precisa.
Es recobrar la llave oculta que abre la cárcel
en que el alma está cautiva.
Es levantarse de la tierra con una fuerza que
reclama desde arriba.
Es respirar el ancho viento que por encima de
la carne respira.
Es contemplar, desde la cumbre de la persona,
la razón de las heridas.
Es advertir en unos ojos una mirada verdadera
que nos mira.
Es escuchar en una boca la propia voz
profundamente repetida.
Es sorprender en unas manos ese calor de la
perfecta compañía.
Es sospechar que, para siempre, la soledad
de nuestra sombra está vencida.

Estar enamorado amigos, es descubrir dónde
se juntan cuerpo y alma.
Es percibir en el desierto la cristalina voz de
un río que nos llama.
Es ver el mar desde la torre donde ha quedado
prisionera nuestra infancia.
Es apoyar los ojos tristes en un paisaje de
cigüeñas y campanas.
Es ocupar un territorio donde conviven los
perfumes y las armas.
Es dar la ley a cada rosa y al mismo tiempo
recibirla de su espada.
Es confundir el sentimiento con una hoguera
que del pecho se levanta.
Es gobernar la luz del fuego y al mismo tiempo
ser esclavo de la llama.
Es entender la pensativa conversación del
corazón y la distancia.
Es encontrar el derrotero que lleva al reino de
la música sin tasa.

Estar enamorado, amigos, es adueñarse de
las noches y los días.
Es olvidar entre los dedos emocionados la
cabeza distraída.
Es recordar a Garcilazo cuando se siente la
canción de una herrería.
Es ir leyendo lo que escriben en el espacio las
primeras golondrinas.
Es ver la estrella de la tarde por la ventana de
una casa campesina.
Es contemplar un tren que pasa por la montaña
con las luces encendidas.
Es comprender perfectamente que no hay
fronteras entre el sueño y la vigilia.
Es ignorar en qué consiste la diferencia entre
la pena y la alegría.
Es escuchar a medianoche la vagabunda
confesión de la llovizna.
Es divisar en las tinieblas del corazón una
pequeña lucecita.

Estar enamorado, amigos, es padecer espacio
y tiempo con dulzura.
Es despertarse una mañana con el secreto de
las flores y las frutas.
Es libertarse de sí mismo y estar unido con
las otras criaturas.
Es no saber si son ajenas o son propias las
lejanas amarguras.
Es remontar hasta la fuente las aguas turbias
del torrente de la angustia.
Es compartir la luz del mundo y al mismo
tiempo compartir su noche obscura.
Es asombrarse y alegrarse de que la luna
todavía sea luna.
Es comprobar en cuerpo y alma que la tarea
de ser hombre es menos dura.
Es empezar a decir siempre, y en adelante no
volver a decir nunca.
Y es, además, amigos míos, estar seguro de
tener las manos puras.

5 DE OCTUBRE DE 1900 NACE:


FRANCISCO LUIS BERNÁRDEZ


Poeta argentino, nació en Buenos Aires en 1900 y murió en 1978. Su nombre completo era Francisco Luis Bernárdez Martínez. Desde 1920 hasta 1924 vivió en España, donde leyó a los poetas modernistas que le influyeron en sus primeros libros y además ejerció el periodismo en Vigo. A su regreso de España se incorporó al grupo de la revista Martín Fierro, publicación que ejerció un papel importante en la renovación literaria y estética de la literatura argentina. Más tarde fue redactor del diario La Nación, y en 1928 se incorporó a la revista Criterio. A partir de 1932 residió casi continuamente en Córdoba (Argentina), por razones de salud. En 1937 marchó a Buenos Aires, donde fue nombrado Secretario de las Bibliotecas Públicas, y en 1944, director general de Cultura Intelectual del Ministerio de Justicia e Instrucción Pública. Cuatro años más tarde, ingresó en la Academia Argentina de Letras como miembro de número. Finalmente se incorporó al servicio exterior de la Argentina, y fue consejero de la embajada de su país en Madrid hasta 1960.
Sus primeras obras, Orto, 1922 y Bazar, 1922, escritas siguiendo los principios del ultraísmo, junto con Alcándara, 1925, lo vincularon a la etapa posmodernista, pero a partir de la publicación de El buque, 1935, trató temas religiosos al estilo clásico formal de Claudel y Péguy. Dentro de esta nueva etapa figuran obras como: Cielo de tierra, 1937; La ciudad sin Laura, 1938; Poemas elementales, 1942; Poemas de carne y hueso, 1943, premio nacional de poesía; El ruiseñor, 1945; Las estrellas, 1947; El ángel de la guarda, 1949; Poemas nacionales, 1950; La flor, 1951; Tres poemas católicos, 1959; Poemas de cada día, 1963, y, en prosa, La copa de agua, 1963.
5 DE OCTUBRE NACE:

JUAN JACOBO BAJARLÍA

Poeta, narrador, ensayista, dramaturgo y periodista argentino, nacido en Buenos Aires el 5 de octubre de 1914 y fallecido en Buenos Aires, Argentina el 22 de julio del 2005. Autor de una extensa, brillante y variada producción literaria que progresa con asombrosa fluidez por los cauces genéricos más diversos, está considerado como uno de los más significativos introductores de la estética vanguardista en las Letras argentinas contemporáneas.

Inclinado desde su temprana juventud hacia el cultivo de la escritura, adquirió un notable prestigio intelectual por sus frecuentes colaboraciones publicadas en el rotativo Clarín, de donde pasó a difundir sus textos periodísticos por los principales diarios y revistas de su país natal, como La Nación, La Gaceta de Tucumán y La Prensa. También fue director durante ocho años (1948-1956) de la revista Contemporánea, y, ya convertido en una de las figuras más sobresalientes del panorama intelectual y artístico de la Argentina de mediados del siglo XX, se integró en el Movimiento de Arte Concreto-Invención.

Pero fue sobre todo leído y celebrado por sus obras de ficción, que le han granjeado algunos de los honores y galardones más prestigiosos de su dilatada trayectoria humanística. Entre los numerosos premios que ha merecido tanto en su faceta de escritor como en reconocimiento de su incesante labor de animador cultural, cabe citar la Faja de Honor de la Sociedad Argentina de Escritores (1962), el Premio Municipal de Teatro (1962), el Premio del Fondo Nacional de las Artes (1962), el Mystery Magazine Ellery Queen's (1964), el Konex de Platino (1984) y el Premio Boris Vian (1996). Su constante presencia en el ámbito de las Letras australes le llevó también a ocupar, ya en su vejez, la vicepresidencia de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE).

Sus primeros éxitos literarios le llegaron de la mano de la poesía, género en el que cosechó un éxito incuestionable a comienzos de la década de los años cincuenta, cuando la aparición de su segunda colección de versos, titulada La Gorgona (1953), mereció los elogios unánimes de los lectores y la crítica especializada, y contribuyó a que su naciente fama literaria traspasara las fronteras argentinas para extenderse a otros países de Hispanoamérica e, incluso, del continente europeo. Se editó, en efecto, una temprana traducción al alemán de este poemario de Juan Jacobo Bajarlía, y a partir de esta versión germánica el músico Esteban Eitler compuso su obra Música Dodecafónica (1954), presentada por vez primera en Bruselas. Tres años antes de haber dado a la imprenta los versos de La Gorgona, el escritor bonaerense había hecho público su talento poético merced a la publicación de Estereopoemas (1950), una espléndida opera prima a la que, después del citado poemario que tanto éxito tuvo en Alemania, siguieron otras colecciones de versos tan notables como las tituladas Canto a la destrucción (1968), Nuevos límites del infierno (1972), El poeta y el exilio (1990) y Poema de la creación (1996).

Al tiempo que desplegaba esta intensa labor poética, Juan Jacobo Bajarlía dejaba bien patente en numerosos ensayos y textos dramáticos su condición de humanista polifacético, capaz de desenvolverse con idéntica soltura en los géneros más variados. Así, el mismo año en que se dio a conocer como poeta publicó también su espléndido ensayo titulado Notas sobre el barroco (1950), obra en la que vino a demostrar un magnífico conocimiento de la literatura española, hispanoamericana y europea, luego ampliado hasta el asombro en otros libros de tan penetrante lucidez crítica como Literatura de vanguardia (1956) y El vanguardismo poético en América y España (1957). Otros ensayos y estudios críticos del fecundo autor bonaerense -que alcanzó cotas de inusitada maestría dentro del género biográfico- son los titulados Sadismo y masoquismo en la conducta criminal (1959); Lovecraft, el horror sobrenatural (1959); La polémica Reverdy-Huidobro. El origen del ultraísmo (1964); Drácula, el vampirismo y Bram Stoker (1992); Fijman, poeta entre dos vidas (1992); y Alejandra Pizarnik. Anatomía de un recuerdo (1998). También publicó algunas selecciones antológicas que de nuevo vinieron a probar sus vastos conocimientos sobre todas las modalidades genéricas de la literatura universal, como Cuentos de crimen y misterio (1964) y Crónicas con espías (1966). Y, dentro de esta feraz versatilidad, dejó también impresas otras obras en prosa de muy diversa naturaleza, entre las que conviene recordar aquí las tituladas Historias de monstruos (1969); Fórmula al antimundo (1970); Más que la luz de las estrellas (1971); El día cero (1972); Los números de la muerte (1972); El endemoniado Sr. Rosetti (1977); Sables, historias y crímenes (1983); Historias secretas de putas, musas y otras damas (1996); y Breve diccionario del erotismo y cancionero satírico (1997).

Si admiraba a críticos y lectores la variedad de temas, géneros y registros estilísticos acuñados por Juan Jacobo Bajarlía en la abundante producción miscelánea mencionada en parágrafos anteriores, no menos asombro causó su acierto dentro de la complejidad específica del género teatral, al que aportó algunas de las mejores piezas dramáticas estrenadas en Argentina a mediados del siglo XX. Fue muy aplaudido el estreno de su primera obra, titulada La Esfinge (1955), a la que pronto siguieron -en dura pero fructífera competencia con los poemarios y los ensayos que simultáneamente estaba escribiendo y publicando- otros estrenos tan celebrados como Pierrot (1956), Las troyanas (1956) y La billetera del diablo (1969). Otras piezas teatrales nacidas de la pluma de Bajarlía son Los robots (1955), Telesfora (1962), La confesión de Finnegan (1962) y Monteagudo (1962), drama -este último- que mereció varios premios y menciones honoríficas.

No se agotaba tampoco en la escritura dramática la capacidad creativa de Juan Jacobo Bajarlía, quien además de poemas, ensayos, biografías, piezas teatrales y artículos periodísticos escribió numerosas narraciones breves y algunas novelas dignas de consideración. Sus relatos, compuestos por una amena combinación de elementos fantásticos que, procedentes del universo temático de la ciencia-ficción, dejan paso a las profundas inquietudes metafísicas del autor bonaerense, vieron la luz entre las páginas de diferentes obras colectivas presentadas como muestras antológicas de la mejor narrativa breve hispanoamericana de la segunda mitad del siglo XX. Por otra parte, fue autor de algunas novelas extensas entre las que sobresalen las pertenecientes al subgénero policíaco, publicadas bajo pseudónimo y consideradas como piezas maestras por el eminente crítico y escritor Leopoldo Marechal, quien elogió la prosa de Bajarlía y le tildó de "zoólogo de la monstruosidad". Otros estudiosos del género señalaron su acierto en la mezcla de ingredientes propios de la ciencia ficción con otras preocupaciones procedentes de la mejor tradición filosófica occidental, con especial entusiasmo por sus "máquinas del tiempo", que en sus obras "dejan de ser instrumentos mecánicos para convertirse en dimensiones metafísicas".

viernes, 2 de octubre de 2015

2 DE OCTUBRE NACE:

WALLACE STEVENS

Poeta norteamericano nacido en Reading, Pennsylvania, en 1879.
Hijo de un prestigioso abogado, tuvo acceso a una esmerada educación en Reading Boys' High School, en Harvard College, y
posteriormente en New York Law School, donde se graduó como abogado en 1903.
Aunque algunos de sus mejores poemas están contenidos en "Harmonium" 1923, "Ideas de orden" 1935, "El hombre con la guitarra azul" 1937, y "Las auroras de otoño" 1950, sólo fue reconocido internacionalmente cuando publicó los "Poemas completos" en 1954.
En 1946 fue aclamado por el Instituto Nacional de Artes y Letras. Entre los galardones obtenidos merecen destacarse el Premio Bollingen 1950, y los premios Pulitzer y National Book Award en 1955.
Falleció, víctima de un cáncer en agosto de 1955



WALLACE STEVENS

El comienzo

Así llega al fin el verano hasta estas pocas manchas
Y al óxido y la podredumbre de la puerta por donde ella se fue.

La casa está vacía. Pero es aquí donde ella se sentaba
Para peinar su cabello húmedo de rocío, una luz intangible,

Perpleja por sus más oscuras iridiscencias.
Éste era el espejo donde solía mirar

Al ser momentáneo, sin historia,
La identidad del verano perfectamente percibido,

Y sentir su alegría campestre y sonreír
Yser sorprendida y temblar, mano y labio.

Ésta es la silla de la que recogía
Su vestido, el más esmerado y favorecedor de los tejidos

Al que un tejedor cosió doce campanas ...
El vestido yace, abandonado, sobre el suelo.

Ahora, los primeros tuteadores de tragedia,
Para empezar, hablan con suavidad en los aleros.

16 DE JUNIO DE 1955 ES BOMBARDEADA LA PLAZA DE MAYO

16 DE JUNIO DE 1955 ES BOMBARDEADA LA PLAZA DE MAYO Pocas veces en la historia mundial, miembros de las Fuerzas Armadas de un país, con la c...