lunes, 11 de agosto de 2014

11 DE AGOSTO NACE FERNANDO ARRABAL

(Fernando Arrabal Terán; Melilla, 1932) Dramaturgo y novelista español. Residió en Melilla (hasta 1939), en Ciudad Rodrigo (hasta 1946) y en Madrid (hasta 1955). Abandonó España "por motivos de libertad", decisión reafirmada en 1958 al fracasar el estreno de Los Hombres del triciclo.

En París (su residencia permanente) fundó en 1961 con otros jóvenes el movimiento "pánico", con influencias de Tristan Tzara y el dadaísmo y estimulado también por André Breton. Conoció a la que luego sería su mujer y traductora, Luce Moreau, y estrenó Pique-Nique en Campagne (1959), dirigida por Jean Marie Serrau. Ese mismo año obtuvo una beca que lo llevó a Estados Unidos, ocasión que aprovechó para recorrer casi todo el país. Cuando volvió a Francia, su obra se consolidó en primera línea de las vanguardias.

Su teatro, encuadrado en la tendencia del absurdo, asume la mirada del niño (ajena a toda racionalización) y concibe el escenario como centro de confusión, terror, euforia, caos, pero también culto de la felicidad y rechazo de toda ley moral. A través de sus estrenos y su publicación en París el teatro de Fernando Arrabal alcanzó renombre universal.

Ya en sus primeras obras elige universos circulares o espacialmente cerrados; así en Los dos verdugos (Les deux bourreaux, 1956) y en El cementerio de automóviles (Le cimetière des voitures, 1957). Con el acopio de elementos surrealistas, las bases de su teatro se desarrollan en una búsqueda formal, tanto por lo que respecta al tratamiento del espacio escénico como al trabajo expresivo del gesto: Ceremonia para un negro asesinado (Cerémonie pour un noir assassiné), El arquitecto y el emperador de Asiria (L'architecte et l'empereur d'Assyrie, 1966) y Oye, patria, mi aflicción (1977) cuentan entre sus títulos más significativos.

Paralelamente, Fernando Arrabal ha desarrollado una labor como cineasta; a menudo, al igual que en su teatro, se inspira, con virulenta iconoclastia, en sus obsesiones españolas. Se inicia su filmografía con Viva la muerte (1970) y continúa con Iré como un caballo loco (1973), El árbol de Guernica (1976) y La odisea del Pacífico (1980). Por último, mencionemos su obra de narrador, marcada asimismo por una voluntad experimental y provocadora: las novelas Baal Babylone (1959), Arrabal celebrando la ceremonia de la confusión (1966), La torre herida por el rayo, que fue galardonada con el premio Nadal 1983 y La virgen roja (1986).

De entre sus últimas obras teatrales cabe citar Breviario de amor de un halterófilo (1987); La travesía del Imperio (1988); La extravagante cruzada de un revolucionario obeso (1989); Róbame un billoncito (1990) y La carga de los centauros (1990). El Teatro completo, publicado en dos volúmenes, vio la luz durante el bienio 1997-1998. Por otra parte, entre sus novelas más recientes destacan La hija de King Kong (1988); La extravagante cruzada de un castrado enamorado (1990); El mono, o enganchado al caballo (1994) y Ceremonia por un teniente abandonado (1998).

En la década de los noventa ha publicado también un volumen de poemas titulado Arrabalesques (1994) y varios ensayos tales como La dudosa luz del día (1994), galardonado con el Premio Espasa de Ensayo; Carta al rey de España (1995) y Un esclavo llamado Cervantes (1996), que ofrece una visión desmitificadora del autor del Quijote.

ROBERTO ARLT AGUAFUERTES PORTEÑAS YO NO TENGO LA CULPA

     ROBERTO ARLT        AGUAFUERTES PORTEÑAS     YO NO TENGO LA CULPA   Yo siempre que me ocupo de cartas de lectores, suelo admitir que se...