miércoles, 20 de septiembre de 2017

ROBERTO ARLT AGUAFUERTES PORTEÑAS PADRES NEGREROS

ROBERTO ARLT
AGUAFUERTES PORTEÑAS
PADRES NEGREROS

He sido testigo de una escena que me parece digna de relatarse.
Un amigo y yo solemos concurrir a un café que atiende el propietario del mismo, su mujer y dos hijos. De los hijos, el mayor tendrá nueve años, el me­nor, siete. Mas los mocosos se desempeñan como mozos auténticos, y no hay nada que decir del servicio, como no ser que en los intervalos las criaturas aprovechan para hacer pavadas, que, gracias al diablo, al padre y a la madre, ni tiempo de hacer macanas dignas de su edad tienen.
¿Qué macanas? Trabajar. Hay que ver al padre. Tiene cara meliflua y es de esos hombres que castigan a los hijos con una correa, mientras les dicen despacito al oído: “Cuidado con gritar, ¿eh?, que si no te mato”. Y lo más grave es que no los matan, sino que los dejan moribundos a lonjazos.
La madre es una mujer gorda, ceño acentuado, bigotes, brazos de jamón y ojos que vigilan el centavo con más prolijidad que si el centavo fuera un mi­llón. Hombre y mujer se llevan admirablemente. Os recuerdan el matrimo­nio Thenardier, el posadero que decía: “Al viajero hay que cobrarle hasta las moscas que su perro se come”. No piensan nada más que en el maldito dine­ro. Habría que encerrarlos en una pieza llena de discos de oro y dejarlos morir de hambre allí dentro.
Mi amigo suele dejar varias monedas de propina. No es pobre. Bueno: yo creo que el chico que nos servía cometió la imprudencia de decirle al padre eso, porque ayer, cuando nos sentamos, nos sirvió el mocoso, pero en el momento de levantarnos y dejar paga la consumición, preciso instante en que el chico venía para recoger las monedas, el padre, que vigilaba un gato o una paloma distraída, el padre se precipitó, le dio una orden al chico, y, ¡fíjese bien!, sin con­tar el dinero, para ver si estaba o no justo el pago de la consumición, se lo echó al bolsillo. El chico miró lastimeramente en nuestra dirección.
Mi amigo vaciló. Quería dejar una propina para el mocito; y entonces yo le dije:
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-No. No hay que hacer eso. Dejá que el chico juzgue al padre. Si vos le dejás propina, la impresión penosa que tuvo se borra inmediatamente. En cambio, si no le dejás propina, no se olvidará nunca de que el padre le “ro­bó” por prepotencia dos moneditas que él sabe perfectamente estaban allí pa­ra él. Es necesario que los hijos juzguen a sus padres. ¿Pensás que las injus­ticias se olvidan? Algún día, ese chico que no ha tenido infancia, que no ha tenido juegos apropiados a su edad, que fue puesto a trabajar en cuanto pu­do servir al prójimo, algún día el chico ese odiará al padre por toda la explo­tación inicua de que lo hizo víctima.
Luego nos separamos; pero me quedé pensando en el asunto.
Recuerdo que otra mañana encontré en una calle de Palermo a un carni­cero gigantesco que entregaba una canasta bastante cargada de carne a un chico hijo suyo, que no tendría más de siete años de edad. El chico caminaba com­pletamente torcido, y la gente (¡es tan estúpida!) sonreía; y el padre también. En fin, el hombre estaba orgulloso de tener en su familia, tan temprano, un bu­rro de carga, y sus prójimos, tan bestias como él, sonreían, como diciendo:
-¡Vean, tan criatura y ya se gana el pan que come!
Pensé hacer una nota con el asunto; luego otros temas me hicieron ol­vidarlo, hasta que el otro acto me lo recordó.
Cabe preguntarse ahora, si estos son padres e hijos, o qué es lo que son. Yo he observado que en este país, y sobre todo entre las familias extranjeras, el hijo es considerado como un animal de carga. En cuanto tiene uso de ra­zón o fuerzas “lo colocan”. El chico trabaja y los padres cobran. Si se les di­ce algo al respecto, la única disculpa que tienen estos canallas es:
-Y… ¡hay que aprovechar mientras que son chicos! Porque cuando son grandes se casan y ya no se acuerdan más del padre que les dio la vida (Co­mo si ellos hubieran pedido antes de ser que les dieran la vida).
Y cuando son chicos se les hace trabajar porque alguna vez serán gran­des; y cuando son grandes, tienen que trabajar, porque si no ¡se mueren de hambre!…
Por lo general, el chico trabaja. Se acostumbra a agachar el lomo. En­trega la quincena íntegra, con rabia, con odio. En cuanto hace el servicio mi­litar, se casa y no quiere saber nada con “los viejos”. Los detesta. Ellos le agriaron la infancia. El no lo sabe, pero los detesta, inconscientemente.
Vaya usted y converse con esos centenares de muchachos trabajadores. Todos le dirán lo mismo: “Desde que yo era un purrete, me metieron al yu­go”. Hay padres que han explotado bárbaramente a los hijos. Y los que hi­cieron una fortuna no les importa un ardite el odio de los hijos. Dicen: “Te­nemos plata y nos respetarán”.
Hay casos curiosos. Conozco el de un colchonero que posee diez o quince casas. Es rico hasta decir basta. El hijo se desgarró. Ahora es un borrachín. A veces, cuando está en curda, asoma la cabeza entre los colchones y le grita al padre, que está cardando lana:
-¡Cuando revientes, con tu plata los voy a vestir de colorado a todos los borrachos de Flores! Y las casitas, ¡las vamos a convertir en vino!
Se explican estas monstruosidades. ¡Claro! La relación entre estos pa­dres e hijos ha sido mucho más agria que entre un patrón exigente y un ope­rario necesitado. Y estos hijos están deseando que “reviente” el padre para malgastar en un año de haraganería la fortuna que él acumuló en cincuenta de trabajo odioso, implacable, tacaño.

martes, 19 de septiembre de 2017

GERLILIBROS: 19 DE SEPTIEMBRE DE 1921 NACE:PAULO FREIRE(Recife...

GERLILIBROS: 19 DE SEPTIEMBRE DE 1921 NACE: PAULO FREIRE(Recife...: 19 DE SEPTIEMBRE DE 1921 NACE: PAULO FREIRE (Recife, Brasil, 1921 - São Paulo, 1997) Pedagogo brasileño. Estudió filosofía en la Universi...

19 DE SEPTIEMBRE DE 1911 NACE : WILLIAM GOLDIN


19 DE SEPTIEMBRE DE 1911 NACE:

WILLIAM GOLDIN

(William Gerald Golding; Saint Columb Minor, 1911 - Perranarworthal, 1993) Narrador y ensayista británico, premio Nobel de Literatura en 1983. Golding es el novelista alegórico por excelencia que intenta mostrar las dificultades (a veces la imposibilidad) que encuentra el hombre moderno para cumplir las normas elementales de la ley natural.

William Golding

Recibió durante su infancia y juventud una sólida formación humanista y literaria que lo influyó para los temas posteriores de sus novelas. En 1935, cuando ya era profesor de la Bishop Wandsworths School, en Salisbury, publicó un correcto volumen de poemas. Estudió en la Universidad de Oxford, se alistó en la Marina durante la Segunda Guerra Mundial, participó en el desembarco de Normandía y terminada la contienda se dedicó más seriamente a la literatura.

Su primera novela, El señor de las moscas, es una de las obras más populares de la literatura inglesa contemporánea; publicada en 1954, tuvo un gran éxito y fue considerada inmediatamente como una de las alegorías más extraordinarias de la narrativa contemporánea. En ella se cuenta la historia de un grupo de niños que, a raíz de un accidente de aviación donde murieron todos los adultos, desembarcan en una isla desierta. La novela va describiendo la gradual transformación de los escolares desde un estado casi adánico de primitiva inocencia hasta la instrumentación más refinada del Mal. Los niños van creando una sociedad a su propio estilo y terminan en una organización tiránica y perversa regida por los más fuertes. La alegoría dibuja pacientemente dicha conversión, que ocurre desde los valores civilizados occidentales hasta la degradación tribal más abyecta.

Por lo general, el estilo o poética del autor se sustentó en la revelación de la parte más oscura del ser humano y en el análisis de la civilización occidental, descubriendo el manto de hipocresía o, peor aún, la inevitable naturaleza del Mal. Su fama se duplicó con las versiones cinematográficas, entre ellas la de Peter Brook en 1963. La alegoría narrativa de Golding se amplificó hasta la historia: puede ser leída como una reflexión metafísica del ser humano o como una evaluación del fascismo contemporáneo.

A esta gran novela le siguieron otras con temas parecidos, siempre presididas por un análisis de la condición tenebrosa del ser humano. Los herederos (1955) narra el exterminio del hombre de Neandertal por el homo sapiens. La catedral (1964) es un relato acerca de la construcción de la aguja de una catedral, labor humanista que lleva sin embargo a la traición y el asesinato.

Más adelante publicó su trilogía Ritos de paso (1980), ganadora del Booker Price, Barrios cerrados (1987) y Fuego en las entrañas (1989), donde cuenta historias relacionadas con el mar. Escribió dos volúmenes de ensayos: Puertas ardientes(1965) y Un blanco móvil (1982). Su última novela, La lengua secreta, fue publicada en 1995, y en ella, tomando la Grecia antigua como contexto, describió la ascensión del poder romano y el declive de la cultura helénica. La prosa de Golding es irónica, clásica y refinada, y sustenta en el desarrollo gradual de los argumentos su magia narrativa. La transparencia alegórica de su obra atrae tanto a jóvenes como a adultos, lo que lo convierte en un clásico.

sábado, 16 de septiembre de 2017

16 SEPTIEMBRE (1976)
NOCHE DE LOS LÁPICES
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En la llamada "Noche de los Lápices", por orden del general Ramón Camps, las fuerzas de seguridad secuestran a diez estudiantes secundarios, en su mayoría militantes de la Unión de Estudiantes Secundarios. Trasladados por diversos centros de detención y salvajemente torturados, cuatro podrán salir con vida, quedando a disposición del Poder Ejecutivo. Los jóvenes asesinados y desaparecidos fueron Claudio de Acha, de 16 años; Daniel Alberto Racedo, de 18, Horacio Angel Ungaro, de 17, María Clara Ciocchini, de 18 años, María Claudia Falcone y Francisco López Muntaner, ambos de 16 años. Años después, este hecho será conocido por la opinión pública gracias a las denuncias de los sobrevivientes Pablo Díaz, Emilce Moler y Gustavo Calotti. El 14 de mayo de 1998 la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires sanciona
con fuerza de Ley que se establece la fecha del 16 de Setiembre, en conmemoración a "La Noche de los Lápices¨, como Día de los Derechos del Estudiante Secundario, el cual quedará incorporado al calendario escolar de cada ciclo lectivo.
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martes, 12 de septiembre de 2017

CÉSAR VALLEJO

El momento más grave de la vida

Un hombre dijo:
-El momento más grave de mi vida estuvo en la batalla del Marne cuando fui herido en el pecho.
Otro hombre dijo:
-El momento más grave de mi vida, ocurrió en un maremoto de Yokohama, del cual salvé milagrosamente, refugiado bajo el alero de una tienda de lacas.
Y otro hombre dijo:
-El momento más grave de mi vida acontece cuando duermo de día.
Y otro dijo:
-El momento más grave de mi vida ha estado en mi mayor soledad.
Y otro dijo:
-El momento más grave de mi vida fue mi prisión en una cárcel del Perú.
Y otro dijo:
-El momento más grave de mi vida es el haber sorprendido de perfil a mi padre.
Y el último hombre dijo:
-El momento más grave de mi vida no ha llegado todavía.

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lunes, 11 de septiembre de 2017

GERLILIBROS: WISLAWASZYMBORSKANEGATIVOEnun cielo pardounanube ...

GERLILIBROS: WISLAWASZYMBORSKANEGATIVO Enun cielo pardounanube ...: WISLAWA SZYMBORSKA NEGATIVO En un cielo pardo una nube más parda todavía y el negro círculo del sol. A la izquierda, es decir ...
WISLAWA SZYMBORSKA
NEGATIVO

En un cielo pardo
una nube más parda todavía
y el negro círculo del sol.
A la izquierda, es decir a la derecha,
la blanca rama de un cerezo con sus negras flores.
En tu oscuro rostro blancas sombras.
Te sentaste a la mesa
y pusiste en ella tus agrisadas manos.
Pareces un espíritu
que intenta invocar a los vivos.
(Como aún me cuento entre ellos
debería cobrar presencia y dar unos golpes:
buenas noches, es decir, buenos días,
adiós, mejor dicho, bienvenido.
Y no escatimarle preguntas a ninguna respuesta
si el sujeto es la vida
o, lo que es lo mismo, la tormenta que precede a la calma.

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sábado, 9 de septiembre de 2017

LEÓN TOLSTÓI DEMASIADO CARO

LEÓN TOLSTÓI
DEMASIADO CARO

Existe un reino pequeñito, minúsculo, a orillas del Mediterráneo, entre Francia e Italia. Se llama Mónaco y cuenta con siete mil habitantes, menos que un pueblo grande. La superficie del reino es tan pequeña que ni siquiera tocan a una hectárea de tierra por persona. Pero, en cambio, tienen un auténtico reyecito, con su palacio, sus cortesanos, sus ministros, su obispo y su ejército.
Este es poco numeroso, en total unos sesenta hombres; pero no deja de ser un ejército. El reyecito tiene pocas rentas. Como por doquier, en ese reino hay impuestos para el tabaco, el vino y el alcohol y existe la decapitación. Aunque se bebe y se fuma, el reyecito no tendría medios de mantener a sus cortesanos y a sus funcionarios ni podría mantenerse él, a no ser por un recurso especial. Ese recurso se debe a una casa de juego, a una ruleta que hay en el reino. La gente juega y gana o pierde; pero el propietario siempre obtiene beneficios. Y paga buenas cantidades al reyecito. Las paga, porque no queda ya en toda Europa una sola casa de juego de este tipo. Antes las hubo en los pequeños principados alemanes; pero hace cosa de diez años, las prohibieron porque traían muchas desgracias. Llegaba un jugador, se ponía a jugar, se entusiasmaba, perdía todo su dinero y, a veces, incluso el de los demás. Y luego, en su desesperación, se arrojaba al agua o se pegaba un tiro. Los alemanes prohibieron a sus príncipes que tuvieran casas de juego; pero no hay quien pueda prohibir esto al reyecito de Mónaco: por eso sólo allí queda una ruleta.
Desde entonces, todos los aficionados al juego van a Mónaco, pierden su dinero y el beneficio es para el rey. Por medio de un trabajo honrado no puede uno construirse palacios. El reyecito de Mónaco sabe que eso no está bien, pero ¿qué hacer? Es necesario vivir. No es mejor mantenerse de los impuestos sobre el alcohol o el tabaco. Así es como vive ese reyecito. Reina, amasa dinero y gobierna, desde su palacio, lo mismo que los grandes reyes. Lo mismo que ellos, se corona, organiza desfiles y paradas, concede recompensas, ajusticia, indulta, celebra consejos, decreta y juzga. Gobierna como los auténticos reyes. La única diferencia es que en Mónaco todo es pequeño.
Una vez, hace cosa de cinco años, hubo un crimen en el reino. El pueblo de Mónaco es pacífico; y nunca había allí sucedido tal cosa. Se reunieron los jueces para juzgar al asesino. En el tribunal había jueces, fiscales, abogados y jurados. Después de juzgarlo, lo condenaron, según la ley, a la última pena, a la decapitación. Presentaron la sentencia al rey. Este la confirmó. No había más remedio que ajusticiar al criminal. La única desgracia es que no hubiese en el reino guillotina ni verdugo. Después de pensarlo mucho, los ministros decidieron escribir al Gobierno francés, preguntándole si podía mandarles la máquina y el verdugo para cortar la cabeza al criminal. Al mismo tiempo, pidieron que los informase, a ser posible, de los gastos que esto supondría. Al cabo de una semana recibieron la contestación: podían enviar la máquina y el verdugo: los gastos ascendían a dieciséis mil francos. Se lo comunicaron al reyecito. Éste meditó largo rato. ¡Dieciséis mil francos!
-¡Ese bribón no vale tanto dinero! ¿No se podría arreglar el asunto más económicamente? Para obtener esa cantidad, todos los habitantes del reino tendrían que pagar dos francos de impuesto. Les parecería mucho. Podrían sublevarse -dijo.
Celebraron consejo. ¿Cómo solucionar el problema? Se les ocurrió preguntar lo mismo al rey de Italia. Francia es una República, no respeta a los reyes; en cambio, como en Italia hay un rey, tal vez cobraría menos. Escribieron. No tardaron en recibir contestación. El gobierno italiano les decía que con mucho gusto mandaría la máquina y el verdugo. El total de los gastos, con el viaje incluido, ascendería a doce mil francos. Era más barato; pero no dejaba de ser una cantidad elevada. Aquel canalla no varía tanto dinero. Cada habitante tendría que pagar casi dos francos de impuesto. Volvió a reunirse el Consejo. Pensaron en la manera de arreglar esto de una manera más económica. Quizá algún soldado quisiera cortar la cabeza al criminal, de un modo rudimentario. Llamaron al general.
-¿No habrá algún soldado que quiera decapitar al asesino? Sea como sea, cuando van a la guerra matan; y eso es lo que se les enseña.
El general habló con sus soldados. ¿Quería alguno cortar la cabeza al criminal? Todos se negaron. “No, no sabemos hacer esto; no lo hemos aprendido”, dijeron.
¿Qué hacer? Meditaron mucho, nombraron un comité, una Comisión y una Subcomisión. Por fin hallaron el medio de arreglar el asunto. Había que conmutar la pena de muerte por la de cadena perpetua. De este modo, el rey demostraría su misericordia y al mismo tiempo habría menos gasto. El reyecito se mostró de acuerdo; y resolvieron adoptar esa solución. La única desgracia era que no hubiese una prisión especial donde encerrar al criminal para toda la vida. Había pequeños calabozos en los que se encerraba temporalmente a los culpables; pero se carecía de una buena prisión. Finalmente, encontraron un lugar. Encerraron al criminal y le pusieron un guardián.
Éste vigilaba al delincuente y le traía la comida de la cocina de palacio. Así transcurrieron doce meses. A fin de año, el reyecito hizo el balance de los gastos y de los ingresos. Y se dio cuenta de que el criminal constituía un gasto bastante considerable. En un año había ascendido a seiscientos francos su comida y el sueldo del guardián. El criminal era joven y sano; tal vez viviera aún cincuenta años. No era posible seguir así. El reyecito llamó a sus ministros:
-Busquen el medio de que este canalla nos cueste menos dinero. Así nos resulta demasiado caro -les dijo.
Los ministros se reunieron en Consejo y meditaron largo rato. Uno de ellos dijo:
-Señores, creo que hay que suprimir el guardián.
-El criminal se escaparía -replicó otro.
-Si se escapa, ¡al diablo!
Informaron al rey. Éste se mostró de acuerdo. Suprimieron al guardián y esperaron a ver qué pasaría.
Al llegar la hora de comer el criminal buscó al guardián; y, al no encontrarlo, se dirigió en persona a la cocina de palacio en solicitud de la comida. Cogió lo que le dieron, volvió a la prisión y cerró la puerta tras de sí. Salía a buscar la comida, pero no se escapaba. ¿Qué hacer? Pensaron que debían decirle que no se le necesitaba para nada, que podía irse. El ministro de Justicia lo llamó.
-¿Por qué no se va usted? Nadie lo vigila, puede marcharse libremente: al rey no le parecerá mal.
-Pero yo no tengo adónde ir. ¿Dónde quiere que vaya? Me han cubierto de oprobio con la sentencia; ahora nadie querrá tratarme. Me he apartado de todo. Ustedes proceden injustamente conmigo. Eso no se puede hacer. En primer lugar, si me han condenado a muerte, tenían que haberme matado. Aunque no lo han hecho, no he protestado. En segundo lugar, me condenaron a cadena perpetua y me pusieron un guardián para que me trajera la comida; pero no han tardado en quitármelo. Tampoco he protestado. He ido a buscarme la comida personalmente. Ahora me dicen que me vaya; pero esta vez, arréglenselas como quieran; no pienso irme -replicó el criminal.
De nuevo celebraron Consejo. ¿Qué hacer? ¿Qué solución tomar? El criminal no se iba. Después de pensarlo mucho, decidieron asignarle una pensión. Era la única manera de librarse de él. Informaron al reyecito.
-¡Qué le hemos de hacer! Hay que terminar como sea -dijo éste.
Asignaron al criminal una pensión de seiscientos francos y así se lo comunicaron.
-Bueno; si me pagan puntualmente, me iré.
Así se decidió la cosa. Entregaron al criminal la tercera parte de la pensión por adelantado. Este se despidió de todos y abandonó el dominio del reyecito. Viajó sólo un cuarto de hora por ferrocarril. Se instaló cerca del reino, compró una parcela de tierra, puso una huerta y un jardín y vive muy feliz.
En fechas determinadas, va a Mónaco a percibir su pensión. Después de cobrar, entra en la casa de juego y pone dos o tres francos. Algunas veces gana; otras pierde y vuelve a su casa. Vive apaciblemente.
Menos mal que no delinquió en un lugar donde no se repara en gastos para decapitar a un hombre ni para mantenerlo en la cárcel toda la vida.
FIN
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GERLILIBROS: 9 DE SEPTIEMBRE NACE:LEÓN TOLSTÓI (Liev Nikoláiev...: 9 DE SEPTIEMBRE NACE: LEÓN TOLSTÓI (Liev Nikoláievich Tolstói; Yasnaia Poliana, 1828 - Astapovo, 1910) Escritor y ruso. Hijo del nob...

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GERLILIBROS: JORGE LUIS BORGES   LA LLUVIA Bruscamente la ta...: JORGE LUIS BORGES   LA LLUVIA Bruscamente la tarde se ha aclarado Porque ya cae la lluvia minucHOLA MUY BUEN SÁBADO PARA TODOS VAMOS A DISFRUTAR LA LLUVIA
BESITOSiosa. Cae o cayó. La lluvia es un...

jueves, 7 de septiembre de 2017

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GERLILIBROS: ROBERTO ARLT "Aguafuertes porteñas" La tragedia d...: ROBERTO ARLT "Aguafuertes porteñas" La tragedia del hombre honrado Todos los días asisto a la tragedia de un hombr...
MARIO BENEDETTI
COMO SIEMPRE
Aunque hoy cumplas
trescientos treinta y seis meses
la matusalénica edad no se te nota cuando
en el instante en que vencen los crueles
entrás a averiguar la alegría del mundo
y mucho menos todavía se te nota
cuando volás gaviotamente sobre las fobias
o desarbolás los nudosos rencores
buena edad para cambiar estatutos y horóscopos
para que tu manantial mane amor sin miseria
para que te enfrentes al espejo que exige
y pienses que estás linda
               y estés linda
casi no vale la pena desearte júbilos y lealtades
ya que te van a rodear como ángeles o veleros
es obvio y comprensible
que las manzanas y los jazmines
y los cuidadores de autos y los ciclistas
y las hijas de los villeros
y los cachorros extraviados
y los bichitos de san antonio
y las cajas de fósforo
te consideren una de los suyos
de modo que desearte un feliz cumpleaños
podría ser tan injusto con tus felices
cumpledías
acordate de esta ley de tu vida
si hace algún tiempo fuiste desgraciada
eso también ayuda a que hoy se afirme
tu bienaventuranza
de todos modos para vos no es novedad
que el mundo
          y yo
          te queremos de veras
pero yo siempre un poquito más que el mundo.

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miércoles, 6 de septiembre de 2017

ATAHUALPA YUPANQUI
PREGUNTITAS SOBRE DIOS

Un día yo pregunté: 
Abuelo, dónde está Dios. 
Mi abuelo se puso triste, 
y nada me respondió. 

Mi abuelo murió en los campos, 
sin rezo ni confesión. 
Y lo enterraron los indios, 
flauta de caña y tambor. 

Al tiempo yo pregunté: 
¿Padre, qué sabes de Dios? 
Mi padre se puso serio 
y nada me respondió. 

Mi padre murió en la mina 
sin doctor ni protección. 
¡Color de sangre minera 
tiene el oro del patrón! 

Mi hermano vive en los montes 
y no conoce una flor. 
Sudor, malaria, serpientes, 
la vida del leñador. 

Y que nadie le pregunte 
si sabe donde está Dios. 
Por su casa no ha pasado 
tan importante señor. 

Yo canto para los caminos, 
y cuando estoy en prisión 
oigo las voces del pueblo 
que canto mejor que yo. 

Hay un asunto en la tierra 
más importante que Dios. 

Y es que nadie escupa sangre 
pa que otro viva mejor. 

¿Que Dios vela por los pobres? 
Talvez sí, y tal vez no. 
Pero es seguro que almuerza 
en la mesa del patrón. 


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sábado, 2 de septiembre de 2017

GERLILIBROS: Nadia Anjuman (1980-2005) fue asesinada por su m...

GERLILIBROS: Nadia Anjuman (1980-2005) fue asesinada por su m...: Nadia Anjuman (1980-2005) fue asesinada por su marido, Farid Anjuman, y los familiares de éste, que consideraban que la public...

2 DE SEPTIEMBRE DE 1973 MUERE :

JOHN RONALD REUEL TOLKIEN
(Bloemfontein, Sudáfrica, 1892 - Bournemouth, Reino Unido, 1973) Escritor británico de origen sudafricano mundialmente conocido como autor de El señor de los anillos (1954-1955), un verdadero clásico de la literatura fantástica. Aunque el autor ya era sobradamente conocido, en fechas recientes su obra ha alcanzado una difusión todavía mayor gracias a las adaptaciones cinematográficas de Peter Jackson.

J. R. R. Tolkien
Hijo de padres ingleses, vivió en Sudáfrica hasta la muerte de su padre en 1896, año en que se trasladó con su familia a Inglaterra. La conversión de la madre al catolicismo lo marcó profundamente. Estudió en Oxford, y mostró muy pronto un vivo interés por la filología y las antiguas sagas y leyendas nórdicas. Tras participar en la Primera Guerra Mundial, enseñó primero lengua inglesa en la Universidad de Leeds. Profesor de lengua y literatura anglosajona en la Universidad de Oxford, se especializó en la época medieval.
Tras publicar algunos ensayos (Sir Gawain y el caballero verde, 1925; Beowulf, 1936), inició la creación de una personal mitología inspirada en la saga artúrica y en la épica medieval anglosajona, plagada de elementos fantásticos y de seres y mundos imaginarios. Así, la novela El hobbit (1937) narra las vicisitudes de un pueblo apacible y sensato que vive en un mundo llamado Tierra media, junto con elfos, duendes y magos.
El hobbit fue el punto de partida de un ambicioso ciclo épico que se concretó en la trilogía de El señor de los anillos (1954-1955), dividida en tres volúmenes: La comunidad del anillo (1954), Las dos torres (1954) y El retorno del rey (1955). Dirigida a un público adulto, la obra de Tolkien encontró a mediados de la década de 1960 una gran acogida, hasta el extremo de convertirse en libro de culto y dar lugar a un género en alza, la «alta fantasía».
La actividad de J. R. R. Tolkien como novelista es inseparable de la del filólogo. Su goce intelectual por las lenguas antiguas (conocía el griego, el anglosajón, el medio inglés, el galés, el gótico, el finlandés, el islandés antiguo, el noruego antiguo, el alto alemán antiguo) lo llevaba a crear sonidos y a inventar lenguajes, siguiendo un método rigurosamente filológico.
Tras El señor de los anillos, Tolkien trabajó en la obra que había de ser el poema épico general de su fantástico mundo mitológico: The Silmarillion, aparecido póstumamente (1977). En el ensayo On Fairy Stories, A Critical Study (1946), Tolkien discute la relación de la literatura fantástica con el romance. Entre sus colecciones poéticas cabe mencionar The Homecoming of Beorhtnoth Beorthelm´s Son (1953) y los poemas narrativos The Lay of Aotrou and Itroun (1945) e Imran(1955).
El señor de los anillos
En El señor de los anillos, Tolkien inventa un reino de fantasía cuyos habitantes, los hobbits (seres antropomorfos y más pequeños que los enanos), poseen una lengua propia, con una gramática perfectamente desarrollada. El eje de la narración lo constituye la oposición entre el bien y el mal, que trasciende de lo puramente local de este reino fantástico a la interpretación del mundo actual. Un anillo de poder, arrancado por un hobbit al enemigo de todos los hombres (Gollum), se convierte en el objeto central de la novela. Las propiedades del anillo (objeto que contiene el máximo poder) lo convierten en una amenaza, por lo que se hace necesaria su destrucción
El narrador sostiene que la historia se apoya en el "libro rojo de Westmach", en el que Bilbo Baggins, el más famoso de los hobbits, recogió la historia de su pueblo. Después de años de peregrinaje, los hobbits se han establecido en un lugar llamado Shire. Bilbo ha conseguido arrancarle un anillo al monstruo Gollum y se lo confía a su pariente Frodo. Pero el mago y consejero Gandalf el Gris descubre que, de todos los anillos, éste es el que más poder confiere, y convoca a un consejo que decide destruir el peligroso anillo. Su destrucción debe efectuarse en Mordor, país habitado por los enemigos de los hobbits: los orcs.

Cartel de Las dos torres (2002), de Peter Jackson,
que adaptó con gran éxito la trilogía de Tolkien
De inmediato se funda una cofradía para librar al mundo del anillo, compuesta por hombres y por criaturas fantásticas como los elfos, los enanos y los hobbits. Boromir, uno de los cofrades, sediento de poder, trata de adueñarse del anillo y se rompe la cofradía. En la segunda parte del libro se cuentan las aventuras que viven los miembros de la hermandad, disgregados y debilitados por la traición. Frodo se enfrenta al monstruo de Gollum iluminado por el sabio sentido común propio de los hobbits y logra vencerle. Herido de muerte, entrega el anillo a su servidor y le ordena llevar a término la misión. El anillo de Gollum es destruido y con él el país de Mordor. Frodo, completamente curado, se marcha con Bilbo hacia tierras lejanas. Un amplio apéndice completa este mundo mítico. En él se incluyen sinopsis históricas y genealógicas, tablas cronológicas, un calendario y los signos alfabéticos de los hobbits.
Inspirado en las leyendas nórdicas y artúricas, el libro puede leerse como una alegoría sobre la búsqueda espiritual, tarea especialmente difícil en una época de crisis de valores. Las leyendas de la cultura anglosajona, y en especial la leyenda de Beowulf, constituyeron la fuente de inspiración para crear sus personajes fantásticos, muchos de ellos con una intencionalidad claramente simbólica.
Crónica histórica, alegoría o utopía, la importancia de El señor de los anillos reside, sobre todo, en su valor literario. Tolkien emplea un lenguaje comprensible, con reminiscencias del estilo bíblico y de las antiguas formas literarias inglesas; junto a esas formas tradicionales, convive en la novela un lenguaje desenvuelto, cotidiano y actual del que se sirven casi todos sus personajes fantásticos. Aunque de trama compleja, en la trilogía se consigue la fusión entre motivos aparentemente dispares, que sirven para interpretar las inquietudes y sueños de nuestra época.

GERLILIBROS: ROBERTO ARLTAguafuertes porteñasCausa y sinrazón...

GERLILIBROS: ROBERTO ARLT Aguafuertes porteñas Causa y sinrazón...: ROBERTO ARLT Aguafuertes porteñas Causa y sinrazón de los celo Hay buenos muchachitos, con metejones de primera agua, que le ama...

viernes, 1 de septiembre de 2017

GERLILIBROS: OLIVERIO GIRONDO 12Se miran, se presienten, se de...

GERLILIBROS: OLIVERIO GIRONDO  12Se miran, se presienten, se de...: OLIVERIO GIRONDO  12 Se miran, se presienten, se desean,  se acarician, se besan, se desnudan,  se respiran, se acuestan, se o...

1 DE SEPTIEMBRE DE 1875 NACE: EDGAR RICE BURROUGHS

1 DE SEPTIEMBRE DE 1875 NACE:

EDGAR RICE BURROUGHS

(Chicago, 1875 - Los Ángeles, 1950) Novelista estadounidense, creador del mítico personaje de Tarzán. Hijo de una familia acomodada, se educó en escuelas privadas de Chicago. En 1911 apareció su primera obra (Bajo las lunas de Marte) en una revista de aventuras, y tuvo tanto éxito que decidió dedicarse a escribir. En 1912 publicó el primer cuento de Tarzán y en 1914 la novela Tarzán de los monos, que le dio fama internacional y fue traducida a múltiples idiomas, llevada reiteradamente a la pantalla y reproducida en tiras cómicas. Con el mismo protagonista produjo otras 23 novelas. La causa del espectacular triunfo del personaje habría que buscarla, además del entretenimiento que ofrece este tipo de aventuras, en el cambio de valores y de mentalidad ocurrido en Estados Unidos después de la gran depresión de 1929, por la necesidad de encontrar nuevos héroes populares que hicieran recuperar la confianza perdida. Escribió, además, relatos acerca de la vida en otros planetas.
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ROBERTO ARLT AGUAFUERTES PORTEÑAS YO NO TENGO LA CULPA

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