miércoles, 23 de agosto de 2017

23 AGOSTO 1812 ÉXODO JUJEÑO

El 20 de junio de 1820 moría en Buenos Aires Manuel Belgrano en la pobreza extrema, asolado por la guerra civil. Fue uno de los más notables economistas argentinos, precursor del periodismo nacional, impulsor de la educación popular, la industria nacional y la justicia social. El 23 de agosto de 1812, como General en Jefe del Ejército del Norte, comandó el abandono de la ciudad de Jujuy con un objetivo estratégico ante el avance de las fuerzas realistas del general Goyeneche. Para recordarlo, transcribimos a continuación un fragmento del libro Los mitos de la historia argentina, de Felipe Pigna.
Ante la inminencia del avance de un poderoso ejército español desde el norte al mando de Pío Tristán, el 29 de julio de 1812, Belgrano emite un bando disponiendo la retirada general ante el avance de los enemigos. La orden de Belgrano era contundente: había que dejarles a los godos la tierra arrasada: ni casas, ni alimentos, ni animales de transporte, ni objetos de hierro, ni efectos mercantiles.
Desconfiaba profundamente de las oligarquías locales, a las que llamaba "los desnaturalizados que viven entre nosotros y que no pierden arbitrios para que nuestros sagrados derechos de libertad, propiedad y seguridad sean ultrajados y volváis a la esclavitud". Tenía datos precisos de que ya estaban en contacto con la avanzada española para hacer negocios con las probables nuevas autoridades, de las que habían recibido la garantía de respetar sus propiedades. Belgrano no les dejó alternativa: o quemaban todo y se plegaban al éxodo, o los fusilaba.
El resto de la población colaboró fervientemente, perdiendo lo poco que tenían, que para ellos era todo.
Belgrano lanza su arenga: "Desde que puse el pie en vuestro suelo para hacerme cargo de vuestra defensa, os he hablado con verdad (...) Llegó pues la época en que manifestéis vuestro heroísmo y de que vengáis a reuniros al ejército a mi mando, si como aseguráis queréis ser libres".
Aquel impresionante operativo comenzó a principios de agosto de 1812. La gente llevaba todo lo que podía ser transportado en carretas, mulas y caballos. Se cargaron muebles y enseres y se arreó el ganado en tropel. Los incendios devoraron las cosechas y en las calles de la ciudad ardieron los objetos que no podían ser transportados. Sólo quedaron desolación y desierto.
Los voluntarios de Díaz Vélez, que habían ido a Huma-huaca a vigilar la entrada de Tristán y habían vuelto con la noticia de la inminente invasión, fueron los encargados de cuidar la retaguardia. El repliegue se hizo en tiempo récord ante la proximidad del enemigo. En cinco días se cubrieron 250 kilómetros y poco después la marca humana llegaba a Tucumán. Al llegar allí, el pueblo tucumano le solicitó formalmente a Belgrano que se quedara para enfrentar a los realistas. Por primera y única vez, Belgrano desobedeció a las autoridades, que querían obligarlo a bajar a Montevideo para combatir a Artigas, y el 24 de septiembre de 1812 obtuvo el importantísimo triunfo de Tucumán. Animados por la victoria, Belgrano y su gente persiguieron a los realistas hasta Salta, donde los derrotaron el 20 de febrero de 1813.
Belgrano sabía que estaba en el buen camino y conocía quienes eran sus aliados y quienes, sus enemigos. Así se lo hacía saber a su entrañable compañero, el valeroso estratega salteño Martín Miguel de Güemes: "Hace Ud. muy bien en reírse de los doctores; sus vocinglerías se las lleva el viento. Mis afanes y desvelos no tienen más objeto que el bien general y en esta inteligencia no hago caso de todos esos malvados que tratan de dividirnos, porque, ¿qué otra cosa deben ser los gobernantes que los agentes de negocios de la sociedad, para arreglarlos y dirigirlos del modo que conforme al interés público? Así pues, trabajemos con empeño y tesón, que si las generaciones presentes nos son ingratas, las futuras venerarán nuestra memoria que es la recompensa que deben esperar los patriotas”.
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23 AGOSTO DE 1927 SON EJECUTADOS 
SACCO Y VANZETTI

Son ejecutados Sacco y Vanzetti
Tras siete años de agonía entre las rejas, los anarquistas Nicola Sacco y Bartolomeo Vanzetti son electrocutados en la penitenciaría de Charlestown mientras fuera de la prisión eran miles los indignados manifestantes que amenazaban con asaltar el lugar. Se cerraba así uno de los procesos judiciales y políticos más bochornosos de la historia moderna, emblemático de la auténtica "caza de brujas" desatada contra anarquistas, comunistas e inmigrantes en general tanto en Estados Unidos como en diversos países americanos. Las pruebas mediante las que ambos trabajadores fueron asesinados por el asalto y asesinato de un cobrador en Baltimore revelaron muy rápidamente su falsedad. Sin embargo, el proceso siguió, indiferente a los testimonios que demostraban la inocencia de los acusados, toda vez en que éstos eran brindados en italiano y sin traductor mediante. Visto a la distancia, si bien Sacco y Vanzetti se convirtieron en emblema de lucha de los trabajadores, del sesgo racista de su proceso y condena podría decirse que más que como anarquistas fueron condenados por ser inmigrantes.
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