viernes, 5 de diciembre de 2014

LORD BYRON (1788-1824)
EL GIAOUR

Pero antes, sobre la tierra, como vampiro enviado,
tu cadáver del sepulcro será exiliado;
entonces, lívido, vagarás por el que fuera tu hogar,
y la sangre de los tuyos has de arrancar;
allí, de tu hija, hermana y esposa,
a media noche, la fuente de la vida secarás;
Aunque abomines aquel banquete, debes, forzosamente,
nutrir tu lívido cadáver andante,
tus víctimas, antes de expirar,
en el demonio a su señor verán;
maldiciéndote, maldiciéndose,
tus flores marchitándose están en el tallo.
Pero una que por tu crimen debe caer,
la más joven, entre todas, la más amada,
llamándote padre, te bendecirá:
¡esta palabra envolverá en llamas tu corazón!
Pero debes concluir tu obra y observar
en sus mejillas el último color;
de sus ojos el destello final,
y su vidriosa mirada debes ver
helarse sobre el azul sin vida;
con impías manos desharás luego
las trenzas de su dorado cabello,
que fueron bucles por ti acariciados
y con promesas de tierno amor despeinados;
¡pero ahora tú lo arrebatas,
monumento a tu agonía!
Con tu propia y mejor sangre chorrearán
tus rechinantes dientes y macilentos labios;
luego, a tu lóbrega tumba caminarás;
ve, y con demonios y espíritus delira,
hasta que de horror estremecidos, huyan
de un espectro más abominable que ellos.

5 DE DICIEMBRE DE 1925 MUERE WLADYSLAW REYMONT

5 DE DICIEMBRE DE 1925 MUERE
WLADYSLAW REYMONT
(Wladyslaw Stanislaw Reymont; Kobiele-Wielkie, 1867 - Varsovia, 1925). Novelista polaco, premio Nobel de literatura en 1924.
cuya obra indagó en la historia y el mundo rural de su país. Hijo de un organista de iglesia, no acabó siquiera los estudios primarios y alternó los más diversos oficios y actividades (actor, ferroviario, hermano lego en un monasterio) antes de dedicarse a la literatura, no sin haber conocido previamente las principales capitales europeas.
Esa experiencia vital le permitió retratar después muy diferentes ambientes y estratos sociales en sus obras, de inspiración realista. Comenzó escribiendo novelas cortas, las primeras de ellas inspiradas en la dura vida campesina, como ocurre con La perra (1893) y La muerte (1894). En La comediante (1896) y Fermentos (1897), más complejas, se adentra en los avatares de las compañías teatrales ambulantes y la bohemia.
En 1899 obtuvo gran éxito con La tierra prometida, ambiciosa novela en torno a la aparición de un gran centro industrial en una pequeña localidad y a las consecuencias de tal fenómeno, por la que desfila toda una galería de personajes, desde los grandes industriales hasta los obreros, y en la que fustiga particularmente a los nuevos ricos y manifiesta algunas opiniones antisemitas.
Su gran obra, sin embargo, es Los campesinos (1904-1909), una tetralogía de inspiración naturalista en la que ensalza la vida primitiva y vinculada a la tierra de las gentes del campo, sometidas al curso cíclico de las estaciones, que determinan su comportamiento y su carácter. En ella, el autor pone el acento en los contrastes sociales entre terratenientes y campesinos, con particular atención a la dependencia de los factores económicos, al tiempo que glorifica el patriotismo y la presencia abrumadora de la naturaleza. Reymont escribió también una trilogía histórica, El año 1794 (1913-1918), cuyos resultados no justificaron, no obstante, el esfuerzo y la ilusión que puso en ella.

5 DE DICIEMBRE DE 1870 MUERE ALEXANDRE DUMAS

5 DE DICIEMBRE DE 1870 MUERE
ALEXANDRE DUMAS
(Alejandro Dumas padre; Villers-Cotterêts, Francia, 1802 - Puys, id., 1870) .Novelista francés.
Hijo de un general del ejército francés que dejó a su familia prácticamente en la ruina al morir, en 1806, Alexandre Dumas tuvo que abandonar pronto sus estudios. Llegó a París en 1823, tras una primera experiencia como pasante de abogado, lleno de ambiciones literarias. Gracias a su puesto de escribiente para el duque de Orléans, que obtuvo por recomendación del general Foy, consiguió completar su formación de manera autodidacta.
Desde 1825, editó poemas y relatos largos, y representó vodeviles en teatros de variedades, pero el verdadero inicio de su carrera como dramaturgo se produjo en 1829, con Enrique III y su corte, primera manifestación de la nueva generación literaria romántica, anticipándose un año al Hernani, de Victor Hugo. Antony, en 1831, marcó los principios de una etapa de creación infatigable de dramas, tragedias y melodramas, casi todos de exaltación de la historia nacional de Francia.
Gran admirador de Walter Scott, a partir de 1832 escribió también novelas históricas, aprovechando el auge del género propiciado por su publicación por entregas en los periódicos. A pesar del poco éxito de sus primeras novelas, la aparición de Los tres mosqueteros, en 1844, significó su salto a la fama. Las sumas ingentes de dinero que se le ofrecían, dada la creciente demanda de sus novelas por parte del público, motivaron una verdadera explosión en la producción de Dumas. Trabajando incontables horas al día, y con la ayuda de varios colaboradores, entre los que destacó el historiador Auguste Maquet, con quien trabajó de 1839 a 1851, llegó a producir ochenta novelas, de desigual calidad. La mayoría de ellas pertenecen al género histórico o al de aventuras, en el que destaca sin duda El conde de Montecristo.
La escasa profundidad psicológica de los personajes se ve ampliamente compensada por una exuberante inventiva a la hora de crear las intrigas, y por el perfecto dominio de los diálogos, siempre ágiles y vivaces. Sin duda, éste fue el motivo de que sus obras fueran frecuentemente trasladadas al teatro. Con este fin fundó en 1847 el Théâtre Historique, en París, empresa que cuatro años más tarde quebró a causa de las deudas contraídas, a pesar del éxito obtenido.
La vitalidad enorme de Dumas le llevó a probar todos los géneros de la literatura y, si bien es cierto que sus ensayos históricos no tuvieron mucha relevancia, la serie de sus Impresiones de viaje (1835-1859), en cambio, lo convirtió en el primer maestro del gran reportaje. Realizó una breve incursión en el universo político; fue nombrado capitán de la Guardia Nacional parisina, pero se enemistó con Luis Felipe, y, tras un estrepitoso escándalo en las Tullerías, rechazó el nuevo régimen y volvió a la literatura. Tras dos fracasos electorales sucesivos, en marzo y junio de 1848, en 1851, huyendo más de sus acreedores que de Luis Napoleón, se exilió en Bélgica, donde redactó sus apasionantes y pintorescas memorias, y compuso nuevas novelas de aventuras.
Regresó a Francia en 1853 y fundó la revista satírica El mosquetero, que se transformó, en 1857, en El Monte-Cristo. Ante la continua censura de Napoleón III, abandonó de nuevo Francia y se sumó a la expedición de Garibaldi en Sicilia, en 1860. Se encargó de comprar armas para el revolucionario italiano y se instaló, durante cuatro años, en Nápoles, donde Garibaldi lo nombró conservador del museo de la ciudad. Enemistado con el cardenal Francesco Zamparini, fue expulsado por los napolitanos, e impulsó en París nuevos intentos periodísticos, que abortaron al poco tiempo.
Arruinado, vivió los últimos años de su vida a costa de su hijo Alexandre Dumas, también escritor, y de su hija, Madame Petel. Pretendía haber escrito más de mil doscientas obras, y, aunque sin duda exageraba la cifra, dejó unos trescientos libros y numerosísimos artículos, que hicieron de él uno de los autores románticos más prolíficos y populares de Francia.

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