miércoles, 1 de abril de 2015

1 DE ABRIL DE 1929 NACE :
MILAN KUNDERA

(Brno, actual República Checa, 1929) Escritor checo nacionalizado francés de amplísima proyección y fama internacional. Tras la invasión rusa de 1968 perdió su puesto de profesor en el Instituto Cinematográfico de Praga, sus libros fueron retirados de la circulación y tuvo que exiliarse en Francia. Después de su primera novela, El libro de los amores ridículos (1968), publicó La broma (1968), La insoportable levedad del ser (1984) y La inmortalidad (1990), entre otras. Ha escrito también una obra de teatro, Jacques y su amo (1971), y algunos ensayos. Sus novelas se sitúan a medio camino entre la ficción y el ensayo, y hacen uso frecuente de la ironía, la presencia de diversas voces narrativas, la confusión entre elementos reales y ficticios y la digresión. En ellas el autor se enfrenta a sus propios fantasmas personales, el totalitarismo y el exilio, al tiempo que ahonda en los grandes temas de la libertad y la eticidad desde un profundo desengaño, a veces difícil de percibir tras su estilo aparentemente ligero y amable.
Hijo del pianista Ludvik Kundera, las vicisitudes políticas marcaron su juventud, obligándole a interrumpir sus estudios o su labor docente. Tras perder su trabajo en el Instituto Cinematográfico de Praga, fue desde 1975 profesor visitante en la Universidad de Rennes; en 1979 fue privado de la ciudadanía checa y se estableció en Francia. Adoptó la nacionalidad francesa en 1981 y, entre 1985 y 1987, revisó personalmente una traducción integral de su obra novelística al francés; a excepción de las iniciales, la mayor parte de sus obras aparecieron primero en francés y luego en checo. Después de unos inicios poéticos caracterizados por la adhesión, en algunos casos polémica, a los sueños de la nueva generación comunista de después del 48 (El hombre, amplio jardín, 1953, y El último mayo, 1955, reelaboración de un episodio de Reportaje al pie de la horca de J. Fucik), se orientó definitivamente hacia la narrativa.
Toda su producción ulterior no fue sino una sistemática desmitificación de los mitos de su generación y de la izquierda checa y europea en general, operada valiéndose de las más refinadas técnicas que la evolución de la novela ponía a su disposición (polifonía, alternancia de narradores, cruce de crónica y disertación filosófica), insertadas en un discurso musical con variaciones sobre el tema, recurrencia de un mismo motivo, contrapuntos de motivos distintos, en un continuo fluctuar entre la realidad física de los hechos y la realidad ficticia de los personajes, entre historia y novela.
El primero en ser atacado por Kundera fue el mito del amor, que zahiere en su libro de relatos El libro de los amores ridículos, aparecido en tres entregas (1963, 1965 y 1968). Luego fue el sueño comunista de 1948 (La broma, 1967) y el fracaso del programa revolucionario de las vanguardias históricas (La vida está en otra parte, 1979). La broma anticipó ya algunos rasgos característicos de su obra, como la integración de largos pasajes ensayísticos, y su peculiar concepto de lo grotesco. Después de La despedida (1979), cuya aparente ligereza proviene de la rigurosa construcción teatral y de la precisión del microdrama de una muerte "por equivocación", las novelas siguientes serán todas concebidas y escritas en el extranjero.
Tras volver nuevamente, con las siete variaciones de El libro de la risa y el olvido (1981), al tema de la ironía y de la desesperación de la memoria (histórica), abordando directamente y con agudo sarcasmo la realidad checa, Milan Kundera añadió con La insoportable levedad del ser (1984) un nuevo fragmento a su coherente obra de desmitificación que, ironizando esta vez sobre los esfuerzos revolucionarios de la izquierda occidental y volviendo al sueño de la Gran Marcha que había estado en la base de su poesía, constituye en la evolución de Kundera la novela de las ilusiones totalmente perdidas.
La insoportable levedad del ser es un intento de novela total, que repasa, a través de la vida de dos parejas, toda la historia reciente de Checoslovaquia y plantea sus permanentes interrogantes existenciales. El cirujano Tomas, muy mujeriego y que disfruta de una prestigiosa carrera en el extranjero, conoce un día a su compatriota Tereza, una frágil muchacha que acaba transformando su vida. Tomas la sigue a su país de origen, Checoslovaquia, regido por la dictadura comunista; el cirujano es objeto de depuración política y acaba en una granja estatal. Allí muere en accidente en compañía de Tereza. La narración pasa revista a otros personajes, como la pintora Sabina, abrumada por las rígidas directrices del arte oficial, el realismo socialista, lo que la lleva a una existencia vacua, sin raíces, desleal para con todos; o Franz, amante de la anterior, inestable, en una perpetua búsqueda de una vida que valga la pena ser vivida.
Entre sus novelas posteriores hay que destacar La lentitud (1994), La identidad (1998) y La ignorancia (2000). Ha publicado también los ensayos literarios El arte de la novela (1986), que reúne textos escritos en distintas circunstancias y donde expone su concepción personal de la novela europea, y Los testamentos traicionados (1993). Como dramaturgo, obtuvo reconocimiento con Los propietarios de las llaves (1962), aunque el autor personalmente prefiera Jacques y su amo (1975).
1 DE ABRIL DE 1868 NACE :
EDMOND ROSTAND

(Marsella, 1868 - París, 1918) Autor dramático francés, recordado especialmente como autor de Cyrano de Bergerac. Escribió habitualmente para la actriz Sarah Bernhardt y se le dio el sobrenombre de "rey de la Belle Époque". Siguió estudios de derecho y al mismo tiempo escribió una obra, Le Gant rouge (1888), así como un cierto número de poesías, sin ningún éxito.


No ejerció nunca la abogacía y se consagró por completo a los trabajos literarios. En 1890 publicó un volumen de poemas: Les Musardises. Otra obra de 1891, Les Deux Pierrots, tuvo tan poca aceptación como la anterior. Pero su comedia en verso Los noveleros, representada en 1894 en la Comédie Française, fue muy aplaudida. A continuación escribió dos piezas para Sarah Bernhardt: La princesa lejana, representada en 1895, y La Samaritana, en 1897.
En diciembre de ese mismo año se representó otra creación suya, Cyrano de Bergerac, inspirada en el precursor de la ciencia-ficción, al que convirtió en un espadachín generoso, dotado de una monstruosa nariz, que fue un triunfo de una repercusión raramente igualada en los anales del teatro. Este drama en verso, ambientado en la Francia del siglo XVII, presenta al poeta y espadachín que da título a la obra secretamente enamorado de su bella prima Roxana. Cyrano no se atreve a declararle su pasión por temor a ser rechazado a causa de su fealdad, y se conforma, en cambio, con esconderse bajo el balcón de Roxana y dictar desde allí a Christian de Neuvillette las frases de amor que éste (un joven y rudo cadete procedente de Gascuña) no acierta a dirigir a la muchacha.
La obra siguiente, El Aguilucho, creada en marzo de 1900, conoció un reconocimiento parecido. Este doble éxito de público, a pesar de que la crítica fue severa con ambas obras, influyó en su ingreso a la Academia Francesa (1901). Coronado por la fama a los veintinueve años y miembro de la Academia a los treinta y tres, vivió alternativamente en Cambo, en el País Vasco y en París, envuelto por la admiración y asistido por su esposa entusiasta e incitadora, Rosemonde Gérard, en tanto crecían las leyendas acerca de su presunción y el fasto de su vida. Poseía, en realidad, un carácter reservado, tendente a la tristeza y a la timidez, extremadamente nervioso, intolerante con las pequeñas dificultades y fácilmente dominado por el ambiente.
Enfermo de pulmonía, Rostand se retiró finalmente al país vasco-francés. Sólo en 1910 el público parisino pudo asistir a la representación de su nueva obra, Chantecler, que desconcertó al auditorio y a los críticos por sus audacias formales. La última noche de don Juan, para muchos su mejor pieza, y los poemas que le inspiró la Primera Guerra Mundial (El vuelo de la Marsellesa), fueron publicados póstumamente en 1921.

ROBERTO ARLT AGUAFUERTES PORTEÑAS YO NO TENGO LA CULPA

     ROBERTO ARLT        AGUAFUERTES PORTEÑAS     YO NO TENGO LA CULPA   Yo siempre que me ocupo de cartas de lectores, suelo admitir que se...