sábado, 14 de febrero de 2015

MAHMOUD DARWISH
DOCUMENTO DE IDENTIDAD

¡Regístrame!
soy árabe
el número de mi identidad es cincuenta mil
tengo ocho hijos
y el noveno... ¡vendrá poco después del verano!
¿Vas a irritarte acaso?
¡Regístrame!
soy árabe
trabajo con mis compañeros de lucha
en una cantera
tengo ocho hijos
arranco piedras
el pan, las ropas, los cuadernos
y no vengo a mendigar a tu puerta
y no me inclino
delante de las piedras de tu umbral
¿Vas a irritarte acaso?
¡Regístrame!
soy árabe
mi nombre es muy común
y soy paciente
en un país que hierve de cólera
mis raíces...
fijadas antes del nacimiento de los tiempos

AMOS OZ
PERO CÓMO

Abandonarla, dices, es fácil decirlo,

abandonarla como un piloto de combate

que abandona un avión

sin control o en llamas. ¿Pero cómo se salta

de un avión caído, hecho pedazos y oxidado

o hundido en las profundidades del mar?

SHARON OLDS
LA ETICA Y LA MUERTE

No es algo malo su muerte.
Ni bueno, ni malo.
Queda fuera del mundo moral.
Cuando las enfermeras vacían la bolsa del catéter
y vierten el fluido ámbar y pálido
en una taza para medir, no hacen
algo bueno ni malo: es sólo
su cuerpo. Incluso cuando el dolor
crispa su rostro, su boca
cuando hace un chasquido,
su quijada al contraerse,
no son malos, no hay alguien haciéndoselo,
no hay culpa, ni vergüenza:
sólo placer o dolor. Es el mismo reino
del sexo, de los impulsos nerviosos,
un reino sin iglesia, en él lo besamos,
en él acariciamos su cabello pringoso,
su mujer y yo,
una a cada lado, secando restos
de saliva en sus labios blancuzcos.
Su cuerpo nos siente atenderlo
fuera del mundo de la moral,
como si le hiciéramos el amor en un bosque,
escuchando desde una pradera remota
los cánticos distantes de una asamblea:
gotas más pequeñas que las más pequeñas gotas de rocío
cubren su cuerpo cuando nos inclinamos a tocarlo.

CESAR VALLEJO

LOS MINEROS SALIERON DE LA MINA

Los mineros salieron de la mina
remontando sus ruinas venideras,
fajaron su salud con estampidos
y, elaborando su función mental
cerraron con sus voces
el socavón, en forma de síntoma profundo.

¡Era de ver sus polvos corrosivos!
¡Era de oír sus óxidos de altura!
Cuñas de boca, yunques de boca, aparatos de boca (¡Es formidable!)

El orden de sus túmulos,
sus inducciones plásticas, sus respuestas corales,
agolpáronse al pie de ígneos percances
y airente amarillura conocieron los trístidos y tristes,
imbuidos
del metal que se acaba, del metaloide pálido y pequeño.

Craneados de labor,
y calzados de cuero de vizcacha,
calzados de senderos infinitos,
y los ojos de físico llorar,
creadores de la profundidad,
saben, a cielo intermitente de escalera,
bajar mirando para arriba,
saben subir mirando para abajo.

¡Loor al antiguo juego de su naturaleza,
a sus insomnes órganos, a su saliva rústica!
¡Temple, filo y punta, a sus pestañas!
¡Crezcan la yerba, el liquen y la rana en sus adverbios!
¡Felpa de hierro a sus nupciales sábanas!
¡Mujeres hasta abajo, sus mujeres!
¡Mucha felicidad para los suyos!
¡Son algo portentoso, los mineros
remontando sus ruinas venideras,
elaborando su función mental
y abriendo con sus voces
el socavón, en forma de síntoma profundo!
¡Loor a su naturaleza amarillenta,
a su linterna mágica,
a sus cubos y rombos, a sus percances plásticos,
a sus ojazos de seis nervios ópticos
y a sus hijos que juegan en la iglesia
y a sus tácitos padres infantiles!
¡Salud, oh creadores de la profundidad...! (Es formidable.)

ROBERTO ARLT AGUAFUERTES PORTEÑAS YO NO TENGO LA CULPA

     ROBERTO ARLT        AGUAFUERTES PORTEÑAS     YO NO TENGO LA CULPA   Yo siempre que me ocupo de cartas de lectores, suelo admitir que se...