lunes, 5 de enero de 2015

5 DE ENERO DE 1931 NACE
JUAN GOYTISOLO
(Barcelona, 1931) Novelista español. Vinculado en una primera etapa al realismo social, exploró en su obra posterior un experimentalismo trasgresor en la formas y heterodoxo y disidente en los enfoques y los temas. Hermano del poeta José Agustín Goytisolo y del también novelista Luis Goytisolo, cursó la carrera de derecho, y en 1956 abandonó España para establecerse en París, ciudad en la que ejerció de asesor literario en la editorial francesa Gallimard. Posteriormente fijó su residencia en Marruecos.
Juan Goytisolo

Sus primeras novelas, inscritas en las tendencias del realismo social de los cincuenta, fueron Juegos de manos (1954) y Duelo en el paraíso (1955), situada esta última en los días finales de la guerra civil y centrada en la vida de unos muchachos cuya crueldad reproduce la de los mayores. Sus objetivos críticos y políticos, a través de una técnica objetivista influida por la narrativa norteamericana, se exponen en el ensayo Problemas de la novela (1959), auténtico manifiesto por una literatura inspirada en los principios del realismo socialista, y se plasman en la trilogía El pasado efímero, compuesta por las novelas (argumentalmente independientes) El circo (1957), Fiestas (1958), crónica del fariseísmo burgués en el marco del Congreso Eucarístico de Barcelona, y La resaca (1958), de carácter obrerista y suburbial.

Complemento de estas obras testimoniales son los reportajes Campos de Níjar (1960), relato de un viaje que el autor realizó por las áridas tierras de Almería, en el que describe las trágicas condiciones de vida de sus habitantes, y La Chanca (1962), así como otras dos novelas de crítica antiburguesa: La isla (1961), sobre un grupo de veraneantes en la Costa del Sol, y los cuatro relatos de Fin de fiesta (1962).

Un fecundo silencio, durante el cual Juan Goytisolo se cuestionó con rigor las bases de su narrativa, separa el último título mencionado y el que a la larga (pues no pudo ser publicado en España en su momento) le proporcionaría mayor celebridad, Señas de identidad (1966). Sin abandonar su visión comprometida con la realidad, Goytisolo renunció al estrecho marco expresivo impuesto por la literatura política en una segunda etapa que se abrió con esta novela, una obra experimental relacionada con el surgimiento de la nueva narrativa sudamericana, el nouveau roman francés y la obra de Luis Martín Santos.

Señas de identidad entraña el abandono de las modestas propuestas realistas del período anterior y la asimilación de técnicas de la novela moderna (cambios de punto de vista, saltos en el tiempo, relato en segunda persona, monólogo interior, prosa poemática, pasajes en verso y mezcla de diversos géneros), requeridas por la visión más compleja que representa esta nueva fase de su producción. El protagonista, Álvaro Mendiola, es un español exiliado en Francia (y sin duda "alter ego" del escritor) que realiza un breve viaje profesional a la Península, durante el cual intenta recuperar su pasado, para concluir en una situación que enfatiza el más profundo y dramático desarraigo. Este mismo personaje, encarnación de la frustración y el desarraigo de la generación de posguerra, reaparece en las dos novelas siguientes. En Reivindicación del Conde don Julián (1970), desde Tánger y ante la costa española, reclama una nueva destrucción peninsular; con Juan sin tierra (1975), que termina con un texto en árabe, culmina el proceso de desenraizamiento emprendido con Señas de identidad.


Su identificación con el mundo árabe (que entraña, entre otras cosas, una liberación del tema sexual en su escritura) y el radicalismo ideológico y vanguardista se manifiestan en sus ensayos El furgón de cola (1967), Disidencias (1977), El problema del Sahara (1979), Crónicas sarracinas (1981) y Estambul otomano (1989), y se acentúan en sus últimas novelas: Makbara (1980), cuyo texto deliberadamente fragmentario cuestiona el progreso de las sociedades occidentales enfrentándolas a la pureza de lo primigenio, Paisajes después de la batalla (1982) y Las virtudes del pájaro solitario (1988), que versa sobre el misticismo sufí y la poesía de San Juan de la Cruz. Goytisolo publicó asimismo una magnífica autobiografía en dos partes: Coto cerrado (1985), en la que ofrece testimonio de sus relaciones con los escritores de la escuela de Barcelona, y En los reinos de Taifa (1986).

Autor prolífico, durante los años noventa escribió La cuarentena (1991), Cuaderno de Sarajevo (1993), la novela La saga de los Marx (1993), el libro de crónicas Argelia en el vendaval (1994), El bosque de las letras (1995) y El sitio de los sitios (1995), crónica sobre la situación en Sarajevo tras su visita a Bosnia. En 1997 apareció Las semanas del jardín, historia de un homosexual internado en un manicomio militar a principios de la Guerra Civil. Ese mismo año le fue otorgado el Premio Proartes de narrativa iberoamericana de la ciudad colombiana de Cali, y publicó además Paisajes de guerra con Chechenia al fondo y De la ceca a la Meca, una crónica de viajes por los países musulmanes.

Le siguieron Cogitus interruptus (1999) y Obra inglesa de Blanco White (1999). En 2002 obtuvo el premio de Poesía y Ensayo Octavio Paz y en 2004 el premio Juan Rulfo. De su obra más reciente destacan Carajicomedia (2000), Telón de boca (2003), Contra las sagradas formas (2007) y El exiliado de aquí y de allá (2008), entre otros títulos. El conjunto de la producción literaria de Juan Goytisolo fue reconocido en 2008 con el Premio Nacional de las Letras Españolas.

5 DE ENERO DE 1932 NACE UMBERTO ECO

5 DE ENERO DE 1932  NACE
UMBERTO ECO

(Alessandria, Piamonte, 1932) Semiólogo y escritor italiano. Se doctoró en Filosofía en la Universidad de Turín, con L. Pareyson. Su tesis versó sobre El problema estético en Santo Tomás (1956), y su interés por la filosofía tomista y la cultura medieval se hace más o menos presente en toda su obra, hasta emerger de manera explícita en su novela El nombre de la rosa (1980). Desde 1971 ejerce su labor docente en la Universidad de Bolonia, donde ostenta la cátedra de Semiótica.
Se pueden definir dos presupuestos clave en la amplia producción del autor: en primer lugar, el convencimiento de que todo concepto filosófico, toda expresión artística y toda manifestación cultural, de cualquier tipo que sean, deben situarse en su ámbito histórico; y en segundo lugar, la necesidad de un método de análisis único, basado en la teoría semiótica, que permita interpretar cualquier fenómeno cultural como un acto de comunicación regido por códigos y, por lo tanto, al margen de cualquier interpretación idealista o metafísica.
Teniendo en cuenta este planteamiento, se puede comprender el porqué de la variedad de los aspectos analizados por Umberto Eco, que abarcan desde la producción artística de vanguardia, como en Obra abierta (1962), hasta la cultura de masas, como en Apocalípticos e integrados (1964) o en El superhombre de masas (1976).
A la sistematización de la teoría semiótica dedicó, sobre todo, el Tratado de semiótica general (1975), publicado casi al mismo tiempo en Estados Unidos con el título de A Theory of Semiotics, obra en la que el autor elabora una teoría de los códigos y una tipología de los modos de producción sígnica.
Durante los años del auge del estructuralismo, Eco escribió, enfrentándose a una concepción ontológica de la estructura de los fenómenos naturales y culturales, La estructura ausente (1968), que alcanza su óptima continuación en Lector in fabula (1979). En esta última obra, efectivamente, se afirma que la comprensión y el análisis de un texto dependen de la cooperación interpretativa entre el autor y el lector, y no de la preparación y de la determinación de unas estructuras subyacentes, fijadas de una vez por todas.
Algunos conceptos básicos del Tratado, en cambio, fueron estudiados nuevamente, discutidos y, en ocasiones, modificados por el propio autor en una serie de artículos escritos para la Enciclopedia Einaudi y recogidos después en Semiótica y filosofía del lenguaje (1984). El concepto de signo, especialmente, abandonando el modelo propio "de diccionario" por un modelo "de enciclopedia", ya no aparece como el resultado de una equivalencia fija, establecida por el código, entre expresión y contenido, sino fruto de la inferencia, es decir, de la dinámica de las semiosis.
A estas obras teóricas se añaden los volúmenes en los que Umberto Eco ha reunido escritos de circunstancia y artículos de actualidad, tales como Diario mínimo (1963), que contiene los conocidos Elogio di Franti y Fenomenologia di Mike Bongiorno; Il costume di casa (1973); Dalla periferia dell'impero (1976) y Sette anni di desiderio (1983).
En 1980 dio a conocer la novela El nombre de la rosa, antes citada, de ambientación medieval e inspirada en el subgénero policiaco, en cuyas páginas se combinan a la perfección todos los temas teóricos de la obra de Eco, con una adecuada reconstrucción histórica como escenario de una imaginativa trama y de un sólido arte narrativo.
Se trata de un denso relato que transcurre en una abadía medieval italiana y donde, con una estructura similar a la de las novelas policiacas, el protagonista, un fraile inglés llamado Guillermo de Baskerville, indaga en una serie de asesinatos y llega a descubrir al autor y a los inductores de todos ellos.
Sean Connery protagonizó El nombre de la rosa,
basada en la novela homónima de Umberto Eco

Este largo relato, escrito bajo la advocación de J. L. Borges (convertido en el bibliotecario ciego de la narración), es un genial pastiche de diversas formas literarias: la novela negra, el género histórico, la imitación de estilos medievales o humorísticos de la historieta contemporánea. Gran parte del éxito de la obra, que se convirtió en un best-seller europeo, reside en la perfección de la escritura, que mezcla con habilidad las citas con los materiales originales, dando forma a un paradójico catálogo de la posmodernidad, en la que cualquier creación nace del sentimiento, según Eco, de que "todo ya ha sido dicho y escrito".
El péndulo de Foucault (1988), el segundo relato del autor, intentó recrear la tradición hermética, ocultista y masónica como metáfora de la irracionalidad superviviente en los contemporáneos movimientos terroristas y en las mafias económicas. Aunque también traducido y vendido en todo el mundo, no gozó del favor de los críticos y los lectores. Como tampoco despertó juicios favorables La isla del día antes (1994), su última novela publicada. En mayo de 2000 fue galardonado con el Premio Príncipe de Asturias.

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