miércoles, 28 de marzo de 2018

28 DE MARZO DE 1942 MUERE: MIGUEL HERNÁNDEZ

28 DE MARZO DE 1942 MUERE:

MIGUEL HERNÁNDEZ
(Orihuela, 1910 - Alicante, 1942) Poeta español. Adscrito a la Generación del 27, Miguel Hernández destacó por la hondura y autenticidad de sus versos, reflejo de su compromiso social y político. Nacido en el seno de una familia humilde y criado en el ambiente campesino de Orihuela, de niño fue pastor de cabras y no tuvo acceso más que a estudios muy elementales, por lo que su formación fue autodidacta.

Miguel Hernández a los 23 años
Su interés por la literatura lo llevó a profundizar en la obra de algunos clásicos, como Garcilaso de la Vega, Luis de Góngora o Calderón de la Barca, que posteriormente tuvieron una marcada influencia en sus versos (especialmente en los de su etapa juvenil) y en sus primeras tentativas teatrales. También conoció la producción de autores como Rubén Darío o Antonio Machado. Participó en las tertulias literarias locales organizadas por su amigo Ramón Sijé, encuentros en los que se relacionó con la que luego fue su esposa e inspiradora de muchos de sus poemas, Josefina Manresa.
Con veinticuatro años viajó a Madrid y conoció a Vicente Aleixandre y a Pablo Neruda; con este último fundó la revista Caballo Verde para la Poesía. Las ideas marxistas del poeta chileno tuvieron una gran influencia sobre el joven Miguel, que se alejó del catolicismo e inició la evolución ideológica que lo conduciría a tomar posiciones de compromiso beligerante durante la Guerra Civil Española (1936-1939).
Con el triunfo del Frente Popular colaboró con otros intelectuales en las Misiones Pedagógicas, movimiento de carácter social y cultural; tras el estallido de la Guerra Civil (julio de 1936), se alistó como voluntario en el ejército republicano. Durante la contienda contrajo matrimonio con Josefina Manresa, publicó diversos poemas en las revistas El Mono AzulHora de España y Nueva Cultura, y dio numerosos recitales en el frente. El fallecimiento de su primer hijo (1938) y el nacimiento del segundo (1939) se añadieron como motivo inspirador de su obra poética.

Con Josefina Manresa (Jaén, 1937)
Terminada la guerra regresó a Orihuela, donde fue detenido. Condenado a muerte, se le conmutó luego la pena por la de cadena perpetua. Después de pasar por varias prisiones, murió en el penal de Alicante víctima de un proceso tuberculoso; de esta forma se truncó una de las trayectorias más prometedoras de las letras españolas del siglo XX.
La poesía de Miguel Hernández
Aunque cronológicamente el autor debería pertenecer a la llamada promoción del 35, de la que formaron parte poetas como Luis Rosales o Leopoldo Panero, el estilo de su obra y su relación con los representantes de la Generación del 27 hacen que se le considere el miembro más joven de esta última o el "genial epígono del grupo", en palabras de Dámaso Alonso. Su trayectoria como escritor dio comienzo con algunas colaboraciones en la revista de tendencia católica El Gallo Crisis, dirigida por Ramón Sijé.
Su primer volumen de versos, Perito en lunas (1934), está formado por 42 octavas reales en las que los objetos cotidianos y humildes son descritos con un hermetismo formal en el que trasluce claramente el magisterio gongorino. Sin embargo, en otros poemas de la misma época se intuye una mayor soltura verbal y el inicio de su compromiso con la causa de los desheredados.

En un homenaje a Ramón Sijé (Orihuela, 1936)
En 1934, después de dar a conocer en la revista Cruz y Raya el auto sacramental Quién te ha visto y quién te ve y sombra de lo que eras, de carácter calderoniano, comenzó la que a la postre fue considerada su obra maestra y de madurez, El rayo que no cesa (1936), que inicialmente pensaba titular El silbo vulnerado. La vida, la muerte y el amor (éste como hilo conductor del poemario) son los ejes centrales de un libro compuesto mayoritariamente por sonetos y deslumbrante en su conjunto, aunque destaca la elegía dedicada a la muerte de Ramón Sijé, escrita en tercetos encadenados y considerada una de las más importantes de la lírica española de todos los tiempos.
Durante la Guerra Civil cultivó la llamada poesía de guerra: su fe republicana se plasmó en una serie de poemas reunidos en Viento del pueblo (1937), que incluyó la "Canción del esposo soldado", dirigida a su mujer, y otras creaciones famosas, como "El niño yuntero". Pertenecen también a este período el poemario El hombre acecha (1939), que manifiesta su visión trágica de la contienda fratricida, y diversos textos dramáticos que se publicaron con el título Teatro en la guerra(1937).
Mientras se hallaba en la cárcel escribió Cancionero y romancero de ausencias(1938-1941), donde hizo uso de formas tradicionales de la poesía popular castellana para expresar en un estilo conciso y sencillo su hondo pesar por la separación de su mujer y sus hijos y la angustia que le producían los efectos devastadores de la guerra.

28 DE MARZO DE 1941 MUERE: VIRGINIA WOOLF

28 DE MARZO DE 1941 MUERE:
VIRGINIA WOOLF
(Adeline Virginia Stephen; Londres, Reino Unido, 1882 - Lewes, id., 1941) Escritora británica. El nombre de Virginia Woolf figura junto con el de James Joyce, Thomas Mann o Franz Kafka entre los grandes renovadores de la novela moderna. Experimentando con la estructura temporal y espacial de la narración, perfeccionó en sus novelas el monólogo interior, procedimiento por el que intenta representar los pensamientos de un personaje en su forma primigenia, en su fluir inconsciente, tal y como surgen en la mente. Algunas de sus obras más famosas, como La señora Dalloway (1925), Al faro (1927) o Las olas (1931), ejemplifican este recurso mediante un poderoso lenguaje narrativo en el que se equilibran perfectamente el mundo racional y el irracional.

Woolf fue además pionera en la reflexión sobre la condición de la mujer, la identidad femenina y las relaciones de la mujer con el arte y la literatura, que desarrolló en algunos de sus ensayos; entre ellos, destaca por la repercusión que posteriormente tendría para el feminismo Una habitación propia (1932). No sólo abordó este tema en los ensayos, sino que también lo hizo en novelas como la inquietante y misteriosa Orlando (1928), en la que se difuminan las diferencias entre la condición masculina y la femenina encarnadas en el protagonista, un aristócrata dotado de la facultad de transformarse en mujer.
Hija de sir Leslie Stephen, distinguido crítico e historiador, Virginia Woolf creció en un ambiente frecuentado por literatos, artistas e intelectuales. Tras el fallecimiento de su padre, en 1905, se estableció con su hermana Vanessa -pintora que se casaría con el crítico Clive Bell- y sus dos hermanos en el barrio londinense de Bloomsbury, que se convirtió en centro de reunión de antiguos compañeros universitarios de su hermano mayor, entre los que figuraban intelectuales de la talla del escritor E. M. Forster, el economista J. M. Keynes y los filósofos Bertrand Russell y Ludwig Wittgenstein, y que sería conocido como el grupo de Bloomsbury. Elementos comunes de esta heterogénea elite intelectual fueron la búsqueda del conocimiento y del placer estético entendidos como la tarea más elevada a que debe tender el individuo, así como un anticonformismo político y moral.

En 1912, cuando contaba treinta años, casó con Leonard Woolf, economista y miembro también del grupo, con quien fundó en 1917 la célebre editorial Hogarth Press, que editó la obra de la propia Virginia y la de otros relevantes escritores, como Katherine Mansfield, T. S. Eliot o S. Freud. Sus primeras novelas, Viaje de ida y Noche y día, ponen ya de manifiesto la intención de la escritora de romper los moldes narrativos heredados de la novelística inglesa anterior, en especial la subordinación de personajes y acciones al argumento general de la novela, así como las descripciones de ambientes y personajes tradicionales; sin embargo, estos primeros títulos apenas merecieron consideración por parte de la crítica.

Sólo con la publicación de La señora Dalloway y Alfaro comenzaron a elogiar los críticos su originalidad literaria. En estas obras llaman ya la atención la maestría técnica y el afán experimental de la autora, quien introducía además en la prosa novelística un estilo y unas imágenes hasta entonces más propios de la poesía. Desaparecidas la acción y la intriga, sus narraciones se esfuerzan por captar la vida cambiante e inasible de la conciencia.

Influida por la filosofía de Henri Bergson, experimentó con especial interés con el tiempo narrativo, tanto en su aspecto individual, en el flujo de variaciones en la conciencia del personaje, como en su relación con el tiempo histórico y colectivo. Así, Orlando constituye una fantasía libre, basada en algunos pasajes de la vida de Vita Sackville-West, amiga y también escritora, en que la protagonista vive cinco siglos de la historia inglesa. En Las olas presenta el «flujo de conciencia» de seis personajes distintos, es decir, la corriente preconsciente de ideas tal como aparece en la mente, a diferencia del lógico y bien trabado monólogo tradicional.

Escribió también una serie de ensayos que giraban en torno de la condición de la mujer, en los que destacó la construcción social de la identidad femenina y reivindicó el papel de la mujer escritora, como en Una habitación propia. Destacó a su vez como crítica literaria, y fue autora de dos biografías: una divertida recreación de la vida de los Browning a través de los ojos de su perro (Flush) y otra sobre el crítico Robert Fry (Fry). En uno de los accesos de una enfermedad mental que había obligado a ingresarla en varias ocasiones a lo largo de su vida, el 28 de marzo de 1941 desapareció de su casa de campo, hasta que días después su cuerpo fue hallado en el río Ouse.

28 DE MARZO DE 1936 NACE:

MARIO VARGAS LLOSA
(Arequipa, Perú, 1936) Escritor peruano. Con la publicación de la novela La ciudad y los perros (1963), Mario Vargas Llosa quedó consagrado como una de las figuras fundamentales del «boom» de la literatura hispanoamericana de los años 60. Al igual que otros miembros del mismo grupo, su obra rompió con los cauces de la narrativa tradicional al asumir las innovaciones de la narrativa extranjera (William FaulknerJames Joyce) y adoptar técnicas como el monólogo interior, la pluralidad de puntos de vista o la fragmentación cronológica, puestas por lo general al servicio de un crudo realismo.

Mario Vargas Llosa
Por otra parte, se deben también al novelista peruano importantes aportaciones críticas y hondas reflexiones sobre el oficio de escribir, como su teoría sobre los "demonios interiores", que intenta explicar la escritura como un acto de expulsión, por parte del creador, de los elementos de la conciencia capaces de incubar perturbaciones que sólo el hecho de escribir puede exorcizar. La concesión del Nobel de Literatura en 2010 coronó una trayectoria ejemplar.
Biografía
Mario Vargas Llosa pasó su infancia entre Cochabamba (Bolivia) y las ciudades peruanas de Piura y Lima. El divorcio y posterior reconciliación de sus padres se tradujo en frecuentes cambios de domicilio y de colegio; entre los catorce y los dieciséis años estuvo interno en la Academia Militar Leoncio Prado, escenario de su novela La ciudad y los perros. A los dieciséis años inició su carrera literaria y periodística con el estreno del drama La huida del Inca (1952), pieza de escaso éxito.
Poco después ingresó en la Universidad de San Marcos de Lima, donde cursó estudios de literatura. Desempeñó múltiples trabajos para poder vivir sin abandonar sus estudios: desde redactor de noticias en una emisora de radio hasta registrador en el Cementerio General de Lima. En 1955, el escándalo que provocó al casarse clandestinamente con su tía política Julia Urquidi (episodio que inspira la novela La tía Julia y el escribidor) agravó aún más su situación, y hubo de recurrir a algunos amigos para aliviar su penosa situación doméstica.
En la capital peruana fundó Cuadernos de Composición (1956-1957), junto con Luis Loayza y Abelardo Oquendo, y luego la Revista de Literatura (1958-1959), erigiéndose en estas publicaciones como abanderado de un grupo que reaccionaba contra la narrativa social y documentalista de aquel entonces. A finales de los años 50 pudo finalmente viajar y establecerse en Europa, donde empezó a trabajar en la Radio Televisión Francesa y fue profesor en el Queen Mary College de Londres.

Mario Vargas Llosa
Publicó su primera obra, Los jefes (1959), con veintitrés años apenas, y con la novela La ciudad y los perros (1963) se ganó ya un prestigio entre los escritores que por aquel entonces gestaban el inminente «boom» literario iberoamericano. Vargas Llosa acabaría figurando entre los autores esenciales de aquel fenómeno editorial, y se le situó por su relevancia en primera línea, junto a narradores de la talla del colombiano Gabriel García Márquez, los mexicanos Juan Rulfo y Carlos Fuentes, los argentinos Jorge Luis BorgesJulio Cortázar y Ernesto Sábato o el uruguayo Mario Benedetti.
El éxito de esta novela y el espaldarazo que supuso a su carrera literaria le permitió dejar atrás una etapa de precariedad y bohemia. En el viejo continente, Vargas Llosa estableció su residencia primero en París y luego en Londres (1967), de donde se trasladó a Washington y a Puerto Rico.
La labor de Mario Vargas Llosa como crítico literario se refleja en ensayos como García Márquez: historia de un deicidio (1971) y La orgía perpetua: Flaubert y Madame Bovary (1975). En 1976, con José María Gutiérrez, codirigió la versión cinematográfica de su novela Pantaleón y las visitadoras. En 1977 fue nombrado miembro de la Academia Peruana de la Lengua y profesor de la cátedra Simón Bolívar en Cambridge.
En el terreno político, su ideario sufrió con los años profundas mutaciones. El rechazo visceral a toda dictadura y el acercamiento a la democracia cristiana caracterizaron su juventud; en los años 60 pasó desde un explícito apoyo a la Revolución cubana del Che Guevara y Fidel Castro hasta un progresivo distanciamiento del comunismo, llegando a la ruptura definitiva con el gobierno de Fidel Castro (1971) a raíz del llamado Caso Padilla.

Vargas Llosa en la campaña presidencial de 1990
Con el tiempo acabó convertido en un firme defensor del liberalismo, aunque sin renunciar a los avances sociales conseguidos por el progresismo, y en los 80 llegó a participar activamente en la política de su país. Impulsor del partido Frente Democrático, cuyo programa combinaba el neoliberalismo con los intereses de la oligarquía tradicional peruana, Mario Vargas Llosa se presentó como cabeza de lista en las elecciones peruanas de 1990, en las que fue derrotado por Alberto Fujimori.
Decidió entonces trasladarse a Europa y dedicarse por completo a la literatura; publicó artículos de opinión en periódicos como El PaísLa NaciónLe MondeCaretasThe New York Times y El Nacional. En 1993 obtuvo la nacionalidad española, y un año después fue nombrado miembro de la Real Academia Española. Mario Vargas Llosa ha sido distinguido, entre otros muchos galardones, con los premios Príncipe de Asturias de las Letras (1986), Cervantes (1994) y Nobel de Literatura (2010). El máximo galardón de las letras universales le llegó como reconocimiento a "su cartografía de las estructuras del poder y sus mordaces imágenes sobre la resistencia, la revuelta y la derrota individual".
La obra de Mario Vargas Llosa
Formado en el marco generacional del cincuenta (su primer libro es de 1959: la colección de cuentos titulada Los jefes), Mario Vargas Llosa es uno de los novelistas hispanoamericanos de mayor fama mundial, y acaso el que ha escrito el mayor número de novelas de altísima calidad. Como narrador, Vargas Llosa maduró precozmente: La ciudad y los perros (1963) es la primera novela peruana completamente "moderna" en recursos expresivos. La Casa Verde (1966), Los cachorros (1967) y Conversación en La Catedral (1969) lo ungieron como uno de los protagonistas del «boom» de la novela hispanoamericana de los años sesenta y como el más característicamente neorrealista del grupo, con un virtuosismo técnico de enorme influencia internacional.
Sus novelas posteriores, excepción hecha de la más ambiciosa de todas, La guerra del fin del mundo (1981, agudo retrato de la heterogeneidad sociocultural de América Latina), abandonaron el designio de labrar "novelas totales" que hasta entonces lo obsesionaba, y optaron por la reelaboración (irónica o transgresora) de formas o géneros subliterarios o extraliterarios, planteando con gran frecuencia una reflexión sobre los límites de la realidad y la ficción que recrea aspectos de la literatura fantástica y el experimentalismo narrativo, sin caer en ellos totalmente: la farsa, en Pantaleón y las visitadoras (1973); el melodrama, en La tía Julia y el escribidor (1977); la política-ficción anticipatoria, en Historia de Mayta (1984); el relato de crimen y misterio, en ¿Quién mató a Palomino Molero? (1986) y Lituma en los Andes (1993); la narrativa erótica, en Elogio de la madrastra (1988) y Los cuadernos de don Rigoberto (1997); y la política, en La fiesta del chivo (2000).
Obra narrativa
No cabe duda de que la narrativa ocupa el lugar central de su abundante producción. Su magistral destreza técnica, su capacidad para hacer de cada una de ellas un mundo sólido capaz de autosostenerse y el hecho de otorgar una total autonomía al quehacer narrativo son sus virtudes centrales. En todos sus libros, inclusive los que como Pantaleón y las visitadoras o La tía Julia y el escribidorpodrían ser considerados menores, la forma adquiere el más alto grado de importancia.
Su producción narrativa se inició en 1959 con los cuentos de Los jefes y alcanzó resonancia internacional con la novela La ciudad y los perros (1963, premio Biblioteca Breve de 1962), reflejo y denuncia de la organización paramilitar del Colegio Leoncio Prado, donde el autor había realizado sus estudios secundarios. El ambiente cerrado y opresivo de aquel colegio militar de Lima parece compendiar toda la violencia y corrupción del mundo actual; los "perros" del título son los alumnos del primer año, sometidos a crueles novatadas por parte de los mayores.
Dejando a un lado su problemática social y ética, la novela muestra una asombrosa madurez por el trazo ambiguo y mudable de los personajes, por la precisa descripción de los ambientes urbanos, por su trama sinuosa y por el hábil tratamiento del tiempo narrativo. Lejos de atenuar, el experimentalismo y la superposición de tiempos, personajes y acciones intensifica su brutal e impactante realismo y el retrato de una violencia explícita o subyacente.

Mario Vargas Llosa
Su consolidación literaria llegó con La casa verde (1966), verdadera exhibición de virtuosismo literario cuya prosa integra abundantes elementos experimentales, tales como la mezcla de diálogo y descripción y la combinación de acciones y tiempos diversos. El relato, que transcurre principalmente en un burdel, presenta varias historias paralelas con un montaje sumamente complejo, con yuxtaposición de planos temporales y cambios de punto de vista.
Tales recursos se emplean también en parte en Los cachorros (1967), cuyo asunto, un internado, nos remite en su fase inicial a la temática de La ciudad y los perros; y en Conversación en La Catedral (1969), amplio retablo histórico-político del Perú (con sugerencias de libelo contra el régimen del dictador peruano Manuel Odría) compuesto a través de los diálogos sostenidos entre un periodista y el guardaespaldas negro de un dictador. Tales diálogos tienen lugar en "La Catedral", nombre del modesto bar de Lima en el que comparten sus vidas fracasadas.
En las dos novelas siguientes, Vargas Llosa pareció renunciar a los grandes temas para abordar una vía más lúdica, en busca de nuevas posibilidades para su narrativa. Pantaleón y las visitadoras (1973) es una sátira humorística de la burocracia militar que añade a su siempre lúcida visión del poder un componente brutal y grotesco, emparentable con el esperpento hispano. La tía Julia y el escribidor (1977), acaso influida por los relatos del argentino Manuel Puig, desarrolla en contrapunto las vivencias sentimentales y el mundo de los seriales radiofónicos.
La guerra del fin del mundo (1981), en cambio, pretende ser de nuevo una obra "total". En ella abordó la problemática social y religiosa de Hispanoamérica a través del relato de una revuelta de fondo mesiánico; la obra se inspira en un clásico del periodismo brasileño de principios de siglo, el libro Os Sertões de Euclides da Cunha, a partir del cual reconstruye y elabora la trama novelesca.
Escritor de oficio y trabajador infatigable, que ha sido galardonado con numerosos premios a lo largo de su carrera, su prosa fue adquiriendo en sus posteriores novelas un tono medio o periodístico, que tal vez suponga cierto descenso respecto a obras anteriores, pero que ha incrementado su audiencia entre el público lector.
En esa dirección cabe destacar Historia de Mayta (1984), encuesta sobre un antiguo compañero del colegio que, en 1958, protagonizó una sublevación en una localidad andina; ¿Quién mató a Palomino Molero? (1986), que es en sí mismo un proceso narrativo bajo pretexto de una investigación policial; y El hablador (1987), sobre un contador de historias entre las tribus primitivas de Latinoamérica. Esta última obra reveló su fascinación por la tradición oral de la selva, región que siempre ha motivado su imaginación literaria; resulta llamativa tal comunión con las raíces indígenas en un escritor normalmente tan cosmopolita.
Su novela Lituma en los Andes (1993) mereció el Premio Planeta; un año después recopiló sus colaboraciones periodísticas en Desafíos a la libertad (1994). En 1997 apareció su novela erótica Los cuadernos de don Rigoberto, en la misma línea de su anterior Elogio de la madrastra (1988). En la tradición de la novela de dictadores, Vargas Llosa publicaría también una obra ambiciosa y total, La fiesta del chivo (2000), en la que reconstruye con absoluta maestría la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo en la República Dominicana. Seis años después dio a la imprenta Travesuras de la niña mala (2006), una historia entre lo cómico y lo trágico en la que el amor se muestra dueño de mil caras. El héroe discreto (2013) es por ahora su novela más reciente.
Ensayo y teatro
Aparte de su obra narrativa, Vargas Llosa ha desarrollado una sostenida labor crítica y es autor de originales y profundos estudios sobre diversos autores y cuestiones literarias. Entre ellos destacan García Márquez: historia de un deicidio(1971), dedicado a una singular interpretación del autor de Cien años de soledad;La orgía perpetua: Flaubert y Madame Bovary (1975), sobre el novelista francés Gustave Flaubert, el gran estilista del realismo; La verdad de las mentiras (1990), una colección de ensayos sobre veinticinco novelistas contemporáneos; La utopía arcaica: José María Arguedas y las ficciones del indigenismo (1996), donde analiza la vida y obra José María Arguedas; Cartas a un novelista (1997), una especie de propedéutica de la novela, dirigida especialmente a escritores jóvenes, y El viaje a la ficción. El mundo de Juan Carlos Onetti (2008), donde analiza en profundidad la vida y la obra del escritor uruguayo Juan Carlos Onetti .
Su incursión en el teatro, aunque menos exitosa, ha sido frecuente: La señorita de Tacna (1981), Kathie y el hipopótamo (1983), La chunga (1986), El loco de los balcones (1993), Ojos bonitos, cuadros feos (1996), Odiseo y Penélope (2007) y Al pie del Támesis (2008) son las piezas dramáticas que ha publicado hasta hoy y en las que explora, preferentemente, destinos individuales. Los tres volúmenes deContra viento y marea (1983-1990) recogen una selección de sus crónicas, artículos y otros trabajos periodísticos. En 1993 apareció El pez en el agua, libro de memorias en el que traza un doble relato: las peripecias de su campaña presidencial en 1990 y un recuento desde su infancia hasta el momento en que decide partir a Europa para consagrarse a la escritura.

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