miércoles, 19 de noviembre de 2014

GIOCONDA BELLI
Como gata boca arriba

Te quiero como gata boca arriba,
Panza arriba te quiero,
Maullando a través de tu mirada,
De este amor-jaula
Violento,
Lleno de zarpazos
Como una noche de luna
Y dos gatos enamorados
Discutiendo su amor en los tejados,
Amándose a gritos y llantos,
A maldiciones, lágrimas y sonrisas
(De esas que hacen temblar el cuerpo de alegría).

Te quiero como gata panza arriba
Y me defiendo de huir,
De dejar esta pelea
De callejones y noches sin hablarnos,
Este amor que me marea,
Que me llena de polen,
De fertilidad
Y me anda en el día por la espalda
Haciéndome cosquillas.

No me voy, no quiero irme, dejarte,
Te busco agazapada
Ronroneando,
Te busco saliendo detrás del sofá,
Brincando sobre tu cama,
Pasándote la cola por los ojos,
Te busco desperezándome en la alfombra,
Poniéndome los anteojos para leer
Libros de educación del hogar
Y no andar chiflada y saber manejar la casa,
Poner la comida,
Asear los cuartos,
Amarte sin polvo y sin desorden,
Amarte organizadamente,
Poniéndole orden a este alboroto
De revolución y trabajo y amor
A tiempo y destiempo,
De noche, de madrugada,
En el baño,
Riéndonos como gatos mansos,
Lamiéndonos la cara como gatos viejos y cansados
A los pies del sofá, de leer el periódico.

Te quiero como gata agradecida,
Gorda de estar mimada,
Te quiero como gata flaca
Perseguida y llorona,
Te quiero como gata, mi amor,
Como gata, Gioconda,
Como mujer,
Te quiero.
ANA EMILIA LAHITE
La Niña Extraña

Tenía un grillo entre las sienes
y sabía decir mariposa.
Lo demás lo ignoraba.
Un día descubrió que Dios no era una alondra.
Otro día
les dijo a las simientes
que sería más lindo brotar alas.
Al fin
se convenció de que en el mundo
hay demasiadas cosas sabias.
Y se fue despacito,
caminando,
caminando hasta el alba.
YABRA IBRAHIM YABRA (1926-1994)
LLENÉ UNA COPA CON MIS PALABRAS

(De cualquier poeta a cualquier lector)



Llené una copa con mis palabras,

las destilé, las hice fermentar, las dejé envejecer

y las escancié generosamente

en las bocas de quienes las deseaban para expresarse.

Y dijeron amor y la mejor broma,

y el deseo se tornó en palabras

que salían de gargantas de oro, de gargantas de plata,

en las que tarareaban las palabras

y hacían albórbolas en las bodas de nuestras aldeas...

Llené una copa con mis palabras,

las destilé, las hice fermentar, las dejé envejecer

y las escancié generosamente

en las bocas de quienes las deseaban para expresarse.

Y dijeron odio y la broma más amarga,

y la puñalada se tornó palabra

que salía de gargantas de cobre, de gargantas de plomo.

En ellas se carcajeaban las palabras, ladraban,

y ladraban las prostitutas en los arrabales de la ciudad.

Este es nuestro vino: nuestras palabras destiladas

para que peregrinen por nuestras entrañas,

para que las sintamos bullir en nuestra sangre,

para que nos aterren las visiones.

Escanciamos las palabras con cicatería

a quienes nos aman y a quienes nos odian

y les sueltan, como el vino,

el corazón y la lengua.

Os mantenemos ocupados,

al menos durante una noche,

con nuestras entrañas, nuestra sangre y nuestras visiones.
KO UN
Un día

Un relámpago en la colina de enfrente
Un trueno en la colina de atrás
entre las dos
una piedra muda
JACOBO FIJMAN
El hombre del mar

El hombre de los ojos
atormentados,
que ha mirado mil auroras del mar
desde las grandes proas,
tiene el secreto
de las neblinas, las compactas y húmedas neblinas;
tiene el secreto de las claridades,
de las muy anchas, de las ilimitadas claridades
que estallan como granizadas
sobre los barcos clavados y desclavados
en los planos soleados de los días.
¡Los barcos que alzan sus ojos en la noche
cual surcos conmovidos, ardientes y sedientos
de las semillas
de los cielos lejanos!
El hombre de los ojos
atormentados,
sabe todos estos secretos;
y al estrechar mi mano con la cordialidad
de las almas supremas,
me ha entregado el don de los horizontes;
me ha iniciado en las expansiones;
me ha libertado de los cuatro puntos cardinales,
y del bien y del mal;
de mi ciencia de biblioteca,
de mis pequeños sueños de orangután civilizado.
¡Él, el hombre salvaje,
me derramó su olor marino
sobre mi olfato torpe que vive en las alcobas!
¡Él, el hombre salvaje me ha traído la música
de las islas bienaventuradas,
en su silencio abismal
y en sus palabras pintorescas,
alegres, puras,
de una elevada, de una cósmica simpatía!
Él, el hombre salvaje,
que ha reído con las olas del mar;
que ha llorado con las olas del mar;
que ha sufrido el asombro y el espanto
frente a las tempestades
que hacen y deshacen los mundos
y destrozan ciudades y amplían las hogueras
con sus gritos tan rojos;
él, el hombre salvaje
me ha dejado oír los órganos profundos
de su alma golpeada por las visiones de la inmensidad;
y éste mi corazón se ha agitado en el sueño
del universo;
porque el alma y el corazón del hombre salvaje
traen el múltiple canto del mar y de los astros
y los abismos altos y los abismos bajos;
las expansiones y las desolaciones
prendidas a la rueda del universo.
Él, el hombre de los ojos
atormentados,
que ha mirado mil auroras del mar,
me ha desclavado de las calles grises
de mis hábitos viles de hombre civilizado
que nada tienen que hacer en mi destino
en mis pies, en mis manos
ni en mis ojos hambrientos
de una proa, de un astro y de una aurora.
IDEA VILARIÑO
YA EN DESNUDEZ TOTAL

Ya en desnudez total
extraña ausencia
de procesos y fórmulas y métodos
flor a flor,
ser a ser,
aún con ciencia
y un caer en silencio y sin objeto.

La angustia ha devenido
apenas un sabor,
el dolor ya no cabe,
la tristeza no alcanza.

Una forma durando sin sentido,
un color,
un estar por estar
y una espera insensata.

Ya en desnudez total
sabiduría
definitiva, única y helada.

Luz a luz
ser a ser,
casi en amiba,
forma, sed, duración,
luz rechazada
19 DE NOVIEMBRE MUERE
GUILLERMO ALFREDDO TERRERA
fundador de la Escuela Hermética Primordial de las Antípodas

es el influyente padre espiritual de varias sectas platillistas argentinas. Artífice intelectual de la negra mitología ocultista que nutre a los nuevos movimientos dedicados al "contacto ovni" (que visitan desde 1986 la localidad cordobesa de Capilla del Monte, donde suelen recibir sus primeros sacramentos espaciales), además es un prolífico creador de fantasiosas historietas que, presentadas como reales, han sido puntualmente expropiadas por los profetas que cada vez tienen más eco entre la gente
en busca de verdades trascendentes, sedantes espirituales y piropos extradimensionales. Mejor conocido por sus libritos editados por Kier, se le vio la cara el domingo31 de mayo de 1992 en Futura, durante el "II Encuentro de Ciencias Esotéricas".
Este anti-homenaje pretende retratar al personaje vivo, antes que sea demasiado tarde y las epopeyas que promete se vuelvan leyenda.

Es un señor calvo y grandote. Nervioso, muy nervioso. Y también cascarrabias, vea. Tiene más de setenta, pero la polenta de su semblante le quita varios años. La voz del anciano es estruendosa como un ronquido enfermizo y sinuoso. Grave y temeraria como un trueno a la medianoche. Da un poco de miedo, sí. Pero él está orgulloso de su voz. Tanto que odia los micrófonos. "Mis maestros me enseñaron que nunca se debe hablar en un lugar donde no puedan escucharlo a uno." El problema de los micrófonos es que hacen que la energía de la voz se transforme, se diluya en el aire y llegue estéril, impotente; incapaz de alcanzar su objetivo. Aquella vez, el auditorio de Futura estaba de bote a bote. Altivo, con el ceño eternamente fruncido, como lo fruncen los que saben que por ahí se escurre la sabiduría, el orador tomó la primera medida de la noche: expulsar a los fumadores. Pasmado por su poderosa presencia, el público advirtió que de poco serviría conocer las credenciales académicas de aquel hombre, con esa personalidad arrolladora, avasallante, intimidatoria. Antes que nada, sin embargo, Terrera avisa que él es un abogado que obtuvo su doctorado con una tesis en sociología de la educación. Paradojas de la vida: de la punta de su lengua las palabrotas caen en cascada. Hace afirmaciones que, por rigurosas razones de estilo, no conviene reproducir. La siguiente advertencia, empero, está entre las que no afectarán el pudor del lector: "Me importa un pito que no me crean, pero todos tenemos un ángel guardián". No faltaron señoras que, con disimulo, trataron de mirarse el... (fin de la espalda).

Terrera parece lúcido. Una y otra vez nombra a la mítica Erks, metrópoli impalpable para la inteligencia pero visible para el ojo interno de los mortales de corazón abierto. "Sólo los videntes podemos verla", aclara. El viejo discípulo del legendario Orfelio Ulises alza el vozarrón y explica: "En 1985 vino a verme Saruma, un maestro solar que cantó en mi casa los mantras más hermosos de la Tierra. Venía con un traje sport impecable. Era capaz de levantar hasta veintidós Energías Cósmicas en sus manos. ¡Aquello era una fiesta metafísica!" --se entusiasma y prosigue:"Las retaba y ellas salían una atrás de la otra, serpenteando por el monte. Saruma es un ser cósmico a quien no hemos vuelto a ver hasta hoy, 31 de mayo de 1992". Nadie osa importunarlo con preguntas odiosas. El silencio helado de los inocentes es elocuente. Estamos ante un anciano irascible. Entre tanto, las vibraciones psíquicas recalientan el ambiente. "Albert Einstein, Florentino Ameghino, Hipólito Irigoyen, Juan Domingo Perón, todos, todos ellos recibían mensajes de maestros cósmicos... A mí me dictan poemas. Una noche, sin saber a dónde mierda iba, escribí ‘Argentinum’".

Terrera se exaspera, gesticula un discurso floreado, acusa con ademanes firmes y dispara sentencias a repetición. "...Y mientras todo esto sucede los argentinos ponen cuarta, quinta y van a Disneyworld a ver un ratón que baila". Risas. Complicidad. Sugestión. Segurísimo de que se debe a un público que comparte su momento de gloria, desborda lo más campante el tiempo permitido. Pero, de pronto, el coordinador de la mesa le pide un redondeo. Terrera, con la gente en bandeja de platino, vomita otra munición de frases de grueso calibre esotérico. Cercado por las manecillas del reloj, no tiene otro remedio que ensayar una despedida. Dice: "¡Y no tengan miedo de levantar la mano! Este es el saludo del solsticio para recibir la energía." Cuatro, ocho, diez acólitos extienden su brazo."¡No tengan miedo --insiste-- levanten su mano!" Los brazos extendidos que copian el saludo de Terrera que copia el saludo de Hitler ya son cincuenta, la mitad de la concurrencia. "No tengan miedo, este es el saludo de los hombres dignos y libres del planeta Tierra". El fantasma del Holocausto se pasea por la sala. Hay caras estúpidas que sonríen con perplejidad. Hay otras que esperan el consenso del resto. Por las dudas, algunos pegan apresuradamente el brazo al cuerpo. Unos pocos se van. El que escribe opta por la última alternativa. Pero recuerda su papel de cronista y decide resistir hasta el final.

Monumento vivo y audible del fanatismo esotérico, consejera por antonomasia de las muchedumbres perdidas en los laberintos del pensamiento irracional, la "transgresora" palabra de Terrera enseña que filosofías neopaganas como la nazi no sólo fueron, y son, el sostén ideológico del fascismo. Se trata también de la herramienta acaso más utilizada por el oscurantismo, enquistado en los poderes públicos, en las batallas que libra diariamente contra las libertades, la solidaridad humana, el pensamiento crítico independiente y, en suma, la supervivencia de la especie. Mitos como el de la pureza racial --amén de tratarse de un dogma pseudo-científico-- fueron el detonante de decisiones políticas devastadoras.
Está bien, está bien. No exageremos. Pero una friolenta noche de octubre (la elección de ese mes no es un capricho), Don Guillermo tomará algunas copitas Bols de más, sujetará el Bastón de Mando por la empuñadura y, evocando sus inspirados cánticos a Wolfram Eschenbach, meditará sobre las causas de su anonimato. A lo mejor, algún amigo le aconsejará candidatearse para un puesto de Asesor Presidencial. Y en medio de sus cavilaciones, repetirá para sí: "Todo está cumplido; sólo falta el chispazo para iniciar la gran acción" (*). Los horóscopos de Karl Krafft, el astrólogo de cabecera del Führer, serán un recuerdo antiguo. Pero la estampita de "lopecito" brillará, con una sonrisa gardeliana, en su portadocumentos de metal pulido. Entonces, el rumbo será fijo y rotundo; el horizonte, certero y definitivo; el futuro, predeterminado e inapelable. So pena de muerte.Algunas invenciones de la mente, y sus efectos, pueden resultar buenas aspirinas para contrarrestar algunos males de este mundo.

Acabamos de presentarle al doctor Guillermo Terrera, todo un superhéroe de la causa aria que se ha emborrachado a orillas de las siniestras aguas del fundamentalismo mágico nazi para acceder a la Mayúscula Verdad de los Elegidos. Después, cuando sea tarde, que nos vengan a decir que los cazadores de brujas somos los racionalistas. Los que, pobrecitos de nosotros, preferimos escribir verdad con "v" minúscula.
(*) "Antropología Metafísica", pág. 141.
Caballero de la eternidad

Desde hace unas cuantas décadas, Terrera está en contacto con las Energías Cósmicas que hacen nido, seguramente buscando calorcito, en los repliegues del cerro Uritorco, pirámide natural de Capilla del Monte y notorio vórtice energético. Como los lectores de esta revista saben --y si no, viene siendo hora que lo sepan-- dentro del cerro sagrado del Valle de Punilla está Erks, el gran aguantadero extraterrestre argentino. Ciertamente, Terrera escribe sobre todo esto varios años antes que el tema se pusiera de moda, allá por enero de 1986. Ya ascienden a miles las páginas que incluyen sus revelaciones, tan parecidas entre sí como perlas de un collar de fantasía. En una de ellas cuenta cómo encontró el Bastón de Mando o Toquí Lítico, una ramplona barra labrada en basalto que vaya uno a saber quién enterró en la Toma, umbral del Uritorco. Antes de revelar que, en verdad, el arcano fósil de la sabiduría obraba en su poder desde 1948 1, cerraba su libro "Antropología Metafísica" con una frase lapidaria:"El poseedor del Bastón de Mando es un elegido de la leyenda y de los milenios, como lo fue Jesús, José de Arimatea o Parsifal, el iluminado caballero de la eternidad"2. Nadie diría algo mejor de sí mismo.
19 DE NOVIEMBRE NACE
ANNA SEGHERS
(Netty Reiling; Maguncia, 1900 - Berlín, 1983) Escritora alemana.

Nacida en una familia judía acomodada (su padre era anticuario), estudió Historia, Historia del Arte y sinología en Colonia y Heidelberg, licenciándose en 1924 con la tesis Juden und Judentum im Werke Rembrandts. En 1925 se casó con el escritor húngaro Laszlo Radvànyi, refugiado político, quien le dio dos hijos.

En esos años publicó en la Frankfurter Zeitung sus primeros cuentos, entre ellos La revuelta de los pescadores de Santa Bárbara (Der Aufstand der Fischer von St. Barbara, 1928), que, considerado unánimemente por la crítica de la época una obra maestra de arte narrativo postexpresionista, recibió de Hans Henny Jahn el Premio Kleist. En este cuento hallan la primera formulación poética el tema de la rebelión contra la miseria y la opresión, y el de la solidaridad humana, que más tarde se convertirán en los motivos dominantes de la obra de Anna Seghers.

En el mismo año, la escritora se afilió al Partido Comunista. Obligada a refugiarse en París en 1933, fue redactora de la revista Neue Deutsche Blätter, publicada en Praga, y participó en varias iniciativas de grupos intelectuales emigrados. Trasladada a Austria al año siguiente, reunió una amplia documentación sobre la insurrección de febrero de 1934, que más tarde utilizó en la novela Der Weg durch den Februar (1935).

La ocupación de París por parte de los alemanes (1940) la obligó a refugiarse en Marsella, donde logró embarcarse con rumbo a México. En los cafés de París y en los de Marsella trabajó febrilmente en dos novelas, sin duda sus mejores obras, escritas gracias al impulso de tener que decir todavía a tantos millares de personas, afectadas como ella por el nazismo, una palabra que invitase a la esperanza, al valor y a la solidaridad: La séptima cruz (Das siebte Kreuz, 1942) y Transit (1943). La primera, conocida también gracias a una afortunada versión cinematográfica, narra la historia de siete evadidos de un campo de concentración nazi. Sólo uno se salvará, gracias a la ayuda valiente que le ofrecen algunas personas.

Transit describe, con un estilo de una precisión y de una concisión dignas de Kafka, la odisea de todos aquellos que, por un motivo u otro, eran perseguidos y se veían obligados a dejar Europa a causa del avance de los nazis, a través de las aventuras de algunos prófugos que se reúnen en Marsella, con la esperanza de poder salir de Francia. Nadie ha logrado reconstruir los avatares de aquellos años con tanta fidelidad al dramatismo de la situación y a su absurdidad trágica, transfigurando, incluso, la materia del cuento hasta convertirla en un símbolo de la tragedia de un continente arruinado por el odio y la guerra.

En México, Anna Seghers colaboró en la revista Freies Deutschland, junto con otros escritores refugiados en el país, entre ellos Ludwig Renn, y fue presidenta del Heine Club. Al terminar la guerra se estableció, en 1947, en Berlín Este, donde se convirtió en una de las principales y más activas exponentes de la cultura de la República Democrática Alemana, donde ocupó varios cargos. En 1951 le fue otorgado el Premio Lenin de la Paz.

Su socialismo, que se expresaba en los primeros cuentos y novelas según modelos a menudo más humanitarios que claramente marxistas, en las novelas de la posguerra dio lugar a reconstrucciones históricas y épicas de los acontecimientos de la época en clave muy ortodoxa. Die Toten bleiben jung (1949) muestra hasta qué punto prevalece el compromiso ideológico y político. A pesar de las preocupaciones literarias y estéticas, predomina el procedimiento "educativo" de la representación de los problemas de la sociedad socialista, en la que, por otro lado, la escritora halla su razón de ser en tanto que partícipe de su construcción. Y ello de acuerdo con un canon literario, que Seghers adoptó y expresó como sigue: "Nosotros no escribimos sólo para describir, sino para cambiar describiendo".

A partir de 1971 la escritora volvió a introducir en su obra la temática individual, publicando Überfahrt, una novela fundamentalmente basada en una historia de amor. Siguió Steinzeit/Wiederbegegnung (1977), que consta de dos cuentos. El primero narra, en clave intimista, la historia de un expiloto de aviación que había volado durante la guerra de Vietnam y que se convierte en un pirata del aire, mientras que el segundo vuelve a estar dedicado a una historia de amor. Seghers llevó a cabo además una intensa actividad como ensayista, publicando textos sobre arte, literatura, el proceso creativo y, más en general y de modo coherente con su compromiso político, sobre temas de actualidad.

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