12 DE JULIO DE 1708 NACE:
JUANA AZURDUY
(Juana
Azurduy de Padilla; Chuquisaca, 1780 - Jujuy, 1860) Heroína de la
independencia del Alto Perú (actual Bolivia). Descendiente de una
familia mestiza, quedó huérfana en edad muy temprana. Pasó los primeros
años de su vida en un convento de monjas de su provincia natal,
Chuquisaca, la cual era entonces sede de la Real Audiencia de Charcas.
En 1802
contrajo matrimonio con Manuel Ascencio Padilla, con quien tendría cinco
hijos. Tras el estallido de la revolución independentista de Chuquisaca
el 25 de mayo de 1809, Juana y su marido se unieron a los ejércitos
populares, creados tras la destitución del virrey y al producirse el
nombramiento de Juan Antonio Álvarez como gobernador del territorio. El
caso de Juana no fue una excepción; muchas mujeres se incorporaban a la
lucha en aquellos años.
Juana
colaboró activamente con su marido para organizar el escuadrón que sería
conocido como Los Leales, el cual debía unirse a las tropas enviadas
desde Buenos Aires para liberar el Alto Perú. Durante el primer año de
lucha, Juana se vio obligada a abandonar a sus hijos y entró en combate
en numerosas ocasiones, ya que la reacción realista desde Perú no se
hizo esperar. La Audiencia de Charcas quedó dividida en dos zonas, una
controlada por la guerrilla y otra por los ejércitos leales al rey de
España.
En 1810 se incorporó al ejército libertador de Manuel Belgrano,
que quedó muy impresionado por el valor en combate de Juana; en
reconocimiento a su labor, Belgrano llegó a entregarle su propia espada.
Juana y su esposo participaron en la defensa de Tarabuco, La Laguna y
Pomabamba.
Mención
especial merece la intervención de Juana Azurduy en la región de Villar,
en el verano de 1816. Su marido tuvo que partir hacia la zona del Chaco
y dejó a cargo de su esposa esa región estratégica, conocida también en
la época como Hacienda de Villar. Dicha zona fue objeto de los ataques
realistas, pero Juana organizó la defensa del territorio y, en una audaz
incursión, arrebató ella misma la bandera del regimiento al jefe de las
fuerzas enemigas y dirigió la ocupación del Cerro de la Plata. Por esta
acción y con los informes favorables de Belgrano, el gobierno de Buenos
Aires, en agosto de 1816, decidió otorgar a Juana Azurduy el rango de
teniente coronel de las milicias, las cuales eran la base del ejército
independentista de la región.
Tras hacerse cargo el general José de San Martín de
los ejércitos que pretendían liberar Perú, la estrategia de la guerra
cambió. San Martín quería atacar Lima a través del Pacífico, por lo que
era necesario, para poder desarrollar su estrategia, la liberación
completa de Chile. Esta decisión dejó a la guerrilla del Alto Perú en
condiciones muy precarias; Juana y su marido vivieron momentos
extremadamente críticos, tanto que sus cuatro hijos mayores murieron de
hambre.
Poco tiempo
después Juana, que esperaba a su quinto hijo, quedó viuda tras la muerte
de su marido en la batalla de Villar (14 de septiembre de 1816). El
cuerpo de su marido fue colgado por los realistas en el pueblo de la
Laguna, y Juana se halló en una situación desesperada: sola, embarazada y
con los ejércitos realistas controlando eficazmente el territorio. Tras
dar a luz a una niña, se unió a la guerrilla de Martín Miguel de Güemes,
que operaba en el norte del Alto Perú. A la muerte de este caudillo se
disolvió la guerrilla del norte, y Juana se vio obligada a malvivir en
la región de Salta.
Tras la
proclamación de la independencia de Bolivia en 1825, Juana Azurduy
intentó en numerosas ocasiones que el gobierno de la nueva nación le
devolviera sus bienes para poder regresar a su ciudad natal, pero a
pesar de su prestigio no consiguió una respuesta favorable de los
dirigentes políticos. Murió en la provincia argentina de Jujuy a los
ochenta años de edad, en la más completa miseria: su funeral costó un
peso y fue enterrada en una fosa común. Sólo póstumamente se le
reconocerían el valor y los servicios prestados al país.