18 DE SEPTIEMBRE DE 1750 NACE
TOMÁS DE IRIARTE Y NIEVES RAVELO
Su figura destacó en
los ambientes literarios y sociales. Frecuentó asiduamente la tertulia
de la Fonda de San Sebastián donde trabó amistad con Cadalso y Nicolás
Fernández de Moratín. Agudo crítico y gran polemista, mantuvo constantes
disputas con Ramón de la Cruz, Juan Pablo Forner y Félix María Samaniego.
La fama le llegó con la publicación de la obra satírica Los literatos en cuaresma (1773), imprescindible para conocer a los escritores neoclásicos españoles. En 1777 tradujo en verso el Arte poética de Horacio. Trabajo tan elogiado como controvertido fue el poema didáctico La música (1779), traducido a varios idiomas.
Su mayor popularidad se debió a las Fábulas literarias (1782), publicadas un año más tarde que las de Samaniego,
donde reunió una serie de poemas satíricos y moralizantes que encierran
muchas veces una burla feroz de sus coetáneos. El autor aplicó a estos
apólogos los preceptos clasicistas, se hizo eco de las ideas estéticas
imperantes en su tiempo y se sometió a las reglas de universalidad,
unidad formal y didactismo.
A pesar de que sus versos presentaron una mayor
variedad métrica que los de Samaniego, y buscaron la máxima sencillez y
claridad, las rimas resultaron un tanto forzadas y nunca alcanzaron la
vivacidad de las de su rival. No obstante, el gran acierto del autor
consistió en trasladar fielmente al género fabulístico las normas
dictadas por la preceptiva, como puede apreciarse en piezas como "El
burro flautista", "La mona", "Los dos conejos" o "El caballo y la
ardilla".
De su actividad teatral cabe destacar el monólogo Guzmán el Bueno (1787), basado en el episodio medieval del cerco de Tarifa, cuyo alcaide, Guzmán el Bueno, prefirió dejar morir a su hijo antes que rendir la ciudad. Compuso además
el drama en prosa La Librería (1790) y tres comedias morales en verso, El don de gentes (1780), El señorito mimado (1787) y La señorita malcriada (1788), que tratan sobre la dificultad de educar a los hijos. Estas piezas son antecesoras de las comedias de Moratín y de la alta comedia del siglo XIX. Cuatro años antes de morir hizo realidad su deseo de ver publicada su Colección de obras en verso y prosa (1789).