sábado, 31 de enero de 2015

31 DE ENERO NACE

KENZABUCO OÉ

(Ose, Japón, 1935) Escritor japonés, premio Nobel de Literatura en 1994. Nació en una aldea de los bosques montañosos de Shikoku de la que su familia apenas había salido. Pasó la guerra allí, pero la voluntad de estudiar lo llevó a Tokio, en cuya universidad ingresó en 1954. Para ello tuvo que perfeccionar su japonés, pues hablaba una variante dialectal propia de la zona.

Kenzaburo Oé

La vocación literaria de Oé nació en cierto modo de la necesidad de aliviar el desarraigo cultural y recuperar lo que él llama "la mitología de mi aldea". De esta época datan La presa, que le valió en 1957 el premio Akutagawa de novela corta, y Arrancad las semillas, fusilad a los niños (1958); en ambas traza un sombrío panorama de los efectos de la guerra en el idílico microcosmos rural.
En sus relatos y novelas suele abordar aspectos de la sociedad contemporánea desde un humanismo crítico, de raigambre existencialista. Su estilo directo, de frases breves y contundentes, se nutre de poderosas imágenes poéticas y abundantes reflexiones metafísicas. Se percibe en él la influencia de Dante, F. Rabelais, H. de Balzac, E. A. Poe o M. Twain, a los que estudió a fondo, pero también de J. P. Sartre, A. Camus, W. B. Yeats o W. H. Auden, por quienes profesa franca admiración.
Escribió diversos artículos y una novela autobiográfica, El muchacho que llegó tarde (1961), sobre la vida estudiantil en un Tokio que no consigue librarse de la alargada sombra de la ocupación estadounidense. Lo que subyace es el conflicto paradigmático del Japón contemporáneo entre modernidad y tradición. Pero allí donde Yukio Mishima, que a pesar de las diferencias ideológicas era amigo suyo, vuelve la vista atrás y añora las gloriosas épocas imperiales, Oé sueña con la democracia participativa.
No obstante, el punto de inflexión en su vida y su narrativa lo constituyó el nacimiento, en 1963, de su primer hijo Hikari, que padecía una malformación neurológica. Fruto del desconcierto y el dolor ante la minusvalía mental del niño pero, al mismo tiempo, del afán de superación y de la necesidad de dotarse de una ética privada, su novela Una cuestión personal (1964) narra, en términos crudos y sin concesiones, el descenso al abismo de un padre atrapado entre el fatalismo y la cínica opción de la huida hacia adelante. Ha regresado al tema de la relación con su hijo, uno de los dos ejes de su literatura, en los libros Dinos cómo sobrevivir a nuestra locura (1969), Las aguas han inundado mi alma (1973) y Despertad, jóvenes de la nueva era (1983).
El otro núcleo lo constituye la pervivencia del cuerpo de mitos y leyendas rurales de su infancia y juventud en el marco de la cultura urbana contemporánea, que vertebra obras como El grito silencioso (1967), Juegos contemporáneos (1979) o Cartas a los años de la nostalgia (1986). Inspirándose en la poesía de Yeats, escribió una trilogía titulada A flaming green tree y, antes de recibir el premio Nobel, libros como M/T, La historia maravillosa del bosque o la novela de ciencia ficción La torre del tratamiento (1990), así como numerosos artículos y ensayos. Destaca en especial Notas sobre Hiroshima, escrito tras entrevistar a diversos supervivientes de la tragedia atómica.

31 DE ENERO DE 1820 NACE

CONCEPCIÓN ARENAL

Escritora y activista social española (El Ferrol, 1820 - Vigo, 1893). Sorteando las dificultades que en su época se oponían al acceso de las mujeres a la universidad, estudió en Madrid Derecho, Sociología, Historia, Filosofía e idiomas (teniendo incluso que acudir a clase disfrazada de hombre).

Concepción Arenal

En 1847 casó con don Fernando García Carrasco, abogado y escritor, y ambos esposos colaboraron en La Iberia. Su primer libro fue la novela Historia de un corazón, y en 1851 publicó Fábulas en verso. Enviudó en 1855 y se retiró a Potes (Santander) con sus hijos, y más tarde a Galicia. Próxima al krausismo, pronto fueron conocidas sus críticas a la injusticia social de su tiempo (particularmente contra la marginación de la mujer, la condición obrera y el sistema penitenciario), fundamento de un reformismo social de raíz católica.
En 1862 publicó su Manual del visitador del preso, traducido a casi todos los idiomas europeos. En 1864 fue nombrada visitadora general de prisiones de mujeres. Colaboró con Fernando de Castro en el Ateneo Artístico y Literario de Señoras, precedente de posteriores iniciativas en pro de la educación de la mujer como medio para alcanzar la igualdad de derechos. Desarrolló una intensa actividad filantrópica: fue fundadora del Patronato de los Diez, de la Constructora Benéfica y del periódico La Voz de la Caridad (1870), secretaria de la Cruz Roja de Madrid, directora de un hospital de campaña durante la Tercera Guerra Carlista…
Al mismo tiempo, elaboró una amplia obra escrita, en la que reflexionaba sobre propuestas como la legitimidad de la guerra justa en defensa de los derechos humanos (Ensayo sobre derechos de gentes), la orientación del sistema penal hacia la reeducación de los delincuentes (El visitador del preso) o la intervención del Estado en favor de los desvalidos (La beneficencia, la filantropía y la caridad).Como penalista propuso una función educativa del sistema penitenciario que reformase al delincuente en lugar de castigarlo, siguiendo las ideas del reformador del derecho penal Pedro Dorado Montero.
Otros de sus estudios destacados son La instrucción del pueblo, La pena de deportación (premiadas por la Academia de Ciencias Morales y Políticas), Cartas a los delincuentes, Cartas a un obrero y a un señor, La condición de la mujer en España (publicada primeramente en inglés), El delito colectivo, etc. En la obra y en la vida de Concepción Arenal domina la esperanzadora certeza de que en la sociedad existen los elementos necesarios para consolar todos los dolores; no hay más que armonizarlos.
De sus obras sobre la condición femenina sobresalen La mujer de su casa y La mujer del porvenir. En La mujer de su casa (1895), estudió los problemas a que debía enfrentarse la mujer española de su tiempo para ocupar digna y eficazmente el puesto en que la sociedad humana la necesita. Sostuvo que era una profunda y nefasta equivocación del hombre la de mantener el principio de que la mujer perfecta "no piensa más que en su casa, en su marido y en sus hijos". En La mujer del porvenir (1868), señaló la contradicciones en la consideración de la mujer ("Si la ley civil mira a la mujer como un ser inferior al hombre, moral e intelectualmente considerada, ¿por qué la ley criminal le impone iguales penas cuando delinque?"), combatió los prejuicios sobre la supuesta inferioridad fisiológica, moral e intelectual de la mujer y exploró las consecuencias de su acceso a la educación y al trabajo.
Atahualpa Yupanqui

Caminito del indio

Caminito del indio,
sendero coya
sembrado de piedras.
Caminito del indio
que junta el valle
con las estrellas.

Caminito que anduvo
de sur a norte
mi raza vieja
antes que en la montaña
la Pachamama
se ensombreciera.

Cantando en el cerro
llorando en el río,
se agranda en la noche
la pena del indio.

El sol y la luna
y este canto mío
besaron sus piedras,
camino del indio.

En la noche serrana
llora la quena
su honda nostalgia.

Y el camino sabe
cuál es la coya
que el indio llama.
Se levanta en la noche
la voz doliente
de la baguala.
Y el camino lamenta
ser el culpable
de la distancia.

31 DE ENERO DE 1908 NACE
ATAHUALPA YUPANQUI

(Héctor Roberto Chavero; Pergamino, Argentina, 1908 - Nimes, Francia, 1992) Cantautor argentino. Durante años actuó sin descanso en numerosas ciudades de su patria, hasta que en la década de 1940 conoció el éxito como poeta renovador de la música folclórica argentina, y en 1948 se exilió a París desde donde inició una brillante carrera internacional.

Atahualpa Yupanqui

Autor de más de 1.500 canciones, se hizo famoso con temas como Caminito del indio, Nostalgia tucumana, Los ejes de mi carreta, Zamba del adiós, Huajira, Viento, viento, Campo abierto o El payador perseguidor. Entre su producción lírica cabe destacar Piedra sola (1950) y Guitarra (1958).
También fue un notable prosista, como atestiguan un buen número de obras suyas, entre ellas El canto del viento (1965) y Notas de un viaje al Japón (1977). Muchas de sus composiciones, de hondo lirismo y crítica abierta a las condiciones sociales de América Latina, figuran en el repertorio de grandes intérpretes mundiales de la canción.

viernes, 30 de enero de 2015

JOSÉ PEDRONI

CUNA


Haz con tus propias manos
la cuna de tu hijo.
Que tu mujer te vea
cortar el paraíso.

Para colgar del techo,
como en los tiempos idos
que volverán un día.
Hazla como te digo.

Trabajarás de noche.
Que se oiga tu martillo.
"Estás haciendo la cuna"
que diga tu vecino.

Alguna vez la sangre
te manchará el anillo.
Que tu mujer la enjuague.
Que manche su vestido.

Las noches serán blancas,
de columpiado pino.
Harás según el árbol
la cuna de tu niño.

Para que tenga el sueño
en su oquedad de nido.
Para que tenga el ángel
en un oculto grillo.

La obra será tuya.
Verás que no es lo mismo.
Será como tus brazos
la cuna de tu hijo.

Se mecerá con aire.
Te acordarás del pino.
Dirás: "Duerme en mi cuna".
Verás que no es lo mismo.

jueves, 29 de enero de 2015

ABENÁMAR
( Romances de Andalucía )

- ¡Abenámar, Abenámar,
moro de la morería,
el día que tú naciste
grandes señales había!
Estaba la mar en calma,
la luna estaba crecida,
moro que en tal signo nace
no debe decir mentira.

Allí respondiera el moro,
bien oiréis lo que decía:

- No te la diré, señor,
aunque me cueste la vida,
porque soy hijo de un moro
y una cristiana cautiva;
siendo yo niño y muchacho
mi madre me lo decía:
que mentira no dijese,
que era grande villanía:
por tanto pregunta, rey,
que la verdad te diría.

- Yo te agradezco, Abenámar,
aquesta tu cortesía.
¿Qué castillos son aquellos?
¡Altos son y relucían!

- El Alhambra era, señor,
y la otra la mezquita;
los otros los Alijares,
labrados a maravilla.
El moro que los labraba
cien doblas ganaba al día
y el día que no los labra
otras tantas se perdía.
El otro es Generalife,
huerta que par no tenía;
el otro Torres Bermejas,
castillo de gran valía.
Allí habló el rey don Juan,
bien oiréis lo que decía:

- Si tú quisieras, Granada,
contigo me casaría;
daréte en arras y dote
a Córdoba y a Sevilla.

- Casada soy, rey don Juan,
casada soy, que no viuda;
el moro que a mí me tiene
muy grande bien me quería.
BUTAYNA BINT AL MUTAMID

ESCUCHA Y ATIENDE MIS PALABRAS..

¡Escucha y atiende mis palabras,
pues ésta es la actitud de los nobles!
Sabréis que fui hecha cautiva,
yo que era hija de un rey de las Banu Abbad,
un gran rey en una época ya lejana,
pues el tiempo conduce siempre a la ruina.
Cuando Dios quiso separarnos
y nos hizo probar el sabor de la tristeza,
se alzó la hipocresía contra mi padre en su reino
y la separación, que nadie quería, se hizo presente.
Salí huyendo y se apoderó de mí un hombre
que no fue justo en sus actos, pues me vendió como esclava,
aunque a alguien que de todo me protege
excepto de la adversidad
y quiere casarme con un hijo suyo,
casto, adornado de las bellas cualidades de los nobles
y que ha ido a ti a pedirte si estás de acuerdo:
ya ves que actuó correctamente.
Ojalá, padre mío,
me hagas conocer si esperar puedo mi amor,
y ojala Rumaykiyya, la real, con su favor,
pida para nosotros la felicidad y la dicha.

JAIME DÁVALOS
SUDAMERICA

Nadie la para ya,
No pueden detenerla,
ni la calumnia, ni el boicot, ni nada.
Este es un continente de aventura,
que a los aventureros se los traga.
Les sube por la sombra, despacito
y el ojo codicioso les socava.
Vendrán los deshauciados de la tierra,
buscando sus riquezas legendarias,
hasta que un día, en una sola greda,
confundan las lenguas y las razas.
América, animal de leche verde,
por la gran Cordillera vertebrada,
hunde el hocico austral bajo del Polo,
y descansa en su fuerza proletaria.
Camina hacia la luz, lenta y segura,
con el pólen del sol en las entrañas,
y su destino torrencial,
fijado está en el tiempo por la Vía Láctea.
El hambre, la violencia, la injusticia,
la voluntad del pueblo traicionada,
no harán sino aumentar su rebeldía,
no harán sino apurar en sus entrañas
el hijo de la luz, que viene a unirnos
en una sola espiga esperanzada.
PORQUE AMERICA, tierra del futuro,
igual que la mujer, ¡vence de echada!
29 DE ENERO NACE
ANTÓN CHÉJOV
(Antón Pávlovich Chéjov; Taganrog, 1860 - Badenweiler, 1904) Narrador y dramaturgo ruso. Considerado el representante más destacado de la escuela realista en Rusia, su obra es una de las más importantes de la dramaturgia y la narrativa de la literatura universal. Su estilo está marcado por un acendrado laconismo expresivo y por la ausencia de tramas complejas, a las que se sobreponen las atmósferas líricas que el autor crea ayudado por los más sutiles pensamientos de sus personajes. Chéjov se apartó decididamente del moralismo y la intencionalidad pedagógica propios de los literatos de su época en una Rusia convulsa y preocupada por su destino, para apostar por un tipo de escritor carente de compromiso y pasión, plasmando una idea de la literatura que rechazaba el principio del autor como narrador omnisciente.

Antón Chéjov

Procedía de una familia de hábitos sencillos y escasos medios, cuya cabeza, el modesto mercader Pavel, era nieto de un siervo de la gleba. Chéjov acabó los estudios secundarios en Taganrog, donde permaneció solo tras la marcha de sus familiares a Moscú. Entre 1879 y 1884 cursó medicina en la universidad de la capital; pero, más interesado en la literatura que en la ciencia médica desde hacía algunos años, pospuso ésta a aquélla, y pronto difundió su nombre a través de varias narraciones humorísticas, reunidas en un libro titulado Cuentos de varios colores (1886).

Alentado por el escritor Grigorovich y el director del periódico Novoe vremja (Tiempo nuevo), Suvorin, con quien estableció una cordial y duradera amistad, y librado ya de las formas un tanto forzadas del cuento humorístico, hacia el año 1888 ya era ampliamente conocido por el público, tanto por su obra humorística como por textos de alcance más profundo, en los que la incisiva descripción de las miserias y la existencia humanas fueron desplazando los recursos humorísticos.

En ese año apareció, en la revista Severny Vestnik de San Petersburgo, el relato La estepa, inspirado en un viaje al sur del país, donde los idílicos paisajes de su infancia habían desaparecido por la industrialización, contra la que el autor se rebela. Aquí introdujo uno de los elementos más característicos de su enfoque narrativo: la supeditación del argumento a la atmósfera del relato. El punto de vista del autor omnisapiente se diluye en la mirada de un personaje, Egorushka, que no alcanza a comprender lo que sucede a su alrededor. Los elementos que mueve este relato aparecerán una y otra vez en la obra de Chéjov, pues La estepa está poblada por una galería de personajes (el campesino Dymov, el empresario Varlamov o el pope Kristofor) que constituyen una genuina representación del "inconsciente colectivo" de la Rusia finisecular.

Otro significativo relato del período que se abre a partir de 1888 (en el que el autor disminuyó el ritmo de su producción literaria: de unos cien relatos al año en 1886, pasa a escribir diez en 1888) es Una historia aburrida (1889), penetrante estudio de la mente de un viejo profesor de medicina, profesión que ejerció esporádicamente el propio Chéjov. Pertenece a una serie de obras del autor que fueron llamadas "clínicas", por tener como personajes a enfermos físicos o mentales. Acaso el relato más conocido de esa serie sea Palata Nº 6 (1892), acerba crítica de la psiquiatría en el que la relación entre el paciente Gromov y el doctor Ragin se resuelve dramáticamente con el ingreso del segundo en su propia clínica, para terminar muerto por mano de uno de los celadores.



En adelante, la existencia del autor careció de acontecimientos relevantes, excepto un viaje a la isla de Sakhalin, realizado a través de Siberia a la ida, y a lo largo de las costas de la India al regreso; de tal expedición dejó constancia en el libro La isla de Sakhalin (1891). Durante la penuria de 1892-93, que azotó a la Rusia meridional, Chéjov participó en la obra de socorro sanitario. Luego vivió largo tiempo en la pequeña propiedad de Melichovo, no lejos de Moscú, donde escribió la mayor parte de sus narraciones y de sus textos teatrales más famosos. Enfermo de tuberculosis, hubo de trasladarse a Crimea, y desde allí, por razones de la cura, realizó frecuentes viajes a Francia y Alemania.

En los últimos años del siglo se produjeron en su existencia dos hechos que sin duda modificaron su curso: la nueva orientación del escritor hacia la izquierda, que le alejó de su amigo Suvorin, conservador, y el éxito de su drama La gaviota en el Teatro de Arte de Moscú, de Stanislavski y Nemirovich-Danchenko. A sus nuevas tendencias y al ejemplo de Korolenko se debió también su dimisión de la Academia, que, tras haber nombrado miembro honorario a Gorki, acató la orden del gobierno y tuvo que anular el nombramiento.

La fortuna de La gaviota convenció inesperadamente a Chéjov de su capacidad como escritor dramático, tras sus propias dudas acerca de ello debidas al fracaso del mismo drama en el Teatro Aleksandrinski de San Petersburgo. A la obra citada siguieron, con no menor éxito, El tío Vania en 1898-99, Tres hermanas en 1901 y El jardín de los cerezos en 1904. Mientras tanto, el número de sus narraciones había aumentado considerablemente, y a algunas de ellas se debió su progresiva fama como representante asimismo del humor y el espíritu de su época y del característico producto de ésta, la "inteligentzia" (así Mi vida, La sala n.º 6, Relatos de un desconocido, El monje negro, Una historia aburrida, etc.).

Como en los dramas, también en las narraciones resulta posible percibir una atmósfera determinada: la que fue llamada precisamente "chejoviana", particular estado de ánimo definido por Korolenko como el de un alegre melancólico. Cabe advertir que existe un nexo entre el Chéjov jovial e irreflexivo de la adolescencia y la primera juventud, interesado, según describe su hermano, en la recopilación de anécdotas destinadas a facilitar su colaboración en las revistas humorísticas, y el de la madurez, inquieto como una gaviota que, en vuelo sobre el mar, no sabe dónde posarse (según la bella imagen empleada por la actriz Olga Knipper, que en 1898 llegó a ser su esposa).

La aguda intuición de la tristeza de la vida, que muchos atribuyen erróneamente sólo al Chéjov de los años maduros, se hallaba ya en él precisamente tras la alegría y la despreocupación del joven estudiante de medicina, oculto, como si de revelar su propia naturaleza se avergonzara, bajo algunos seudónimos. De la misma forma, la capacidad de ver a las criaturas humanas en envolturas hechas adrede para provocar la risa continuó caracterizando su estilo, aun cuando atenuada en matices de parodia, fantasía o espejismo, y de transposición, finalmente, fuera de la realidad cotidiana, hacia un hipotético futuro lejano.

Dentro de su diversidad, efectivamente, Chéjov resultó uniforme en cuanto a los aspectos artístico y espiritual. Como lo afirmó él de la existencia, se mostró a la vez extraordinariamente simple y complejo, y si pese a no juzgarse pesimista puso de relieve los pliegues más tristes y ocultos de la naturaleza humana, fue precisamente porque, según dijo él mismo, amó la vida. Todo ello, como es natural, quedó también reflejado en la forma, o sea en el estilo propiamente dicho. Sin embargo, la plena conciencia del valor artístico de la obra de Chéjov no se alcanzó hasta más tarde; sea como fuere, cabe recordar la admiración que hacia ella experimentaron Tolstoi y Gorki y la influencia ejercida por Chéjov, ya fuera de Rusia, en Katherine Mansfield.

29 DE ENERO DE 1915 NACE MIGUEL ETCHEBARNE

29 DE ENERO DE 1915 NACE
MIGUEL ETCHEBARNE
“Nací el 29 de enero de 1915 en Tigre, donde también han nacido mi padre y mi madre. Cuando tenía un año ellos se radicaron en el campo, cumpliendo un lejano anhelo.
Así, pues, levantaron casa y plantaron monte cerca de la estación San Eladio, del Ferrocarril Central Gran Buenos Aires, partido de Mercedes. Allí corrieron los primeros años de mi infancia, solo en el invierno, hasta que mi hermana, que fue siempre el mejor de mis amigos, pudo compartir mis juegos. En verano, casi siempre teníamos la compañía de los primos. De todo aquello evoco, en ráfagas, algunos acontecimientos. Uno, muy vivo, el de la tarde en que mi madre se rompió un brazo y tuvieron que llevarla a Mercedes, de noche y con malos caminos, en una volanta tirada por cuatro caballos. Recuerdo que nos quedamos acongojados y que un peón viejo que nos cuidaba nos hizo unos sables de madera. Le agradezco, a través del tiempo, el consuelo.
Cuando tenía siete años, dejamos San Eladio para instalarnos en el partido de Magdalena, zona de campos largos, donde todavía se salva el paisano frente a la soledad y lejanía. Allí comienza, desde la llegada, la época más dichosa de mi infancia. Vivimos en una casa grande, oculta en un monte de plantas añosas. El campo, quebrado y virgen, estaba cruzado de arroyos que corrían mansamente en verano y se desbordaban de invierno. Aún los veo platear a lo lejos, después de las lluvias.
Allí tuve un perro negro cuyo nombre siempre evocamos en nuestras charlas, un rifle del 9 y un petizo colorado, que todavía vive, gordo y bichoco, pero aún con mañas.
De ahí datan, también, mis primeros recuerdos literarios. El primero, de “Los Caranchos de La Florida”, de Benito Lynch, que oí leer en voz alta; después el de “Amalia”, de José Mármol, que leí por mi cuenta, a los nueve años. Mi madre me enseñó las primeras letras y me transmitió su amor por la naturaleza. Mi padre, su afición por el campo; los dos, el cariño intenso por las cosas, por su presente, y su historia.
Más tarde tuvimos una maestra particular y exámenes de fin de año en Buenos Aires. Aquellos viajes influían notablemente en mi espíritu. Sentía en la ciudad una sensación de angustia. La gente me desconcertaba con su seguridad y rapidez para todo. Aún me ocurre algo de eso. Me ha quedado para siempre el ritmo tranquilo y sosegado del campo.
Nunca olvidaré las personas que pasaron por mi casa. Ellos fueron mis amigos y mis maestros en cosas de campo y hasta en filosofía de la vida: Juan Paniagua, Heriberto Bello, Aristóbulo Velásquez, Florencio Dorado, tantos otros. Los tengo presente a todos, con sus rostros serios o taimados. Más que a ninguno al que creció conmigo, Juan Chiclana, de recuerdo y amistad imborrables. Junto a ellos aprendí a mirar el campo, a conocer sus trabajos y sus secretos; el nombre de cada yuyo, los pelos de los caballos, las gracias de las comparaciones. También a sufrir callado y a conformarse con lo que venga.
A los 12 años (1927) ingresé como pupilo en el Colegio Euskal-Echea, de Llavallol. Al principio sufrí lo indecible, pero, poco a poco me fue absorbiendo el ambiente. El dolor se repetía todos los años al final de las vacaciones que, sin excepción, pasé en el campo. En ese colegio cursé el quinto y sexto grado y todo el bachillerato. Allí también se despertó mi vocación poética. Lo primero que escribí fue un largo poema gauchesco en cuartetas, Destino Gaucho, que corría de mano en mano, subrepticiamente, en las horas de estudio. Mis lecturas, en general, eran malas: los libros que encontraba en la biblioteca y algunas novelas que entraban de contrabando. Me salvaba en los poetas: clásicos castellanos y algunos románticos franceses.
Tuve un profesor de literatura, el padre Bernardino de Estella, que me dio buenos consejos, que no siempre aproveché. Ningún compañero de vocación literaria, pero sí excelentes amigos.
Finalizados los estudios secundarios, partí para el campo. Mi familia se había instalado nuevamente en San Eladio. Esta época está fijada en el poema así llamado que apareció en “Región de Soledad”. Allí estudié, malamente, el ingreso a la Facultad de Derecho, completamente absorbido por la poesía. Escribía mucho y muy mal. Me daba cuentan de ello, de la falsedad de los temas, del mal empleo de las palabras, del desconocimiento del idioma. Aprobé el ingreso a la Facultad mencionada, pero me resultaron muy penosos los estudios jurídicos, que abandoné en 1936, para pasar a la Facultad de Filosofía y Letras, donde me gradué en 1942.
De ese tiempo conservo algunos buenos recuerdos. Mi reconocimiento de estudiante se detiene en los nombres de Carmelo M. Bonet y José María Monner Sans.
Desde 1936 he estado poco en el campo. Incorporada mi vida a la ciudad, me acostumbré a quererla y comprenderla. Para ella será seguramente, la segunda parte de mi canto.
Mi primer libro, “Poema de Arroyo y Alma”, apareció a fines de 1937. lo había escrito de un tirón en San Eladio durante las vacaciones de julio. El poema se quedó en el propósito por precipitado y entusiasta. Pero tuvo el mérito de indicarme el rumbo del pasado, donde después se ha gestado toda mi obra.
En 1941, “El Arroyo Perdido” señala una época de transición, de búsqueda, de
afán de síntesis. Así como en el primer libro pudo haber influido un poco el Bernárdez de El Buque, en éste tal vez, haya ocurrido otro tanto con el Molinari de Elegía de las Altas Torres. En el fondo no fue más que postura. Entonces, yo ya sabía que mi mensaje era distinto al de todos
Por fin, en 1943, “Región de Soledad” reúne bajo su título unos cuantos poemas donde mi voz se aclaraba.
No he pertenecido a ningún cenáculo literario, a ninguna agrupación de poetas jóvenes, ni he colaborado en ninguna de sus revistas. Mi primera colaboración apareció en La Prensa (…). Desde entonces sigo publicando regularmente en ese diario.
29 DE ENERO DE 1915 NACE
JAIME DE NEVARES
Sacerdote católico designado obispo de Neuquén en 1961, participó en el célebre Concilio Vaticano II y en la Confederación Episcopal Latinoamericana de Medellín.
Defensor de los obreros de la construcción que llevaron adelante varias medidas de protesta durante la edificación de la represa de El Chocón, fue creador de los equipos pastorales Migraciones, Social, Carcelaria, adhiriendo al Equipo Diocesano de Pastoral Aborigen.
Firme opositor a la dictadura militar, fue cofundador de la Asamblea Permanente por los Derechos Humano y del Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos, integró en 1983 la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas y en 1994 fue electo convencional constituyente para la reforma de la Constitución de 1994, a la que renunció ruidosamente debido a que la convención era manejada a su conveniencia por Carlos Menem y Raúl Alfonsín de acuerdo a lo establecido en el Pacto de Olivos.
Falleció en Neuquén, el 19 de mayo de 1995.

29 DE ENERO DE 1921 NACE JAIME DÁVALOS

29 DE ENERO DE 1921 NACE
JAIME DÁVALOS
Jaime Dávalos es la más formidable catapulta de la mejor poesía y música del Noroeste a partir de la segunda mitad de los años cuarenta.
Nació en San Lorenzo, Provincia de Salta, el 20 de enero de 1921, y desde la cuna tenía el destino marcado: Su padre era Juan Carlos Dávalos, nada menos. Cursó estudios en su ciudad natal. Recorrió íntegramente su suelo patrio, de uno a otro confín, en contacto íntimo con la tierra y sus hombres.
Treinta y nueve años pasaron hasta que este salteño empezó a salir del velo del anonimato, aunque había empezado a publicar a los veintiseis. Y a partir de 1960 libros, y poesías, y cancioneros se sucedieron, y también los premios y los reconocimientos. Musicalmente se inició con la armónica pero al igual qeu sus seis hermanos, se inclinaría por el canto con guitarra. Entre fines del 50' y principios del 60' tuvo sus propios espacios en televisión: "El Patio de Jaime Dávalos" y "Desde el Corazón de la Tierra", éste último ganador del Martín Fierro otorgado por los periodistas de radio y televisión.
Formó una dupla inigualable con otro salteño, Eduardo Falú. Todos saben lo que salió de esa mezcla: la mejor letra con la mejor música. Y ganas de renovar el folklore, que por esos años ya sufría lo que sigue sufriendo hoy. Mal de muchos, consuelo de tontos. Junto con Manuel Castilla y Cuchi Leguizamón, los de estos dos salteños quedan grabados en el folklore serio de la época.
Cuentan que tocaba de oído la guitarra y el charango. Que, como buen poeta, nunca pudo estar mucho tiempo quieto y salió a buscar al país como dibujante, alfarero y titiritero. En cuál de esas tardes habrán nacido las obras maestras como Río de tigres, Zamba de la Candelaria o Las Golondrinas.
Jaime Dávalos tuvo siete hijos: de su primer matrmonio con Rosa, tuvo a Julia Elena (conocida cantante), Luz María, Jaime Arturo y Constanza. De su segundo matrimonio (con María Rosa Poggi) tuvo a Marcelo, Valeria y Florencia. Todos de alguna manera se mantuvieron ligados a la música y al arte, continuando la tradición de una familia de artistas.
Según el crítico René Vargas Vera, "Jaime Dávalos era una celebración de la vida, de la inventiva, de la libertad. Era báquico por la inspiración que le dictaba su inseparable vino; epicúreo por celebrar el goce espiritual de la creación; sibarita por su espíritu refinado; hedonista por amar los placeres de la vida".Le debe haber quedado poco por vivir. Fallece en Buenos Aires el 3 de diciembre de 1981.
Ha reunido en varios libros su producción de escritor, entre los que citamos:
1947: Rastro seco (poemas, Salta)
1957: El nombrador (poemas y canciones, Buenos Aires, dos ediciones)
1959: Toro viene el río (relatos, Buenos Aires)
1959: Coplas y canciones o Poemas y canciones (Buenos Aires)
1960: Solalto
1962: Canciones de Jaime Dávalos
1967: La estrella
1974: Cantos rodados
1980: Cancionero
1987: Coplas al vino
29 DE ENERO MUERE
OSVALDO SORIANO
(Mar del Plata, 1943 - Buenos Aires, 1997) Narrador y periodista argentino que reflejó con irónica objetividad la realidad de su país. Pasó su infancia y adolescencia en su ciudad natal y en las provincias de San Luis y Río Negro, cuyos paisajes evocaría en su obra y en sus columnas periodísticas. Fue futbolista y, tras variados empleos, se dedicó al periodismo político, deportivo y cultural.

Osvaldo Soriano

Forjado en las redacciones, trabajó en la revista Primera Plana y en el diario La Opinión. En 1973 publicó la novela Triste, solitario y final; considerada su mejor obra, todavía hoy continúa hoy reeditándose con éxito. Tras el golpe militar de 1976, abandonó Argentina y no regresó a su país hasta el advenimiento del gobierno democrático de Raúl Alfonsín. Vivió en México, Bruselas y París hasta su regreso en 1984. Desde entonces y hasta su muerte colaboró en el diario Página/12.
La narrativa de Soriano se apoya tanto en los artificios clásicos del género novelesco (construcción de personajes y diálogos) como en los lineamientos del periodismo (un estilo llano y fácilmente asimilable para el lector) y en esa combinación obtiene sus mejores beneficios. Sus novelas se basan en tramas de trazado muy profundo, a través de una sintaxis y un léxico descarnados, según modelos narrativos que llevan al lenguaje cinematográfico y a la novela negra americana. En Triste, solitario y final (1973), el cine y la novela policíaca se convierten totalmente en el tema de una narración cuyos personajes son Stan Laurel, Oliver Hardi, John Wayne, Charlot, Marlowe y otros, retratados con la melancolía, el amor y el desencanto propios de un cinéfilo.
Su conciencia estilística, articulada para alcanzar normas, temas y mitos colectivos, y su tono narrativo descuidado y elíptico, que le permite su bagaje de nociones y conocimientos comunes, dan una medida exacta de la obra de Osvaldo Soriano. No habrá más penas ni olvido (1979) y Cuarteles de invierno (1981) están narradas en clave de tango por personas cultas. Con la conciencia de narrar por enésima vez las tragedias públicas y privadas que están destinadas a repetirse, también por enésima vez, afronta el tema de la violencia política en Argentina, del peronismo y del pugilato, rediseñando la figura del campeón deportivo en el ocaso.
Artistas, locos y criminales (1986) es una colección de artículos periodísticos, a través de los cuales se puede hacer un recorrido por los caminos estilísticos y temáticos del autor. Una de sus obras más conocidas es El ojo de la patria (1992), relato de las delirantes aventuras de un agente secreto argentino, Julio Carré, en el París de los años 90.
El resto de su producción incluye, entre otras obras, Rebeldes, soñadores y fugitivos (1987), A sus plantas rendido un león (1988), Cuentos de los años felices (1993), La hora sin sombra (1995) y Piratas, fantasmas y dinosaurios (1996). Sus obras han sido traducidas a numerosas lenguas, y algunas fueron llevadas al cine. El director Héctor Olivera adaptó para la gran pantalla su novela Una sombra ya pronto serás (1990), con guión del propio autor. Al margen de su valorada obra literaria, sus artículos deportivos, centrados sobre todo en el mundo del fútbol argentino, despertaron siempre la admiración de su nutrida hueste de lectores.

miércoles, 28 de enero de 2015


GÉRARD DE NERVAL

EL DESDICHADO

Yo soy el Tenebroso, -el viudo-, el Sin Consuelo,
Principe de Aquitania de la Torre abolida:
Mi única estrella ha muerto, y mi laúd constelado
lleva en sí el negro sol de la Melancolía.

En la Tumba nocturna, Tú que me has consolado,
devuélveme el Pausílipo y el mar de Italia, aquella
flor que tanto gustaba a mi alma desolada,
y la parra do el Pámpano a la Rosa se alía.

¿Soy Amor o soy Febo?.. Soy Lusignan o ¿Biron?
Mi frente aún enrojece del beso de la Reina;
he soñado en la Gruta do nada la Sirena...

He, doble vencedor, traspuesto el Aqueronte:
Modulando unas veces en la lira de Orfeo
suspiros de la Santa y, otras, gritos del Hada.
DULCE MARÍA LOYNAZ
BALADA DE AMOR TARDÍO

Amor que llegas tarde,
tráeme al menos la paz:
Amor de atardecer, ¿por qué extraviado
camino llegas a mi soledad?

Amor que me has buscado sin buscarte,
no sé qué vale más:
la palabra que vas a decirme
o la que yo no digo ya...

Amor... ¿No sientes frío? Soy la luna:
Tengo la muerte blanca y la verdad
lejana... —No me des tus rosas frescas;
soy grave para rosas. Dame el mar...

Amor que llegas tarde, no me viste
ayer cuando cantaba en el trigal...
Amor de mi silencio y mi cansancio,
hoy no me hagas llorar.

28 DE ENERO DE 1873 NACE

COLETTE

(Seudónimo de Sidonie Gabrielle Claudine Colette; Saint Sauveur en Puysaye, Borgoña, 1873 - París, 1954) Novelista francesa. Hija de un militar, a los 20 años se trasladó a París con su marido, el novelista Henry Gauthier-Villars, que se había hecho popular con el seudónimo de Willy.

Su marido, en beneficio propio, la alentó a escribir la «serie Claudine», que más tarde se hizo famosa y comprende novelas como Claudina en la escuela (1900) y Claudine à Paris (1901), Claudina en su casa (1902) y finalmente Claudina desaparece (1903).

Con Diálogos de animales (1904) comenzó verdaderamente la carrera de escritora de Colette. Después de 13 años de desdicha doméstica, se separó de su marido en 1906 y llevó una vida bastante agitada que provocó escándalo. Bailó desnuda en el Moulin Rouge, mantuvo relaciones con la hija de un duque y también con Auguste Hériot, al mismo tiempo que escribía, daba conferencias y actuaba en teatro. Finalmente, ganó fama literaria con Renée (1910). En 1912 se casó con Henry de Jouvenel, de quien tuvo una hija.

En 1913 apareció El obstáculo y en 1916 La Paix chez les bêtes, pero gran parte de su actividad estuvo consagrada a artículos y crónicas periodísticas. A partir de 1917, trabajó en textos en los que se mezclaban relato y teatro: Mitsou ou Comment lesprit vient aux filles (1919) y Chéri (1920), novela consagrada al amor entre un adolescente y una vieja cortesana, que consolidó su prestigio. La temática de iniciación al amor fue retomada en El trigo verde (1923). Siguieron Al rayar el día (1928), La casa de Claudina (1930) y Sido (1930), así como varios relatos intimistas.

Hacia el año 1927 sus obras eran elogiadas por autores tan famosos y diversos como Marcel Proust, André Gide y Paul Claudel. De sus novelas (la mayor parte de las cuales reflejan de un modo apasionado, realista y sardónico los problemas de una mujer enamorada) la más conocida es Gigi (1945), adaptada al teatro. Su última obra fue En pays connu (1950). En 1953 fue ascendida a gran oficial en la Legión de Honor, grado que sólo otra mujer había logrado antes que ella.

Si sólo yacieras muerta y fría.
William Butler Yeats (1865-1939)

Si sólo yacieras muerta y fría
Y las luces del oeste se apagaran,
Aquí tu cabeza descansarías,
Y yo mi frente sobre tu pecho,
Tiernas palabras susurrarías,
Perdonándome, pues ya estás muerta:

No te alzarías ni partirías presurosa,
Aunque tengas alma de pájaro errante,
Sabes que tu cabello flotante
Está preso del sol, la luna y las estrellas;
Quisiera, amada, que en la tierra yacieras
Bajo las hojas delicadas,
Mientras los astros, uno a uno, se apagan.
28 DE ENERO MUERE
WILLIAM BUTLER YEATS
(Dublín, 1865 - Roquebrune-Cap-Martin, Francia, 1939) Poeta y dramaturgo irlandés. Creador del estilo celta crepuscular, fue sin duda el máximo representante del renacimiento de la literatura irlandesa moderna, y uno de los autores más destacados del siglo XX. Recibió el Premio Nobel de literatura en 1923. El mayor logro de Yeats fue independizar la cultura irlandesa de los moldes ingleses, tanto en la temática como en la expresión. La poesía de Yeats suele estar inspirada en el paisaje, los ambientes y los mitos de la cultura tradicional irlandesa, especialmente en las leyendas de origen celta, con una constante preocupación por la musicalidad del verso.

Hijo del pintor John Butler Yeats y miembro de una antigua familia irlandesa protestante, estudió pintura en Londres y en Dublín. Pasó largas temporadas en el condado de Sligo, que le inspiró un enorme interés por las tradiciones populares irlandesas. En 1887, se trasladó, junto con su familia, a Londres, y allí descubrió el hinduismo, la teosofía y el ocultismo, interesándose por la magia, el movimiento rosacruz y el espiritualismo. Se relacionó con el grupo de escritores decadentes, reunidos en torno al Yellow Book.

Escribió poemas líricos y simbólicos sobre temas paganos irlandeses, como El peregrinaje de Oisin (1889), La isla del lago de Innisfree (1893) y el Libro de poemas irlandeses (1895), en un tono romántico y melancólico que él creía característico de los celtas. Escribió también El crepúsculo celta (1893), La rosa secreta (1897) y El viento entre los juncos (1899), basados en leyendas irlandesas.

En una visita a su país conoció a la patriota irlandesa Maud Gonne, de la que estuvo enamorado apasionadamente el resto de su vida. Ella inspiró gran parte de sus primeras obras y le introdujo en los círculos de irlandeses que luchaban por la independencia de su país. En 1896 regresó a Irlanda, donde entabló una profunda amistad con la autora teatral nacionalista lady Isabella Augusta Gregory, a la que visitaba a menudo en sus propiedades de Coole Parke, y junto con la cual viajó por Italia.

William Butler Yeats

Con ella fundó el Teatro Nacional Irlandés en 1901, que más tarde se instalaría en el Abbey Theatre de Dublín. A través de su labor como director y autor, consiguió convertirlo en uno de los más importantes del mundo, y en centro principal del renacimiento literario irlandés. Sus obras de teatro están escritas para la compañía del Abbey. Al principio de su carrera teatral trató de establecer un nuevo género de drama romántico y lírico con elementos simbolistas y recuerdos populares de su Irlanda natal. Esto le distanciaba del resto de la dramaturgia europea de esos años, que seguía la estela del teatro de Ibsen.

En La condesa Cathleen (1892, representada en 1899) una noble heroína se ofrece en sacrificio cuando, durante una época de hambre, los Mercaderes del Demonio recorren el país comprando las almas por el precio del pan. En El país de nuestros anhelos (1894) se muestra a una mujer mortal escuchando la llamada de las hadas. En Cathleen Ni Houlihan (1902), el espíritu de Irlanda se simboliza en la figura de una pobre anciana que se transfigura en una joven con el aspecto de una reina. Otra obra breve de temática irlandesa es The Pot of Broth (1902), y pertenece a esta etapa Las aguas tenebrosas (1900, estrenado en 1904).

Las tres obras posteriores presentan un desarrollo mayor en cuanto a perfección dramatúrgica y claridad de pensamiento. El reloj de arena (1903) es una adaptación del género medieval de las Moralidades, y trata de un sabio que encuentra inútil la ayuda de su razón cuando se enfrenta con el misterio de la vida y de la muerte.

El umbral del palacio del rey (1904), en la que el tema es la función de la poesía, narra como un maestro de música, Seanchan, al ser afrentado por el rey, Guaire, decide sentarse en el umbral real sin comer ni beber hasta que muera, atrayendo así el oprobio sobre el palacio; los discípulos de Seanchan, en vez de persuadir a su maestro de que salve su vida, lo apoyan en su proclamación de los derechos de los poetas, y el pequeño drama concluye con una especie de peán cantado sobre el cuerpo muerto del músico poeta, que es llevado en una litera.

Una tercera obra de esta etapa es El Unicornio de las Estrellas (1907). Obras de temática irlandesa son En los siete bosques 1903); On Baile's Strand (1904); Deirdre (1906), una tragedia en verso; El yelmo verde (1910) y El gato y la Luna. En ellas se pone de manifiesto el progresivo abandono del misticismo, que va siendo sustituido por un estilo más claro y comprometido.

Yeats se dio cuenta de que no podía llegar más lejos con este particular teatro romántico, así que se interesó por otras formas como modelos. Cuando escribe sus Cuatro piezas para bailarines (1916-1917, representadas en 1920), pretende hacer uso de todos los convencionalismos que están asociados con el teatro de Oriente. Emplea las máscaras, los coros, la danza y el drama tradicional No japonés, armonizado con las palabras; incluso intenta introducir el elemento retrospectivo y ritual, característico de este teatro oriental.

El género del No había comenzado a traducirse en Occidente desde 1913, gracias a la labor del secretario de Yeats en Sussex, el poeta estadounidense Ezra Pound. Las cuatro piezas son At the Hawk's Well (1916), The Only Jealousy of Emer (1916), The Dreaming of the Bones (1917) y Calvary (1917). En At the Hawks' Well (La fuente de los halcones), un anciano, moviéndose con gestos estilizados al redoble de un tambor, hace como si preparase fuego, mientras los músicos describen sus acciones y cantan en un coro. Estas obras tienen al héroe celta Cuchulain como protagonista y son dramas poéticos llenos de imágenes oníricas, más apropiados para representaciones cultas y elitistas, que para grandes teatros.

A medida que pasaban los años, el autor fue dedicándose cada vez más a la política activa. Entre 1922 y 1928 fue senador de la primera legislatura del parlamento del recién constituido estado de Irlanda. Durante sus años de vejez fue perfeccionando su estilo, aumentando en austeridad y economía. Sus últimas obras se consideran las mejores de su producción. En ellas se deja sentir la influencia de su esposa desde 1917, Georgie Hyde-Lees, una médium con un talento especial para la escritura automática. Una visión (1925) es un trabajo en prosa en el que Yeats intenta explicar la mitología, el simbolismo y la filosofía que había utilizado a lo largo de sus obras. En él se refiere a la lucha entre los contrarios (arte y vida, cuerpo y alma), situada en la base de su pensamiento.

Otras obras poéticas en esta línea son Los cisnes salvajes de Coole (1917), Innisfree, la isla del lago (The lake isle of Innisfree), 1924, La torre (1928), La escalera de caracol (1933), The Words upon the Window Pane (1934) y Purgatory (1938). Todo su trabajo, sea en prosa o en verso, es esencialmente poético. Sin dejar de revisar continuamente su producción, reveló algunos episodios de su vida en Autobiografías (1927) y Dramatis personae (1936). Sus dos últimas publicaciones fueron Luna llena en marzo (1935) y Últimos poemas y Dos obras de teatro (1939).
28 DE ENERO NACE
MARGO GLANTZ

Narradora y ensayista mexicana, nacida en México D. F. en 1930. Autora de una brillante producción impresa que discurre con fluidez por la prosa de ficción (en sus modalidades de relato breve y narración extensa) y por el género ensayístico, está considerada como una de las grandes voces femeninas de la literatura mexicana de la segunda mitad del siglo XX.

Los mayores logros de Margo Glantz hay que anotarlos en sus brillantes incursiones en el género ensayístico, por vía del cual ha indagado en los temas más variados, aunque con especial atención a creación literaria. Entre sus ensayos más notables figuran algunos títulos como Tennessee Williams y el teatro norteamericano (1964), Repeticiones: ensayos sobre literatura mexicana (1980), Onda y escritura: jóvenes de 20 a 33 (México: Siglo XXI, 1981), El día de tu boda (1982), La lengua en la mano (1893) y Erosiones (1984).

En su faceta de narradora, la escritora mexicana atrajo poderosamente la atención de críticos y lectores hacia finales de la década de los años setenta, cuando publicó su novela extensa titulada Las mil y una calorías (1978). Sin embargo, pronto fue más conocida y celebrada por su maestría en el dominio del complejo género de la narrativa breve, al que ha aportado algunas colecciones de cuentos tan relevantes como Doscientas ballenas azules (1979) y Síndrome de naufragios (1984). Precisamente con una novela corta, El rastro, Glantz fue finalista del premio Herralde 2002. Tres años recuperó a la protagonista de este libro en su siguiente obra: Historia de una mujer que caminó por la vida con zapatos de diseñador.

En mayo de 2006 publicó Las genealogías, un volumen de memorias donde sigue los pasos de sus padres, judíos ucranianos, desde Europa hasta América.
28 DE ENERO MUERE
BENITO QUINQUELA MARTIN

(Buenos Aires, 1890 - 1977) Pintor y muralista argentino. Fue uno de los "Pintores de La Boca" (uno de los barrios de su ciudad natal). Con un estilo naturalista, la temática de su obra giró, sobre todo, en torno a los barcos y las labores portuarias en general. Se le consideró el pintor del riachuelo por su tratamiento de los temas portuarios.

Abandonado a poco de nacer, permaneció en un orfanato hasta que, a los seis años, el matrimonio formado por Manuel Chinchella y Justina Molina decidió adoptarlo. Empezó su formación en una escuela de enseñanza en la que únicamente permaneció dos cursos ya que, con tan sólo nueve años, tuvo que empezar a trabajar en la carbonería paterna.

Posteriormente, y hasta que cumplió los quince, fue obrero portuario de La Boca; su trabajo consistía en trepar a los barcos para llenar las bolsas vacías de carbón y cargarlas en los carros. Esta actividad la completaba con la participación activa en la política de La Boca. Pegaba carteles y repartía pasquines a favor del doctor Alfredo Palacios.

En 1907 ingresó en una modesta academia de dibujo de su barrio para estudiar pintura con Alfredo Lazzari. Desde entonces se dedicó a la pintura. Conoció a Juan de Dios Filiberto, un estudiante de música con quien mantuvo una estrecha amistad. También conoció al, por entonces, director de la Academia de Bellas Artes, Pío Collivadino, que le ayudó a iniciarse en el dibujo de retratos y a incorporar el color a sus obras.

Puente de La Boca (1946), de Benito Quinquela

En 1918 decidió cambiar su nombre (Benito Juan Martín) por el de Benito Quinquela Martín, eliminando el nombre de Juan y adaptando el apellido de su padre adoptivo a la pronunciación italiana. Con su nuevo nombre, el 4 de noviembre, exhibió sus pinturas en la Primera Exposición Individual de la Galería Witcomb. La muestra fue un éxito y los críticos hablaron de la aparición de un original pintor, con técnica, estilo y mensaje propios.

A partir de este momento empezaron sus recorridos por el mundo. En 1921 realizó su primera exposición internacional en Río de Janeiro. Su primer viaje a Europa lo realizó dos años más tarde, concretamente a Madrid. En 1925 llegó a París, dos años más tarde a Nueva York y en 1929 a Italia, donde Mussolini lo nombró su pintor predilecto "porque sabe retratar el trabajo". Todos estos viajes lo separaban de sus padres; de ahí que rechazara una invitación a Japón para quedarse junto a ellos en el barrio argentino de La Boca.

Muy querido en el barrio, actuó como un protector de las artes y fundó el Café Tortoni para que los artistas pudieran difundir sus obras. En 1933 compró varios terrenos que donó al Estado para que construyera instituciones dedicadas a la expansión del arte y obras sociales. En uno de estos terrenos construyeron la Escuela Museo Pedro de Mendoza, hoy Museo de Bellas Artes de La Boca, que una vez construida fue decorada por él. Entre sus mejores obras destacan Tormenta en el Astillero (Museo de Luxemburgo), Puente de La Boca (Palacio Saint James, Londres) y Crepúsculo en el astillero (Museo de Bellas Artes de La Boca)

ROBERTO ARLT AGUAFUERTES PORTEÑAS YO NO TENGO LA CULPA

     ROBERTO ARLT        AGUAFUERTES PORTEÑAS     YO NO TENGO LA CULPA   Yo siempre que me ocupo de cartas de lectores, suelo admitir que se...