EL DOMINGO LOS ESPERO EN MI PUESTO DE LIBROS EN DEFENSA 542
SAN TELMO
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UN ABRAZO
sábado, 16 de agosto de 2014
16 DE AOSTO DE 1911 NACE
LA EDUCADORA
LUZ VIERIA MÉNDEZ
Nace en Paraná, Entre Ríos, la educadora Luz Vieria Méndez, reconocida pedagoga que, probablemente, tuvo el privilegio de ser la primera argentina con influencia regional a través de sus trabajos en la UNESCO. Su formación normalista de excelencia le sirvió de base para profundizar sus ideas filosófico-pedagógicas y para desarrollar experiencias innovadoras en la educación inicial y, especialmente, en la formación docente. Luego, en toda la Latinoamérica gravitó durante las décadas de los 50 y 60 en la promoción de las nuevas políticas educativas vinculadas a la democracia, al planeamiento y al desarrollismo.
jueves, 14 de agosto de 2014
14 DE AGOSTO DE 1985 CONCLUYE LA ETAPA ORAL Y PÚBLICA DEL JUICIO A LAS JUNTAS MILITARES
14 DE AGOSTO DE 1985
CONCLUYE LA ETAPA ORAL Y PÚBLICA DEL JUICIO A LAS JUNTAS MILITARES
En el juicio contra las juntas militares de la dictaduras iniciado el 22 de abril por la Cámara Federal de la Capital se trataron 281 casos, en los que actuaron los fiscales Julio César Strassera y Luis Moreno Ocampo ante un tribunal integrado Jorge Torlasco, Ricardo Gil Lavedra, León Arslanián, Jorge Valerga Araoz, Guillermo Ledesma y Andrés D`Alessio.
14 AGOSTO 1974
Muere Raúl González Tuñón
(Buenos Aires, 1905- id., 1974) Poeta argentino. Es autor de poemarios simbolistas (El violín del diablo, 1926; Todos bailan, 1934), históricos (La rosa blindada, 1936; La muerte en Madrid, 1939) y sociales (Primer canto argentino, 1945). Fue uno de los primeros autores que incorporó el lunfardo a la poesía.
Eche veinte centavos en la ranura (I)
A pesar de la sala sucia y oscura
de gentes y de lámparas luminosas,
si quiere ver la vida color de rosa
eche veinte centavos en la ranura.
¡Y no ponga los ojos en esa hermosa
que frunce de promesas la boca impura!
Eche veinte centavos en la ranura
si quiere ver la vida color de rosa.
El dolor mata amigo, la vida es dura
y ya que usted no tiene ni hogar ni esposa,
si quiere ver la vida color de rosa
eche veinte centavos en la ranura.
Muere Raúl González Tuñón
(Buenos Aires, 1905- id., 1974) Poeta argentino. Es autor de poemarios simbolistas (El violín del diablo, 1926; Todos bailan, 1934), históricos (La rosa blindada, 1936; La muerte en Madrid, 1939) y sociales (Primer canto argentino, 1945). Fue uno de los primeros autores que incorporó el lunfardo a la poesía.
Eche veinte centavos en la ranura (I)
A pesar de la sala sucia y oscura
de gentes y de lámparas luminosas,
si quiere ver la vida color de rosa
eche veinte centavos en la ranura.
¡Y no ponga los ojos en esa hermosa
que frunce de promesas la boca impura!
Eche veinte centavos en la ranura
si quiere ver la vida color de rosa.
El dolor mata amigo, la vida es dura
y ya que usted no tiene ni hogar ni esposa,
si quiere ver la vida color de rosa
eche veinte centavos en la ranura.
miércoles, 13 de agosto de 2014
13 de agosto muere Herbert George Wells
(Bromley, 1866 - Londres, 1946) Narrador y filósofo político de nacionalidad inglesa. Escritor moderno, de gran capacidad creadora y originalidad temática, H.G. Wells se encuentra en la línea de novelistas que exponen una visión realista de la vida y mantienen una enérgica creencia en la capacidad del hombre para servirse de la técnica como medio para mejorar las condiciones de vida de la humanidad.
Un accidente infantil por el que se rompió la tibia y su larga convalecencia lo obligaron a permanecer durante meses en reposo. Con ocho años de edad, esta impuesta quietud propició el descubrimiento de la lectura y en particular, guiado por su padre, de autores como C. Dickens o W. Irving. En su juventud, Wells estudió biología en la Normal School of Science de Londres, y alejado del humanismo clásico, se situó en una posición más cercana a las ciencias, que le proporcionó buena parte de la energía creadora que nutrió su trayectoria como novelista.
Su producción podría dividirse en tres etapas: la de novela científica, la familiar y la sociológica. La novela científica comenzó con el fin de la Segunda Guerra Mundial y se convirtió pronto en un género popular, y las escritas por Wells son obras maestras del género gracias a su interés científico, así como a sus sólidas estructuras estilísticas y a su prodigio imaginativo. Basta como ejemplo la primera de ellas, La máquina del tiempo (1895), en la que el inventor de la máquina puede viajar hacia el pasado o el futuro con un sencillo movimiento de palanca.
El protagonista viaja al año 802701 y contempla un panorama patético, consecuencia de la doctrina evolucionista, en un mundo habitado por dos especies humanoides: los eloi, vegetarianos ociosos, apacibles y simpáticos, desprovistos de inteligencia, y los desalmados y terribles morlocks, habitantes del subsuelo y herederos de las clases sojuzgadas, que de vez en cuando suben a la superficie para devorar a los eloi.
A ésta le siguieron La visita maravillosa (1895) y El hombre invisible (1897). Muchos de los inventos y procedimientos científicos que marcaron el siglo XX fueron imaginados por Wells a finales del XIX, tales como la bomba atómica, y aparecen en novelas como La isla del Dr Moreau (1896), El primer hombre en la luna (1901), Manjar de dioses (1904) o La guerra en el aire (1908).
Kipps (1908) fue su primera novela familiar, a la que le siguió Tono-Bungay (1909), una notable sátira sobre la sociedad inglesa de finales del siglo XIX y la aparición de los nuevos ricos". A ésta le siguieron Ann Verónica (1909), The History of Mr. Polly (1910) y Matrimonio (1912). La novela sociológica o didáctica de Wells es la que comprende más títulos, de los que se destacan El nuevo Maquiavelo (1911) y El mundo liberado (1914), en la que describe una guerra europea realizada con bombas atómicas y radioactividad.
El autor publicó más de ochenta títulos en los que siguió la tradición de J. Bunyan y D. Defoe al margen de la influencia que los autores franceses y rusos ejercían sobre novelistas contemporáneos suyos como H. James, G. Moore y J. Conrad.
(Bromley, 1866 - Londres, 1946) Narrador y filósofo político de nacionalidad inglesa. Escritor moderno, de gran capacidad creadora y originalidad temática, H.G. Wells se encuentra en la línea de novelistas que exponen una visión realista de la vida y mantienen una enérgica creencia en la capacidad del hombre para servirse de la técnica como medio para mejorar las condiciones de vida de la humanidad.
Un accidente infantil por el que se rompió la tibia y su larga convalecencia lo obligaron a permanecer durante meses en reposo. Con ocho años de edad, esta impuesta quietud propició el descubrimiento de la lectura y en particular, guiado por su padre, de autores como C. Dickens o W. Irving. En su juventud, Wells estudió biología en la Normal School of Science de Londres, y alejado del humanismo clásico, se situó en una posición más cercana a las ciencias, que le proporcionó buena parte de la energía creadora que nutrió su trayectoria como novelista.
Su producción podría dividirse en tres etapas: la de novela científica, la familiar y la sociológica. La novela científica comenzó con el fin de la Segunda Guerra Mundial y se convirtió pronto en un género popular, y las escritas por Wells son obras maestras del género gracias a su interés científico, así como a sus sólidas estructuras estilísticas y a su prodigio imaginativo. Basta como ejemplo la primera de ellas, La máquina del tiempo (1895), en la que el inventor de la máquina puede viajar hacia el pasado o el futuro con un sencillo movimiento de palanca.
El protagonista viaja al año 802701 y contempla un panorama patético, consecuencia de la doctrina evolucionista, en un mundo habitado por dos especies humanoides: los eloi, vegetarianos ociosos, apacibles y simpáticos, desprovistos de inteligencia, y los desalmados y terribles morlocks, habitantes del subsuelo y herederos de las clases sojuzgadas, que de vez en cuando suben a la superficie para devorar a los eloi.
A ésta le siguieron La visita maravillosa (1895) y El hombre invisible (1897). Muchos de los inventos y procedimientos científicos que marcaron el siglo XX fueron imaginados por Wells a finales del XIX, tales como la bomba atómica, y aparecen en novelas como La isla del Dr Moreau (1896), El primer hombre en la luna (1901), Manjar de dioses (1904) o La guerra en el aire (1908).
Kipps (1908) fue su primera novela familiar, a la que le siguió Tono-Bungay (1909), una notable sátira sobre la sociedad inglesa de finales del siglo XIX y la aparición de los nuevos ricos". A ésta le siguieron Ann Verónica (1909), The History of Mr. Polly (1910) y Matrimonio (1912). La novela sociológica o didáctica de Wells es la que comprende más títulos, de los que se destacan El nuevo Maquiavelo (1911) y El mundo liberado (1914), en la que describe una guerra europea realizada con bombas atómicas y radioactividad.
El autor publicó más de ochenta títulos en los que siguió la tradición de J. Bunyan y D. Defoe al margen de la influencia que los autores franceses y rusos ejercían sobre novelistas contemporáneos suyos como H. James, G. Moore y J. Conrad.
13 DE AGOSTO DE 1988 Discurso de Alfonsín en la Rural
SILBATINA EN PALERMO
Durante la inauguración de la Exposición de la Sociedad Rural Argentina, cuando el Presidente pronunciaba su discurso, los ruralistas manifestaron su descontento por las medidas económicas implementadas por el Poder Ejecutivo.
El día que silbaron a Alfonsin en La rural 1988
Que imagen patética dan hoy Morales, Carrio, Stolbizer y otros que tendrían que llevar en alto las banderas como lo hizo Alfonsín y no arrastrase ante los mi...
SILBATINA EN PALERMO
Durante la inauguración de la Exposición de la Sociedad Rural Argentina, cuando el Presidente pronunciaba su discurso, los ruralistas manifestaron su descontento por las medidas económicas implementadas por el Poder Ejecutivo.
El día que silbaron a Alfonsin en La rural 1988
Que imagen patética dan hoy Morales, Carrio, Stolbizer y otros que tendrían que llevar en alto las banderas como lo hizo Alfonsín y no arrastrase ante los mi...
13 AGOSTO 1989
Muere Hugo del Carril
Popular cantor, actor, director y productor cinematográfico, debutó muy joven como solista en la orquesta de Edgardo Donato y
fue visto por su estampa y estilo, amén de su matizado registro de barítono, como un posible sucesor de Carlos Gardel. Con una voz afinada, melódica y envolvente, Del Carril convertía las letras melosas o melodramáticas de los tangos de la época en verdaderas joyas interpretativas. Gozó de una fama extraordinariamente grande, llenando los teatros en donde se presentaba y los cines donde se proyectaban sus películas. Debutó cinematográficamente en el film de Manuel Romero "Los muchachos de antes no usaban gomina", desempeñándose posteriormente en más de cuarenta películas, de las que pueden mencionarse "La vuelta de Rocha", "La vida de Carlos Gardel", "La canción de los barrios", "La luz de una estrella", "Pobre mi madre querida", "El último perro" y "Amalio Reyes, un hombre", entre otras. No obstante su éxito como actor y cantor, se inclinó a la dirección y producción cinematográfica, en las que llevó a cabo obras notables como "Historias del 900", "La Quintrala", "Las tierras blancas", "Una cita con la vida", "La sentencia", "Esta tierra es mía" y "Las aguas bajan turbias", considerado uno de los grandes films de la historia cinematográfica mundial y uno de los testimonios más crudos y conmovedores de la
realidad en los esteros del litoral argentino basado en la novela "El río oscuro", del escritor comunista Alfredo Varela. Fue en los films que produjo y dirigió donde dio permanente cuenta de su compromiso con la causa de los desposeídos y de su absoluta independencia de criterio. Considerado un emblema del peronismo debido no sólo a su militancia y pública adhesión sino a su difundida versión de la marcha partidaria, fue encarcelado en 1955 y debió sufrir luego varios años de exilios y proscripciones. Había nacido en Buenos Aires 30 de noviembre de 1912, con el nombre de Piero Bruno Hugo Fontana y era nieto y en cierto modo discípulo de Orsini Bertani, sociólogo, creador y editor de la revista "La Pluma", radicado en el Uruguay luego de haber sido expulsado de Argentina por aplicación de la Ley de Residencia debido a su militancia anarquista.
Muere Hugo del Carril
Popular cantor, actor, director y productor cinematográfico, debutó muy joven como solista en la orquesta de Edgardo Donato y
fue visto por su estampa y estilo, amén de su matizado registro de barítono, como un posible sucesor de Carlos Gardel. Con una voz afinada, melódica y envolvente, Del Carril convertía las letras melosas o melodramáticas de los tangos de la época en verdaderas joyas interpretativas. Gozó de una fama extraordinariamente grande, llenando los teatros en donde se presentaba y los cines donde se proyectaban sus películas. Debutó cinematográficamente en el film de Manuel Romero "Los muchachos de antes no usaban gomina", desempeñándose posteriormente en más de cuarenta películas, de las que pueden mencionarse "La vuelta de Rocha", "La vida de Carlos Gardel", "La canción de los barrios", "La luz de una estrella", "Pobre mi madre querida", "El último perro" y "Amalio Reyes, un hombre", entre otras. No obstante su éxito como actor y cantor, se inclinó a la dirección y producción cinematográfica, en las que llevó a cabo obras notables como "Historias del 900", "La Quintrala", "Las tierras blancas", "Una cita con la vida", "La sentencia", "Esta tierra es mía" y "Las aguas bajan turbias", considerado uno de los grandes films de la historia cinematográfica mundial y uno de los testimonios más crudos y conmovedores de la
realidad en los esteros del litoral argentino basado en la novela "El río oscuro", del escritor comunista Alfredo Varela. Fue en los films que produjo y dirigió donde dio permanente cuenta de su compromiso con la causa de los desposeídos y de su absoluta independencia de criterio. Considerado un emblema del peronismo debido no sólo a su militancia y pública adhesión sino a su difundida versión de la marcha partidaria, fue encarcelado en 1955 y debió sufrir luego varios años de exilios y proscripciones. Había nacido en Buenos Aires 30 de noviembre de 1912, con el nombre de Piero Bruno Hugo Fontana y era nieto y en cierto modo discípulo de Orsini Bertani, sociólogo, creador y editor de la revista "La Pluma", radicado en el Uruguay luego de haber sido expulsado de Argentina por aplicación de la Ley de Residencia debido a su militancia anarquista.
martes, 12 de agosto de 2014
Una pequeña fábula
Franz Kafka
¡Ay! -dijo el ratón-. El mundo se hace cada día más pequeño. Al principio era tan grande que le tenía miedo. Corría y corría y por cierto que me alegraba ver esos muros, a diestra y siniestra, en la distancia. Pero esas paredes se estrechan tan rápido que me encuentro en el último cuarto y ahí en el rincón está la trampa sobre la cual debo pasar.
-Todo lo que debes hacer es cambiar de rumbo -dijo el gato... y se lo comió.
FIN
Franz Kafka
¡Ay! -dijo el ratón-. El mundo se hace cada día más pequeño. Al principio era tan grande que le tenía miedo. Corría y corría y por cierto que me alegraba ver esos muros, a diestra y siniestra, en la distancia. Pero esas paredes se estrechan tan rápido que me encuentro en el último cuarto y ahí en el rincón está la trampa sobre la cual debo pasar.
-Todo lo que debes hacer es cambiar de rumbo -dijo el gato... y se lo comió.
FIN
Sor Juana Inés de la Cruz
DE AMOR, PUESTO ANTES EN SUJETO INDIGNO, ES ENMIENDA BLASONAR DEL ARREPENTIMIENTO
Cuando mi error y tu vileza veo,
contemplo, Silvio, de mi amor errado,
cuán grave es la malicia del pecado,
cuán violenta la fuerza de un deseo.
A mi misma memoria apenas creo
que pudiese caber en mi cuidado
la última línea de lo despreciado,
el término final de un mal empleo.
Yo bien quisiera, cuando llego a verte,
viendo mi infame amor poder negarlo;
mas luego la razón justa me advierte
que sólo me remedia en publicarlo;
porque del gran delito de quererte
sólo es bastante pena confesarlo.
DE AMOR, PUESTO ANTES EN SUJETO INDIGNO, ES ENMIENDA BLASONAR DEL ARREPENTIMIENTO
Cuando mi error y tu vileza veo,
contemplo, Silvio, de mi amor errado,
cuán grave es la malicia del pecado,
cuán violenta la fuerza de un deseo.
A mi misma memoria apenas creo
que pudiese caber en mi cuidado
la última línea de lo despreciado,
el término final de un mal empleo.
Yo bien quisiera, cuando llego a verte,
viendo mi infame amor poder negarlo;
mas luego la razón justa me advierte
que sólo me remedia en publicarlo;
porque del gran delito de quererte
sólo es bastante pena confesarlo.
12 DE AGOSTO DE 1955 MUERE THOMAS MANN
(Lübeck, 1875 - Kilchberg, 1955) Escritor alemán, premio Nobel en 1929. Criado en Lübeck en el seno de una familia patricia, a la muerte de su padre en 1893 siguió a su madre a Munich, donde trabajó como aprendiz en una compañía de seguros. Más tarde, aprovechando en parte las relaciones de su hermano Heinrich, colaboró con varias revistas, entre ellas Simplizissimus. De 1895 a 1897 estuvo en Italia, acompañando a su hermano.
En su juventud, su postura quedó reflejada en las Consideraciones de un apolítico, planteadas en gran medida contra el Zola, que había publicado precisamente Heinrich. En 1933, aprovechando una gira de conferencias, y siguiendo el consejo de sus hijos, no volvió a Alemania, sino que se exilió primero en Sanary-sur-Mer, cerca de Marsella, y luego en Küsnacht, junto a Zurich. En esa época no se definió políticamente, se mantuvo apartado de los círculos de exiliados e incluso prometió al ministerio de Propaganda alemán, en 1933, abstenerse de manifestaciones políticas, pues no quería hacer peligrar la relación con sus lectores alemanes ni la edición de José y sus hermanos.
En 1938 se trasladó a California, donde residió hasta el final de la Segunda Guerra Mundial. Desde allí dio una serie de charlas radiofónicas de propaganda para la BBC bajo el apelativo común de Deutsche Hörer (1940-1945, ¡Oyentes alemanes!) y diversas conferencias de orientación antifascista. En 1947 visitó Alemania y participó en la primera reunión de posguerra del PEN-Club en Zurich. En 1952, decepcionado por la situación en Estados Unidos a raíz de la muerte de Franklin D. Roosevelt, volvió a Europa y se estableció de nuevo en Suiza, vastamente honrado a partir de allí por sus conciudadanos alemanes.
La producción literaria de Mann fue enorme y, de entre ella, merece destacarse cronológicamente Los Buddenbrook (1901), novela subtitulada "decadencia de una familia", que narra precisamente el progresivo declive de una estirpe hanseática en el curso del siglo XIX, sobre el fondo de los procesos de cambio sociológico producidos en esa época. Escrita bajo la influencia del radicalismo cultural de Nietzsche, en sus páginas aparece la oposición entre mundo y arte, lo que será un tema recurrente en el autor.
Tonio Kröger (1903), relato publicado conjuntamente con otros varios, es la biografía de un artista, temáticamente muy cercana a Los Buddenbrook, y, según confesión del propio Mann, la obra que afectivamente le era más próxima. En la novela Alteza real (1909), el heredero de un pequeño principado alemán se casa con la hija de un millonario estadounidense, con lo que sanea el erario y, a la vez, da un sentido a su propia existencia, hasta entonces meramente decorativa: se trata de una "comedia en forma novelesca", narrada con simpática ironía.
La muerte en Venecia (1913), sin duda la más acabada síntesis de la poética del autor, y una cumbre en el género de la novela breve, presenta a través de sus protagonistas, el músico moribundo y el joven Tadzio, una sutil relación dialécticta entre el apogeo de la belleza y la inevitable presencia de la muerte. En La montaña mágica (1924), vasta novela comenzada en 1912, que pretendía en un principio ser una especie de sátira de La muerte en Venecia, Hans Castorp, patricio alemán internado siete años en un sanatorio pulmonar internacional suizo, vive un proceso formativo: con la excusa de las varias conversaciones que se entrecruzan en ese mundo cerrado, Mann intercala una serie de ensayos sobre múltiples cuestiones y traza un cuadro minucioso de la sociedad europea anterior a la Primera Guerra Mundial.
La tetralogía José y sus hermanos (1933-1943), recreación del relato bíblico pero sin ninguna pretensión de historicidad, refleja la evolución del pensamiento del autor desde el irracionalismo del período 1914-1918, pasando por la democracia burguesa de la década de 1920 y los planteamientos condicionadamente socialistas de la de 1930, hasta su admiración por el New Deal de Roosevelt, que se hace evidente en la última de las cuatro novelas, cuyo eje gira en torno a la síntesis entre cuerpo y espíritu.
En Carlota en Weimar (1939), donde se relata el reencuentro de Goethe, en la culminación de su vida, con Carlota, su amante de juventud, Mann dibuja al representante del clasicismo alemán como el artista que ha logrado la armoniosa fusión en sí mismo entre las personalidades del poeta y el ciudadano. Doctor Faustus (1947), considerada unánimemente su obra maestra, señala en el subtítulo que se trata de "La vida del compositor alemán Adrian Leverkühn narrada por un amigo". Centrada en el carácter ambivalente del dotado compositor, que cae en manos del diablo, refleja la decadencia y una mezcla de culpa e incapacidad de la sociedad burguesa alemana, desde fines del siglo XIX hasta la actualidad, con una madurez que elude la facilidad de las conclusiones.
Confesiones del aventurero Félix Krull (1954), finalmente, es una renovación de la novela picaresca y al mismo tiempo parodia de la tradicional "novela de formación" alemana. El seductor Félix, hijo de un fabricante de vinos espumosos, cambia nombre y rol social con un aristócrata en un hotel de París, donde hacía su aprendizaje y se va, en lugar de aquel, de viaje por el mundo. El argumento reanuda un tema básico de Mann: la decadencia y la degeneración no sólo son fronterizas del crimen, sino también una posibilidad de ampliar los límites de la existencia. Como acompañamiento de su obra narrativa, aparte de un único drama, Fiorenza (1906), Thomas Mann fue asimismo autor de una ingente producción ensayística.
Foto: 12 DE AGOSTO DE 1955 MUERE THOMAS MANN
(Lübeck, 1875 - Kilchberg, 1955) Escritor alemán, premio Nobel en 1929. Criado en Lübeck en el seno de una familia patricia, a la muerte de su padre en 1893 siguió a su madre a Munich, donde trabajó como aprendiz en una compañía de seguros. Más tarde, aprovechando en parte las relaciones de su hermano Heinrich, colaboró con varias revistas, entre ellas Simplizissimus. De 1895 a 1897 estuvo en Italia, acompañando a su hermano.
En su juventud, su postura quedó reflejada en las Consideraciones de un apolítico, planteadas en gran medida contra el Zola, que había publicado precisamente Heinrich. En 1933, aprovechando una gira de conferencias, y siguiendo el consejo de sus hijos, no volvió a Alemania, sino que se exilió primero en Sanary-sur-Mer, cerca de Marsella, y luego en Küsnacht, junto a Zurich. En esa época no se definió políticamente, se mantuvo apartado de los círculos de exiliados e incluso prometió al ministerio de Propaganda alemán, en 1933, abstenerse de manifestaciones políticas, pues no quería hacer peligrar la relación con sus lectores alemanes ni la edición de José y sus hermanos.
En 1938 se trasladó a California, donde residió hasta el final de la Segunda Guerra Mundial. Desde allí dio una serie de charlas radiofónicas de propaganda para la BBC bajo el apelativo común de Deutsche Hörer (1940-1945, ¡Oyentes alemanes!) y diversas conferencias de orientación antifascista. En 1947 visitó Alemania y participó en la primera reunión de posguerra del PEN-Club en Zurich. En 1952, decepcionado por la situación en Estados Unidos a raíz de la muerte de Franklin D. Roosevelt, volvió a Europa y se estableció de nuevo en Suiza, vastamente honrado a partir de allí por sus conciudadanos alemanes.
La producción literaria de Mann fue enorme y, de entre ella, merece destacarse cronológicamente Los Buddenbrook (1901), novela subtitulada "decadencia de una familia", que narra precisamente el progresivo declive de una estirpe hanseática en el curso del siglo XIX, sobre el fondo de los procesos de cambio sociológico producidos en esa época. Escrita bajo la influencia del radicalismo cultural de Nietzsche, en sus páginas aparece la oposición entre mundo y arte, lo que será un tema recurrente en el autor.
Tonio Kröger (1903), relato publicado conjuntamente con otros varios, es la biografía de un artista, temáticamente muy cercana a Los Buddenbrook, y, según confesión del propio Mann, la obra que afectivamente le era más próxima. En la novela Alteza real (1909), el heredero de un pequeño principado alemán se casa con la hija de un millonario estadounidense, con lo que sanea el erario y, a la vez, da un sentido a su propia existencia, hasta entonces meramente decorativa: se trata de una "comedia en forma novelesca", narrada con simpática ironía.
La muerte en Venecia (1913), sin duda la más acabada síntesis de la poética del autor, y una cumbre en el género de la novela breve, presenta a través de sus protagonistas, el músico moribundo y el joven Tadzio, una sutil relación dialécticta entre el apogeo de la belleza y la inevitable presencia de la muerte. En La montaña mágica (1924), vasta novela comenzada en 1912, que pretendía en un principio ser una especie de sátira de La muerte en Venecia, Hans Castorp, patricio alemán internado siete años en un sanatorio pulmonar internacional suizo, vive un proceso formativo: con la excusa de las varias conversaciones que se entrecruzan en ese mundo cerrado, Mann intercala una serie de ensayos sobre múltiples cuestiones y traza un cuadro minucioso de la sociedad europea anterior a la Primera Guerra Mundial.
La tetralogía José y sus hermanos (1933-1943), recreación del relato bíblico pero sin ninguna pretensión de historicidad, refleja la evolución del pensamiento del autor desde el irracionalismo del período 1914-1918, pasando por la democracia burguesa de la década de 1920 y los planteamientos condicionadamente socialistas de la de 1930, hasta su admiración por el New Deal de Roosevelt, que se hace evidente en la última de las cuatro novelas, cuyo eje gira en torno a la síntesis entre cuerpo y espíritu.
En Carlota en Weimar (1939), donde se relata el reencuentro de Goethe, en la culminación de su vida, con Carlota, su amante de juventud, Mann dibuja al representante del clasicismo alemán como el artista que ha logrado la armoniosa fusión en sí mismo entre las personalidades del poeta y el ciudadano. Doctor Faustus (1947), considerada unánimemente su obra maestra, señala en el subtítulo que se trata de "La vida del compositor alemán Adrian Leverkühn narrada por un amigo". Centrada en el carácter ambivalente del dotado compositor, que cae en manos del diablo, refleja la decadencia y una mezcla de culpa e incapacidad de la sociedad burguesa alemana, desde fines del siglo XIX hasta la actualidad, con una madurez que elude la facilidad de las conclusiones.
Confesiones del aventurero Félix Krull (1954), finalmente, es una renovación de la novela picaresca y al mismo tiempo parodia de la tradicional "novela de formación" alemana. El seductor Félix, hijo de un fabricante de vinos espumosos, cambia nombre y rol social con un aristócrata en un hotel de París, donde hacía su aprendizaje y se va, en lugar de aquel, de viaje por el mundo. El argumento reanuda un tema básico de Mann: la decadencia y la degeneración no sólo son fronterizas del crimen, sino también una posibilidad de ampliar los límites de la existencia. Como acompañamiento de su obra narrativa, aparte de un único drama, Fiorenza (1906), Thomas Mann fue asimismo autor de una ingente producción ensayística.
(Lübeck, 1875 - Kilchberg, 1955) Escritor alemán, premio Nobel en 1929. Criado en Lübeck en el seno de una familia patricia, a la muerte de su padre en 1893 siguió a su madre a Munich, donde trabajó como aprendiz en una compañía de seguros. Más tarde, aprovechando en parte las relaciones de su hermano Heinrich, colaboró con varias revistas, entre ellas Simplizissimus. De 1895 a 1897 estuvo en Italia, acompañando a su hermano.
En su juventud, su postura quedó reflejada en las Consideraciones de un apolítico, planteadas en gran medida contra el Zola, que había publicado precisamente Heinrich. En 1933, aprovechando una gira de conferencias, y siguiendo el consejo de sus hijos, no volvió a Alemania, sino que se exilió primero en Sanary-sur-Mer, cerca de Marsella, y luego en Küsnacht, junto a Zurich. En esa época no se definió políticamente, se mantuvo apartado de los círculos de exiliados e incluso prometió al ministerio de Propaganda alemán, en 1933, abstenerse de manifestaciones políticas, pues no quería hacer peligrar la relación con sus lectores alemanes ni la edición de José y sus hermanos.
En 1938 se trasladó a California, donde residió hasta el final de la Segunda Guerra Mundial. Desde allí dio una serie de charlas radiofónicas de propaganda para la BBC bajo el apelativo común de Deutsche Hörer (1940-1945, ¡Oyentes alemanes!) y diversas conferencias de orientación antifascista. En 1947 visitó Alemania y participó en la primera reunión de posguerra del PEN-Club en Zurich. En 1952, decepcionado por la situación en Estados Unidos a raíz de la muerte de Franklin D. Roosevelt, volvió a Europa y se estableció de nuevo en Suiza, vastamente honrado a partir de allí por sus conciudadanos alemanes.
La producción literaria de Mann fue enorme y, de entre ella, merece destacarse cronológicamente Los Buddenbrook (1901), novela subtitulada "decadencia de una familia", que narra precisamente el progresivo declive de una estirpe hanseática en el curso del siglo XIX, sobre el fondo de los procesos de cambio sociológico producidos en esa época. Escrita bajo la influencia del radicalismo cultural de Nietzsche, en sus páginas aparece la oposición entre mundo y arte, lo que será un tema recurrente en el autor.
Tonio Kröger (1903), relato publicado conjuntamente con otros varios, es la biografía de un artista, temáticamente muy cercana a Los Buddenbrook, y, según confesión del propio Mann, la obra que afectivamente le era más próxima. En la novela Alteza real (1909), el heredero de un pequeño principado alemán se casa con la hija de un millonario estadounidense, con lo que sanea el erario y, a la vez, da un sentido a su propia existencia, hasta entonces meramente decorativa: se trata de una "comedia en forma novelesca", narrada con simpática ironía.
La muerte en Venecia (1913), sin duda la más acabada síntesis de la poética del autor, y una cumbre en el género de la novela breve, presenta a través de sus protagonistas, el músico moribundo y el joven Tadzio, una sutil relación dialécticta entre el apogeo de la belleza y la inevitable presencia de la muerte. En La montaña mágica (1924), vasta novela comenzada en 1912, que pretendía en un principio ser una especie de sátira de La muerte en Venecia, Hans Castorp, patricio alemán internado siete años en un sanatorio pulmonar internacional suizo, vive un proceso formativo: con la excusa de las varias conversaciones que se entrecruzan en ese mundo cerrado, Mann intercala una serie de ensayos sobre múltiples cuestiones y traza un cuadro minucioso de la sociedad europea anterior a la Primera Guerra Mundial.
La tetralogía José y sus hermanos (1933-1943), recreación del relato bíblico pero sin ninguna pretensión de historicidad, refleja la evolución del pensamiento del autor desde el irracionalismo del período 1914-1918, pasando por la democracia burguesa de la década de 1920 y los planteamientos condicionadamente socialistas de la de 1930, hasta su admiración por el New Deal de Roosevelt, que se hace evidente en la última de las cuatro novelas, cuyo eje gira en torno a la síntesis entre cuerpo y espíritu.
En Carlota en Weimar (1939), donde se relata el reencuentro de Goethe, en la culminación de su vida, con Carlota, su amante de juventud, Mann dibuja al representante del clasicismo alemán como el artista que ha logrado la armoniosa fusión en sí mismo entre las personalidades del poeta y el ciudadano. Doctor Faustus (1947), considerada unánimemente su obra maestra, señala en el subtítulo que se trata de "La vida del compositor alemán Adrian Leverkühn narrada por un amigo". Centrada en el carácter ambivalente del dotado compositor, que cae en manos del diablo, refleja la decadencia y una mezcla de culpa e incapacidad de la sociedad burguesa alemana, desde fines del siglo XIX hasta la actualidad, con una madurez que elude la facilidad de las conclusiones.
Confesiones del aventurero Félix Krull (1954), finalmente, es una renovación de la novela picaresca y al mismo tiempo parodia de la tradicional "novela de formación" alemana. El seductor Félix, hijo de un fabricante de vinos espumosos, cambia nombre y rol social con un aristócrata en un hotel de París, donde hacía su aprendizaje y se va, en lugar de aquel, de viaje por el mundo. El argumento reanuda un tema básico de Mann: la decadencia y la degeneración no sólo son fronterizas del crimen, sino también una posibilidad de ampliar los límites de la existencia. Como acompañamiento de su obra narrativa, aparte de un único drama, Fiorenza (1906), Thomas Mann fue asimismo autor de una ingente producción ensayística.
Foto: 12 DE AGOSTO DE 1955 MUERE THOMAS MANN
(Lübeck, 1875 - Kilchberg, 1955) Escritor alemán, premio Nobel en 1929. Criado en Lübeck en el seno de una familia patricia, a la muerte de su padre en 1893 siguió a su madre a Munich, donde trabajó como aprendiz en una compañía de seguros. Más tarde, aprovechando en parte las relaciones de su hermano Heinrich, colaboró con varias revistas, entre ellas Simplizissimus. De 1895 a 1897 estuvo en Italia, acompañando a su hermano.
En su juventud, su postura quedó reflejada en las Consideraciones de un apolítico, planteadas en gran medida contra el Zola, que había publicado precisamente Heinrich. En 1933, aprovechando una gira de conferencias, y siguiendo el consejo de sus hijos, no volvió a Alemania, sino que se exilió primero en Sanary-sur-Mer, cerca de Marsella, y luego en Küsnacht, junto a Zurich. En esa época no se definió políticamente, se mantuvo apartado de los círculos de exiliados e incluso prometió al ministerio de Propaganda alemán, en 1933, abstenerse de manifestaciones políticas, pues no quería hacer peligrar la relación con sus lectores alemanes ni la edición de José y sus hermanos.
En 1938 se trasladó a California, donde residió hasta el final de la Segunda Guerra Mundial. Desde allí dio una serie de charlas radiofónicas de propaganda para la BBC bajo el apelativo común de Deutsche Hörer (1940-1945, ¡Oyentes alemanes!) y diversas conferencias de orientación antifascista. En 1947 visitó Alemania y participó en la primera reunión de posguerra del PEN-Club en Zurich. En 1952, decepcionado por la situación en Estados Unidos a raíz de la muerte de Franklin D. Roosevelt, volvió a Europa y se estableció de nuevo en Suiza, vastamente honrado a partir de allí por sus conciudadanos alemanes.
La producción literaria de Mann fue enorme y, de entre ella, merece destacarse cronológicamente Los Buddenbrook (1901), novela subtitulada "decadencia de una familia", que narra precisamente el progresivo declive de una estirpe hanseática en el curso del siglo XIX, sobre el fondo de los procesos de cambio sociológico producidos en esa época. Escrita bajo la influencia del radicalismo cultural de Nietzsche, en sus páginas aparece la oposición entre mundo y arte, lo que será un tema recurrente en el autor.
Tonio Kröger (1903), relato publicado conjuntamente con otros varios, es la biografía de un artista, temáticamente muy cercana a Los Buddenbrook, y, según confesión del propio Mann, la obra que afectivamente le era más próxima. En la novela Alteza real (1909), el heredero de un pequeño principado alemán se casa con la hija de un millonario estadounidense, con lo que sanea el erario y, a la vez, da un sentido a su propia existencia, hasta entonces meramente decorativa: se trata de una "comedia en forma novelesca", narrada con simpática ironía.
La muerte en Venecia (1913), sin duda la más acabada síntesis de la poética del autor, y una cumbre en el género de la novela breve, presenta a través de sus protagonistas, el músico moribundo y el joven Tadzio, una sutil relación dialécticta entre el apogeo de la belleza y la inevitable presencia de la muerte. En La montaña mágica (1924), vasta novela comenzada en 1912, que pretendía en un principio ser una especie de sátira de La muerte en Venecia, Hans Castorp, patricio alemán internado siete años en un sanatorio pulmonar internacional suizo, vive un proceso formativo: con la excusa de las varias conversaciones que se entrecruzan en ese mundo cerrado, Mann intercala una serie de ensayos sobre múltiples cuestiones y traza un cuadro minucioso de la sociedad europea anterior a la Primera Guerra Mundial.
La tetralogía José y sus hermanos (1933-1943), recreación del relato bíblico pero sin ninguna pretensión de historicidad, refleja la evolución del pensamiento del autor desde el irracionalismo del período 1914-1918, pasando por la democracia burguesa de la década de 1920 y los planteamientos condicionadamente socialistas de la de 1930, hasta su admiración por el New Deal de Roosevelt, que se hace evidente en la última de las cuatro novelas, cuyo eje gira en torno a la síntesis entre cuerpo y espíritu.
En Carlota en Weimar (1939), donde se relata el reencuentro de Goethe, en la culminación de su vida, con Carlota, su amante de juventud, Mann dibuja al representante del clasicismo alemán como el artista que ha logrado la armoniosa fusión en sí mismo entre las personalidades del poeta y el ciudadano. Doctor Faustus (1947), considerada unánimemente su obra maestra, señala en el subtítulo que se trata de "La vida del compositor alemán Adrian Leverkühn narrada por un amigo". Centrada en el carácter ambivalente del dotado compositor, que cae en manos del diablo, refleja la decadencia y una mezcla de culpa e incapacidad de la sociedad burguesa alemana, desde fines del siglo XIX hasta la actualidad, con una madurez que elude la facilidad de las conclusiones.
Confesiones del aventurero Félix Krull (1954), finalmente, es una renovación de la novela picaresca y al mismo tiempo parodia de la tradicional "novela de formación" alemana. El seductor Félix, hijo de un fabricante de vinos espumosos, cambia nombre y rol social con un aristócrata en un hotel de París, donde hacía su aprendizaje y se va, en lugar de aquel, de viaje por el mundo. El argumento reanuda un tema básico de Mann: la decadencia y la degeneración no sólo son fronterizas del crimen, sino también una posibilidad de ampliar los límites de la existencia. Como acompañamiento de su obra narrativa, aparte de un único drama, Fiorenza (1906), Thomas Mann fue asimismo autor de una ingente producción ensayística.
12 DE AGOSTO MUERE William Blake
(Londres, 1757 - 1827) Pintor, grabador y poeta británico, una de las figuras más singulares y dotadas del arte y la literatura inglesa. Fue para algunos un místico iluminado, un religioso atrapado en su propio mundo, y para otros un pobre loco que sobrevivía gracias a los pocos amigos que, como Thomas Butts, creían en su arte y le compraban algunos grabados. La posteridad, sin embargo, ha considerado a William Blake como un visionario.
Su padre era calcetero, y parece haber pertenecido a una secta de seguidores de Swedenborg. En 1771 Blake empezó a trabajar como aprendiz con el grabador James Bazire; en 1780 conoció al rígido y frío escultor neoclásico John Flaxman, de quien aprendió el gusto por la seguridad y la precisión de contornos en el dibujo.
Durante la primera época de su vida, que llega hasta su matrimonio en 1782 con Catherine Boucher (la cual se reveló para él una esposa ideal) y la publicación de los Poetical Sketches (Esbozos poéticos, 1783), se dedicó a la poesía y a las artes plásticas; estudió a los artistas griegos, a Rafael, a Durero y sobre todo a Miguel Ángel, al que, incapaz de asimilar en su potencia creadora y volumétrica, tradujo en términos lineales, con lo cual se aproximó inconscientemente al juego curvilíneo de los miniaturistas célticos. De su gran entusiasmo por el famoso escultor participaba también el pintor suizo H. Fuseli (Füssli), que se estableció en Inglaterra en 1779, fue conservador de la Royal Academy e influyó indudablemente en Blake.
Blake, por otra parte, experimentó además la influencia del gótico, y copió los monumentos sepulcrales de la abadía de Westminster y de otros templos antiguos. Flaxman le introdujo en la tertulia de Mrs. Mathew, donde fueron también apreciadas sus cualidades de poeta. Componía ya versos desde 1768-69, y, aun cuando no estudios regulares, sí había realizado amplias lecturas: Shakespeare, Milton, la Biblia y Ossian. Se inspiraba en el estilo de la época isabelina, y no ocultaba su desprecio por la afectación y los primores de los poetas barrocos.
En 1783 fueron impresos, a expensas de Flaxman y del reverendo Henry Mathew, los Poetical Sketches; pero la gestión de estos mecenas debió de resultar poco grata al autor, ya por las palabras de condescendiente protección antepuestas por Mathew o bien a causa del mismo vocablo sketches (al que Blake daba un sentido peyorativo) del título, acerca del cual no había sido consultado el poeta. A Blake, que ni tan sólo pudo revisar las pruebas, le fue entregada toda la edición para que dispusiese de ella a su gusto; el autor se limitó a distribuir algunos ejemplares de la obra a varios amigos, y no habló ya más del libro.
La segunda etapa de su vida (1783-1803) comprende la maduración de su arte poético y pictórico. En 1784 abrió un negocio de grabados, que mantuvo hasta la muerte de su hermano Robert; luego trabajó para otros: primero con Thomas Butts, quien le ayudó generosamente y fue siempre amigo suyo, y, más tarde (1800), junto a William Hayly, noble que se jactaba de poeta y mecenas y que asignó a Blake como residencia un "cottage" en Felpham, en el litoral de Sussex, donde nuestro autor pasó tres plácidos años y compuso algunos versos que figuran entre los más deliciosos y abstrusos de su producción. Desde 1793 a 1800 vivió en Lambeth, suburbio de Londres. En 1789 habían aparecido los Cantos de inocencia, ilustrados por él mismo, seguido cinco años después por los Cantos de experiencia, donde expresa la caída del hombre en poemas inolvidables, como "La rosa enferma" o "El tigre", de "aterradora simetría."
En su última época (1803-27), pasada en esta capital, reveló en poesía una extravagancia creciente, seguida por veinte años de silencio casi ininterrumpido y un pleno afianzamiento como artista. En Londres cayó primeramente en manos de Richard Cromek, quien lo explotó. Luego, tras la ruptura con éste, trabajó con John Linnell (1813), pintor de paisajes y el mejor de sus patronos; para él grabó Inventions on the Book of Job, su obra maestra, y algunas ilustraciones para la Divina Comedia. En los últimos años de su existencia se vio rodeado por un círculo de amigos y discípulos.
De entre las obras literarias de sus últimos años destacan El matrimonio del cielo y el infierno (1793), y más tarde dos entregas escritas e ilustradas entre 1804 y 1820: Milton (1804-1818) y Jerusalén (1804-1820), en las que abiertamente rechaza toda forma de religión convencional y preanuncia temas caros al simbolismo de fines del siglo XIX, como la atracción por el abismo y la caducidad de la moral burguesa. Blake modificó, además, la métrica y los ritmos ingleses clásicos, al incorporar a la poesía culta los procedimientos populares de las canciones, baladas y sonsonetes infantiles. Sus cuadernos de notas con algunos poemas breves, escritos entre 1793 y 1818, fueron adquiridos en 1847 por el poeta D.G. Rossetti, uno de los primeros artistas en reconocer el excepcional valor de su obra.
Estos acontecimientos externos no permiten reconstruir el carácter extraordinario de William Blake, muy irritable y capaz de dar tanta importancia a una cuestión privada como para llevarla a los libros, donde el problema adquiría grandes proporciones; revolucionario en teoría (quedó intensamente impresionado por las revoluciones de América y Francia) y adversario de los soberanos y las leyes, manifestaba una índole violenta, incluso a través de su aspecto físico: de escasa talla, y con anchos hombros cuadrados y una gran cabeza autoritaria, poseía el tipo de los hombres de la Revolución francesa.
Por otra parte, era impresionable y sincero, poseía el entusiasmo y el sentido de la inocencia propios de un eterno muchacho o de un primitivo. Juzgaba realidades materiales las creaciones de su viva imaginación: así, el acontecimiento más notable de su vida hubo de ser la visión de gran número de ángeles sobre un árbol; Blake contaba entonces diez años escasos, y, en adelante, tuvo coloquios con profetas y santos encarnados.
La lectura de textos de literatura mística y ocultista le afianzó en sus creencias sobre el valor de su experiencia de visionario. Su idea cardinal llegó a ser la desconfianza absoluta en el testimonio de los sentidos; para William Blake, éstos suponen barreras que se interponen entre el alma y la verdadera sabiduría y el goce de la eternidad. Al negar el mundo sensible, no veía las cosas como aparecen, sino únicamente los tipos y las ideas eternas y más reales que aquellas mismas: no los corderos, sino el Cordero, ni los tigres, antes bien el Tigre. Tales arquetipos se presentaban a sus ojos con un relieve particular, que dio lugar a la manera exaltada de sus grabados. Como artista, por tanto, Blake resulta un típico "manierista", en la línea de Fuseli: en él se realiza la disolución de las formas clásicas, y ello sin que se haya llegado todavía al nuevo equilibrio romántico.
La gran intensidad visionaria de William Blake se refleja tanto en su obra poética como pictórica. El rechazo a la observación directa de la naturaleza como fuente creativa le llevó a encerrarse únicamente en su mirada interior. Así, creaba sus figuras sin preocuparse de la estructura anatómica o de las proporciones, pues consideraba que corregir lo que fielmente había plasmado de su visión interior resultaba demasiado banal, ligero y superficial para un proceso que, como él mismo dijo, se adentraba en "proporciones de eternidad demasiado grandes para el ojo del hombre".
En la obra del artista deben señalarse los monotipos realizados a partir de 1793, entre los cuales destaca Nabucodonosor (1795, Tate Gallery, Londres). En el tratamiento de este tema, en que un hombre desdichado sufre la transformación en un animal, el artista pone de manifiesto cierta frialdad estructurada frente a lo irreal. En esta obra se aprecian los elementos más característicos del estilo de Blake: el predominio del dibujo sobre el color, el recurso a los contornos ondulantes que confieren a las figuras ritmo y vitalidad, la simplicidad monumental de sus formas estilizadas y la gestualidad de intenso dramatismo.
Blake utilizó técnicas nuevas de grabado e impresión, como el grabado a la acuarela en color o miniaturas impresas. Para el artista, el texto y las ilustraciones debían constituir un todo. Cabe destacar sus ilustraciones de el Libro de Job; la Divina Comedia de Dante o El Paraíso perdido de Milton. Ilustró también sus propios libros: Los cantos de inocencia, impresos por primera vez en 1789, y Los cantos de experiencia, en 1794. En ellos combina magistralmente texto e imagen con una técnica que se superpone al aguafuerte y al acabado a mano, estableciendo una íntima fusión entre el mundo de las ideas y el de los estímulos visibles. A Blake le interesaba expresar el mundo a través de las emociones, más allá de la razón, pero esa cualidad de "visionario" en Blake no fue más que una fuerza mística y espiritual.
La mayor parte de los escritos de William Blake fue publicada en una forma que él mismo inventó y empezó a emplear hacia 1788. Con arreglo a este método de illuminated printing (impresión miniada), el texto y sus ilustraciones eran trasladados en sentido inverso encima de planchas de cobre con una sustancia no alterable por la acción de los ácidos (una especie de barniz); luego éstas eran grabadas como un aguafuerte hasta que, por último, toda la ilustración adquiría relieve. Después se obtenían con ello los grabados, que más tarde el artista iluminaba delicadamente a la acuarela, con lo cual cada una de las copias poseía una individualidad propia.
Hacia 1793, Blake Introdujo una modificación en el procedimiento original: el "woodcutting on copper" (talla sobre cobre), empleado junto con el otro método en casi todas las obras impresas a partir de aquella fecha. En tal sistema la plancha era recubierta al principio con un fondo; las partes que habían de ser grabadas, o sea los contornos del dibujo, eran sacadas con un instrumento puntiagudo; luego se quitaba el fondo en el espacio destinado al texto, que era llevado sobre el metal como en el otro procedimiento y, finalmente, se grababa todo el cobre mediante el ácido. Sólo en algunas de las obras de Blake se utilizó el método corriente de grabado.
La personalidad de William Blake resultaba demasiado excepcional como para que pudiera ser incluida en la tradición inglesa y hacer escuela (siquiera en pintura tuviese algún seguidor, como Samuel Palmer). Con todo, desde su revalidación en 1863 por obra de los prerrafaelistas, conoció una amplia fortuna póstuma. Como poeta, Las bodas del cielo y del infierno es su obra más divulgada. Revela una clara influencia de Swedenborg, y es una mezcla de visiones apocalípticas y de aforismos sibilinos.
A pesar de que la perspectiva actual, después de los avances del psicoanálisis y la antropología, permite acceder a la obra de Blake de otro modo, ésta evidencia una sabiduría inusual que se caracteriza por reflejar la oscuridad de lo inaccesible. Como otros contemporáneos, William Blake descubrió las fisuras y lagunas que la Ilustración dejaba de lado ante cuestiones de gran trascendencia, y espetó su particular alegato con una densidad profética y una energía premonitoria que lo convirtieron en una figura clave para el desarrollo de la poética romántica.
(Londres, 1757 - 1827) Pintor, grabador y poeta británico, una de las figuras más singulares y dotadas del arte y la literatura inglesa. Fue para algunos un místico iluminado, un religioso atrapado en su propio mundo, y para otros un pobre loco que sobrevivía gracias a los pocos amigos que, como Thomas Butts, creían en su arte y le compraban algunos grabados. La posteridad, sin embargo, ha considerado a William Blake como un visionario.
Su padre era calcetero, y parece haber pertenecido a una secta de seguidores de Swedenborg. En 1771 Blake empezó a trabajar como aprendiz con el grabador James Bazire; en 1780 conoció al rígido y frío escultor neoclásico John Flaxman, de quien aprendió el gusto por la seguridad y la precisión de contornos en el dibujo.
Durante la primera época de su vida, que llega hasta su matrimonio en 1782 con Catherine Boucher (la cual se reveló para él una esposa ideal) y la publicación de los Poetical Sketches (Esbozos poéticos, 1783), se dedicó a la poesía y a las artes plásticas; estudió a los artistas griegos, a Rafael, a Durero y sobre todo a Miguel Ángel, al que, incapaz de asimilar en su potencia creadora y volumétrica, tradujo en términos lineales, con lo cual se aproximó inconscientemente al juego curvilíneo de los miniaturistas célticos. De su gran entusiasmo por el famoso escultor participaba también el pintor suizo H. Fuseli (Füssli), que se estableció en Inglaterra en 1779, fue conservador de la Royal Academy e influyó indudablemente en Blake.
Blake, por otra parte, experimentó además la influencia del gótico, y copió los monumentos sepulcrales de la abadía de Westminster y de otros templos antiguos. Flaxman le introdujo en la tertulia de Mrs. Mathew, donde fueron también apreciadas sus cualidades de poeta. Componía ya versos desde 1768-69, y, aun cuando no estudios regulares, sí había realizado amplias lecturas: Shakespeare, Milton, la Biblia y Ossian. Se inspiraba en el estilo de la época isabelina, y no ocultaba su desprecio por la afectación y los primores de los poetas barrocos.
En 1783 fueron impresos, a expensas de Flaxman y del reverendo Henry Mathew, los Poetical Sketches; pero la gestión de estos mecenas debió de resultar poco grata al autor, ya por las palabras de condescendiente protección antepuestas por Mathew o bien a causa del mismo vocablo sketches (al que Blake daba un sentido peyorativo) del título, acerca del cual no había sido consultado el poeta. A Blake, que ni tan sólo pudo revisar las pruebas, le fue entregada toda la edición para que dispusiese de ella a su gusto; el autor se limitó a distribuir algunos ejemplares de la obra a varios amigos, y no habló ya más del libro.
La segunda etapa de su vida (1783-1803) comprende la maduración de su arte poético y pictórico. En 1784 abrió un negocio de grabados, que mantuvo hasta la muerte de su hermano Robert; luego trabajó para otros: primero con Thomas Butts, quien le ayudó generosamente y fue siempre amigo suyo, y, más tarde (1800), junto a William Hayly, noble que se jactaba de poeta y mecenas y que asignó a Blake como residencia un "cottage" en Felpham, en el litoral de Sussex, donde nuestro autor pasó tres plácidos años y compuso algunos versos que figuran entre los más deliciosos y abstrusos de su producción. Desde 1793 a 1800 vivió en Lambeth, suburbio de Londres. En 1789 habían aparecido los Cantos de inocencia, ilustrados por él mismo, seguido cinco años después por los Cantos de experiencia, donde expresa la caída del hombre en poemas inolvidables, como "La rosa enferma" o "El tigre", de "aterradora simetría."
En su última época (1803-27), pasada en esta capital, reveló en poesía una extravagancia creciente, seguida por veinte años de silencio casi ininterrumpido y un pleno afianzamiento como artista. En Londres cayó primeramente en manos de Richard Cromek, quien lo explotó. Luego, tras la ruptura con éste, trabajó con John Linnell (1813), pintor de paisajes y el mejor de sus patronos; para él grabó Inventions on the Book of Job, su obra maestra, y algunas ilustraciones para la Divina Comedia. En los últimos años de su existencia se vio rodeado por un círculo de amigos y discípulos.
De entre las obras literarias de sus últimos años destacan El matrimonio del cielo y el infierno (1793), y más tarde dos entregas escritas e ilustradas entre 1804 y 1820: Milton (1804-1818) y Jerusalén (1804-1820), en las que abiertamente rechaza toda forma de religión convencional y preanuncia temas caros al simbolismo de fines del siglo XIX, como la atracción por el abismo y la caducidad de la moral burguesa. Blake modificó, además, la métrica y los ritmos ingleses clásicos, al incorporar a la poesía culta los procedimientos populares de las canciones, baladas y sonsonetes infantiles. Sus cuadernos de notas con algunos poemas breves, escritos entre 1793 y 1818, fueron adquiridos en 1847 por el poeta D.G. Rossetti, uno de los primeros artistas en reconocer el excepcional valor de su obra.
Estos acontecimientos externos no permiten reconstruir el carácter extraordinario de William Blake, muy irritable y capaz de dar tanta importancia a una cuestión privada como para llevarla a los libros, donde el problema adquiría grandes proporciones; revolucionario en teoría (quedó intensamente impresionado por las revoluciones de América y Francia) y adversario de los soberanos y las leyes, manifestaba una índole violenta, incluso a través de su aspecto físico: de escasa talla, y con anchos hombros cuadrados y una gran cabeza autoritaria, poseía el tipo de los hombres de la Revolución francesa.
Por otra parte, era impresionable y sincero, poseía el entusiasmo y el sentido de la inocencia propios de un eterno muchacho o de un primitivo. Juzgaba realidades materiales las creaciones de su viva imaginación: así, el acontecimiento más notable de su vida hubo de ser la visión de gran número de ángeles sobre un árbol; Blake contaba entonces diez años escasos, y, en adelante, tuvo coloquios con profetas y santos encarnados.
La lectura de textos de literatura mística y ocultista le afianzó en sus creencias sobre el valor de su experiencia de visionario. Su idea cardinal llegó a ser la desconfianza absoluta en el testimonio de los sentidos; para William Blake, éstos suponen barreras que se interponen entre el alma y la verdadera sabiduría y el goce de la eternidad. Al negar el mundo sensible, no veía las cosas como aparecen, sino únicamente los tipos y las ideas eternas y más reales que aquellas mismas: no los corderos, sino el Cordero, ni los tigres, antes bien el Tigre. Tales arquetipos se presentaban a sus ojos con un relieve particular, que dio lugar a la manera exaltada de sus grabados. Como artista, por tanto, Blake resulta un típico "manierista", en la línea de Fuseli: en él se realiza la disolución de las formas clásicas, y ello sin que se haya llegado todavía al nuevo equilibrio romántico.
La gran intensidad visionaria de William Blake se refleja tanto en su obra poética como pictórica. El rechazo a la observación directa de la naturaleza como fuente creativa le llevó a encerrarse únicamente en su mirada interior. Así, creaba sus figuras sin preocuparse de la estructura anatómica o de las proporciones, pues consideraba que corregir lo que fielmente había plasmado de su visión interior resultaba demasiado banal, ligero y superficial para un proceso que, como él mismo dijo, se adentraba en "proporciones de eternidad demasiado grandes para el ojo del hombre".
En la obra del artista deben señalarse los monotipos realizados a partir de 1793, entre los cuales destaca Nabucodonosor (1795, Tate Gallery, Londres). En el tratamiento de este tema, en que un hombre desdichado sufre la transformación en un animal, el artista pone de manifiesto cierta frialdad estructurada frente a lo irreal. En esta obra se aprecian los elementos más característicos del estilo de Blake: el predominio del dibujo sobre el color, el recurso a los contornos ondulantes que confieren a las figuras ritmo y vitalidad, la simplicidad monumental de sus formas estilizadas y la gestualidad de intenso dramatismo.
Blake utilizó técnicas nuevas de grabado e impresión, como el grabado a la acuarela en color o miniaturas impresas. Para el artista, el texto y las ilustraciones debían constituir un todo. Cabe destacar sus ilustraciones de el Libro de Job; la Divina Comedia de Dante o El Paraíso perdido de Milton. Ilustró también sus propios libros: Los cantos de inocencia, impresos por primera vez en 1789, y Los cantos de experiencia, en 1794. En ellos combina magistralmente texto e imagen con una técnica que se superpone al aguafuerte y al acabado a mano, estableciendo una íntima fusión entre el mundo de las ideas y el de los estímulos visibles. A Blake le interesaba expresar el mundo a través de las emociones, más allá de la razón, pero esa cualidad de "visionario" en Blake no fue más que una fuerza mística y espiritual.
La mayor parte de los escritos de William Blake fue publicada en una forma que él mismo inventó y empezó a emplear hacia 1788. Con arreglo a este método de illuminated printing (impresión miniada), el texto y sus ilustraciones eran trasladados en sentido inverso encima de planchas de cobre con una sustancia no alterable por la acción de los ácidos (una especie de barniz); luego éstas eran grabadas como un aguafuerte hasta que, por último, toda la ilustración adquiría relieve. Después se obtenían con ello los grabados, que más tarde el artista iluminaba delicadamente a la acuarela, con lo cual cada una de las copias poseía una individualidad propia.
Hacia 1793, Blake Introdujo una modificación en el procedimiento original: el "woodcutting on copper" (talla sobre cobre), empleado junto con el otro método en casi todas las obras impresas a partir de aquella fecha. En tal sistema la plancha era recubierta al principio con un fondo; las partes que habían de ser grabadas, o sea los contornos del dibujo, eran sacadas con un instrumento puntiagudo; luego se quitaba el fondo en el espacio destinado al texto, que era llevado sobre el metal como en el otro procedimiento y, finalmente, se grababa todo el cobre mediante el ácido. Sólo en algunas de las obras de Blake se utilizó el método corriente de grabado.
La personalidad de William Blake resultaba demasiado excepcional como para que pudiera ser incluida en la tradición inglesa y hacer escuela (siquiera en pintura tuviese algún seguidor, como Samuel Palmer). Con todo, desde su revalidación en 1863 por obra de los prerrafaelistas, conoció una amplia fortuna póstuma. Como poeta, Las bodas del cielo y del infierno es su obra más divulgada. Revela una clara influencia de Swedenborg, y es una mezcla de visiones apocalípticas y de aforismos sibilinos.
A pesar de que la perspectiva actual, después de los avances del psicoanálisis y la antropología, permite acceder a la obra de Blake de otro modo, ésta evidencia una sabiduría inusual que se caracteriza por reflejar la oscuridad de lo inaccesible. Como otros contemporáneos, William Blake descubrió las fisuras y lagunas que la Ilustración dejaba de lado ante cuestiones de gran trascendencia, y espetó su particular alegato con una densidad profética y una energía premonitoria que lo convirtieron en una figura clave para el desarrollo de la poética romántica.
12 AGOSTO (1896)
Nace Lino Spilimbergo
(Lino Eneas o Enea Spilimbergo; Buenos Aires, 1896 - Unquillo, 1964) Pintor argentino. Recibió las primeras lecciones de dibujo en la Escuela Industrial de la calle Salguero y, en 1915, ingresó en la Escuela Nacional de Bellas Artes, en aquel tiempo Academia. Cinco años más tarde ya tenía su título de profesor. Su formación clásica influyó en el estilo realista de sus primeros paisajes y escenas costumbristas; posteriormente entraría a formar parte del movimiento de renovación impulsado por la revista Martín Fierro.
En 1925 expuso en el Salón Nacional de Bellas Artes, donde resultó laureado con el premio único al mejor conjunto con las obras Vieja uyutana, Descanso, El ciego y Paisaje andino. El citado premio posibilitó su primer y anhelado viaje a Europa, que le permitiría ampliar su formación artística en Alemania, Italia y Francia. En ese mismo año obtuvo el Segundo Premio de Pintura en el Tercer Salón Libre de Otoño de La Plata y expuso en el primer Salón Universitario Anual de dicha ciudad. En 1926 se trasladó a vivir a París, donde estudió con André Lothe, quien influyó poderosamente en su obra. Un año más tarde, y sin interrupción hasta 1943, comenzó a exponer en todos los Salones Nacionales.
Desde 1935 fue profesor de la Academia Nacional de Bellas Artes. En 1937 su trayectoria mereció un doble reconocimiento: obtuvo el primer premio del Salón Nacional argentino y la medalla de oro del grabado y el gran premio de pintura de la Exposición Internacional de París. Consagrado como uno de los maestros de la escuela pictórica de su país, ejerció una intensa labor pedagógica desde su cargo de director del Instituto de Artes de la Universidad de Tucumán.
De aparente filiación neoclásica, la obra de Lino Spilimbergo resulta sólidamente sostenida por el dibujo y por una visión plástica que parece propia de un escultor. Sus creaciones transparentan también otras novedades: la visión cubista del constructivismo de Cézanne y ciertos ecos de los pintores metafísicos italianos y del surrealismo. Estos rasgos constituyen, junto a un poderoso equilibrio estructural, las características de este gran maestro de la corriente figurativa de la pintura moderna argentina que, aunque abierto a todas las tendencias de vanguardia, se centró siempre en el tratamiento de la realidad cotidiana, e hizo de la figura humana y el paisaje sus temas principales. Terraza (1931), La planchadora (1936), Paisaje de Chilecito (1941) o La Chacra (1944) son algunas de sus telas más conocidas.
Nace Lino Spilimbergo
(Lino Eneas o Enea Spilimbergo; Buenos Aires, 1896 - Unquillo, 1964) Pintor argentino. Recibió las primeras lecciones de dibujo en la Escuela Industrial de la calle Salguero y, en 1915, ingresó en la Escuela Nacional de Bellas Artes, en aquel tiempo Academia. Cinco años más tarde ya tenía su título de profesor. Su formación clásica influyó en el estilo realista de sus primeros paisajes y escenas costumbristas; posteriormente entraría a formar parte del movimiento de renovación impulsado por la revista Martín Fierro.
En 1925 expuso en el Salón Nacional de Bellas Artes, donde resultó laureado con el premio único al mejor conjunto con las obras Vieja uyutana, Descanso, El ciego y Paisaje andino. El citado premio posibilitó su primer y anhelado viaje a Europa, que le permitiría ampliar su formación artística en Alemania, Italia y Francia. En ese mismo año obtuvo el Segundo Premio de Pintura en el Tercer Salón Libre de Otoño de La Plata y expuso en el primer Salón Universitario Anual de dicha ciudad. En 1926 se trasladó a vivir a París, donde estudió con André Lothe, quien influyó poderosamente en su obra. Un año más tarde, y sin interrupción hasta 1943, comenzó a exponer en todos los Salones Nacionales.
Desde 1935 fue profesor de la Academia Nacional de Bellas Artes. En 1937 su trayectoria mereció un doble reconocimiento: obtuvo el primer premio del Salón Nacional argentino y la medalla de oro del grabado y el gran premio de pintura de la Exposición Internacional de París. Consagrado como uno de los maestros de la escuela pictórica de su país, ejerció una intensa labor pedagógica desde su cargo de director del Instituto de Artes de la Universidad de Tucumán.
De aparente filiación neoclásica, la obra de Lino Spilimbergo resulta sólidamente sostenida por el dibujo y por una visión plástica que parece propia de un escultor. Sus creaciones transparentan también otras novedades: la visión cubista del constructivismo de Cézanne y ciertos ecos de los pintores metafísicos italianos y del surrealismo. Estos rasgos constituyen, junto a un poderoso equilibrio estructural, las características de este gran maestro de la corriente figurativa de la pintura moderna argentina que, aunque abierto a todas las tendencias de vanguardia, se centró siempre en el tratamiento de la realidad cotidiana, e hizo de la figura humana y el paisaje sus temas principales. Terraza (1931), La planchadora (1936), Paisaje de Chilecito (1941) o La Chacra (1944) son algunas de sus telas más conocidas.
lunes, 11 de agosto de 2014
11 DE AGOSTO NACE FERNANDO ARRABAL
(Fernando Arrabal Terán; Melilla, 1932) Dramaturgo y novelista español. Residió en Melilla (hasta 1939), en Ciudad Rodrigo (hasta 1946) y en Madrid (hasta 1955). Abandonó España "por motivos de libertad", decisión reafirmada en 1958 al fracasar el estreno de Los Hombres del triciclo.
En París (su residencia permanente) fundó en 1961 con otros jóvenes el movimiento "pánico", con influencias de Tristan Tzara y el dadaísmo y estimulado también por André Breton. Conoció a la que luego sería su mujer y traductora, Luce Moreau, y estrenó Pique-Nique en Campagne (1959), dirigida por Jean Marie Serrau. Ese mismo año obtuvo una beca que lo llevó a Estados Unidos, ocasión que aprovechó para recorrer casi todo el país. Cuando volvió a Francia, su obra se consolidó en primera línea de las vanguardias.
Su teatro, encuadrado en la tendencia del absurdo, asume la mirada del niño (ajena a toda racionalización) y concibe el escenario como centro de confusión, terror, euforia, caos, pero también culto de la felicidad y rechazo de toda ley moral. A través de sus estrenos y su publicación en París el teatro de Fernando Arrabal alcanzó renombre universal.
Ya en sus primeras obras elige universos circulares o espacialmente cerrados; así en Los dos verdugos (Les deux bourreaux, 1956) y en El cementerio de automóviles (Le cimetière des voitures, 1957). Con el acopio de elementos surrealistas, las bases de su teatro se desarrollan en una búsqueda formal, tanto por lo que respecta al tratamiento del espacio escénico como al trabajo expresivo del gesto: Ceremonia para un negro asesinado (Cerémonie pour un noir assassiné), El arquitecto y el emperador de Asiria (L'architecte et l'empereur d'Assyrie, 1966) y Oye, patria, mi aflicción (1977) cuentan entre sus títulos más significativos.
Paralelamente, Fernando Arrabal ha desarrollado una labor como cineasta; a menudo, al igual que en su teatro, se inspira, con virulenta iconoclastia, en sus obsesiones españolas. Se inicia su filmografía con Viva la muerte (1970) y continúa con Iré como un caballo loco (1973), El árbol de Guernica (1976) y La odisea del Pacífico (1980). Por último, mencionemos su obra de narrador, marcada asimismo por una voluntad experimental y provocadora: las novelas Baal Babylone (1959), Arrabal celebrando la ceremonia de la confusión (1966), La torre herida por el rayo, que fue galardonada con el premio Nadal 1983 y La virgen roja (1986).
De entre sus últimas obras teatrales cabe citar Breviario de amor de un halterófilo (1987); La travesía del Imperio (1988); La extravagante cruzada de un revolucionario obeso (1989); Róbame un billoncito (1990) y La carga de los centauros (1990). El Teatro completo, publicado en dos volúmenes, vio la luz durante el bienio 1997-1998. Por otra parte, entre sus novelas más recientes destacan La hija de King Kong (1988); La extravagante cruzada de un castrado enamorado (1990); El mono, o enganchado al caballo (1994) y Ceremonia por un teniente abandonado (1998).
En la década de los noventa ha publicado también un volumen de poemas titulado Arrabalesques (1994) y varios ensayos tales como La dudosa luz del día (1994), galardonado con el Premio Espasa de Ensayo; Carta al rey de España (1995) y Un esclavo llamado Cervantes (1996), que ofrece una visión desmitificadora del autor del Quijote.
(Fernando Arrabal Terán; Melilla, 1932) Dramaturgo y novelista español. Residió en Melilla (hasta 1939), en Ciudad Rodrigo (hasta 1946) y en Madrid (hasta 1955). Abandonó España "por motivos de libertad", decisión reafirmada en 1958 al fracasar el estreno de Los Hombres del triciclo.
En París (su residencia permanente) fundó en 1961 con otros jóvenes el movimiento "pánico", con influencias de Tristan Tzara y el dadaísmo y estimulado también por André Breton. Conoció a la que luego sería su mujer y traductora, Luce Moreau, y estrenó Pique-Nique en Campagne (1959), dirigida por Jean Marie Serrau. Ese mismo año obtuvo una beca que lo llevó a Estados Unidos, ocasión que aprovechó para recorrer casi todo el país. Cuando volvió a Francia, su obra se consolidó en primera línea de las vanguardias.
Su teatro, encuadrado en la tendencia del absurdo, asume la mirada del niño (ajena a toda racionalización) y concibe el escenario como centro de confusión, terror, euforia, caos, pero también culto de la felicidad y rechazo de toda ley moral. A través de sus estrenos y su publicación en París el teatro de Fernando Arrabal alcanzó renombre universal.
Ya en sus primeras obras elige universos circulares o espacialmente cerrados; así en Los dos verdugos (Les deux bourreaux, 1956) y en El cementerio de automóviles (Le cimetière des voitures, 1957). Con el acopio de elementos surrealistas, las bases de su teatro se desarrollan en una búsqueda formal, tanto por lo que respecta al tratamiento del espacio escénico como al trabajo expresivo del gesto: Ceremonia para un negro asesinado (Cerémonie pour un noir assassiné), El arquitecto y el emperador de Asiria (L'architecte et l'empereur d'Assyrie, 1966) y Oye, patria, mi aflicción (1977) cuentan entre sus títulos más significativos.
Paralelamente, Fernando Arrabal ha desarrollado una labor como cineasta; a menudo, al igual que en su teatro, se inspira, con virulenta iconoclastia, en sus obsesiones españolas. Se inicia su filmografía con Viva la muerte (1970) y continúa con Iré como un caballo loco (1973), El árbol de Guernica (1976) y La odisea del Pacífico (1980). Por último, mencionemos su obra de narrador, marcada asimismo por una voluntad experimental y provocadora: las novelas Baal Babylone (1959), Arrabal celebrando la ceremonia de la confusión (1966), La torre herida por el rayo, que fue galardonada con el premio Nadal 1983 y La virgen roja (1986).
De entre sus últimas obras teatrales cabe citar Breviario de amor de un halterófilo (1987); La travesía del Imperio (1988); La extravagante cruzada de un revolucionario obeso (1989); Róbame un billoncito (1990) y La carga de los centauros (1990). El Teatro completo, publicado en dos volúmenes, vio la luz durante el bienio 1997-1998. Por otra parte, entre sus novelas más recientes destacan La hija de King Kong (1988); La extravagante cruzada de un castrado enamorado (1990); El mono, o enganchado al caballo (1994) y Ceremonia por un teniente abandonado (1998).
En la década de los noventa ha publicado también un volumen de poemas titulado Arrabalesques (1994) y varios ensayos tales como La dudosa luz del día (1994), galardonado con el Premio Espasa de Ensayo; Carta al rey de España (1995) y Un esclavo llamado Cervantes (1996), que ofrece una visión desmitificadora del autor del Quijote.
sábado, 9 de agosto de 2014
9 DE AGOSTO DE 1962 MUERE
HERMANN HESSE
(Calw, 1877 - Montagnola, 1962) Novelista alemán que en ocasiones utilizó el seudónimo de Emil Sinclair; obtuvo el premio Nobel en 1946. Vástago de una familia de misioneros pietistas, fue destinado al estudio de la teología y enviado en 1891 al seminario de Maulbronn.
De allí se fugó en 1894 e hizo el aprendizaje de relojero en Calw. En 1895 fue aprendiz de librero en Tubinga y trabajó como tal en Basilea a partir de 1899. Después del éxito de Peter Camenzind (1904) se instaló a orillas del lago de Constanza dedicado a la literatura. En 1911 viajó a la India, más tarde se fue a vivir a Berna y finalmente a Montagnola, cerca de Lugano.
Peter Camenzind (1904) puede ser considerada un arquetipo del género conocido como "novela de formación", de escritura reflexiva y melancólica, sobre un joven que llega del campo a la ciudad para acabar huyendo de la cultura urbana y regresar a la naturaleza y la vida sencilla. En esa misma línea, Bajo la rueda (1906) expresa la rebelión contra la autoridad.
Pero el título que marca el paso del ecuador dentro de la obra de Hesse es sin duda Demian (1919), cuyas primeras ediciones se publicaron bajo el seudónimo Emil Sinclair y con el significativo subtítulo "Una historia de juventud": escrita en medio de una profunda depresión, la novela es sin embargo un canto a la amistad, al arte y a la vida. Siddharta (1922), diametralmente distinta, recoge la experiencia del autor en la India y se convertiría, una generación más tarde, en el libro de cabecera de los primeros "hippies", difusores en Occidente de la cultura budista.
El lobo estepario (1927) es acaso el más célebre de los títulos de Hesse e inicia sin duda la etapa de madurez de su obra: está construido a partir de las notas póstumas del artista Harry Haller, introducidas por los comentarios de un editor, y es un lúcido análisis sobre la locura de una época en la que muere lo viejo sin que haya nacido algo nuevo. Narciso y Goldmundo (1930), situada en una imprecisa alba del Renacimiento, presenta la contraposición de Narciso, el monje ascético, y Goldmundo, el artista, en una escuela monástica, donde traban amistad. Es la confrontación entre el mundo paterno, encarnado en el logos y la ciencia, y el arte maternal, que no representa una certeza sino una búsqueda de por vida.
El juego de los abalorios (1943), cierra lo que puede entenderse como una trilogía de culminación de la obra de Hesse, a través de un nuevo intento de reunión (los abalorios) del mundo de las artes y de las ciencias: un auténtico resumen de los esfuerzos anteriores del autor por reflejar la inquietante dualidad entre el pensamiento y el espíritu. Siguieron luego colecciones de cuentos, relatos y meditaciones, y en 1951 la antología literaria de este educador humano, que une la interioridad de la lucha sostenida para la existencia del espíritu, consciente de su propia responsabilidad, con la advertencia dirigida a su misma época en peligro y al pueblo alemán. La edición completa de las obras de Hermann Hesse, en seis tomos, apareció en 1952.
9 DE AGOSTO DE 1945
Estados Unidos lanza su segunda bomba atómica en Nagasaki, Japón
El bombardero estadounidense ‘Bockscar’, en busca de astilleros, en cambio encontró la fábrica de armas Mitsubishi, y sobre este objetivo dejó caer la bomba atómica ‘Fat Man’, la segunda en ser detonada sobre Japón y más poderosa que la de Hiroshima. Se estima que en este acto perecieron 70.000 personas.
Inicialmente el blanco era Niigata, pero estaba lloviendo; se cambió a Kokura, pero había niebla espesa y a falta de combustible y con la misión en peligro Charles Sweeney se decidió finalmente por el último blanco alternativo: Nagasaki. El ‘Bockscar’ solo tenía combustible para una sola pasada, al llegar el avión encontró un techo de nubes, tenía que tomar una decisión o la arrojaba o volvía y se decidió el bombardeo por radar. La bomba explotó a 500 metros de la Catedral de Urakami. Fue tal la estupefacción de los cuarteles militares y el grado de shock tanto de civiles como militares que en Nagasaki no se inspeccionó hasta después de una semana. La explosión incendió las estructuras de acero de los edificios de hormigón; los árboles fueron arrancados de raíz y quemados por el calor; algunas personas tuvieron quemaduras en todo el cuerpo, otros perdieron la vista, pero lo que causó mayor impacto fueron las progresivas deformaciones que afectaron a la población, que no se manifestaron en el acto, sino que podían presentarse años, meses o semanas después de la detonación.
Tras la guerra la ciudad fue reconstruida, aunque algunos escombros fueron dejados intactos en memoria y se levantaron nuevas edificaciones con el mismo objetivo, como el museo de la bomba atómica.
Japón se rindió 5 días después de esta destrucción.
Estados Unidos lanza su segunda bomba atómica en Nagasaki, Japón
El bombardero estadounidense ‘Bockscar’, en busca de astilleros, en cambio encontró la fábrica de armas Mitsubishi, y sobre este objetivo dejó caer la bomba atómica ‘Fat Man’, la segunda en ser detonada sobre Japón y más poderosa que la de Hiroshima. Se estima que en este acto perecieron 70.000 personas.
Inicialmente el blanco era Niigata, pero estaba lloviendo; se cambió a Kokura, pero había niebla espesa y a falta de combustible y con la misión en peligro Charles Sweeney se decidió finalmente por el último blanco alternativo: Nagasaki. El ‘Bockscar’ solo tenía combustible para una sola pasada, al llegar el avión encontró un techo de nubes, tenía que tomar una decisión o la arrojaba o volvía y se decidió el bombardeo por radar. La bomba explotó a 500 metros de la Catedral de Urakami. Fue tal la estupefacción de los cuarteles militares y el grado de shock tanto de civiles como militares que en Nagasaki no se inspeccionó hasta después de una semana. La explosión incendió las estructuras de acero de los edificios de hormigón; los árboles fueron arrancados de raíz y quemados por el calor; algunas personas tuvieron quemaduras en todo el cuerpo, otros perdieron la vista, pero lo que causó mayor impacto fueron las progresivas deformaciones que afectaron a la población, que no se manifestaron en el acto, sino que podían presentarse años, meses o semanas después de la detonación.
Tras la guerra la ciudad fue reconstruida, aunque algunos escombros fueron dejados intactos en memoria y se levantaron nuevas edificaciones con el mismo objetivo, como el museo de la bomba atómica.
Japón se rindió 5 días después de esta destrucción.
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