sábado, 29 de octubre de 2016

THOMAS CAREW
No Preguntes.
No preguntes dónde crea Zeus a la efímera rosa,
cuando de junio sólo queda el recuerdo;
pues en tu honda belleza oriental
descansa toda su esencia.
No preguntes dónde habitan
los dorados átomos del día;
ya que en el cielo enamorado,
para adornar tus cabellos fueron creados.
No preguntes hacia dónde huye
el ruiseñor cuando el otoño concluye,
ya que la dulzura de tu voz
derrite los inviernos y silencia los ocasos.
No preguntes dónde brillan las altas estrellas
que hacia abajo derraman su luz muerta en la noche;
ya que en tus ojos reside el mismo fulgor,
envuelto en trémulas esferas.
No preguntes dónde el esquivo Fénix
teje su ígnea morada,
ya que tu alma es su destino,
y en tu fragante pecho morirá.



MACEDONIO FERNÁNDEZ
Un paciente en disminución
El señor Ga había sido tan asiduo, tan dócil y prolongado paciente del doctor Terapéutica que ahora ya era sólo un pie. Extirpados sucesivamente los dientes, las amígdalas, el estómago, un riñón, un pulmón, el bazo, el colon, ahora llegaba el valet del señor Ga a llamar al doctor Terapéutica para que atendiera el pie del señor Ga, que lo mandaba llamar.
El doctor Terapéutica examinó detenidamente el pie y “meneando con grave modo” la cabeza resolvió:
-Hay demasiado pie, con razón se siente mal: le trazaré el corte necesario, a un cirujano.
FIN

ROBERTO ARLT "AGUAFUERTES PORTEÑAS" APUNTES FILOSÓFICOS ACERCA DEL HOMBRE QUE SE TIRA MUERTO

ROBERTO ARLT

"AGUAFUERTES  PORTEÑAS"

APUNTES FILOSÓFICOS 

ACERCA DEL HOMBRE QUE SE TIRA 

MUERTO 

Antes de iniciar nuestro grandioso y bello estudio acerca del “hom­bre que se tira a muerto”, es necesario que nosotros, humildes mortales, ensalcemos a Marcelo de Courteline, el magnífico y nunca bien pondera­do autor de Los señores chupatintas, y el que más amplia y jovialmente ha tratado de cerca al gremio nefasto de los “que se tiran a muerto”, gre­mio parásito e imperturbable, que tiene puntos de contacto con el “sque­nun”, gremio de sujetos que tienen caras de otarios y que son más despa­bilados que linces. Y cumplido ya nuestro deber con el señor de Courteli­ne, entramos de lleno en nuestra simpática apología.
Hay una rueda de amigos en un café. Hace una hora que “le dan a los copetines”, y de pronto llega el ineludible y fatal momento de pa­gar. Unos se miran a los otros, todos esperan que el compañero saque la cartera, y de pronto el más descarado o el más filósofo da fin a la cues­tión con estas palabras:
-Me tiro a muerto.
El sujeto que anunció tal determinación, acabadas de pronunciar las palabras de referencia, se queda tan tranquilo como si nada hubiera ocu­rrido; los otros lo miran, pero no dicen oste ni moste, el hombre acaba de anticipar la última determinación admitida en el lenguaje porteño: Se tira a muerto.
¿Quiere ello decir que se suicidará? No, ello significa que nuestro per­sonaje no contribuirá con un solo centavo a la suma que se necesita para pagar los copetines de marras.
Y como esta intención está apoyada por el rotundo y fatídico anun­cio de “me tiro a muerto”, nadie protesta.
Con meridiana claridad que nos envidiaría un académico o un con­feccionador de diccionarios, acabamos de establecer la diferencia fundamental que establece el acto de “tirarse a muerto”, con aquel otro adjetivo de “squenun”.
Hacemos esta aclaración para colaborar en el porvenir del léxico ar­gentino, para evitar confusiones de idioma tan caras a la academia de los fósiles y para que nuestros devotos lectores comprendan definitivamente la distancia que media entre el “squenun” y el “hombre que se tira a muerto”.
El “squenun” no trabaja. El “hombre que se tira a muerto” hace como que trabaja. El primero es el cínico de la holgazanería; el segundo, el hipócrita del dolce far niente. El primero no oculta su tendencia a la; vagancia, sino que por el contrario la fomenta con sendos baños de sol; el segundo acude a su trabajo, no trabaja, pero hace como que trabaja, cuando lo puede ver el jefe, y luego “se tira a muerto” dejando que sus; compañeros de deslomen trabajando.
¿El que “se tira a muerto” es un hombre que después de tantas cavilaciones llegó a la conclusión de que no vale la pena trabajar? No. No se “tira a muerto” el que quiere, sino el que puede, lo cual es muy distinto.
El que “se tira a muerto”, ya ha nacido con tal tendencia. En la escuela era el último en levantar la mano para poder pasar a dar la lección, o si le conocía las mañas al maestro, levantaba el brazo siempre que éste no lo iba a llamar, creyendo que sabía la lección.
Cuando más infante, se hacía llevar en brazos por la madre, y si lo querían hacer caminar, lloraba como si estuviera muy cansado, porque en su rudimentario entendimiento era más cómodo ser llevado que llevarse a sí mismo.
Luego ingresó a una oficina, descubrió con su instinto de parásito cuál era el hombre más activo, y se apegó a él, de modo que teniendo que hacer entre los dos un mismo trabajo, en realidad éste lo hiciera, porque tan lleno de errores estaba el trabajo del que “se tira a muerto”.
Y los jefes acabaron por acostumbrarse al hombre que “se tira a muerto”. Primero protestaron contra “ese inútil”, luego, hartos, le dejaron hacer, y el hombre que “se tira a muerto” florece en todas las oficinas, en todas nuestras reparticiones nacionales, aun en las empresas donde es sagrada ley chuparle la sangre al que aún la tiene.
La naturaleza con su sabia previsión de los acontecimientos sociales y naturales, y para que jamás le faltara tema a los caballeros que se dedi­can a hacer notas, ha dispuesto que haya numerosas variedades del ejem­plar del hombre que “se tira a muerto”.
Así, hay el hombre que no se puede “tirar espontáneamente a muer­to”. Lo atrae el dolce far niente, pero este placer debe ir acompañado de otro deleite: la simulación de que trabaja.
Le veréis frente a la máquina de escribir, grave el gesto, taciturna la expresión, borrascosa la frente. Parece un genio, el que le mira se dice:
-¡Qué cosas formidables debe pensar ese hombre! ¡Qué trabajo im­portantísimo debe de estar realizando!
Inclinémonos ante la sabiduría del Todopoderoso. El, que provee de alimentos al microbio y al elefante a un mismo tiempo; él, que lo reparte todo, la lluvia y el sol, ha hecho que por cada diez hombres que “se tiran a muertos”, haya veinte que quieran hacer méritos, de modo. que por sabia y trascendental compensación, si en una oficina hay dos sujetos que todo lo abandonan en manos del destino, en esa misma oficina hay siempre cuatro que trabajan por ocho, de modo que nada se pierde ni nada se gana. Y veinte restantes hacen sebo de modo razonable.
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FRIDA KAHLO


"Yo solía pensar que era la persona mas extraña en el mundo, pero luego pensé, hay mucha gente así en el mundo, tiene que haber alguien como yo, que se sienta bizarra y dañada de la misma forma en que yo me siento. Me la imagino, e imagino que ella también debe estar por ahí pensando en mi. Bueno, yo espero que si tu estas por ahí y lees esto sepas que, si, es verdad, yo estoy aquí, soy tan extraña como tú.

lunes, 24 de octubre de 2016

DELMIRA AGUSTINI

OTRA ESTIRPE 

Eros, yo quiero guiarte, Padre ciego...
Pido a tus manos todopoderosas
¡su cuerpo excelso derramado en fuego
sobre mi cuerpo desmayado en rosas!

La eléctrica corola que hoy despliego
brinda el nectario de un jardín de Esposas;
para sus buitres en mi carne entrego
todo un enjambre de palomas rosas.

Da a las dos sierpes de su abrazo, crueles,
mi gran tallo febril... Absintio, mieles,
viérteme de sus venas, de su boca...

¡Así tendida, soy un surco ardiente
donde puede nutrirse la simiente
de otra Estirpe sublimemente loca!


24 DE OCTUBRE DE 1886 NACE:

DELMIRA AGUSTINI
(Montevideo, 1886 - 1914) Destacada poetisa uruguaya adscrita al modernismo, que inauguró con su obra lírica la trayectoria de la poesía femenina del siglo XX en el continente sudamericano. Formó parte de la llamada "generación de 1900" a la que también pertenecieron Julio Herrera y ReissigLeopoldo Lugones y Rubén Darío, al que consideraba su maestro, y con el que mantuvo correspondencia tras conocerlo en 1912 en Montevideo.

Delmira Agustini
Su obra se vincula a la vasta corriente modernista rioplatense, dominada mayoritariamente por hombres, y contó con la admiración de las principales figuras de la época como el propio Ruben Darío, Miguel de Unamuno y Manuel Ugarte. La tónica general de su poesía es erótica, con imágenes de honda belleza y originalidad. El mundo de sus poemas es sombrío y atormentado, con versos de una musicalidad excepcional. Su lirismo llega a profundidades metafísicas que contrastan con su juventud.
Perteneció a una familia acomodada, descendiente de alemanes, franceses y porteños. Todos ellos sobreprotegían su vocación poética, con la que escandalizó a la burguesa sociedad rioplatense. En su infancia realizó estudios de francés, música y pintura. Su vida y su personalidad están llenas de enigmas y contradicciones. En su corta vida tuvo una terrible peripecia sentimental que provocó su muerte trágica: su matrimonio con Enrique Reyes, la separación posterior y el asesinato a manos de su ex marido. Tras su desaparición nació un mito que desafía a ensayistas y biógrafos y sigue vigente en infinidad de versiones.
Desde temprana edad envió colaboraciones en prosa a la revista Alborada, que se publicaba por entonces en la capital de su país. En 1907 editó su primer poemario,El libro blanco, al que siguieron Cantos de la mañana (1910) y Los cálices vacíos(1913). Después de su muerte, en 1924, salieron a la luz las Obras completas(tomo 1, El rosario de Eros; tomo 2, Los astros del abismo) y en 1969 su Correspondencia íntima.


IDEA VILARIÑO
Amor
Amor
desde la sombra
desde el dolor
amor
te estoy llamando
desde el pozo asfixiante del recuerdo
sin nada que me sirva ni te espere.
Te estoy llamando
amor
como al destino
como al sueño
a la paz
te estoy llamando
con la voz
con el cuerpo
con la vida
con todo lo que tengo
y que no tengo
con desesperación
con sed
con llanto
como si fueras aire
y yo me ahogara
como si fueras luz
y me muriera.
Desde una noche ciega
desde olvido
desde horas cerradas
en lo solo
sin lágrimas ni amor
te estoy llamando
como a la muerte
amor
como a la muerte.


Anónimo hindú
Ignorancia
Se trataba de dos amigos no demasiado inteligentes. Habían decidido hacer una marcha y dormir en un establo. Caminaron durante toda la jornada. Al anochecer se alojaron, como tenían previsto, en un establo del que previamente tenían noticias. Estaban muy cansados y durmieron profundamente; pero, de madrugada, una pesadilla despertó a uno de los amigos. Zarandeó a su compañero, despertándolo, y le dijo:
-Sal fuera y dime si ha amanecido. Comprueba si ha salido el sol.
El hombre salió y vio que todo estaba muy oscuro. Volvió al establo y explicó:
-Oye, está todo tan oscuro que no puedo ver si el sol ha salido.
-¡No seas idiota! -exclamó el compañero-. ¿Acaso no puedes encender la linterna para ver si ha salido?
FIN
24 DE OCTUBRE DE 1980 MUERE
CÉSAR TIEMPO
(Israel Zeitlin, Yekaterinoslav [actual Dniepropetrovsk], 1906-Buenos Aires, 1980) Escritor argentino de origen ucraniano. Periodista, editor y autor dramático (Pan criollo, 1937; El lustrador de manzanas, 1957), destacó sobre todo como poeta, con una lírica que refleja la vida de la comunidad judía en Argentina (Sabatión argentino, 1938; Sábado pleno, 1955; Mi tío Scholem Aleijem y otros parientes, 1978).
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FRANCISCO LUIS BERNÁRDEZ
Amor antiguo
Amor antiguo, cuya sombra empaña
mi cariñosa propensión de ahora,
eres como una sombra de montaña
sobre el encendimiento de la aurora.
Amor antiguo, cuya pesadumbre
traba la agilidad de mi alegría,
eres la tiranía de la cumbre
contra la libertad del mediodía.
Amor antiguo, cuya voz sofoca
la nueva vocecita del cariño,
eres palabra de proyecta boca
en una boca inédita de niño.
Amor antiguo, cuyo sentimiento
hace caber el mundo en nuestro llanto,
eres el alma convertida en viento
y eres el viento convertido en canto.
Amor antiguo, cuya remembranza
cada amorosa perspectiva cierra,
eres esa emoción que sólo alcanza
quien se acuerda del mar desde la tierra.

24 DE OCTUBRE DE 1978 MUERE FRANCISCO LUIS BERNÁRDEZ

24 DE OCTUBRE DE 1978 MUERE
FRANCISCO LUIS BERNÁRDEZResultado de imagen para FRANCISCO LUIS BERNÁRDEZ
(Buenos Aires, 1900-1978) Poeta argentino de inspiración cristiana, vinculado inicialmente a las vanguardias españolas, viajero incansable y portaestandarte lírico de la catolicidad. Vivió en España y Portugal de 1920 a 1925, y sufrió el contagio del ultraísmo, del que se fue librando en rápida evolución hacia formas místicas de fondo clásico. En su primer libro, Orto (1922), prevalece el tono modernista; el ultraísmo campea en Bazar (1922) y Kindergarten (1924) para comenzar a diluirse en Alcándara (1925), donde surge ya con vigor el poeta católico de un barroquismo conceptuoso y original.
Ya en esta trayectoria, publica en 1935 El buque, galardonado con el Premio Municipal de Poesía de Buenos Aires; sigue con Cielo de tierra (1937) y con La ciudad sin Laura (1938), de temas de amor y métrica formal. Y alcanza su plenitud lírica con sus libros Poemas elementales (1942) y Poemas de carne y hueso (1943), obras por las que se le concedió el Premio Nacional de Poesía en 1944.
El resto de su obra es una prolongación de esta plenitud lírica, con los excesos retóricos y la dureza escolástica que empobrecen a veces su poesía: El ruiseñor (1945), Las estrellas (1947), El Ángel de la Guarda (1949), Poemas Nacionales (1949), La flor (1951) y El arca (1954). Sus versiones de los himnos del Breviario Romano y sus trabajos en prosa, casi todos verdaderamente poéticos, completan la obra de este notable escritor argentino, que fue director general de Cultura Intelectual (1944) y director general de Bibliotecas Públicas Municipales (1944-1950) en su país.

sábado, 22 de octubre de 2016

22 DE OCTUBRE DE 1932 MUERE
EL PAYADOR:
ARTURO DE NAVA 
Payador, compositor, bailarín y cantante, actuó en la legendaria compañía circense de los hermanos Podestá, donde lució sus dotes de cantor y bailarín de tango, y en varias piezas teatrales, como "Justicia criolla" y "La ley suprema", de Ezequiel Soria o "La piedra del escándalo", de Martin Coronado estrenada en el Teatro Apolo en 1902. Considerado uno de los máximos intérpretes del canto criollo, fue autor de milongas, estilos, cifras, tristes pampeanos y vidalas que le granjearon merecida fama y entre las que destaca "El carretero".
Había nacido en Montevideo el 1 de mayo de 1876.

22 DE OCTUBRE DE 1870 NACE: IVÁN ALEXEIEVICH BUNIN

  22 DE OCTUBRE DE 1870     NACE:  

  IVÁN ALEXEIEVICH BUNIN 
Voronej, 1870 - París, 1953) Escritor ruso. Perteneció a una familia de propietarios nobles arruinados, que había dado ya a la literatura una poetisa, A. P. Bunina, y mantenido relaciones de parentesco con el poeta V. A. Jukovski y los hermanos Kireevskie, teóricos del movimiento eslavófilo. La infancia de Bunin transcurrió en la propiedad paterna de la región de Orel, y a partir de los siete años vivió siempre entre campesinos, ajeno a una educación y a una instrucción regulares.
Terminados los estudios secundarios residió en Poltava y en Crimea, donde se aficionó a andar errante y a pie de una parte a otra. En Orel colaboró en el periódico local y compuso poesías; en Poltava empezó a escribir en prosa. En 1895 se estableció en San Petersburgo, desde donde pasó a Moscú. En 1898 se casó con la hija de un revolucionario griego emigrado; pero muy pronto se divorció y reanudó su existencia vagabunda por el sur de Rusia, la Europa occidental, África y Asia.
En 1887 aparecieron sus primeros versos; a partir de entonces empezó a trabajar como poeta, narrador y traductor. Sin embargo, su primer conjunto narrativo no vio la luz hasta 1892, el mismo año en que también Gorki iniciara la publicación de sus obras. Más tarde participó en el periódico Znanie (El conocimiento), en torno al cual supo reunir Gorki los mejores elementos literarios de los primeros diez años del nuevo siglo.
En 1909 publicó una de sus obras más famosas desde el punto de vista ideológico,La aldea, seguida, a una distancia de dos años, por la más célebre en cuanto al valor estilístico: Valseca (Suchodol). Reconocida más como un pequeño poema en prosa que como una novela en sentido estricto, La aldea dibuja la desintegración de la vida tradicional del campesinado ruso de finales de siglo XIX, evocada con nostalgia. Por entonces había conocido ya la fama con las narraciones de los años anteriores, que le valieron el ingreso en la Academia Rusa tras la asignación del premio Pushkin debida a las diversas colecciones de poesías y traducciones; entre estas últimas figuraba la ya clásica de Hiawatha, de Longfellow.
El período más brillante de la narrativa de Bunin fue el comprendido entre los años 1912-16, cuando publica El cáliz de la vida (1913-14), Grammatika liubvi (1915) un relato de intriga, amor y sexo, cuyo clímax sortea cualquier rezago romántico, yEl señor de San Francisco (1915-1916), donde combina una vigorosa sátira de la civilización occidental con la expresión de una filosofía pesimista, que irá desarrollando en toda su obra posterior.
En 1920 abandonó Rusia y se estableció en Francia, donde vivió hasta su muerte, convirtiéndose en uno de los escritores paradigmáticos de la emigración. Durante esos años en el destierro escribió El amor de Mitia (1925), una evocación de su juventud, Insolación (1927), un relato de adulterio desprovisto de todo sensacionalismo y que recuerda a la Dama del Perrito, de Chéjov, La vida de Arseniev (1930-1939), cuya técnica de rememoración es comparable a la de M. Proust, y Temnie allei (1943), último ciclo de relatos, donde describe el encuentro inesperado de dos ex amantes, con un amable tratamiento de las imágenes y una asombrosa economía de lenguaje.
Los motivos principales de Bunin son la naturaleza, las estaciones del año, la Rusia rural, el destino, el amor, la pasión y la muerte. La mayor parte de su poesía es de tipo contemplativo y el héroe suele ser un adulto o un anciano que mira hacia el pasado, hacia la juventud concebida como una edad de oro perdida. Una percepción trágica de la existencia, aunque alejada del nihilismo y el pesimismo, subyace en el conjunto de su obra. Durante toda su vida, Bunin fue fiel a sí mismo y a sus convicciones artísticas, manteniéndose inmune a las corrientes literarias. Esa constancia en su particularísimo estilo y su maestría como continuador de la tradición clásica de la prosa rusa le granjearon el favor de la Academia Sueca, que le otorgó el primer Nobel concedido a un escritor ruso en 1933.

22 DE OCTUBRE DE 1919 NACE:

DORIS LESSING
(Kermanshah, Irán, 1919 - Londres, 2013) Escritora inglesa. Nacida en Irán, donde su padre era capitán del ejército británico, en 1924 se estableció con su familia en Rhodesia del Sur (hoy Zimbabwe). Los primeros treinta años de su vida transcurrieron en Rhodesia. Allí la pequeña Doris vivió una infancia problemática, condicionada por el paisaje africano y la frustración de unos padres (sobre todo su madre) que no consiguieron realizar sus sueños.

Doris Lessing en 1956
Se educó en varias escuelas de Salisbury (Harare), pero abandonó los estudios a los catorce años y se casó dos veces: primero a los 19, con un funcionario al que dio dos hijos, y en segundo lugar, por conveniencia, con el exiliado alemán Gottfried Lessing en 1944, un camarada del partido comunista con quien tuvo otro hijo, el único que la acompañaría a Londres cuando partió definitivamente en 1949.
El contacto con África y el profundo amor que sintió por esta tierra constituyó la materia narrativa de algunas de sus novelas; el tema de la emancipación de la mujer abunda también en su obra de ficción. En 1950 ya había publicado Canta la hierba, una novela que tuvo buena acogida acerca de la vida en África, a través de la cual se opone a la política racial en años en los que el tema no era bien recibido en Inglaterra. Gracias a esa novela, y sobre todo a su tenacidad, consiguió abrirse camino en el mundillo literario londinense a lo largo de los años cincuenta, al tiempo que pasaba de manera fugaz por el partido comunista británico y consolidaba su imagen de firme detractora de la segregación racial en África del Sur.
En las cinco novelas que componen la serie Hijos de la violencia desarrolló la vida de la protagonista, Martha Quest, en el ámbito racial y social de Sudáfrica, sus esfuerzos para liberarse del círculo familiar, la disolución de su primer matrimonio (Un matrimonio convencional, 1954), su superación personal y su intervención en la política izquierdista de aquel continente, para regresar a Inglaterra en la última novela de la serie, en la que Martha Quest, ya de mediana edad, se ve envuelta en los acontecimientos sociales de su país. Las cinco novelas de este ciclo se titularonMartha Quest (1952), Un matrimonio convencional (1954), Vuelta al hogar (1957),Al final de la tormenta y La costumbre de amar (ambas de 1958).
Aparte de demostrar ser una notable autora de narraciones breves (como en el volumen Cuentos africanos, de 1951), Lessing también incursionó en el terreno de la fantasía como ángulo de observación de la condición humana, un género definido como "space or cosmic fiction". Conopus en Argos. Archivos (1979-83) es el título de este ciclo concebido bajo las leyes de aquel género y que comprende obras comoThe Marriages Between Zones Three, Four and Five (1980), The Sirian Experimente(1981), The Making of the Representative for Planet 8 (1982) y The Sentimental Agents in the Volyen Empire (1983). Con este ciclo rompe con el realismo tradicional y describe acontecimientos épicos y míticos de un universo ficticio.
El cuaderno dorado
Pero probablemente sea El cuaderno dorado (1962) la novela que más fama haya otorgado a Doris Lessing. El cuaderno dorado es un relato de sus experiencias colonialistas, sus relaciones con otras mujeres, su vida intelectual en los ambientes progresistas y marxistas de Salisbury y Londres, sus dificultades como novelista y su desencanto revolucionario, paralelo a la madurez y a la angustia ante la soledad.
Se trata sin duda de una de las piezas maestras de la literatura inglesa en lo que va de siglo, con su despiadado análisis de las actitudes políticas, de los tópicos y de los ritos de la vida británica tradicional. La trama, de un marcado cariz autobiográfico, gira en torno a tres temas clásicos: la necesidad de tomar un interés activo en temas políticos, la psicología de la mujer madura y el conflicto generacional.
Lessing estructura la obra en torno a una novela corta, Mujeres libres, protagonizada por Anna Wulf, que es a su vez quien redacta los cuatro cuadernos: negro, rojo, amarillo y azul, a través de los cuales va mostrando diversas parcelas de su realidad y que corresponden a diversos avatares biográficos. En la década de los 50, Anna Wulf, divorciada, reside en Londres con su hija Janet y su amiga Molly, asimismo divorciada y madre de un hijo, Tommy. Éste quedará ciego tras una tentativa de suicidio. Anna atraviesa una honda depresión, de la que le ayuda a salir la entrega a tareas sociales.
Los recuerdos de la prolongada residencia de Anna en África, que constituyen el tema de una novela que ha publicado con éxito, están recogidos en otro de los cuadernos, donde narra su acercamiento a los comunistas y su posterior decepción, así como los ecos de la Segunda Guerra Mundial tal como llegan a la remota colonia británica. Otro de los cuadernos, que completa esta visión calidoscópica de la compleja personalidad de Anna Wulf, contiene las reflexiones íntimas de ésta, sus visitas a una psiquiatra y sus fracasos amorosos. La obra ha sido considerada como la Biblia del feminismo y un clásico de la literatura de esa tendencia por su exploración de la identidad de la mujer y por abordar la crisis emocional y artística de la protagonista.
Sin embargo, la propia autora señaló que su propósito no era político, sino literario: "Cuando se es una escritora perteneciente a la tradición inglesa, una debe ser consciente y sentirse agradecida de un patrimonio que significa no tener que luchar como mujer para ser publicada y valorada. En Inglaterra las mujeres se han ganado la vida como escritoras desde hace siglos y, a veces, protestando con energía contra su destino. Mi agradecida conciencia de este patrimonio es la razón por la que suscribo la máxima de Virginia Woolf, según la cual las escritoras serán libres cuando, sentadas a escribir, no piensen si escriben o no como mujeres".
De su obra posterior cabe destacar Un hombre y dos mujeres (1963), La ciudad de las cuatro puertas (1968) o el Diario de una buena vecina (1984). En su novela La buena terrorista (1985), premio Mondello en 1987, puso de nuevo de relieve la dimensión dolorosa y dramática de una realidad contemporánea desde un punto de vista feminista. Entre las publicaciones de sus últimos años deben citarse El viento se lleva nuestras palabras (1987) y El quinto hijo (1988).
En la década de 1990 presentó dos volúmenes de memorias. El primero, Dentro de mí (1994), ocupa la época que van desde su nacimiento a su partida hacia Londres, tras sus veinticinco años desafortunados en la antigua colonia inglesa de Rodesia del Sur (Zimbabwe). Un paseo por la sombra (1997), segundo volumen de su autobiografía, empieza cuando la todavía aspirante a escritora contempla los muelles de Londres con su hijo Peter de la mano y el manuscrito de su primera novela, Canta la hierba, en la maleta. Concluye en 1962, año en que vio la luz el libro con el que casi siempre se la asocia: El cuaderno dorado.
El tercer volumen nunca llegó a ser publicado porque, tal y como afirmó Doris Lessing, para escribirlo hubiera tenido que traicionar la confianza de muchos amigos que aún vivían y pasaban entonces por serias dificultades; no descartaba hacerlo en forma de relato ficticio, pero tampoco fue el caso. Posteriormente aparecieron las novelas Mara y Dann: una aventura (1999) y El sueño más dulce (2002). En 2001 recibió el premio Príncipe de Asturias de las Letras y en 2007 el premio Nobel de Literatura.

22 DE OCTUBRE DE 1887 NACE JOHN REED

 22 DE OCTUBRE DE 1887  NACE 
 JOHN REED 
Periodista y aventurero estadounidense, nacido en Portland (Oregón) el 22 de octubre de 1887 y fallecido en Moscú el 19 de octubre de 1920, autor de la célebre obra Diez días que estremecieron al mundo, sobre la Revolución Soviética. Su nombre completo era John Silas Reed.
Nacido en el seno de una familia acomodada, estudió en la Universidad de Harvard, donde ya comenzó a demostrar sus dotes de escritor y orador, además de ser editor del periódico universitario. Tras graduarse en 1910 viajó por Europa y, a su regreso, trabajó para los diarios de tendencia socialista The Masses y New Review. Después pasó a ser corresponsal de guerra para el Metropolitan Magazine en la Revolución Mexicana, durante la cual acompañó a Pancho Villa en sus incursiones por el norte de México, convivió con sus tropas cuatro meses y conoció al presidente Venustiano Carranza, experiencias que plasmó en su obra Insurgent Mexico (1914). En 1913 publicó un libro de poemas titulado Sangar; en estos años fue arrestado varias veces por su participación en huelgas, entre ellas la huelga de los mineros de Colorado y la huelga Paterson de Nueva Jersey, y apoyar en sus artículos a los trabajadores. Durante la I Guerra Mundial el Metropolitan Magazine le envió a los frentes de Serbia, Rumanía y Rusia, y en 1916 publicó La Guerra en el Este de Europa. Contribuyó a la formación del Partido Comunista norteamericano y se convirtió en un destacado líder socialista, por lo que al estallar la Revolución Soviética de 1917 decidió viajar a Rusia para ser testigo directo de los acontecimientos; junto con su esposa, Louise Bryant, también periodista, vivió los decisivos momentos de la toma del Palacio de Invierno de Petrogrado y conoció personalmente a Lenin, al que parece le unió una sincera amistad. En Diez Días que estremecieron al Mundo (1920) recogió entrevistas, relatos de los hechos y reflexiones sobre uno de los episodios más cruciales en la Historia del siglo XX. Al regresar a Estados Unidos fue expulsado del Partido Comunista por su bolchevismo. Durante el Congreso Socialista Nacional celebrado en agosto de 1919 y junto con otros disidentes, fundó el Communist Labor Party y el periódico Voice of Labor.
Tuvo que huir de los Estados Unidos al ser acusado de traición, aunque al arribar en Finlandia fue arrestado por las autoridades de este nuevo Estado no comunista; en el tiempo que estuvo en prisión empezó dos novelas y algunos poemas, que dejó inacabados. Finalmente pudo llegar la Unión Soviética gracias a un canje de prisioneros, pero falleció al poco tiempo víctima del tifus. Fue enterrado junto a otros líderes de la Revolución en el Muro del Kremlin. Su prematura muerte contribuyó a aumentar la popularidad de Reed, de forma que su figura adquirió proporciones de héroe para los sectores de izquierdas y surgieron clubes sindicales por todo Estados Unidos que llevaban su nombre.
En 1981 se estrenó la película The Reds, centrada en su figura dentro del contexto de la Revolución Soviética.

jueves, 20 de octubre de 2016

ARTHUR RIMBAUD
Sol y carne
¡Si volviera el tiempo, el tiempo que fue!
Porque el hombre ha terminado, el hombre
representó ya todos sus papeles.
En el gran día, fatigado de romper los ídolos,
resucitará, libre de todos sus dioses,
y, como es del cielo, escrutará los cielos.
El ideal, el pensamiento invencible, eterno,
todo el dios que vive bajo su arcilla carnal
se alzará, se alzará, arderá bajo su frente.
Y cuando le veas sondear el inmenso horizonte,
vencedor de los viejos yugos, libre de todo miedo,
te acercarás a darle la santa redención.
Espléndida, radiante, del seno de los mares,
tú surgirás, derramando sobre el Universo
con sonrisa infinita el amor infinito,
el mundo vibrará como una inmensa lira
bajo el estremecimiento de un beso inmenso...
El mundo tiene sed de amor: tú la apaciguarás,
¡oh esplendor de la carne! , ¡oh esplendor ideal
¡Oh renuevo de amor, triunfal aurora
en la que doblegando a sus pies los dioses y los héroes,
la blanca Calipigia y el pequeño Eros cubiertos con
nieve de las rosas
las mujeres y las flores su bellos pies cerrados!

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20 DE OCTUBRE DE 1854 NACE: ARTHUR RIMBAUD

20 DE OCTUBRE DE 1854 NACE:
ARTHUR RIMBAUD
(Charleville, Francia, 1854-Marsella, id., 1891) Poeta francés. Sus padres se separaron en 1860, y fue educado por su madre, una mujer autoritaria. Destacó pronto en el colegio de Charleville por su precocidad. En septiembre de 1870 se fugó de casa por vez primera y fue detenido por los soldados prusianos en una estación de París.
Su profesor, Georges Izambard, lo salvó de la cárcel, pero al mes siguiente intentó de nuevo la fuga, esta vez dirigiéndose hacia la región del Norte. Después de trasladarse a Bélgica, quiso emprender carrera como periodista en la ciudad de Charleroi. Entre las dos fugas, había empezado a escribir un libro destinado a Paul Demeny, pariente de su profesor y poeta reconocido en París.
Cuando regresó a Charleville, en el invierno de 1870-1871, su colegio había sido convertido en hospital militar. Huyó a París en febrero y fue testigo de los disturbios provocados por la amnistía decretada por el gobierno de Versalles. Volvió con su familia en marzo, en plena Comuna, y publicó la famosa Carta del vidente. Auténtico credo estético, la Carta definía al poeta del futuro como un «ladrón de fuego» que busca la alquimia verbal y lo desconocido a través de un «largo, inmenso y razonado desarreglo de todos los sentidos».
Verlaine, a quien había enviado algunos poemas, le invitó a París. Rimbaud llegó con un poema, El barco ebrio, quizás la mayor expresión de su genio visionario, que impresionó profundamente a su anfitrión. En París, se integró enseguida en el círculo literario del club zutista y escribió el Album zutique.
Tras una breve estancia en Charleville, donde compuso algunos poemas sencillos, más o menos místicos, nació una tormentosa relación amorosa con Verlaine, que empezó en el Barrio Latino de París, en mayo de 1872. Tras abandonar a su esposa, Mathilde, Verlaine se instaló con él en Bruselas y más tarde en Londres, para experimentar lo que, según Rimbaud, debía ser la aventura de la poesía.
En contacto con los partidarios exiliados de la Comuna, sus vidas se volvieron cada vez más caóticas, a medida que uno y otro cultivaban las excentricidades de todo tipo. En julio de 1873, Verlaine, el «desgraciado hermano» de Rimbaud, huyó a Bruselas; pretendía enrolarse con los carlistas, o suicidarse. Llamó a Rimbaud, éste acudió a su lado y volvieron las disputas. Verlaine, un carácter depresivo, sospechando que iba a ser abandonado pronto, disparó a Rimbaud y lo hirió, por lo que fue arrestado y encarcelado.
Mientras se recuperaba en sus Ardenas natales, Rimbaud terminó el libro autobiográfico Una estancia en el infierno, donde relataba su historia y daba cuenta de su rebeldía adolescente. Luego, gracias a su madre, publicó Alquimia del verbo, pero la obra no fue distribuida (Rimbaud dejó una copia en la prisión, para Verlaine, y repartió otros pocos ejemplares entre sus amigos). Regresó a Londres, acompañado por Germain Nouveau, en 1874, y escribió su última obra, Las iluminaciones, cerca de cincuenta poemas en prosa que proyectan sucesivos universos y proponen una nueva definición del hombre y del amor. A los veinte años, abandonó la literatura.
La segunda parte de su vida fue una especie de caos aventurero. Empezó como preceptor en Stuttgart, se alistó (y desertó luego) en el ejército colonial holandés y viajó en dos ocasiones a Chipre (1879 y 1880). Después de distintas escalas en el Mar Rojo, se instaló en Adén y más tarde en Harar (Etiopía). Se dedicó al comercio de marfil, café, oro o cualquier producto que consiguiera por el trueque de alguna mercancía europea; también envió informes a la Sociedad Francesa de Geografía. En 1885 volvió a Adén y vendió armas. Atravesó el desierto de Danakil y se tomó un tiempo de descanso en Egipto. Por último regresó a Harar, donde prosperaban sus negocios. En 1891, aquejado de fuertes dolores en la pierna derecha, volvió a Francia, donde le fue amputada y murió poco después en un hospital de Marsella.

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