miércoles, 5 de abril de 2017

ZERÓN LINA


Antes de amarnos

¿Qué fuimos antes de amarnos?
¿Quién eras tú?
¿Y yo quién era?
Fría lumbre en los labios contenida,
rígido corazón opaco,
áspero fruto mi vientre,
ligero ropaje de verano tu mirada.

Ahora que nos amamos...
fuego somos donde mariposas se suicidan,
cuerpos de luz,
piel ardiendo en rojas llamas,
hechizo inacabable.

Unidas en el mismo cuerpo sombras somos,
sueños revelados en poemas,
atraídas mareas por la luna,
enormes olas de amores fatigadas.

Ahora que te amo...
un insecto que nace en las mañanas
y muere por la tarde entre tus muslos soy,
suspendidas gotas de placer,
suspiro de Sol en el cenit,
sirena de agua dulce,
develada estrella bajo tu cuerpo.

Ahora que tú me amas...
eres símbolo de alianza entre los dioses,
amuleto colgando de mi cuello,
turbulenta agua con que mis flores riego,
lámpara que guía a los ciegos soy.

Ahora que nos amamos...
somos raíces cálidas de la tierra.



5 DE ABRIL DE 1837 NACE:
ALGERNON CHARLES SWINBURNE

(Londres, 1837 - 1909) Poeta y crítico inglés. Importante creador e iconoclasta, Swinburne transformó el estilo y el lenguaje poético victorianos de forma radical, e introdujo toda una gama de recursos (variaciones tonales, ritmos, aliteraciones, rimas internas, sintestesia) que de manera inevitable lo condujeron al impresionismo. Junto a Percy Bysshe Shelley y Lord Byron, es uno de los pocos poetas, desde W. Raleigh y P. Sidney, que provenía de una familia aristocrática. Dueño de un conocimiento crítico notable y apasionado por la literatura, su florida, irreverente y original producción se acercó al puro rito verbal, musical y rítmico.
Su padre fue almirante, y su abuelo materno ostentó el título de tercer conde de Ashburnham; sin embargo, Swinburne se educó junto a su abuelo paterno en la Francia del antiguo régimen, que seguía, en indumentaria y costumbres, los usos de la aristocracia dieciochesca. Su abuelo paterno y su madre fueron quienes lo acercaron a la literatura italiana y francesa.
Swinburne irrumpió en el mundo literario victoriano y, a partir de su célebre encuentro con Dante Gabriel Rossetti y William Morris en Oxford, arremetió de manera frontal contra las instituciones y las creencias religiosas, políticas y poéticas; Rossetti y Morris formaban parte del grupo de poetas llamados "prerrafaelitas" que, inspirados en el arte pictórico y orientados hacia la causa del "arte por el arte", revolucionaron la poesía victoriana.
Su primera publicación incluyó dos obras de teatro, La reina madre y Rosamond (1860), pero no obtuvo mucho eco; en cambio, Atalanta en Calidón (1865), con la estructura de un drama clásico griego pero moderno en su tratamiento, fue un éxito. Tanto aquí como en su primera obra poética, Poemas y baladas, y en la trilogía sobre la reina María de Escocia, sus heroínas son presas de obsesiones sexuales dignas de uno de sus principales maestros, el marqués de Sade.
El mismo sentido blasfemo, el ataque frontal contra la moral convencional y su imposibilidad de mostrarse indiferente ante la religión, estructuran el cuerpo poético de Hymn to Prosperine, A Forsaken Garden y Before a Crucifix. La segunda serie de Poemas y baladas (1878) consiguió una difusión algo menor que la primera, y su tercer volumen, editado en 1879, fue prácticamente un fracaso. Su novela erótica Lesbia Brandon permaneció inédita hasta 1952.
Próximo a la muerte a causa del alcoholismo, su asesor legal lo alojó en su casa de las afueras de Londres y lo obligó a mantener un ritmo de vida más ordenado y saludable. Allí pasó los últimos años de su vida, cada vez más aislado y solo, hasta que murió de neumonía en 1909.
Los escritos en prosa de Swinburne son valiosos desde el punto de vista de la crítica literaria. Escribió monografías sobre William Shakespeare (1880), Victor Hugo (1886) y Ben Jonson (1889), y agudos ensayos críticos sobre muchos autores, entre ellos Charles Dickens y las hermanas Brontë.

lunes, 3 de abril de 2017

ANTONIN ARTAUD: CARTA A LOS DIRECTORES DE LOS ASILOS DE LOCOS

ANTONIN ARTAUD:

CARTA A LOS DIRECTORES DE LOS ASILOS DE LOCOS

Señores:

Las leyes, las costumbres, les conceden el derecho de medir el espíritu. Esta jurisdicción soberana y terrible, ustedes la ejercen con su entendimiento. No nos hagan reír. La credulidad de los pueblos civilizados, de los especialistas, de los gobernantes, reviste a la psiquiatría de inexplicables luces sobrenaturales. La profesión que ustedes ejercen está juzgada de antemano. No pensamos discutir aquí el valor de esa ciencia, ni la dudosa realidad de las enfermedades mentales. Pero por cada cien pretendidas patogenias, donde se desencadena la confusión de la materia y del espíritu, por cada cien clasificaciones donde las más vagas son también las únicas utilizables, ¿cuántas nobles tentativas se han hecho para acercarse al mundo cerebral en el que viven todos aquellos que ustedes han encerrado? ¿Cuántos de ustedes, por ejemplo, consideran que el sueño del demente precoz o las imágenes que lo acosan, son algo más que una ensalada de palabras?
No nos sorprende ver hasta qué punto ustedes están por debajo de una tarea para la que sólo hay muy pocos predestinados. Pero nos rebelamos contra el derecho concedido a ciertos hombres -incapacitados o no- de dar por terminadas sus investigaciones en el campo del espíritu con un veredicto de encarcelamiento perpetuo.
¡Y qué encarcelamiento! Se sabe -nunca se sabrá lo suficiente- que los asilos, lejos de ser “asilos”, son cárceles horrendas donde los recluidos proveen mano de obra gratuita y cómoda, y donde la brutalidad es norma. Y ustedes toleran todo esto. El hospicio de alienados, bajo el amparo de la ciencia y de la justicia, es comparable a los cuarteles, a las cárceles, a los penales.
No nos referimos aquí a las internaciones arbitrarias, para evitarles la molestia de un fácil desmentido. Afirmamos que gran parte de sus internados -completamente locos según la definición oficial- están también recluidos arbitrariamente. Y no podemos admitir que se impida el libre desenvolvimiento de un delirio, tan legítimo y lógico como cualquier otra serie de ideas y de actos humanos. La represión de las reacciones antisociales es tan quimérica como inaceptable en principio. Todos los actos individuales son antisociales. Los locos son las víctimas individuales por excelencia de la dictadura social. Y en nombre de esa individualidad, que es patrimonio del hombre, reclamamos la libertad de esos galeotes de la sensibilidad, ya que no está dentro de las facultades de la ley el condenar a encierro a todos aquellos que piensan y obran.
Sin insistir en el carácter verdaderamente genial de las manifestaciones de ciertos locos, en la medida de nuestra aptitud para estimarlas, afirmamos la legitimidad absoluta de su concepción de la realidad y de todos los actos que de ella se derivan.
Esperamos que mañana por la mañana, a la hora de la visita médica, recuerden esto, cuando traten de conversar sin léxico con esos hombres sobre los cuales, reconózcanlo, sólo tienen la superioridad que da la fuerza.


Philip Larkin


Al fracaso


No viniste al modo dramático, con dragones

De esos que se llevarían mi vida entre sus garras
Y me arrojarían ya deshecho tras las caravanas
Con los caballos empanicados, ni como una frase
Que se enuncia claramente para apaciguar lo que pudo perderse,
Lo que sale del bolsillo y debe aguantar
Los gastos, ni como una fantasma al que se ve
Ciertas mañanas correr por el pasto.

Son estas tardes sin sol en las que descubro

Que te has instalado en mi hombro como el aburrimiento.
Los avellanos están cargados de silencio.
Soy consciente de que los días pasan más rápido que antes,
Que huelen diferente. Y que una vez que quedan atrás
Parecen arruinados. Ahí has estado por cierto tiempo.

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domingo, 2 de abril de 2017



Bajo una pequeña estrella
Wislawa Szymborska
Que me disculpe la coincidencia por llamarla necesidad.
Que me disculpe la necesidad, si a pesar de ello me equivoco.
Que no se enoje la felicidad por considerarla mía.
Que me olviden los muertos que apenas si brillan en la memoria.
Que me disculpe el tiempo por el mucho mundo pasado por alto a cada segundo.
Que me disculpe mi viejo amor por considerar al nuevo el primero.
Perdonadme, guerras lejanas, por traer flores a casa.
Perdonadme, heridas abiertas, por pincharme en el dedo.
Que me disculpen los que claman desde el abismo el disco de un minué.
Que me disculpe la gente en las estaciones por el sueño a las cinco de la mañana.
Perdóname, esperanza acosada, por reírme a veces.
Perdonadme, desiertos, por no correr con una cuchara de agua.
Y tú, gavilán, hace años el mismo, en esta misma jaula,
inmóvil mirando fijamente el mismo punto siempre,
absuélveme, aunque fueras un ave disecada.
Que me disculpe el árbol talado por las cuatro patas de la mesa.
Que me disculpen las grandes preguntas por las pequeñas respuestas.
Verdad, no me prestes demasiada atención.
Solemnidad, sé magnánima conmigo.
Soporta, misterio de la existencia, que arranque hilos de tu cola.
No me acuses, alma, de poseerte pocas veces.
Que me perdone todo por no poder estar en todas partes.
Que me perdonen todos por no saber ser cada uno de ellos, cada una de ellas.
Sé que mientras viva nada me justifica porque yo misma me lo impido.
Habla, no me tomes a mal que tome prestadas palabras patéticas y que me esfuerce
después para que parezcan ligeras.
Wislawa Szymborska (Polonia, 1923)
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miércoles, 29 de marzo de 2017

ALEJANDRA PIZARNIK

LA DE LOS OJOS ABIERTOS 

la vida juega en la plaza  
con el ser que nunca fui 

y aquí estoy 

baila pensamiento  
en la cuerda de mi sonrisa    

y todos dicen que esto pasó y es 

va pasando  
va pasando  
mi corazón  
abre la ventana 

vida  aquí estoy  mi vida  
mi sola y aterida sangre  
percute en el mundo 

pero quiero saberme viva  
pero no quiero hablar  
de la muerte 
 ni de sus extrañas manos.

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SAKUTARO HAGIWARA 

El pulpo que no murió


Un pulpo que agonizaba de hambre fue encerrado en un acuario por muchísimo tiempo. Una pálida luz se filtraba a través del vidrio y se difundía tristemente en la densa sombra de la roca. Todo el mundo se olvidó de este lóbrego acuario. Se podía suponer que el pulpo estaba muerto y solo se veía el agua podrida iluminada apenas por la luz del crepúsculo. Pero el pulpo no había muerto. Permanecía escondido detrás de la roca. Y cuando despertó de su sueño tuvo que sufrir un hambre terrible, día tras día en esa prisión solitaria, pues no había carnada alguna ni comida para él. Entonces comenzó a comerse sus propios tentáculos. Primero uno, después otro. Cuando ya no tenía tentáculos comenzó a devorar poco a poco sus entrañas, una parte tras otra.

En esta forma el pulpo terminó comiéndose todo su cuerpo, su piel, su cerebro, su estómago; absolutamente todo.

Una mañana llegó un cuidador, miró dentro del acuario y solo vio el agua sombría y las algas ondulantes. El pulpo prácticamente había desaparecido.

Pero el pulpo no había muerto. Aún estaba vivo en ese acuario mustio y abandonado. Por espacio de siglos, tal vez eternamente, continuaba viva allí una criatura invisible, presa de una escasez e insatisfacción horrenda.

FIN

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lunes, 27 de marzo de 2017


JUAN RAMÓN JIMÉNEZ


SIN TI NADA ES LA VIDA.
ESTOY MIRANDO
EL SOL Y VIBRA SIN SENTIDO;
EL CAMPO VERDE Y ORO
ES FÚNEBRE Y VACÍO.
ESTOY MIRANDO EL CIELO AZUL
Y ME PARECE ABSURDO Y ABURRIDO.
¡AY SÓLO TÚ, DIVINA, HUMANA,
LO ERES TODO!.
TRANQUILO,
SOBRE TU CORAZÓN, YO DEJARÍA
EL MÍO
Y HOY, QUE NO ESTÁS AQUÍ,
JADEA, ARDIENTE Y TRISTE, COMO UN PERRO
PERDIDO…

NO SUPE LO QUE ERAS
HASTA QUE HUISTE. LÍRICO
ERA, CONTIGO EL TIEMPO,
EL AIRE CRISTALINO
CORRÍA TODO LLENO, ANTE TUS OJOS DE ORO,
EN CLARO ILUSIONISMO…
¿NOSTALGIAS O DEMENCIAS?
TE HAS IDO, SÍ, TE HAS IDO.
NI LA FLOR TIENE AROMA
NI TRINO EL PAJARILLO,
NI CASTIDAD LA NUBE,
NI MIEL LA FRUTA, NI FRESCURA EL RÍO…

COMO EN UN VIERNES SANTO PERDURABLE
LA MUERTE VIVA TIENDE UN VELO UMBRÍO
SOBRE LA SOLEDAD CRUCIFICADA
DEL CAMPO FLORECIDO.
QUIETO, MUDO, DOLIENTE,
CLAVADO ESTOY EN ESTE LABERINTO.
CIEGO, NO SE TOMAR NINGÚN CAMINO.

Y SOLO ESPERO EL SUEÑO QUE NO ACABA
PARA ACABAR CON ESTE ESCALOFRÍO.

jueves, 16 de marzo de 2017

                    JORGE LUIS BORGES
1964

Ya no es mágico el mundo. Te han dejado. 
Ya no compartirás la clara luna 
ni los lentos jardines. Ya no hay una 
luna que no sea espejo del pasado, 



cristal de soledad, sol de agonías. 
Adiós las mutuas manos y las sienes 
que acercaba el amor. Hoy sólo tienes 
la fiel memoria y los desiertos días. 



Nadie pierde (repites vanamente) 
sino lo que no tiene y no ha tenido 
nunca, pero no basta ser valiente 



para aprender el arte del olvido. 
Un símbolo, una rosa, te desgarra 
y te puede matar una guitarra. 



II 



Ya no seré feliz. Tal vez no importa. 
Hay tantas otras cosas en el mundo; 
un instante cualquiera es más profundo 
y diverso que el mar. La vida es corta 



y aunque las horas son tan largas, una 
oscura maravilla nos acecha, 
la muerte, ese otro mar, esa otra flecha 
que nos libra del sol y de la luna 



y del amor. La dicha que me diste 
y me quitaste debe ser borrada; 
lo que era todo tiene que ser nada. 



Sólo que me queda el goce de estar triste, 
esa vana costumbre que me inclina 
al Sur, a cierta puerta, a cierta esquina.Resultado de imagen para BORGES 1964



martes, 14 de marzo de 2017


JUAN RULFO

PEDRO PÁRAMO (frag.)


Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo. 
Mi madre me lo dijo. 
Y yo le prometí que vendría a verlo en cuanto ella muriera. Le apreté sus manos en señal de que lo haría; pues ella estaba por morirse y yo en plan de prometerlo todo. «No dejes de ir a visitarlo -me recomendó-. Se llama de otro modo y de este otro. Estoy segura de que le dará gusto conocerte.» Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que así lo haría, y de tanto decírselo se lo seguí diciendo aun después que a mis manos les costó trabajo zafarse de sus manos muertas. 
Todavía antes me había dicho: 
-No vayas a pedirle nada. Exígele lo nuestro. Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio... El olvido en que nos tuvo, mi hijo, cóbraselo caro. 
-Así lo haré, madre. 
Pero no pensé cumplir mi promesa. Hasta que ahora pronto comencé a llenarme de sueños, a darle vuelo a las ilusiones. Y de este modo se me fue formando un mundo alrededor de la esperanza que era aquel señor llamado Pedro Páramo, el marido de mi madre. Por eso vine a Comala. 
Era ese tiempo de la canícula, cuando el aire de agosto sopla caliente, envenenado por 
el olor podrido de las saponarias. 
El camino subía y bajaba: «Sube o baja según se va o se viene. Para el que va, sube; para el que viene, baja». 
-¿Cómo dice usted que se llama el pueblo que se ve allá abajo? 
-Comala, señor. 
-¿Está seguro de que ya es Comala? 
-Seguro, señor. 
-¿Y por qué se ve esto tan triste? 
-Son los tiempos, señor. 
Yo imaginaba ver aquello a través de los recuerdos de mi madre; de su nostalgia, entre retazos de suspiros. Siempre vivió ella suspirando por Comala, por el retorno; pero jamás volvió. Ahora yo vengo en su lugar. Traigo los ojos con que ella miró estas cosas, porque me dio sus ojos para ver: «Hay allí, pasando el puerto de Los Colimotes, la vista muy hermosa de una llanura verde, algo amarilla por el maíz maduro. Desde ese lugar se ve Comala, blanqueando la tierra, iluminándola durante la noche». Y su voz era secreta, casi apagada, como si hablara consigo misma... Mi madre. 
-¿Y a qué va usted a Comala, si se puede saber? -oí que me preguntaban. 
-Voy a ver a mi padre -contesté. 
-¡Ah! -dijo él. 
Y volvimos al silencio. 
Caminábamos cuesta abajo, oyendo el trote rebotado de los burros. Los ojos reventados por el sopor del sueño, en la canícula de agosto. 
-Bonita fiesta le va a armar 
-volví a oír la voz del que iba allí a mi lado-. Se pondrá contento de ver a alguien después de tantos años que nadie viene por aquí.

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viernes, 17 de febrero de 2017

17 DE FEBRERO DE 1914 NACE:

JULIA DE BURGOS
(Julia Constancia Burgos García; Carolina, Puerto Rico, 1914 - Nueva York, 1953) Poetisa puertorriqueña. Julia de Burgos se graduó de maestra normalista en la Universidad de Puerto Rico en 1933.
En 1934 trabajó en la PRERA (Agencia para la Rehabilitación Económica de Puerto Rico, por sus siglas en inglés) en Comerío, como empleada de una estación de leche, lugar en que los niños de familias pobres recibían desayuno gratuito. Contrajo nupcias con Rubén Rodríguez Beauchamp en ese mismo año.

Julia de Burgos
Al cierre de la PRERA, durante corto tiempo ejerció como maestra en un barrio de Naranjito en 1935. En esa época escribió su famoso poema Río Grande de Loíza. Durante ese año Julia de Burgos también conoció e hizo amistad con Luis Llorens TorresLuis Palés Matos y Evaristo Ribera Chevremont, entre otros poetas boricuas.
Durante 1936 publicó su poema Es nuestra la hora en una hoja suelta. Estaba comenzando a darse a conocer en el ambiente literario. En octubre de ese año pronunció el discurso La mujer ante el dolor de la Patria, en la primera asamblea general del Frente Unido Pro Convención Constituyente, en el Ateneo Puertorriqueño. Escribe los dramas breves Llamita quiere ser mariposaPaisaje marinoLa parranda del sábado y Coplas jíbaras para ser cantadas.
En 1937 coinciden dos hechos significativos en la vida de Julia de Burgos: la ruptura de su matrimonio con Rubén Rodríguez Beauchamp y la edición privada de Poemas exactos a mí misma, que representa una de sus primeras manifestaciones líricas, cuyo paradero actualmente se desconoce. Al año siguiente conoció al médico y sociólogo Juan Isidro Jimenes Grullón, quien habría de convertirse en su más acrisolado amor.
Publicó además, en 1938, su obra Poema en veinte surcos. En 1939 publicó su Canción de la verdad sencilla, obra premiada por el Instituto de Literatura Puertorriqueña. Un año después viajó a Cuba, en donde conoció a múltiples intelectuales, entre éstos Juan Marinello, Juan Bosch, Raúl Roa y Manuel Luna. Desde ese momento en adelante residió alternativamente en La Habana y Nueva York, dedicándose al periodismo y a la creación literaria.
El 18 de enero de 1940 llegó a la ciudad de Nueva York. A los quince días de su llegada concedió una entrevista al periódico La Prensa, que se publicó bajo el título "Julia de Burgos, poetisa puertorriqueña, en misión cultural en Estados Unidos". El viernes 5 de abril de 1940 la Asociación de Periodistas y escritores Puertorriqueños rindió un homenaje público a Julia y a Antonio Coll y Vidal, en el Wadleigh High School Auditorium, en Nueva York. En 1941 se fue a vivir a La Habana. En la Universidad de esa metrópoli se matriculó en cursos de griego, latín, francés, biología, antropología, sociología, psicología, higiene mental, didáctica...
La relación con Juan Isidro llegó a su final en 1942. Tras esa decepción amorosa decidió partir hacia la ciudad de los rascacielos, en donde deambuló en busca de empleo. Durante algún tiempo trabajó como inspectora de óptica, empleada de un laboratorio químico, vendedora de lámparas, oficinista y costurera.
Póstumamente se publicaron El mar y tú y otros poemas (1954) y Yo misma fui mi ruta (1986). Bajo el título de Obra poética el Instituto de Cultura Puertorriqueña recogió su lírica en 1961. Una muestra de sus versos figura en la Antología de la poesía cósmica puertorriqueña, publicada por Manuel de la Puebla en 2002 y en las grandes colecciones de poesía hispanoamericana.
Julia de Burgos falleció en la ciudad de Nueva York, el 6 de julio de 1953. Aún su muerte estuvo rodeada de misterio. Fue encontrada inconsciente y sin identificación alguna entre la Calle 106 y la Quinta Avenida y falleció al ser trasladada al Hospital de Harlem. Ante la falta de identificación, su cuerpo fue enterrado en una tumba anónima. Posteriormente fue trasladada a Puerto Rico y sepultada en el Cementerio de Carolina, el lugar más cercano posible al Río Grande de Loíza que tanto la apasionó.
La obra de Julia de Burgos se caracteriza por su singular fuerza, que surge de su apasionado romanticismo que la lleva a desarrollar de una manera mística y metafísica la naturaleza y el amor. La hondura y calidad de su producción poética, su extraordinaria capacidad para reflejar los problemas de la mujer de su tiempo, así como las excepcionales circunstancias que rodearon su vida y su muerte (envueltas en un halo de dolor, enajenación y desarraigo que la había llevado a considerarse como una "desterrada de sí misma"), han hecho de ella una de las figuras más fascinantes no sólo de las letras puertorriqueñas de la primera mitad del siglo XX, sino de toda la literatura hispanoamericana contemporánea.

17 DE FEBRERO DE 1600 

MUERE EN LA 

HOGUERA GIORDANO BRUNO 

CONDENADO POR LA INQUISICIÓN 



(Felipe Bruno, más conocido por su nombre religioso, Giordano;
Nola, 1548 - Roma, 1600) Filósofo italiano. Es uno de los personajes más trágicos de la historia de Italia, donde, por espacio de dos siglos, o sea hasta el "Risorgimento", quedó relegado, aun cuando
sólo en apariencia, al olvido.
A los catorce años fue enviado a Nápoles a estudiar, y en 1565 ingresó como novicio en el convento de Santo Domingo; ordenado sacerdote en 1572, se doctoró en teología en 1575. En los cenobios, donde permaneció hasta los veintiocho años, se interesó con pasión en problemas de exégesis bíblica, y, sobre todo, en la posibilidad de concordar la teología cristiana con el emanatismo neoplatónico. En este aspecto consideró a las tres "personas" de la Trinidad como otros tantos atributos (poder, sabiduría y amor) del único Dios. Dios, en calidad de Mente, se halla sobre la naturaleza; en cuanto intelecto, Dios es sembrador en la naturaleza; y, en cuanto Espíritu, Dios es la misma alma universal.

Giordano Bruno

Huido de Nápoles a causa de un proceso de herejía incoado contra él, y de Roma por temor a verse acusado de un asesinato en el que ninguna culpabilidad tenía, llegó primeramente a Liguria; luego estuvo en Turín, después en Venecia, donde publicó su primer libro, actualmente perdido, y, sucesivamente, en Bérgamo, Saboya y Ginebra. Acogido en esta ciudad por un adepto napolitano del calvinismo e inscrito en la universidad y la iglesia de esta secta, se rebeló muy pronto contra sus maestros, y fue privado de la Santa Cena.
Al cabo de poco tiempo se dirigió a Francia; aquí desempeñó una cátedra en Toulouse durante dos años, y luego se trasladó a París, donde ofreció al rey Enrique III De las sombras de las ideas, uno de los textos de mnemotécnica que Giordano Bruno hizo imprimir en la capital francesa durante su primera estancia en la ciudad. Profesor extraordinario en París, la indocilidad de los estudiantes le indujo a seguir a Inglaterra al embajador de Francia en la corte de Isabel.
Los dos años y medio pasados entre Oxford y Londres se cuentan entre los más importantes de su vida, por cuanto entonces compuso y publicó las dos trilogías de los Diálogos italianos. Lo mismo que había sido también El Candelero, obra aparecida anteriormente en París, La Cena del Miércoles de Cenizaresulta aún casi una comedia, y describe una cena celebrada en la casa de un gentilhombre londinense la noche del Miércoles de Ceniza. De la causa, principio y uno, hoy la obra más leída de Giordano Bruno, trata de fundar la nueva "filosofía nolana" proponiendo el concepto de una materia viviente que se da ella misma infinitas formas abandonadas luego paulatinamente. Del infinito universo y mundos critica la física y la cosmología aristotélicas, que sustituye por una idea del universo infinito en su extensión y el número de mundos (los astros) que lo integran.
La segunda trilogía, la Expulsión de la bestia triunfante, es una comedia mitológica en la que los dioses resuelven hacer penitencia, ahuyentan del cielo a osas y escorpiones y los reemplazan por los signos de las virtudes. En La cábala del caballo Pegaseo y del asno Cilémicose da una sátira de la "santa asnalidad", o sea de la humildad y la sencillez recomendadas por el cristianismo. Los Heroicos furoresexaltan, en verso y prosa, el amor de la inteligencia para el objeto divino, que es la verdad.
Al regresar a Francia, Giordano Bruno empezó a exponer y a criticar las obras de Aristóteles. Nuevos "tumultos" de estudiantes le llevaron a Alemania, donde publicó los tres poemas latinos compuestos mientras tanto y que integran el segundo grupo de sus textos más ilustres. Del mínimopropone el concepto del mínimo físico, el átomo, y del matemático, el punto, entendido cual la esfera más pequeña posible, De la mónada, que resulta hasta cierto punto similar a los escritos mágicos del autor, muestra la conversión de la unidad en dualidad y sus posteriores complicaciones que dan lugar a la tríada, la tétrada, etc., hasta llegar a la década. De lo inmenso y de los innumerablesreanuda el tema que se halla en Del infinito con una nueva conciencia de los progresos contemporáneos de la astronomía, campo en el cual destacaba Tycho Brahe.
Invitado por Juan Mocenigo, quien quería aprender de él la mnemotécnica y quizá también la magia, Giordano Bruno marchó a Venecia; pero aquél, no satisfecho de la enseñanza y molestado por los discursos heréticos de su huésped, le denunció al Santo Oficio. Conseguida por la Inquisición romana la extradición, Giordano Bruno fue encarcelado, interrogado por los inquisidores y, finalmente, condenado a una muerte cruel.
Se ha considerado a Giordano Bruno símbolo del pensamiento libre rebelado frente al dogma religioso: vuelve alegremente al naturalismo antiguo "renacido" en los nuevos tiempos, sostiene sus opiniones en todos los países de Europa y ante los poderosos y doctos y, finalmente, después de ocho años de cárcel, prefiere la muerte a la retractación. Bajo este aspecto, aparece como héroe sublime de una humanidad resuelta a reivindicar y defender a costa de la vida el derecho a pensar de acuerdo con una razón autónoma y meramente filosófica.
En honor a la verdad, sin embargo, debe tenerse en cuenta que Giordano Bruno se ordenó, según él mismo dijo a la Inquisición véneta, cuando ya su mente estaba invadida por muchas dudas acerca de los máximos dogmas (Trinidad y Encarnación) y se veía inclinada a una interpretación racionalista y naturalista de ellos; que nunca fue perseguido en los países católicos transalpinos por haber huido de un convento ni por sus ideas; y que al regresar a Italia proclamaba abiertamente no haber de temer nada de la Inquisición y estar resuelto a volver al "gremio de la Iglesia católica". Los debates acerca de esta figura se hallan muy lejos de tocar a su fin; de todas formas, nadie puede discutir el valor del entusiasmo mental con que Giordano Bruno cantó como divina la infinita fecundidad de formas de la naturaleza



domingo, 5 de febrero de 2017





NADIA ANJUMAN 

POEMA BREVE 

Estoy enjaulada en esta esquina
llena de melancolía y pena…
mis alas están cerradas y no puedo volar…
Soy una mujer Afgana y debo lamentarme.

Nadia Anjuman 
era una poeta afgani y periodista que asistió a la Universidad Herat. Murió en 2005 a consecuencia de las heridas en la cabeza a manos de su esposo. Ella publicó un libro de poesía en 2005 se llama Gul-e-dodi (La flor grana). Por eso ganó la atención crítica en Afganistán igual como la del vecino Irán. Creció durante el reinado del talibán donde ella y otras intelectuales femeninas leyeron secretamente la literatura prohibida como las obras de Shakespeare y Dostoievski, un crimen castigado con la horca. Su memoria va a durar a través de su poesía.

















































ROBERTO ARLT AGUAFUERTES PORTEÑAS CAUSA Y SINRAZÓN DE LOS CELOS

ROBERTO ARLT

AGUAFUERTES PORTEÑAS

CAUSA Y SINRAZÓN DE LOS CELOS 

Hay buenos muchachitos, con metejones de primera agua, que le amargan la vida a sus respectivas novias promoviendo tempestades de ce­los, que son realmente tormentas en vasos de agua, con lluvias de lágri­mas y truenos de recriminaciones.Generalmente las mujeres son menos celosas que los hombres. Y si son inteligentes, aun cuando sean celosas, se cuidan muy bien de descu­brir tal sentimiento, porque saben que la exposición de semejante debili­dad las entrega atadas de pies y manos al fulano que les sorbió el seso. De cualquier manera; el sentimiento de los celos es digno de estudio, no por los disgustos que provoca, sino por lo que revela en cuanto a psi­cología individual.Puede establecerse esta regla:Cuanto menos mujeres ha tratado un individuo, más celoso es.La novedad del sentimiento amoroso conturba, casi asusta, y tras­torna la vida de un individuo poco acostumbrado a tales descargas y car­gas de emoción. La mujer llega a constituir para este sujeto un fenómeno divino, exclusivo. Se imagina que la suma de felicidad que ella suscita en él, puede proporcionársela a otro hombre; y entonces Fulano se toma la cabeza, espantado al pensar que toda “su” felicidad, está depositada en esa mujer, igual que en un banco. Ahora bien, en tiempos de crisis, uste­des saben perfectamente que los señores y señoras que tienen depósitos en instituciones bancarias, se precipitan a retirar sus depósitos, poseídos de la locura del pánico. Algo igual ocurre en el celoso. Con la diferencia que él piensa que si su “banco” quiebra, no podrá depositar su felicidad ya en ninguna parte. Siempre ocurre esta catástrofe mental con los pe­queños financieros sin cancha y los pequeños enamorados sin experien­cia.Frecuentemente, también, el hombre es celoso de la mujer cuyo me­canismo psicológico no conoce. Ahora bien: para conocer el mecanismo psicológico de la mujer, hay que tratar a muchas, y no elegir precisamen­te a las ingenuas para enamorarse, sino a las “vivas”, las astutas y las desvergonzadas, porque ellas son fuente de enseñanzas maravillosas para un hombre sin experiencia, y le enseñan (involuntariamente, por supues­to) los mil resortes y engranajes de que “puede” componerse el alma fe­menina. (Conste que digo “de que puede componerse”, no de que se com­pone.)Los pequeños enamorados, como los pequeños financistas, tienen en su capital de amor una sensibilidad tan prodigiosa, que hay mujeres que se desesperan de encontrarse frente a un hombre a quien quieren, pero que les atormenta la vida con sus estupideces infundadas.Los celos constituyen un sentimiento inferior, bajuno. El hombre, cela casi siempre a la mujer que no conoce, que no ha estudiado, y que casi siempre es superior intelectualmente a él. En síntesis, el celo es la en­vidia al revés.Lo más grave en la demostración de los celos es que el individuo, involuntariamente, se pone a merced de la mujer. La mujer en ese caso, puede hacer de él lo que se le antoja. Lo maneja a su voluntad. El celo (miedo de que ella lo abandone o prefiera a otro) pone de manifiesto la débil naturaleza del celoso, su pasión extrema, y su falta de discernimien­to. Y un hombre inteligente, jamás le demuestra celos a una mujer, ni cuando es celoso. Se guarda prudentemente sus sentimientos; y ese acto de voluntad repetido continuamente en las relaciones con el ser que ama, termina por colocarle en un plano superior al de ella, hasta que al llegar a determinado punto de control interior, el individuo “llega a saber que puede prescindir de esa mujer el día que ella no proceda con él como es debido”.A su vez la mujer, que es sagaz e intuitiva, termina por darse cuenta de que con una naturaleza tan sólidamente plantada no se puede jugar, y entonces las relaciones entre ambos sexos se desarrollan con una nor­malidad que raras veces deja algo que desear, o terminan para mejor tran­quilidad de ambos.Claro está que para saber ocultar diestramente los sentimientos sub­terráneos que nos sacuden, es menester un entrenamiento largo, una edu­cación de práctica de la voluntad. Esta educación “práctica de la volun­tad” es frecuentísima entre las mujeres. Todos los días nos encontramos con muchachas que han educado su voluntad y sus intereses de tal mane­ra que envejecen a la espera de marido, en celibato rigurosamente mante­nido. Se dicen: “Algún día llegará”. Y en algunos casos llega, efectiva­mente, el individuo que se las llevará contento y bailando para el Regis­tro Civil, que debía denominarse “Registro de la Propiedad Femenina”.Sólo las mujeres muy ignorantes y muy brutas son celosas. El resto, clase media, superior, por excepción alberga semejante sentimiento. Du­rante el noviazgo muchas mujeres aparentan ser celosas; algunas también lo son, efectivamente. Pero en aquellas que aparentan celos, descubrimos que el celo es un sentimiento cuya finalidad es demostrar amor intenso inexistente, hacia un_ bobalicón que sólo cree en el amor cuando el amor va acompañado de celos. Ciertamente, hay individuos que no creen en el afecto, si el cariño no va acompañado de comedietas vulgares, como son, en realidad, las que constituyen los celos, pues jamás resuelven nada serio.Las señoras casadas, al cabo de media docena de años de matrimo­nio (algunas antes), pierden por completo los celos. Algunas, cuando ba­rruntan que los esposos tienen aventurillas de géneros dudosos, dicen, en círculos de amigas:-Los hombres son como los chicos grandes. Hay que dejar que se distraigan. También una no los va a tener todo el día pegados a las fal­das…Y los “chicos grandes” se divierten. Más aún, se olvidan de que un día fueron celosos…Pero este es tema para otra oportunidad.
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jueves, 2 de febrero de 2017

MIGUEL DE UNAMUNO

EL CUERPO CANTA


El cuerpo canta;
la sangre aúlla;
la tierra charla;
la mar murmura;
el cielo calla
y el hombre escucha.


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