15 DE AGOSTO DE 1771 NACE
SIR WALTER SCOTT
(Edimburgo, 1771 - Abbotsford, Reino Unido,
1832) Novelista, poeta y editor británico. La novela histórica romántica
tiene en Walter Scott, si no a su inventor, a su primer y más
influyente representante. Hijo de un abogado, desde su infancia se
sintió fascinado por las leyendas y los episodios históricos,
preferentemente medievales, de su tierra natal escocesa, que
posteriormente constituirían el tema principal de muchos de sus poemas y
novelas.
Licenciado en derecho, sus primeros pasos en la literatura los dio como traductor, vertiendo al inglés obras como Lenore, de Gottfried A. Bürger, y Götz de Berlichingen, de Goethe. La publicación, entre 1802 y 1803, de la recopilación de baladas Trovas de la frontera escocesa
dio a conocer su nombre al gran público, que también acogió con
entusiasmo una serie de largos poemas narrativos entre los que destacan El canto del último trovador y La dama del lago.
De 1814 data su primera novela, Waverley,
publicada anónimamente como la mayoría de las que le siguieron, en
consideración a los cargos públicos de su autor (sheriff de Selkirk
desde 1799 y secretario de los tribunales de justicia de Edimburgo desde
1806) y la dudosa reputación del género. Con ella y con las posteriores
(El anticuario, Rob Roy, Ivanhoe, El pirata, Quentin Durward, El talismán)
estableció los cánones de la novela histórica, tal como ésta iba a
desarrollarse hasta bien entrado el siglo XX. La más famosa de las
citada es Ivanhoe (1820), que desarrolla las contradicciones entre los sajones y los normandos en un argumento de aventuras.
La autoría de estas novelas no se reveló hasta 1826,
año por otro lado especialmente doloroso para Scott, que sufrió la
muerte de su esposa y la quiebra de la editorial Constable, en la que
había invertido dinero y por la que contrajo una deuda de 130.000
libras. Antes, en 1820, había sido nombrado barón de Abbotsford.
Los estudiosos de la obra de Walter Scott lo definen
como el fundador de la novela histórica, y alaban sus facultades para
recrear la realidad del pasado de Escocia y de la Edad Media con vigor y
talento descriptivo, basándose en diálogos y argumentos que fascinan
por la cualidad de crear expectativa en el lector. Por otra parte,
mostró un excelente olfato para discernir los conflictos políticos de su
época y representarlos en la ficción. Maestro del diálogo y la
descripción, poseedor de un estilo vigoroso y poético, Walter Scott
influyó en los novelistas de su época, tanto de su patria como foráneos,
y también en los músicos y pintores que glosaron y recrearon sus temas.
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