miércoles, 21 de enero de 2015


21 DE ENERO DE 1879 NACE

EDUARDO MARQUINA

(Barcelona, 1879 - Nueva York, 1946) Poeta y dramaturgo español. De familia aragonesa, estudió en su ciudad natal. Aun cuando en su juventud escribió un drama lírico en catalán (Emporium, 1906), no se sumó al poderoso movimiento modernista de Cataluña, presidido por la alta figura de Maragall; compuso su obra en castellano y sobre todo en su teatro histórico en verso fue el cantor del Cid y de la España mística e imperialista.

Inició su labor literaria con la publicación de poemarios de signo modernista como Las vendimias (1901), Églogas (1902) y Elegías (1905), aunque después se orientó hacia una temática más apegada a la realidad social en Canciones del momento (1910) y Tierras de España (1914). Escribió también novelas que ofrecen un interés menor.

Su teatro, más importante por su volumen y su éxito, está formado por una serie de estampas históricas de gusto modernista en las que lo lírico predomina sobre lo dramático. Se trata en su mayoría de dramas históricos en verso son representativos de un teatro poético que ensalza los valores de un pasado glorioso. También cultivó temas orientales de un decorativismo superficial. De su producción dramática destacan En Flandes se ha puesto el sol (1910) Las hijas del Cid (1908), Doña María la Brava, El monje blanco (1930), Pasos y trabajos de Santa Teresa de Jesús (1943) y La Santa Hermandad (1939).

martes, 20 de enero de 2015

Michel Foucault
(Poitiers, Francia, 1926-París, 1984) Filósofo francés. Estudió filosofía en la École Normale Supérieure de París y, ejerció la docencia en las universidades de Clermont-Ferrand y Vincennes, tras lo cual entró en el Collège de France (1970).

20 DE ENERO NACE
ERNESTO CARDENAL

(Granada, Nicaragua, 1925) Poeta nicaragüense. Poeta revolucionario y sacerdote católico, se dio a conocer con la obra El corno emplumado. Comprometido políticamente con los conflictos sociales de su país, desde 1954 participó en las luchas contra el dictador Somoza, y posteriormente fue ordenado sacerdote, tras lo cual residió durante un tiempo en un monasterio de Estados Unidos. Esta reclusión religiosa supuso para el poeta un oasis de serenidad frente a la deslumbrante ciudad moderna. De regreso en Nicaragua fundó una comunidad en la isla de Solentiname. Su poesía, reflejo de su radicalismo personal, denunció el sufrimiento y la explotación de las llamadas repúblicas bananeras, temática que centra su Canto nacional. También se aproximó a las ideas de la teología de la liberación, las cuales se dejan entrever en sus poemarios Salmos, de 1964, y Oración por Marilyn Monroe y otros poemas, de 1965.

Ernesto Cardenal

Ernesto Cardenal ingresó en 1935 en el Colegio Centro América de los Jesuitas en Granada, donde estudió el bachillerato. Cursó luego filosofía y letras en la Universidad Nacional Autónoma de México, graduándose en 1947. Entre 1948 y 1949 hizo el posgrado en la Universidad de Columbia, Nueva York. Discípulo de J. Coronel Urtecho, integró la llamada "Generación del 40" junto con los poetas E. Mejía Sánchez y C. Martínez Rivas. Viajó por Europa y en 1950 regresó a Nicaragua. Empezó a escribir sus poemas históricos y a traducir con Coronel Urtecho poesía norteamericana, hasta formar una voluminosa antología.

En 1952 fundó una editorial exclusiva del género, El hilo azul, y en 1954 participó en un movimiento armado que intentó asaltar el Palacio Presidencial, que fue conocido como la Rebelión de Abril. En 1956 escribió su extenso poema político "Hora cero". Pero ese año cambió el rumbo de su vida: resolvió profesar e ingresó al Monasterio de Nuestra Señora de Gethsemani, en Kentucky, Estados Unidos, donde Thomas Merton fue su maestro y mentor espiritual. Continuó sus estudios religiosos en México y en Colombia.

Ordenado sacerdote en Managua en 1965, viajó a Estados Unidos para planear la creación de una pequeña comuna contemplativa en Nicaragua, que fundó al año siguiente en el archipiélago de Solentiname. En 1970 visitó Cuba, relatando su experiencia de la revolución en el libro En Cuba. También conoció los procesos del Perú y Chile. En octubre de 1977, cuando se inició la primera ofensiva insurreccional, participaron en ella como guerrilleros un grupo de jóvenes de Solentiname, que asaltaron el cuartel San Carlos, por lo que la Guardia somocista destruyó su comunidad y Cardenal fue condenado en ausencia a muchos años de prisión. En 1979, con el triunfo de la Revolución Sandinista, fue nombrado ministro de Cultura, cargo que desempeñó hasta 1988.


La obra de Ernesto Cardenal es coloquialista y a la vez profundamente lírica. Su poesía, una de las más sólidas y reconocibles de América Latina, se sustenta en el legado del modernismo norteamericano (sobre todo Pound y Williams), pero con otras influencias como la cultura popular o las tradiciones religiosas y científicas, a través de un verso claro pero de gran impacto.

Perteneciente a un brillante grupo de poetas entre los que destacan Coronel Urtecho, P. A. Cuadra y Joaquín Pasos, ya en sus primeros libros, La ciudad deshabitada (1946) y El conquistador (1947), muestra su inclinación hacía una poesía narrativa y épica. Fue decisiva, para su futura poesía, su lectura de Ezra Pound. En verso libre, con una ironía y un sentido mágico de lo cotidiano, su mejor poesía capta la intensidad alucinante de la vida moderna y se inspira en motivos de su compromiso cívico y en sus experiencias religiosas: Hora cero (1960), Epigramas (1961), Gethsemani Ky (1960) Salmos (1964), Oración por Marilyn Monroe y otros poemas (1965), El estrecho dudoso (1966) y Homenaje a los indios americanos (1969).

A partir de los años setenta su poesía se radicaliza y se vuelve primordialmente instrumento de la acción política: Canto nacional (1972), Oráculo sobre Managua (1973), Tocar el cielo (1981) y Vuelos de victoria (1984). Entre sus últimos libros de poesía se encuentran Cántico cósmico (1989), Los ovnis de oro (1992), Telescopio en la noche oscura (1993), Antología nueva (1996) y Vida en el amor (1997). Como ensayista son destacables el volumen dedicado a La poesía nicaragüense de Pablo Antonio Cuadra (1973) y Cristianismo y revolución (1974). En 1998 se publicó el primer volumen de su autobiografía.

lunes, 19 de enero de 2015

19 DE ENERO MUERE
ESTEBAN ECHEVERRÍA

(José Esteban Echeverría; Buenos Aires, 1805 - Montevideo, 1851) Escritor argentino, una de las figuras fundamentales del romanticismo argentino e hispanoamericano. Hijo de español y criolla, quedó huérfano de padre a temprana edad. Confesó luego haber llevado una vida disipada entre los quince y los dieciocho años, pero fue buen alumno en el estricto Colegio de Ciencias Morales hasta 1823, cuando lo abandonó para dedicarse al comercio.

Esteban Echeverría

Entre los años 1826 y 1830, el joven Echeverría, becado por el gobierno de Rivadavia para formarse profesionalmente en París, tuvo la oportunidad de observar de cerca el auge del movimiento romántico francés, llegado de Alemania a principios del siglo XIX de la mano del vizconde de Chateaubriand y de Madame de Staël. No era ajeno a esta nueva tendencia artística y literaria un sesgo utópico, de carácter socialista y liberal, que se enriquecía con el aporte de pensadores como Saint-Simon y Gaston Leroux.
Las notas salientes del romanticismo, como la exaltación del color local, el estudio de la historia nacional o la búsqueda de un lenguaje propio como elemento diferenciador de una cultura, no dejaron de llamar la atención de Echeverría, quien las vio como un catálogo de principios susceptibles de ser trasladados a la nueva realidad americana. En efecto, tales principios estéticos y filosóficos parecían adecuarse a la perfección a los ideales de la Revolución de 1810.
Ya en Buenos Aires y con Rosas en el gobierno, Echeverría publicó de manera anónima, en 1832, Elvira o la novia del Plata. Considerada como la primera obra romántica de la América de habla castellana y una de las primeras de la lengua, en ella se perciben algunas marcas del nuevo ideario estético.
La importancia de esta obra, así como la de sus siguientes libros (Los consuelos, 1834, y Rimas, 1837, que contiene el célebre poema La cautiva), reside más en sus temas y en la oportunidad de su tratamiento que en la calidad literaria de sus versos. La cautiva es un extenso poema de 2.142 versos divididos en nueve partes y un epílogo; cuenta la historia del trágico destino de Brian, un soldado prisionero de los indios, y de María, su mujer, cautiva en la misma toldería. Pero no son las alternativas de su fuga penosa y fracasada lo que importa del poema, sino la incorporación del paisaje nacional (en este caso, el desierto argentino), el desarrollo de una temática local (las tolderías, los malones, los cautivos) y la utilización de algunas acepciones particulares del castellano hablado en la Argentina de la época.
Algunos de los cantos de La cautiva fueron leídos, en el mismo año de su publicación, en el Salón Literario que dirigía Marcos Sastre (1809-1887). En efecto, en la Librería Argentina, propiedad de Sastre (quien después destacaría como pedagogo y autor de una singular novela, El temple argentino, publicada en 1848), se desarrolló en 1837 una serie de reuniones, convocadas por Echeverría, para exponer y discutir temas de índole política y literaria. Juan Bautista Alberdi, Juan María Gutiérrez, Sastre y Echeverría fueron los más destacados y entusiastas miembros del Salón.
El progresivo cariz político de la actividad del Salón provocó su clausura por parte del gobierno de Juan Manuel de Rosas. Pero algunos de los contertulios siguieron reuniéndose en la clandestinidad, y en ese marco, en junio de 1838, fue fundada la Asociación de Mayo, para la que Echeverría redactó las Palabras simbólicas, también conocidas como Credo o Creencia de la Joven Argentina. Se trata en realidad de un listado de quince enunciados que resumen el espíritu de la nueva generación; fueron aprobadas en agosto de ese mismo año, cuando la policía del gobierno de Rosas ya había descubierto la actividad clandestina de la Asociación de Mayo.
El primero de enero de 1839, ya exiliado en Montevideo, Juan Bautista Alberdi publicó el Credo de Echeverría en el periódico El Iniciador, bajo el título de Código o declaración de los principios que constituyen la creencia social de la República Argentina. Ese mismo año se recrudeció la represión del gobierno de Rosas para con sus opositores políticos, lo cual obligó a casi todos los miembros de la Asociación a emprender el camino del destierro: Gutiérrez y Alberdi se marcharon a Montevideo, y Echeverría a Colonia primero y a Montevideo después, donde moriría años más tarde.
En 1846, Echeverría publicó en esa ciudad el Dogma socialista, desarrollo doctrinario de las quince palabras del Credo. Su contenido se vincula al ideario demócrata liberal, por lo que la palabra "socialista" del título debe entenderse en el sentido de "social". Los románticos rioplatenses (Echeverría, pero también Alberdi, Domingo Faustino Sarmiento, José Mármol) iniciaron así la búsqueda de un sistema que permitiera cerrar y superar la antinomia entre unitarios y federales, al tiempo que luchaban contra el carácter autoritario del régimen rosista. En esas coordenadas se incluyen tanto el Dogma socialista como las Bases (1852) de Alberdi, el Facundo (1845) de Sarmiento y Amalia (1851) de Mármol.
También el célebre relato El matadero, de Echeverría (escrito entre 1838 y 1840, pero inédito hasta 1871, cuando Gutiérrez lo publicó en La Revista del Río de la Plata), debe ser visto en esta perspectiva, ya que a pesar de su consistente realismo es una alegoría sobre la violencia larvada en todos los niveles de la sociedad bonaerense de entonces: tras un planteamiento de apariencia costumbrista, se cuenta la historia de un joven unitario torturado por los rosistas. Obra sin duda singular, con ella se anticipó a modos de concepción, de realización y hasta de forma que luego serían empleados por el realismo y el naturalismo europeos. La obra de Esteban Echeverría puede resultar más relevante desde el punto de vista político que desde el literario; sin embargo, su valor es insoslayable en la constitución de la literatura argentina.

sábado, 17 de enero de 2015

17 ENERO DE 1989 MUERE
ALFREDO ZITARROSA
Intérprete y compositor uruguayo, nacido en Montevideo el 10 de marzo de 1936; su madre natural era Blanca Iribarne, pero Alfredo vivió desde muy temprana edad con el matrimonio Durán-Carbajal, Carlos y Doraisella, que fueron considerados por Alfredo como sus verdaderos padres. Sus primeros años transcurrieron en el pueblo de Santiago Vázquez, muy cerca del río Santa Lucía. Pasaba las vacaciones estivales en el departamento de Flores, donde José Carbajal (hermano de Doraisella) trabajaba al servicio de los Irazábal. Ese entorno le dio a Alfredo un gran conocimiento del hombre de campo, que fue la fuente de inspiración de buena parte de su obra. Más de una vez dijo: "No soy folclorista; soy cantor popular uruguayo, y mi canto es fundamentalmente de raíz campesina; todo es milonga, milonga madre, madre incluso del tango y del candombe...".
A los 8 años de edad se enfrentó por primera vez con un micrófono en CX 44 Radio Monumental: las madres pagaban 10 pesos y los niños cantaban los miércoles en el programa El precoz tenor, programa dirigido por Fernando Orejón. Allí conoció a Jorge Riverón y Manolo Guardia. Con fuerte formación cristiana, Alfredo tomó la primera comunión en 1943 y llegó a monaguillo durante la escuela primaria. A esa edad, cuentan sus ex-compañeros que era corriente ver a Alfredo divertirse más con un microscopio que con una pelota de fútbol (en el exilio, sin embargo, fue una pelota y no un microscopio una de las pocas cosas que puso en su maleta al partir de Carrasco). Sin lugar a dudas, una persona fundamental en su vida futura fue su maestra, Esmeralda Iralde, que forjó buena parte de la personalidad cultural de Zitarrosa: "Ella me enseñó a gustar de Fidias, de Beethoven, me enseñó a usar el microscopio..."
Cuando Alfredo todavía estaba realizando sus estudios, Blanca Iribarne se casó con un hombre de apellido Zitarrosa, por lo que Alfredo decidió adoptar el apellido. Casualmente el marido de su madre también se llamaba Alfredo. Del matrimonio Zitarrosa-Iribarne nació la única hermana de Alfredo: Cristina Zitarrosa. Sus años de estudios transcurrieron por el Liceo D.A. Larrañaga, el nocturno del Liceo Zorrilla y la Facultad de Humanidades.
A los 18 años fue a vivir con su madre natural, puesto que sus padres adoptivos habían fallecido. En esa época le propusieron hacer una prueba en CX 10 Radio Ariel. Superó la prueba y comenzó a trabajar de locutor; a partir de entonces y durante diez años ininterrumpidos su voz se escuchaba en varias emisoras: CX 32, 36, 14, 18, 20, 8 y cabina de Canal 4 Montecarlo.
Zitarrosa, un hombre muy polifacético, un excepcional autodidacto y un lector empedernido, poseía una cultura fuera de lo corriente entre sus colegas; su primer premio de poesía lo obtuvo en 1958; se trataba del premio municipal de poesía. El tribunal estaba integrado por Juan Carlos Onetti, Laura Cortinas y Vicente Basso Maglio, poeta simbolista, anarquista, que escribía los editoriales de CX 14 que Alfredo leía. En 1961, falleció Vicente Basso Maglio, por lo que los responsables de su programa decidieron cesar las emisiones. Alfredo publicó una carta en los semanarios Sol, Marcha y Lucha Libertaria, donde decía: "El programa no ha cesado por la muerte de su autor, sino que el autor ha muerto por cese de su opinión". Debido entre otras razones a esta carta, Alfredo fue "cesado con renuncia" en CX 14. Paradójicamente, y debido al contenido de esa misma carta, fue contratado años después por Carlos Quijano como periodista de Marcha.
Con lo que cobró por la indemnización de despido, Alfredo proyectó un viaje a la Cuba post-Batista; sin embargo solamente llegó hasta Perú, donde trabajó como periodista en los periódicos 7 días y Oiga, de Lima. Un amigo suyo, César Durán, le consiguió trabajo como cantor en el show de Tulio Loza en el canal 13 Panamericano de Lima; cantó dos canciones: Guitarrero y Milonga para una niña. Pero su primera canción la compuso en 1960: Recordándote, una zamba compuesta como si la cantaran Los Chalchaleros y dedicada a un compañero de CX 14. De regreso a Uruguay, trabajó como locutor de cabina y luego como locutor de cámaras en Montecarlo TV Canal 4. Empezó a escribir cuentos en Acción y fue periodista, como se ha señalado más arriba, en Marcha, donde por encargo de Hugo Alfaro entrevistó a Silvie Vartan, George Maharis, Atahualpa Yupanqui, Onetti, Gabito, etc.
Durante esos años se editó su primer disco, un disco doble, en el que se incluyen los temas Milonga para una niña, El Camba, Mire amigo y Recordándote. A partir de ese momento, infinidad de sus canciones y decenas de discos se editaron en Uruguay, Argentina, España, Venezuela, México y Chile. Países tan diferentes culturalmente como Australia, Canadá, Italia, EEUU, Francia, Brasil, Alemania, y todos los países de habla hispana tuvieron la oportunidad de escuchar y deleitarse con el artista.
Zitarrosa contrajo matrimonio con Nancy Marino el 29 de febrero de 1968; una de sus mayores alegrías fue el nacimiento de su primera hija, Carla Moriana, el 27 de enero de 1970. Casi cuatro años, el 12 de diciembre de 1973, nació la pequeña María Serena. Sus dos hijas fueron inspiradoras de dos bellísimas canciones: Para Carla Moriana y María Serena mía.
El 20 de julio de 1970 Zitarrosa debutó en Buenos Aires en el Teatro ABC de Esmeralda 506 y Lavalle y repitió su actuación una semana después. La crítica de la prensa y de algunas voces importantes fue definitiva: Atahualpa Yupanqui afirmó que "Milonga del solitario la canta mejor que yo"; y Joan Manuel Serrat dijo "Lo considero el poeta más importante de América Latina".
En febrero de 1971 hizo pública su adhesión al Frente Amplio, y en agosto de 1971 se afilió al MPU de FIDEL. Después de casi cuatro años sin poder trabajar en su país, el 9 de febrero de 1976 se exilió voluntariamente. Comenzó ahí la etapa más desgarradora, más injusta, de todas las que le tocó vivir. Durante 8 años, 1 mes, 3 semanas y 1 día fue un exiliado en tierras de Argentina, España y México. Afirmó: "Mi corazón y mi mente están en Uruguay. Yo vivo aún en Montevideo. Trabajo de cantor popular exiliado. Soy cantor popular exiliado".
Pese a estar desterrado, durante esa época tan difícil Zitarrosa obtuvo el completo reconocimiento de gobiernos, aplausos de pueblos de todas las latitudes, respeto y admiración de maestros musicales, guitarristas, periodistas, etc. .
Finalmente, el 31 de marzo de 1984 regresó al Uruguay. Decenas de miles de ciudadanos salieron ese día a la rambla de Montevideo para demostrarle al mundo que más de 8 años no habían sido suficientes para olvidar al artista. Ese mismo pueblo, casi 5 años después, el 17 de enero de 1989, volvió a salir a la calle para auparlo para siempre a la inmortalidad.
A lo largo de su vida recibió numerosos galardones. En 1959 obtuvo el Primer Premio a la Producción Poética Inédita del Municipio de Montevideo, en 1965 el Premio Artigas, en 1966 la Medalla de Plata en el II Festival Latinoamericano, en 1965, 1966, 1967 y 1968 la Medalla de oro en Montevideo y en 1972 el Gran Premio en Lima, entre otros galardones. Murió en Montevideo, víctima de una peritonitis a la edad de 53 años.

viernes, 16 de enero de 2015

16 DE ENERO DE 1933 NACE SUSAN SONTAG

16 DE ENERO DE 1933 NACE
SUSAN SONTAG
(Nueva York, 1933) Escritora y directora de cine considerada una de las intelectuales más influyentes en la cultura estadounidense de las últimas décadas. Su padre, Jack Rosenblatt, que había trabajado como comerciante de pieles en China, murió de tuberculosis pulmonar cuando Susan tenía apenas cinco años. La niña recibió el apellido del hombre con quien su madre se casaría siete años después: el capitán Nathan Sontag.
En esos días, la familia se instaló lejos de Nueva York, en lugares que parecen simbolizar la antítesis de esa ciudad: Tucson, Arizona, y Los Ángeles, California, fueron las primeras residencias de la niña. Sontag fue una estudiante precoz; a los quince años, ya había terminado sus primeros estudios e ingresado en la Universidad de California en Berkeley.
Su estancia no duró mucho, pues un año después, en 1949, pidió el traslado a la Universidad de Chicago, donde se licenció en letras en 1951. Para entonces, ya se había casado con Philip Rieff, profesor de sociología. La pareja se mudó a Boston poco después del matrimonio, para que Sontag continuara sus estudios en la Universidad de Harvard. Allí nació su hijo David (1952), también escritor.
Entre 1955 y 1957 Sontag cursó el doctorado en filosofía y, además, trabajó junto con su marido en el estudio Freud. La mente de un moralista, que de alguna manera puede considerarse su primera publicación; al mismo tiempo, sin embargo, su matrimonio comenzó a fallar. Sontag y Rieff se divorciaron a fines de los años cincuenta, y en 1957 ella viajó a París para continuar sus estudios en la Sorbona. Tenía veinticuatro años y había vivido en cinco ciudades.
Cuando regresó a Nueva York, Sontag comenzó una carrera académica que parecía acorde con su preparación, pero no tanto con sus intereses: tras iniciarse como conferenciante de filosofía en el City College y en el Sarah Lawrence College, pasó a la Universidad de Columbia, donde fue profesora en el Departamento de Religión durante cuatro años.
Fue una época definitiva: Sontag había comenzado a escribir con intenciones serias, y en 1963 apareció su primera novela, El benefactor. El libro le abrió las puertas de varias publicaciones neoyorquinas: durante los años sesenta, escribió con frecuencia para Harper’s y The New York Review of Books, entre otras, pero sobre todo fue una especie de colaboradora de planta de The Partisan Review.
El momento histórico no podía ser más propicio: la intelligentsia estadounidense ya había comprendido la importancia cultural de los años sesenta; los lectores buscaban afanosamente firmas capaces de interpretar lo que estaba ocurriendo. Sontag fue una de las voces más autorizadas, pues exploraba la distancia que hay entre la realidad humana, cultural, artística y nuestra interpretación de esa realidad. En 1968 apareció el libro que reunió esos ensayos, Contra la interpretación, que se convirtió inmediatamente en bandera (o, al menos, en una de las banderas) de su generación.
Ensayista de una generación
El eje del libro es una oposición radical a la búsqueda de significados en la obra de arte, y la defensa de la intuición como medio para acercarse a la experiencia del fenómeno artístico. Con él, Sontag adquirió una reputación de intelectual independiente y al mismo tiempo se reveló como una mujer capaz de reinterpretar la vida americana a la luz de las culturas clásicas europeas.
La mezcla no era, ni es aún, usual; y desde ella, desde su nuevo estatus como comentarista eximia de la cultura estadounidense contemporánea, Sontag renovó el ensayo sofisticado y cosmopolita y lo transformó en un instrumento capaz de indagar en las drogas y en la pornografía, en la política y en la literatura occidental. Estos temas forman parte de su segundo libro de ensayos, Estilos radicales, publicado en 1969.
En ese momento, muchos la veían como la intelectual reina de Estados Unidos. No era para menos: como artista y como pensadora, Sontag seguía extendiendo su campo de influencia. En uno de sus ensayos había escrito con admiración acerca de Ingmar Bergman, y el cambio de década la vio estrenándose como guionista y directora de cine. Sus películas Duelo de caníbales (1969) y Hermano Carl (1971) fueron realizadas en Suecia, país del que llegaría a ser algo así como una ciudadana adoptiva.
Después visitó Israel, donde rodó Tierras prometidas (1973), un documental sobre las tropas israelíes en losAltos del Golán. Ninguna de estas tres producciones recibió la atención prevista, aunque su realización dio lugar a uno de los ensayos-clave de la época: Sobre la fotografía (1977). El libro, una nueva reinterpretación sontaguiana del mundo, no venía ilustrado con fotografías; en él, la escritora reivindicaba la potencia y la autoridad de la palabra escrita.
Activismo y compromiso
Por esas fechas, la autora tenía otras preocupaciones perentorias, pues llevaba varios meses enfrentándose a un cáncer. Al tiempo que soportaba el arduo tratamiento contra la enfermedad, Sontag, como todo escritor genuino, ponía la experiencia por escrito. El resultado fue La enfermedad y sus metáforas. Diez años más tarde, el ensayo fue ampliado con El sida y sus metáforas. Ambos textos examinan la forma en que los mitos de ciertas enfermedades crean actitudes sociales que pueden resultar más dañinas para el paciente que las enfermedades mismas.
A fines de los años setenta Sontag fue nombrada miembro de la Academia Americana de las Letras. Su papel como activista de los derechos humanos empezaba a ganar en intensidad; a partir de entonces, su presencia pública se hizo más frecuente, y más frecuente fue también su implicación en organizaciones, tanto literarias como políticas.
Entre 1987 y 1989 presidió el Pen American Center. La labor que llevó a cabo desde allí, a favor, sobre todo, de escritores encarcelados, anticipó su papel de figura pública, que se hizo palpable durante la década siguiente, y quedó condensado, sobre todo, en su viaje a Sarajevo, una de las demostraciones más célebres y mediatizadas de compromiso de un escritor con el mundo.
Para cuando llegó a los escenarios de la guerra, además, Sontag ya había publicado El amante del volcán (1992), una novela que se convirtió en best-séller; de manera que la mujer que montó Esperando a Godot en un teatro bombardeado y a la luz de las velas en medio de Sarajevo, una ciudad sitiada por la guerra, era mucho más que una ensayista para minorías. Tras pasar allí varias temporadas, Sontag fue nombrada ciudadana honoraria de Sarajevo.
En 2000 Sontag publicó su cuarta novela, En América, la historia de una inmigrante polaca del siglo XIX. La novela recibió el National Book Award, y al año siguiente mereció el siempre polémico Premio Jerusalén. En 2003 la autora compartió el Premio Príncipe de Asturias de las Letras con la marroquí Fátima Mernissi, y fue galardonada con el Premio de la Paz que otorgan los libreros alemanes. El año anterior había aparecido Ante el dolor de los demás, un breve ensayo que une dos de sus obsesiones: las imágenes y la guerra. El libro defiende el derecho de los hombres a cerrar los ojos ante las imágenes de violencia que los asedian todos los días. Todos saben, sin embargo, que Sontag ha dedicado su vida a practicar exactamente lo contrario.
La posición de Susan Sontag en la literatura estadounidense es un lugar de conflicto: en un país al que los escritores no suelen importarle demasiado, Sontag ha motivado debates de altura y diatribas descarnadas acerca de su obra, por supuesto, pero sobre todo acerca de su persona. En Estados Unidos, el hecho de que un novelista intervenga en política, interior o internacional, no es bien recibido.
Sontag ha ido mucho más allá: ha visitado países en guerra; ha fustigado a los gobiernos estadounidenses con tanta dedicación como ferocidad; ha asumido, en definitiva, el papel de portavoz del intelectual comprometido. Desde su posición de neoyorquina arquetípica, ha ido por el mundo representando una ética del intelectual contemporáneo que no es frecuente, y la ha acompañado con textos de calidad constante y de naturaleza siempre controvertida.

jueves, 15 de enero de 2015

LEWIS CARROLL
LA CAZA DEL SNARK
AGONÍA EN OCHO CANTOS
Canto primero
EL DESEMBARCO

“¡Excelente lugar para el snark!”, exclamó el capitán,
a la vez que desembarcaba con sumo cuidado a su tripulación:
ensortijando los cabellos de cada marinero en su dedo,
les ponía fuera del alcance de la olas.

“¡Excelente lugar para el snark!”, repitió,
como si esta sola frase debiera estimular a la tripulación.
“¡Excelente lugar para el snark!, y lo digo por tercera vez.
Recordad, todo lo que os diga tres veces es siempre verdad.”

La tripulación estaba completa. Contaba con un limpiabotas,
un sombrerero que también hacía capuchas;
un abogado, a quien trajeron para que pusiera orden en sus
disputas; y un tasador, para que valorase sus pertenencias.

Un empleado de los billares, hombre de inmensa habilidad,
y que quizás se habría hecho con algo más de lo que
le correspondía de no haber sido por un banquero, contratado
con un enorme gasto, y que era quien administraba el dinero.

Un castor también había, que marcaba el paso sobre la
cubierta y que, a veces, se sentaba en la proa a hacer encaje.
A menudo les había salvado del naufragio, según explicó el
capitán, aunque ninguno de los marineros supo cómo.

Había un tipo famoso por la cantidad de cosas
que olvidó en tierra al embarcar
su paraguas, su reloj, todas sus alhajas y anillos
y la ropa que había comprado para la expedición.

Tenía cuarenta y dos baúles, todos cuidadosamente
embalados y con su nombre claramente rotulado en ellos;
pero, como omitió decir que los tenía,
todos se quedaron en la playa.

En realidad, apenas le importó la pérdida de sus ropas,
pues cuando embarcó traía puestos siete abrigos
y tres pares de botas. Lo peor de todo fue
que… ¡había olvidado completamente su nombre!

Respondía al grito de “¡eh!” o a cualquier grito fuerte,
como “¡fríame!” o “¡fría mi peluca!”
También, al de “¡como se llame!” o “¿cuál era su nombre?”,
pero especialmente a “¡como diantre se llame!”

Mientras que, para aquellos que preferían palabras más
concluyentes, tenía varios nombres; por ejemplo,
sus amigos más íntimos le llamaban “velilla”
y sus enemigos “queso tostado”.

“Su aspecto es desgalichado y su intelecto corto”,
solía hacer notar a menudo el capitán,
“pero su valor es perfecto y, después de todo,
esto es lo que se necesita con un snark.”

Solía bromear con las hienas y les sostenía la mirada,
con un impúdico movimiento de cabeza.
Y cuentan que una vez fue a pasear, zarpa con zarpa, con un
oso, “para mantener el ánimo”, según explicó.

Vino de panadero, y confesó cuando era demasiado tarde
—con lo que volvió medio loco al pobre capitán—
que sólo sabía hacer tarta nupcial, para lo cual debo decir
que ni había ni iba a haber ingredientes.

El último miembro de la tripulación necesita descripción
especial, aunque tenía un increíble aspecto de zopenco.
No tenía más que una idea, que era la del snark;
por ello el buen capitán le contrató al momento.

Vino de carnicero, pero declaró con gran seriedad,
cuando hacía una semana que el barco había zarpado,
que sólo sabía matar castores. El capitán se asustó:
vamos, que estaba demasiado aterrado para hablar.

Pero finalmente explicó, en tono trémulo
que sólo había un castor a bordo,
que era de su propiedad y tenía domesticado,
y cuya muerte deploraría profundamente.

El castor, que casualmente oyó esta observación,
protestó con lágrimas en los ojos
y dijo que ni siquiera el éxtasis de cazar el snark
podría compensar la funesta sorpresa.

Exigió enérgicamente que se transportase
al carnicero en un barco aparte.
Pero el capitán se negó a tomar tal precaución
porque no convenía al plan de la expedición.

“¡La navegación es siempre un difícil arte,
incluso con un sólo barco y una sóla campana!”, exclamo
el capitán, por lo que lamentaba tener que declinar
el hacerse cargo de otro más.

Lo mejor que podía hacer el castor, sin duda alguna,
era procurarse un abrigo de segunda mano a prueba de
cuchillos. Este fue el consejo del panadero. Y luego, que se
hiciera un seguro de vida en alguna compañía de renombre.

Esto sugirió el banquero y le ofreció en alquiler,
a precio módico, o en venta
dos excelentes pólizas: una contra incendios
y otra contra daños por el granizo.

Aún ahora, desde aquel triste día,
siempre que el carnicero aparecía por allí,
el castor miraba hacia el lado contrario
y se mostraba indeciblemente tímido.

15 DE ENERO DE 1919 ES ASESINADA ROSA LUXEMBURGO

15 DE ENERO DE 1919 ES ASESINADA
ROSA LUXEMBURGO
Política y pensadora socialista, nacida en Zamosc (Polonia rusa) el 5 de marzo de 1871, y muerta en Berlín (Alemania) el 15 de enero de 1919. Figura clave del movimiento obrero europeo, su obra teórica, dedicada al estudio de la génesis del sistema capitalista y a los problemas estratégicos de la lucha proletaria, constituye uno de los principales pilares del pensamiento socialista de raíz marxista.
Rosa Luxemburgo era la hija menor de una familia judía de clase media. Desde su primera juventud participó en actividades políticas vinculadas al movimiento estudiantil (que luchaba en aquella época contra el sistema represivo imperante en los colegios polacos), y al movimiento obrero socialista radical. Su militancia en el partido revolucionario Proletarialt (fundado en 1882) la obligó a abandonar su país natal en 1889 para evitar la cárcel. Se estableció primero en Suiza, donde se casó con Gustav Lübeck con el fin de poder adoptar la nacionalidad alemana. En la Universidad de Zürich estudió Derecho y Economía Política, doctorándose con una tesis dedicada al desarrollo industrial de Polonia. Pese a su exilio, siguió muy vinculada al movimiento obrero polaco y hacia 1891 era ya conocida en Europa occidental como la principal teórica del Partido Socialista Revolucionario de Polonia, al cual representó en el Congreso Socialista Internacional de Zürich de 1893, cuando apenas contaba veintidós años. Al año siguiente, sin embargo, comenzó a alejarse del Partido Socialista polaco por oponerse al nacionalismo que dominaba su programa en aquel momento. La corriente crítica que Luxemburgo lideró junto a Leo Jogiches daría lugar a una escisión formal y a la fundación del Partido Socialdemócrata del Reino Unido de Polonia, que posteriormente se convertiría en el Partido Comunista de Polonia.
En 1898 fijó su residencia en Berlín y se integró en las filas del Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD). En esta época, el movimiento socialista alemán se hallaba dividido en dos tendencias dominantes: la reformista o revisionista, encabezada por el teórico Eduard Bernstein, y la revolucionaria, fiel a la teoría marxista de la lucha de clases. Luxemburgo participó activamente en el debate suscitado entre ambas tendencias con la publicación de numerosos artículos en los órganos informativos socialistas, entre los cuales destacaba Neue Zeit, influyente periódico marxista del que fue redactora. Sus escritos atacando el revisionismo fueron recogidos en 1889 en su libro ¿Reforma social o Revolución?. Frente a las teorías de Bernstein, que defendía un socialismo reformista orientado a la transformación gradual de la sociedad capitalista y a la mejora de las condiciones de vida y los derechos de los trabajadores, Luxemburgo afirmaba que el movimiento obrero debía luchar por conseguir las reformas sociales necesarias y urgentes, pero que dichas reformas en ningún caso abolirían las relaciones capitalistas de producción y que, por lo tanto, el socialismo no podía renunciar a la conquista del poder mediante la revolución.
En 1903-1904 fue acusada de insultar al emperador Guillermo II en sus escritos y condenada a nueve meses de cárcel. Sería esta la primera de sus numerosas condenas a prisión, acusada de actividades subversivas. Durante estos primeros años del siglo XX, participó en otra polémica de gran trascendencia para el desenvolvimiento del movimiento socialista europeo: el debate sobre la organización estratégica. Su principal interlocutor en esta polémica fue Lenin, cuyas ideas acerca de la organización del Partido Socialdemócrata de los Trabajadores Rusos criticó Luxemburgo con dureza en su célebre ensayo Un paso adelante, dos pasos atrás. Su debate con Lenin continuó con la publicación de un nuevo ensayo titulado La cuestión de la organización de la socialdemocracia rusa (1904), en donde afirmaba que "el centralismo a ultranza defendido por Lenin" no se hallaba "impregnado por un espíritu positivo y creador".
La revolución rusa de 1905 hizo concebir a los intelectuales socialistas la esperanza de que los países del este de Europa fueran la chispa que encendiera una revolución obrera mundial. En diciembre de ese año, pese a su mala salud, Rosa Luxemburgo viajó clandestinamente a Varsovia, hasta donde se había extendido la agitación revolucionaria. Para entonces, el gobierno zarista había aplastado casi en su totalidad la revolución y había prohibido los mítines y cerrado los diarios socialistas. En marzo de 1906 Luxemburgo fue detenida y encarcelada por tomar parte en la agitación revolucionaria. Fue liberada bajo fianza y expulsada del país cuatro meses después, en marzo de 1906, debido en parte a su mala salud y, en parte, a su nacionalidad alemana. Regresó entonces a Berlín, donde publicó su libro Huelga general, partido y sindicatos (1906), en el que analizaba la estrategia revolucionaria conforme a sus experiencias en Polonia, subrayando la importancia del movimiento espontáneo de las masas y de la iniciativa del proletariado, pese a conceder al partido un papel rector. Esta obra se convirtió pronto en uno de los principales pilares teóricos acerca del movimiento obrero y del papel de los partidos socialistas en la lucha revolucionaria, y serviría de punto de partida para las discusiones del Congreso del SPD de ese año, celebrado en Mannheim. En ella, Rosa Luxemburgo afirmaba: "La revolución rusa nos enseña esto: que la huelga de masas no se fabrica artificialmente, ni se decide o difunde en el éter inmaterial y abstracto, sino que es un fenómeno histórico resultante, en un momento dado, de una situación social y una necesidad histórica (...). La revolución y la huelga general son conceptos que no representan más que la forma exterior de la lucha de clases y sólo adquieren sentido y contenido cuando se refieren a situaciones políticas determinadas". Así pues, ya en esta época, anterior al estallido revolucionario de 1917, la preocupación esencial de Luxemburgo radicaba en desarrollar una estrategia que, sin apartarse del objetivo revolucionario, aligerara la inercia burocrática del partido, procurando vincular la huelga a las exigencias transformadoras de la sociedad en cada momento y dar respuesta a las necesidades concretas de la lucha de clases. Para ella, las masas obreras no constituían el objeto de la acción revolucionaria acaparada por el partido, sino su sujeto y su motor. En 1907 volvió a defender estas ideas en el Congreso Socialista Internacional de Stuttgart, donde intervino en representación de los partidos socialdemócratas ruso y polaco.
Durante los años siguientes, pese a su activa militancia social, continuó con sus estudios teóricos. En 1912 publicó La acumulación del capital, obra que para algunos pensadores socialistas constituye su principal aportación al pensamiento socialista. En ella exponía sus ideas acerca de los orígenes y la evolución histórica del sistema capitalista, centrándose particularmente en el fenómeno de la reproducción del capital y la lógica del imperialismo; atacaba nuevamente las teorías de los pensadores reformistas que, en su opinión, empujaban a la clase obrera en brazos de la burguesía, y analizaba las contradicciones del capitalismo en su fase colonialista, a las que atribuía la angustia y la inestabilidad social y política que reinaba en los años inmediatamente anteriores a la Primera Guerra Mundial.
El estallido del conflicto situó a los socialistas alemanes en una encrucijada: oponerse a la guerra y defender el ideal internacionalista, o solidarizarse con el gobierno del Segundo Reich y apoyar sus medidas de defensa nacional. Enfrentada a este dilema, Rosa Luxemburgo optó sin dudarlo por el internacionalismo y el pacifismo, poniéndose al frente de quienes defendían dentro del SPD la no participación de la clase obrera y del movimiento socialista en una guerra que consideraban imperialista. El 20 de febrero de 1914 fue arrestada por incitar a los soldados a la rebelión y sentenciada a un año de cárcel. Su postura no fue, sin embargo, la mayoritaria dentro del partido: el 4 de agosto de 1914, el grupo parlamentario socialdemócrata votó a favor de la concesión de los créditos de guerra que pedía el gobierno del Kaiser. A partir de ese momento, el grupo de oposición a la guerra liderado por Luxemburgo (desde la cárcel) y Karl Liebknecht desplegó una actividad infatigable, difundiendo cientos de miles de panfletos y octavillas que provocaron una considerable agitación popular. El 12 de octubre de 1914, en una carta dirigida al socialista suizo K. Mohr, Luxemburgo afirmaba que, en su opinión, dentro del SPD se habían definido dos bloques: por un lado, los "que, hablando con propiedad, forman parte del campo de la burguesía y constituyen como máximo un partido obrero reformista con fuerte influencia nacionalista", y, por otro, "aquellos que no quieren renunciar a la lucha de clases y al internacionalismo". Su oposición pública a la guerra le valdría nuevas condenas a prisión en 1915 y 1916. Durante el tiempo que pasó en la cárcel escribió una de sus obras más célebres: La crisis de la socialdemocracia, conocida también como Panfleto Junius. En ella explicaba que el conflicto bélico no poseía un carácter defensivo frente al zarismo ruso, sino que constituía una guerra imperialista surgida de las contradicciones y necesidades del desarrollo del capitalismo; y afirmaba: "La demencia no tendrá fin, la masacre no se detendrá hasta que los obreros de Alemania, Francia, Rusia e Inglaterra despierten de su embriaguez, se estrechen fraternalmente las manos y ahoguen el coro brutal de los agitadores belicistas y el grito de las hienas capitalistas bajo el poderoso grito del trabajador: ¡Proletarios del mundo, uníos!".
Sus críticas a la actuación del grupo parlamentario socialdemócrata provocaron una profunda crisis en el seno del SPD, dentro del cual se fue creando a lo largo de 1914 y 1915 un grupo de oposición que daría lugar a la llamada Liga Espartaquista, encabezada por la propia Luxemburgo, Karl Liebknecht y Clara Zetkin. Este grupo permaneció largo tiempo dentro del partido, pero dejó de acatar su disciplina de voto y comenzó a actuar conforme a su propio programa, publicado por Luxemburgo en enero de 1916 y conocido como Principios rectores o Directivas. En marzo de ese año se produjo la ruptura formal dentro de la fracción parlamentaria del SPD, y en enero de 1917 los espartaquistas, junto con un grupo más amplio de oposición interna, fueron expulsados del partido. Este grupo daría lugar al Partido Socialdemócrata Independiente (USPD), fundado el 6 de abril de 1917. La Liga Espartaquista se integró en él, sin perder por ello su organización, ni renunciar a su programa, y lo abandonó cuando la dirección del USPD decidió entrar a formar parte del gobierno de guerra.
En noviembre de 1918 se produjo en Alemania un auténtico estallido revolucionario, cuyo detonante fueron la insostenible situación bélica y el marasmo del gobierno del Reich. Este se mostraba incapaz de controlar las huelgas, los motines de la marina de guerra y las insurrecciones obreras que se multiplicaban por el país, dando lugar a la formación de consejos de obreros y soldados. Ante esta situación, el SPD se colocó de parte del orden establecido y exigió la convocatoria urgente de una Asamblea Constituyente que atajara la crisis. El 8 de noviembre, la presión social y la agitación que se vivía en las calles de Berlín obligaron al gobierno a poner en libertad a Rosa Luxemburgo, que de inmediato se puso al frente del movimiento revolucionario, junto con su compañero Karl Liebknecht. En un congreso celebrado entre el 29 de diciembre de 1918 y el 1 de enero de 1919, la Liga Espartaquista se convirtió en el Partido Comunista de Alemania (KPD), cuyo programa redactó Rosa Luxemburgo.
Pese a considerar la insurrección prematura y oponerse a las tácticas bolcheviques, Luxemburgo apoyó la sublevación armada y la acción de los consejos de obreros y soldados, a los que, conforme a sus teorías espontaneístas, atribuía un papel político esencial en la construcción del poder revolucionario de los trabajadores. Pero la revuelta de fines de 1918 y principios de 1919 (conocida como “Semana de Espartaco” pese a que en ella también participaron otros numerosos grupos de la izquierda radical) no fructificó, en parte debido a la desunión de sus líderes. Por un momento pareció existir la posibilidad de que Alemania se hiciese comunista, de que los Espartaquistas lograsen imponer la revolución proletaria. Pero la Junta de Gobierno Provisional socialdemócrata aplastó el levantamiento, recurriendo para ello a los oficiales del ejército desmovilizados y a los voluntarios reclutados entre los licenciados del ejército que formaban los grupos paramilitares llamados Freikorps. El 5 de enero de 1919 los Freikorps tomaron las calles de Berlín, asesinando a mil doscientas personas. Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht, que se encontraban ocultos, fueron detenidos y brutalmente asesinados el 15 de enero, cuando eran trasladados a la prisión de Moabit por orden del jefe de la Junta de Gobierno, el socialdemócrata Friedrich Ebert. El cadáver de Rosa Luxemburgo fue hallado en un canal de Berlín el 31 de mayo de ese año. Cuatro días después de su asesinato se celebraron las elecciones a la Asamblea Nacional. El SPD obtuvo el 38% de los votos. Los espartaquistas tuvieron que huir o esconderse. La alianza del presidente Ebert con unos militares que despreciaban la democracia liberal y el socialismo allanaría el camino a los nazis de Hitler.
La muerte de Rosa Luxemburgo no sólo dio el golpe de gracia a la insurrección alemana de 1919, sino que además privó al socialismo internacional de uno de sus teóricos de mayor peso. Su doctrina teórica gira en torno a la cuestión de la espontaneidad en el origen de la revolución. Según ella, esta debía surgir y evolucionar como un auténtico movimiento de masas y no canalizarse a través del estrecho conducto burocrático que representaban el partido y los sindicatos. Así, frente a las ideas de Lenin, Rosa Luxemburgo afirmaba que el problema de la organización revolucionaria no debía ser asunto privativo del partido, sino resultado de la evolución interna de las masas obreras. Frente a la dictadura del proletariado postulada por Lenin, defendía un menor dirigismo y una mayor integración de las bases en el funcionamiento del partido. En su obra La Revolución Rusa (aparecida póstumamente, en 1922, y escrita en el verano de 1918, cuando su autora se hallaba en la cárcel) analizaba sus puntos de encuentro y sus divergencias con las posiciones de Lenin y el bolchevismo ruso. Por un lado, enaltecía la iniciativa revolucionaria de los bolcheviques y destacaba la importancia de la Revolución de 1917 para el movimiento obrero en todo el mundo, pero, por otra, mantenía con firmeza sus críticas a la violencia revolucionaria y a la falta de cauces democráticos del movimiento revolucionario soviético.
Por otra parte, Rosa Luxemburgo creía en un socialismo internacional alejado de particularismos y nacionalismos, en el que el proletariado tomara solidariamente el poder y acabara con el sistema capitalista mediante la revolución social. Estas posiciones teóricas, que representaron el radicalismo en el marco de la Segunda Internacional, contribuyeron, pese a la falta de sistematización de la que a menudo se acusa a su autora, a desarrollar el pensamiento marxista para adaptarlo a la situación histórica creada por la evolución del capitalismo a principios del siglo XX. Sus críticas a Karl Marx se basaron en las predicciones de éste respecto a las crisis cíclicas del capitalismo. Marx pensaba que el capitalismo, como sistema económico y político basado en el crecimiento y la búsqueda constante del beneficio, se colapsaría en algún momento por saturación. Sin embargo, a principios del siglo XX, era evidente que las crisis periódicas del capitalismo se aplazaban o solventaban sin producir convulsiones ni resquebrajaduras en el sistema. Rosa Luxemburgo encontró la explicación a este hecho en el imperialismo, pues consideraba que el crecimiento de las potencias capitalistas encontraba una vía de expansión en la creación de colonias que, al tiempo que procuraban materias primas a muy bajo coste, servían de mercado para colocar los productos manufacturados de la industria occidental. Luxemburgo fue así la primera pensadora socialista en teorizar sobre el imperialismo capitalista y sus tesis servirían posteriormente a Lenin para sistematizar la teoría comunista sobre este punto.

miércoles, 14 de enero de 2015

LEWIS CARROLL
LA CAZA DEL SNARK
Agonía en ocho cantos
DEDICATORIA

Ataviada con traje de varón, adecuado a sus varoniles
ocupaciones, esgrime con entusiasmo el azadón.
Pero le encantaría recostarse en la amistosa rodilla
y escuchar el cuento que a él le gusta contar.

Rudos espíritus abocados a vanas quimeras
e indiferentes a su impoluta vivacidad,
decidme si consideráis que he desperdiciado
horas de mi vida vacías de todo placer.

Sigue hablando, dulce niña, y rescata del tedio corazones
que sabias conversaciones no rescatan.
Feliz aquél que posee la más tierna dicha:
¡el amor de una niña!

Alejaos, apasionados pensamientos, ¡no turbéis más mi alma!
El trabajo reclama mis desveladas noches, mis afanosos días.
Mas los radiantes recuerdos de esa soleada playa
aún hechizan mi soñadora mirada.
14 DE ENERO MUERE
LEWIS CARROLL
(Charles Lutwidge Dogson; Daresbury, Reino Unido, 1832-Guildford, id., 1898) Lógico, matemático, fotógrafo y novelista británico. Tras licenciarse en el Christ Church (1854), empezó a trabajar como docente y a colaborar en revistas cómicas y literarias, adoptando el seudónimo por el que sería universalmente conocido. En 1857 obtuvo una plaza como profesor de matemáticas, y cuatro años después fue ordenado diácono.

Lewis Carroll

En 1862, en el curso de uno de sus paseos habituales con la pequeña Alice Liddell y sus dos hermanas, hijas del deán del Christ Church, les relató una historia fantástica, «Las aventuras subterráneas de Alicia». El libro se publicó en 1865, con el título de Alicia en el país de las maravillas; él mismo costeó la edición, que fue un éxito de ventas y recibió los elogios unánimes de la crítica, factores que impulsaron a Carroll a escribir una continuación, titulada A través del espejo y lo que Alicia encontró allí (1871).

La peculiar combinación de fantasía, disparate y absurdo, junto a incisivas paradojas lógicas y matemáticas, permitieron que las obras se convirtieran a la vez en clásicos de la literatura infantil y en inteligentes sátiras morales, llenas de apuntes filosóficos y lógicos, aunque naturalmente para un público adulto y atento.

Por otra parte, han sido objeto de diversas especulaciones las tendencias sexuales de Carroll, sobre todo en lo referente a sus numerosas amistades con niñas, a las que gustaba de fotografiar en las poses más variadas, ataviadas con multitud de vestimentas, e incluso desnudas.


Escribió también poesía, campo en el que destaca en su producción el poema narrativo La caza del snark, plagado también de elementos fantásticos. Además de diversos textos matemáticos, fue autor de trabajos dedicados a la lógica simbólica, con el propósito explícito de popularizarla, en los cuales apunta su inclinación por explorar los límites y las contradicciones de los principios aceptados.

16 DE JUNIO DE 1955 ES BOMBARDEADA LA PLAZA DE MAYO

16 DE JUNIO DE 1955 ES BOMBARDEADA LA PLAZA DE MAYO Pocas veces en la historia mundial, miembros de las Fuerzas Armadas de un país, con la c...