15 DE JULIO DE 2003 MUERE:
ROBERTO BOLAÑO
(Santiago,
1953 - Barcelona, 2003) Escritor chileno afincado en España desde
finales de la década de 1970. Autor de extraordinario talento, forzó los
límites de la literatura en una serie de novelas con las que se
consagró como una de las voces más importantes y personales de la
narrativa latinoamericana. En sólo una década, en una suerte de carrera
contra la adversidad, Bolaño dejó atrás la marginalidad y “se convirtió
en un cuentista y novelista central, quizás el más destacado de su
generación, sin duda el más original y el más infrecuente”, en palabras
del también escritor chileno Jorge Edwards.
Roberto
Bolaño Ávalos nació en Santiago el 28 de abril de 1953, hijo de León
Bolaño, transportista, y de Victoria Ávalos, profesora. Pasó su infancia
en Viña del Mar, donde cursó sus primeros estudios, en Quilpué y en
Cauquenes. En Quilpué realizó a los diez años su primer trabajo como
boletero en una línea de autobuses que cubría el trayecto
Quilpué-Valparaíso.
Roberto Bolaño
En 1968 la
familia se trasladó a Ciudad de México, donde Roberto pasó su
adolescencia concentrado en la lectura, encerrado durante horas en la
biblioteca pública. Pronto decidió que quería ser escritor y empezó a
trabajar como articulista en diferentes medios. Al cumplir los veinte
años quiso regresar a Chile. Corrían los días previos al golpe de estado
y Bolaño se incorporó a la resistencia, pero fue arrestado. Tras ocho
días en la cárcel (fue liberado gracias a la intercesión de dos
detectives que resultaron ser ex compañeros de colegio), decidió volver a
México y dedicarse de lleno a la literatura.
En México
fundó, junto con un grupo de poetas mexicanos, un movimiento de
vanguardia denominado infrarrealismo, y en 1975 vio finalmente
publicados sus primeros trabajos, reunidos en la antología poética Poetas infrarrealistas mexicanos.
Sin embargo, “hastiado de lo literario”, abandonó México y partió
primero para El Salvador, donde conoció al poeta Roque Dalton, y
posteriormente a Europa. Tras viajar por varios países europeos y por el
continente africano, finalmente decidió establecerse en España.
No fue una
época fácil; estaba solo, sin papeles, tenía dificultades económicas…
Trabajó en múltiples oficios (fue lavaplatos, camarero, vigilante
nocturno, basurero, descargador de barcos, vendimiador...) hasta que
pudo mantenerse mediante su participación en certámenes literarios.
Todas estas experiencias las convertiría, más adelante, en materia de su
ficción.
En 1984 publicó, en colaboración con Antoni García Porta, su primera novela,Consejos de un discípulo de Morrison a un fanático de Joyce, con la que obtuvo el premio Ámbito Literario. Ese mismo año lanzó La senda de los elefantes, que fue galardonada con el premio Félix Urabayen.
Dos años
después fijó su residencia en la población costera de Blanes (Girona),
donde, sin abandonar su interés por la poesía, se centró cada vez más en
la narrativa. Trabajaba en un pequeño estudio apenas a cincuenta metros
de su casa, siguiendo algunos rituales imprescindibles: música de rock
de la década de 1970, una infusión de manzanilla con miel y tabaco,
muchísimos cigarrillos. Escribía tres folios al día; si las cosas iban
bien, hasta diez. Cuidaba mucho de la estructura de sus libros y
reescribía mucho.
En 1993 los
médicos le diagnosticaron una grave enfermedad hepática. A partir de
entonces Bolaño se obsesionó con dejar un legado literario de
importancia y se dedicó aún con mayor ahínco a la escritura y multiplicó
sus publicaciones. Ese mismo año vieron la luz Los perros románticos, un recopilatorio de la obra poética creada entre 1977 y 1990, y la novela La pista de hielo. En 1996 presentó La literatura nazi en América y Estrella distante, y en 1997 la compilación de cuentosLlamadas telefónicas, que le valió el premio Municipal de Santiago de Chile, el más importante en su país.
Producción desenfrenada
El año 1998
fue sin duda un año clave en la vida de Roberto Bolaño, que poco antes
había empezado a publicar en Anagrama. Aquel año su novela Los detectives salvajes recibió
dos importantes distinciones: el premio Herralde de novela y el premio
Internacional de Novela Rómulo Gallegos “por la calidad de la obra y su
novedosa apuesta narrativa”. La novela, en la que destaca “el humor
derrochado, poco frecuente en la literatura escrita en español”, narra
las aventuras de dos hombres embarcados en la búsqueda de una escritora
mexicana desaparecida durante la revolución. Los esfuerzos por
encontrarla se prolongarán desde 1976 hasta 1996.
Poco después
de este reconocimiento público, y tras veinticinco años de ausencia,
Bolaño visitó Chile. A raíz de esta visita surgió una nueva novela, un
cuadro alegórico del Chile pinochetista, cargado de fantasmas,
torturadores y toques de queda, titulada Nocturno de Chile (2000) y calificada por el editor Jorge Herralde de “pequeña obra de arte escalofriante”.
El mismo año de la aparición de Nocturno de Chile,
Bolaño entró en lista de espera para un trasplante de hígado. Su estado
de salud empeoraba, y decidió consagrar “lo que me quede de vida” a la
que debía ser su obra cumbre, 2666.
“Consciente de la sombra que la muerte había proyectado sobre él”
(Enrique Vila-Matas), siguió escribiendo hasta su fallecimiento, el 14
de julio de 2003, víctima de una insuficiencia hepática. Pocos días
antes había asistido en Sevilla al I Encuentro de Autores
Latinoamericanos, su última aparición pública, y había entregado a su
editor el manuscrito del libro de cuentos El gaucho insufrible.
En 2004 Anagrama publicó 2666,
la novela póstuma de Bolaño, una pentalogía de más de mil páginas,
centrada en la figura de un enigmático escritor alemán llamado Von
Archimboldi, en la que el autor muestra su gran variedad de registros
literarios. Según el crítico Ignacio Echevarría, se trata de la “obra
maestra” del autor, una “novela total, sin ningún matiz intimidante o
plúmbeo, que toca los grandes temas, como la muerte, el mal o la
trascendencia […] una obra polifónica, donde los registros cambian
mucho, desde lo policiaco hasta lo épico”.
2666 mereció
el premio Salambó, que otorgan los propios escritores a la mejor novela
escrita en castellano, “por abrumadora mayoría” (Rosa Montero, miembro
del jurado). El jurado la definió como “el resumen de una obra de mucho
peso, donde se decanta lo mejor de la narrativa de Roberto Bolaño”, una
novela que “contiene mucha literatura, que supone un gran riesgo y lleva
al extremo el lenguaje literario de su autor”. 2666 fue
galardonada además con el premio a la novela “con mejor acogida entre
la prensa especializada” concedido por la Fundación José Manuel Lara
Hernández.
También en 2004 se publicó Entre paréntesis,
un recopilatorio de artículos, conferencias y otros textos publicados
en varios medios de comunicación y producto de la actividad periodística
y pública de Bolaño entre 1998 y 2003. Otras obras del autor son Amuleto (1999), Monsieur Pain (1999), Putas asesinas (2001), un libro de relatos protagonizados por personajes extremos, Una novelita lumpen (2002) yAmberes,
publicada en 2002 pero escrita veintidós años antes, cuando Bolaño,
recién llegado a Barcelona, trabajaba por las noches en un camping de
Castelldefels.